Llegada al campamento


El día había llegado, los caballeros de oro se habían reunido nuevamente en la primera casa para emprender su viaje al bosque más cercano. Todos llevaban sus armaduras como única pertenencia, pensando que podrían comprar lo necesario en la ciudad que se encontraba a las faldas del santuario.

-¿Están listos todos?-pregunto Aioria, quien solía tomar el rol de líder sin que se le pidiera. Los demás asintieron con la cabeza y comenzaron a bajar las escaleras del templo.

-Buena suerte caballeros, viajen seguros y regresen con bien, los estaré esperando-les dijo su querida Diosa, mientras les transmitía su cariño y buenos deseos por medio de su cálido cosmos. Eso fue suficiente para que los jóvenes que se encontraban algo desalentados se animaran un poco.

No tardaron mucho en llegar a la ciudad, donde todos sus habitantes los observaban curiosos, de por si era raro ver a un caballero dorado en la ciudad, con más razón 5 ¡y juntos! La gente se comenzó a mostrar temerosa, como pensando que estaban ahí porque corrían peligro. Todos pasaban de largo sin notarlo, excepto Mu, quien se detuvo por un momento, no poniendo atención en que sus compañeros seguían avanzando en búsqueda de provisiones para su viaje.

El caballero de Aries le sonrió a un grupo de personas que se habían aglomerado y los observaban con recelo-no deben temer-comenzó-solo venimos a comprar algunas provisiones, nos retiraremos pronto-dicho esto se dio la media vuelta y se dispuso a alcanzar a sus compañeros.

Unos pasos más adelante pudo divisar a un rubio que conocía muy bien, era Shaka, quien al parecer se había detenido a esperarlo. Mu lo miro incrédulo y le sonrió.

-Shaka ¿Por qué no estás con los otros?

-Los otros no son mis compañeros de viaje, tu si-se limitó a contestar, Mu seguía sonriéndole, ignorando abismalmente la frialdad de las palabras de Shaka-te lo agradezco ¿nos marchamos?-Shaka asintió con la cabeza y se dio la media vuelta siendo seguido por el tibetano.

-¡¿Dónde estaban?!-pregunto Aioria una vez que los alcanzaron en un puesto cercano-Nos están retrasando, compren sus provisiones para poder retirarnos lo antes posible, no queremos que nos encuentre la noche sin un lugar donde dormir...

-Tranquilízate Aioria-le replicó Milo-¿Quién te nombro el jefe? Somos caballeros de Athena ¿desde cuándo necesitamos "un lugar donde dormir"? Adelante caballeros, tomen el tiempo que necesiten, yo controlare aquí al agrio del caballero de Leo.

-¡¿A quién le dices agrio!?

-¡¿Es acaso que estas sordo!? "Ca-ba-lle-ro de Le-o –se burló Milo.

-Tienes una boca muy grande Milo de escorpio, odiaría tener que cerrártela...

-Quiero verte intentarlo, no darías ni tres pasos cuando mis agujas ya te tendrían convertido en una coladera...

-¡BASTA!-grito Aldebarán-o tendré que ponerlos en su lugar a los dos.

Mu miraba la escena divertido mientras que Shaka la veía con desinterés, de pronto ambos sintieron que los empujaban. Shaka se sobresaltó pues no le gustaba que nadie lo tocara y su reacción empeoro cuando notó que quien los estaba empujando era el dueño del mercado.

-Les voy a pedir por favor que se retiren están asustando a mis clientes...

Mu inclinó medio cuerpo en señal de disculpa-le suplico perdone a mis compañeros, nos retiraremos de inmediato-

Un abochornado Aioria y un mas bien emberrinchado Milo se retiraron del lugar después de que Mu les lanzó una mirada asesina a ambos, para después retirarse el también junto con los otros dos caballeros restantes.

Cuando se alejaron lo suficiente de la tienda el caballero de Aries comenzó a reír a carcajadas-Jamás me habían corrido de un lugar.

Todos excepto Shaka comenzaron a reír también, habían visto con humor la escena gracias a Mu. A Shaka simplemente no se le daba reír.

-Shaka y yo debemos comprar provisiones aún-recordó Mu.

Nosotros los esperaremos aquí-sugirió Aldebarán-no queremos ocasionar más problemas.

Mu lo miro fijo y Aldebarán le regalo una media sonrisa-¿Algún problema con eso?

No, ninguno-le respondió Shaka-me parece la opción más razonable, así no nos seguiremos retrasando.

-Incomodo-pensó Mu, mientras se alejaba junto con el caballero de virgo del resto.

Cuando se alejaron, los otros tres caballeros comenzaron a cuchichear.

-¿Por qué hiciste eso, Aldebarán?-Pregunto el portador de la armadura de Leo.

-Me parece que ya es hora de que esos dos arreglen su problema, solo necesitan un pequeño empujón...

-¿Cómo arreglas un problema del que no tienes conocimiento?-Alegó Milo-Sabes que yo jamás estuve de acuerdo con que se le ocultara la verdad a Mu, nos hubiéramos ahorrado muchos problemas si hubiéramos hablado desde un principio con el...

-No esperamos que lo entiendas Milo-le interrumpió Aioria- El patriarca decidió que era lo mejor. A nosotros solo nos corresponde obedecerlo, por lo tanto lo que estás haciendo es arriesgado, caballero de Tauro-el caballero de leo se cruzo de brazos mientras miraba con seriedad a Aldebarán.

-Tranquilízate Aioria, el patriarca ya no está con nosotros, y estoy seguro de que el desearía lo mejor para su discípulo. Mu ya es un adulto y es muy maduro para su edad, pienso que es justo que se entere y en el momento que Shaka decida contarle lo que ocurrió lo tomara de la mejor manera.

-Es cierto, Shion consideraba a Mu muy pequeño para procesarlo. Bueno, para Shion, Mu siempre pareció pequeño...-Rió Milo-¿Recuerdan cuando lo encontró en la casa de Virgo en la madrugada? Dioses se hizo un lío en el santuario por algo que era una completa tontería.

Aldebarán se sonrió-todo porque el payaso de Deathmask se dio cuenta de que se había ido a hurtadillas de Aries cuando pasó por su casa-el joven brasileño se cruzó de brazos-todos encubríamos a esos dos, es una pena...

Aioria había permanecido callado porque seguía sintiendo que todo se volvería un completo caos, realmente apreciaba a Mu y a diferencia de sus compañeros pensaba que la noticia le causaría mucho dolor, así que prefería dejar las cosas como estaban ¿qué necesidad tenían de cambiarlas?-Caballeros, ¿han pensado en las consecuencias de que abramos esa herida en el caballero de Aries?

Milo miró incrédulo a Aioria-¿estás insinuando que sigamos ocultándole todo? –El joven griego apretó los puños-Tu más que nadie debería entender lo que es vivir engañado, caballero de Leo. El no lo recuerda, pero tu si ¿Habías visto a Mu tan feliz en toda su vida, como cuando estaba con Shaka?

Aioria se quedo atónito un par de segundos y después agacho la cabeza. Habían terminado su pequeña charla justo a tiempo porque de pronto apareció delante de ellos Mu junto con Shaka, se habían teletransportado al lugar.

Perdónennos por la tardanza, ¡es que el rumor de la pelea se esparció como pólvora y ya nadie nos quería atender!-Mu se sonrió al recordar que los habían echado, y pensó que de ahora en adelante seria un lío comprar en ese pueblo.

-Avancemos-se limitó a decir Shaka, los demás asintieron y continuaron con su viaje.

....

¡Shaka! ¡Shaka! –El pequeño Mu ya de 6 años buscaba en la casa de virgo a su compañero de armas, pero ese día lo buscaba como su compañero de juegos-¿Vendrás a jugar? ¿O estas meditando como siempre?-el pequeño continuó explorando el templo, buscando a su amigo por todas partes, sin encontrar ninguna señal de él, de pronto le entro un mal presentimiento y comenzó a apresurar el paso, gritando el nombre del que era su mejor amigo. Cuando lo vio, tirado en el suelo, corrió hacia él y levantó con cuidado su cabeza, cuando lo toco notó que estaba ardiendo en fiebre-¡Dioses Shaka! ¡MAESTRO! ¡MAESTRO!-comenzó a gritar el pequeño lemuriano, entendió que su maestro no lo escucharía así que cargo al indio y como no le tenían permitido teletransportarse entre casas corrió lo más rápido que pudo hasta el recinto del patriarca.

Entro corriendo, sorprendiendo a Shion, quien se apresuro a acercársele y tomo al pequeño Shaka en brazos-¿Qué le ha pasado?-

-Maestro, lo encontré desmayado en Virgo-las lagrimas comenzaron a correr por el rostro del tibetano-¡Por favor dígame que va a estar bien!

Tranquilízate mi pequeño Mu-Shion le dio un vistazo a Shaka, de alguna manera, el pequeño parecía haber contraído varicela. Le pidió a Mu que lo esperara sentado mientras él le daba un baño para reducirle la fiebre, a Mu le pareció una eternidad pues el patriarca aun no le decía nada de lo que sospechaba tenía su amigo.

Cuando finalmente apareció Shion, traía a Shaka en ropas ligeras, cubierto por una gruesa capa de crema y le había puesto unos guantes en las manos. A Mu la escena le pareció rarísima y creyó que su amigo debía tener una enfermedad terriblemente grave para que regresara en tal estado.

-Mu, Shaka tiene varicela, es una enfermedad sumamente contagiosa, así que te pido que por favor te retires y no lo visites en los próximos 40 días...

Mu abrió grandes los ojos ¿Cómo podía pedirle semejante cosa?-Maestro, no me iré, se que usted no puede quedarse con él, no voy a dejarlo solo...

-No te lo estoy preguntando Mu, es una orden-

-Pero...

-¡A Aries Mu!-cuando Mu menos lo pensó, el patriarca lo había tele transportado a Aries. El pequeño hizo un puchero-no es justo, el si puede tele transportarnos pero yo no puedo utilizar esa técnica... -miro con tristeza al cielo, estaba empezando a ocultarse el sol...

El pequeño Shaka se sentía sumamente incomodo, tenía las manos vendadas y no podía retirarse los vendajes pues se sentía muy débil, además le habían indicado que no lo hiciera. La comezón lo estaba matando y se sentía patético e inútil por haberse enfermado y perder así 40 días de entrenamiento, pero sobre todo, perder 40 días con Mu.

De pronto un olor familiar lo hizo incorporarse, su visión a través de sus parpados estaba algo borrosa por la debilidad y la fiebre pero él conocía ese cosmos muy bien-¿Qué haces aquí?

-Te traje algo de té y momos, no sé si ya comiste...

-Vete, vas a enfermarte, además, Shion te castigará

-Lo sé, pero no me importa, no voy a dejarte aquí solo...

-Mu...-Shaka se conmovió por la devoción que su amigo le tenía, estaba dispuesto a permanecer a su lado a pesar de las graves consecuencias que tendría. Mu le acerco el té y Shaka lo bebió de sus manos, el tibetano pudo notar que este último se ruborizo un poco, lo cual le ocasionó mucha gracia.

-Hice los momos de vegetales ¿quieres? No sé si la enfermedad te quite el apetito...

-Está bien-le sonrió-los comeré con gusto.

Shaka volteó a verse ambas manos y soltó un suspiro, denotando su molestia-soy un inútil gracias a este maldito virus...-No había terminado de quejarse cuando ya tenía un pedazo de momo en la boca.

-Deja de llorar-se burló Mu-¿Dónde dejas al orgulloso Shaka, reencarnación de buda, portador del cosmos más poderoso del santuario?

-Claramente murió cuando me introdujiste ese trozo de momo en la boca...

Mu no pudo evitar reír con el comentario del indio, quien tan solo se limitó a sonreírle.

....

Hemos llegado-dijo Aldebarán, soltando la pesada caja que contenía su armadura. Era una bella parte muy dentro de un bosque en la cual el pasto no estaba muy crecido y contaban con un enorme lago, los arboles eran realmente altos y viejos por lo que pasaban tan solo hilos de luz por sus tupidos topes y se podía respirar una tranquilidad indescriptible.

Mis sentidos también me dicen que este es el lugar que nuestra Diosa ha elegido para que acampemos-comentó Mu, soltando también su caja.

Milo contemplo anonadado el paisaje-es bellísimo-inmediatamente sus ojos se posaron en el lago, y como cosa instintiva comenzó a quitarse la ropa.

-¡¿Pero qué haces?!-le grito Aioria, entonces, el solo se contestó su pregunta al ver que el griego (quien lo había ignorado olímpicamente) corrió ya desnudo hacia el lago, para después lanzarse como una "bala de cañón" en el.

Aldebarán y Mu rieron con la escena, Aioria se sonrió-Ese Milo, nunca va a cambiar.

-¿Deberíamos?-le preguntó Mu a Aldebarán, esbozando una media sonrisa mientras lo miraba a los ojos.

-No veo por qué no-le contesto el brasileño, quien ya se estaba quitando los pantalones mientras hablaban.

-Bueno, yo me dejaré parte de mi ropa si no les importa-comento Mu, quien era más pudoroso que el resto.

-Eso es ridículo-le grito Milo desde el lago-Es el único cambio que tienes ¿piensas quedarte con la ropa mojada?- el peli azul tenía razón, pero Mu no estaba dispuesto a meterse completamente desnudo al lago.

-Bueno, entonces me quedare en la orilla y solo meteré mis pies-sonrió.

-Como quieras-le dijo Milo, mirándolo con indiferencia para después sumergirse en el lago.

Para esto Aldebarán, Aioria y Milo ya se encontraban nadando en el lago, jugando competencias de quien podía nadar más rápido, de espaldas, flotar más tiempo, quien salpicaba más agua al lanzarse (obviamente esa Alde la tenía ganada) y Mu solo los miraba mientras movía animádamente sus pies dentro del agua, cuando de pronto recordó que el tenia un compañero de campamento.

-Shaka, deberías acompañarnos, el agua está muy agradable. Puedes meter los pies como yo si te parece mejor.

Shaka se quedo en silencio, su cara no tenia expresión alguna, era como si las palabras de Mu jamás hubieran llegado a su oídos. El lemuriano se molestó por la actitud del guardián de la sexta casa y se levantó de su lugar, los otros tres lo notaron y dejaron de lado lo que hacían para ver al normalmente calmado Mu de Aries acercarse peligrosamente a Shaka.

Cuando estaban a un metro de distancia, Shaka le dijo-acompáñame Mu.

El peli lila abrió grandes los ojos, el iba dispuesto a decirle a Shaka sus verdades, pero el indio parecía haber hecho todo a propósito para que se acercara a él. El guardián de la casa de Aries se limito a asentir y seguir al rubio.

Los otros tres caballeros se quedaron atónitos ante la inusual escena.

-Creo que le va a decir-

-No lo creo, ese hombre es demasiado hermético y precavido. Estoy empezando a dudar que alguna vez se lo diga.

Shaka y Mu se adentraron un poco en el bosque, la maleza se volvia mas rebelde a medida que el caballero de virgo se adentraba a paso rapido, seguido por un confundido peli lavanda.

-Shaka, ¿A dónde me llevas?-No hubo respuesta. Mu siguió los pasos del rubio hasta llegar a un enorme barranco, parecía tener cientos de metros de profundidad y terminaba tan repentinamente que de pronto se sintió un poco mareado al estar tan cerca de él, como si ese barranco lo llamara para que resbalara y cayera.

-¿Tanto te molesta que sea tu compañero que te desharás de mi?-bromeo Mu.

-No bromees con eso, por favor-dijo el rubio por lo bajo.

Mu arqueo una "ceja". Shaka pidiendo algo "por favor" ni siquiera cuando fueron por los víveres le agradeció a la amable cajera, mucho menos le pidió por favor las cosas al personal.

-¿Esto no te recuerda nada?

-¿Debería?

-Ya veo...solo quería estar seguro.

-Shaka ¿piensas decirme que pasa por tu mente? Mira, estoy consciente que solo estas aquí porque nuestra Diosa nos lo ordeno, y que probablemente preferirías estar en cualquier otra parte menos en un bosque junto con todos nosotros, pero ya que estamos aquí, pienso que por lo menos deberíamos intentar cumplir la misión que la señorita Athena nos encomendó, después de todo, ¿cómo podemos escudar nuestras batallas en el amor y la paz si no existe entre los mismos caballeros de oro? Pienso que ese es uno de los más fuertes motivos por el cual nuestra Diosa nos ha enviado aquí hoy.

-Mu...-el nombre del lemuriano a penas fue audible saliendo de los labios de Shaka, sus palabras lo habían conmovido y lo estaban poniendo a reflexionar-Aunque odie admitirlo, estas en lo cierto...Hay algo...que deberías saber...

Escucharon de pronto un estridente ruido en dirección a su campamento, ambos voltearon alarmados a esa dirección y Mu corrió lo más rápido posible hacia allá, olvidando por completo su plática anterior. Shaka dejo salir un enorme suspiro para después seguir a su compañero.

-¡Mu!-grito Milo-¡Ayúdennos!

-¡Sh..Shaka! ¡Hagan algo, por los Dioses!-dijo Aioria.

Mu quiso evitar reírse pero todo fue inútil, los tres caballeros estaban enredados en lo que parecía un intento por armar una casa de campaña, que había fallado miserablemente.

-Por esto... ¡¿Por esto corrimos hasta aquí?!-gritó Shaka, en un tono evidentemente furioso (para sorpresa del resto de los caballeros dorados)

En lo que Shaka sacaba espuma por la boca, Mu estaba ayudando a los otros tres a salir-Sabes Shaka, no me vendría mal un poco de ayuda por aquí...

-Shaka se acercó a Mu y le ayudo a desatar a sus compañeros. El rubio lo miró de reojo, hacia tanto que no se detenía a mirar esa cara serena, los enormes y expresivos ojos verdes adornados por los curiosos puntos que denotaban el misterioso origen de ese caballero que...

Shaka trago saliva de solo pensarlo...

Ese caballero que le había robado el corazón.

Continuará...

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