De amores y polvo de estrellas

  A tan sólo unos días para el cumpleaños del guardián de la quinta casa y uno de los caballeros más temperamentales e infantiles -junto con Milo de Escorpio- Mu se encontraba en la disyuntiva de no saber que darle de regalo a su pareja.

  Llevaban saliendo apenas unos cuatro meses y el de cabello lila no conocía por completo los gustos de su querido león, estuvo pensando en ello todo el día, encerrado en su taller mientras reparaba la armadura de Pegaso por sexta vez en lo que iba del mes. ¿Es que acaso Seiya tenía alguna fijación con romper su armadura? Tendría que hacerle saber que el polvo de estrellas no era inagotable y que además era bastante difícil de conseguir.

  Dejando de lado la cloth ya terminada, decidió irse a sus aposentos a darse un baño, en eso estaba cuando un cosmos muy conocido se sintió vibrar en todo Aries.

Shaka de Virgo estaba ahí.

 Sin importar todas las veces que Mu le había pedido no ingresar a la parte privada de su templo, el rubio entró como perro por su casa dirigiéndose hacia donde estaba Mu, quien ya había salido del baño y llevaba una toalla en la cintura y otra en el cuello, su largo cabello caía mojado hasta llegar más abajo de su cintura y su marcado pecho desnudo hizo hervir de deseo al hindú, que aun estaba enamorado del caballero de Aries. No habia podido superar la ruptura.

-—Hola Mu, ¿cómo estas? —habló el rubio luego de salir de su ensoñación.

-—Shaka, yo estoy bien —suspiró— ¿cuántas veces debo decirte que no debes entrar a esta parte de mi templo? Aioria podría verte y ya sabes como es.

—Somos amigos, Mu. No es mi culpa que tengas a un niño como novio.

—Te recuerdo que además de mi amigo, eres mi ex-novio y no le digas niño, todos somos casi de la misma edad.

Sin poner caso a las palabras del lemuriano, Shaka se fue acercando a él, desvaneciendo el espacio entre los dos. Mu no hizo nada para evitar el acercamiento, tampoco para evitar que el otro acariciara su mejilla.

—Vuelve conmigo, mi amor —le suplico el Virginiano— te conté como sucedieron las cosas, nunca te volveré a fallar. ¿No puedes perdonarme?

—Sabes que eso no sucederá. Me lastimaste demasiado, yo confiaba en tí.

—Pero yo te amo y de verdad no creo que tú me hayas dejado de amar a mí en tan poco tiempo. Dame una oportunidad, Mu.

—Puede ser que no te haya dejado de amar... pero eso no significa que no haya aprendido a que querer a Aioria, sólo son diferentes tipos de amor  —Le dijo esta vez, si alejándose.

—¿Podrías explicarme la puta diferencia?

—Ya que insistes, está bien.

El lemuriano caminó hasta su cama donde se puso un holgado pantalón de lana solamente, no se molestó en cubrirse, no había nada en su cuerpo que Shaka no hubiera visto antes.

-—Ustedes dos —por fin hablo— no podrían ser mas diferentes. Debido a tu papel de caballero de Virgo y semidiós todos asumen que eres la calma personificada, pero yo conozco cada sombra de tí y eres un huracán que arrasó mi vida y de paso me destruyó y aún así, lo admito Shaka de Virgo, te amo... Probablemente siempre lo haga.

El caballero de la sexta casa no daba crédito a lo que escuchaba,
Mu había reconocido que todavía lo amaba.

-—Por otro lado Aioria es impulsivo, temperamental y a veces infantil, pero me ama y logró sanar las heridas que tú provocaste en mi alma, Encontró mi corazón deshecho y con paciencia lo armó otra vez y pintó las grietas que tú causaste. Se ganó mi cariño, Shaka. No es un amor arrebatador como el que tuve contigo, pero es esa clase de sentimiento que puedes comparar con la sensación de confort y calidez que sientes al acercarte a una chimenea encendida, luego de haber estado bajo la lluvia fría —finalizo.

-—¿Entonces no volveremos a estar juntos jamás? —preguntó triste el rubio.

—No es algo que esté considerando, Shaka.

—Te amo.

—Lo sé, te he escuchado todas las veces que lo has dicho antes. Si de verdad me amas, déjame intentar ser feliz, no interfieras.

  No hacían falta más palabras, todo había sido dicho ya. Shaka se acercó y lo besó y Mu le correspondió envolviendo sus manos alrededor del cuello del rubio, para desgracia de Aioria este solo vió el beso y no la despedida anterior.

 Sintiéndose devastado salió del primer templo, estaba tan dolido que no escondió su perturbado cosmos y ambos caballeros lo sintieron, Mu suspiró y salió tras él, debían aclarar muchas cosas.

Lo alcanzo en el coliseo destrozando unas columnas.

—No deberías destruirlas, ellas no tienen la culpa de tu enojo. Drena tu furia con el causante de ella.

—¿Qué haces aquí, Mu?

—Necesitamos hablar —le respondió.

—Creo que no, ví todo lo que tenía que ver. Regresaste con Shaka ¿no es cierto?

—No, no lo hice ni lo haré.

—Y eso por que, es obvio que aún se aman.

—Escúchame algo, Leo. —se tensó, su pareja raramente lo llamaba por su signo— sí nos besamos y sí tengo sentimientos por él, pero era algo que tenía que pasar para cerrar ese capítulo de mi vida.

—Te vi disfrutar el beso —le reclamó.

— Soy un hombre, Aioria. No soy de piedra. Sin embargo, tú eres para mí como el polvo estelar para nuestras armaduras.

—No te entiendo —le respondió confundido el castaño.

-—Me has reparado. Así como el polvo de estrellas restaura las armaduras, tú lo has hecho conmigo. Eres la razón por la que volví a sonreír, la razón por la que me despierto cada mañana, con quien me imagino de aquí en adelante y con quien quiero vivir esta nueva vida que nos dio nuestra diosa.

-—¿Estás hablándome en serio? no juegues conmigo Mu, no lo soportaría.

—Esta vida te pertenece Aioria de Leo.

 Dicho esto se besaron largamente y se tomaron de las manos. En ese instante supo cual sería el mejor regalo para su leoncito, lo envolvió en sus brazos y besó su cabeza, como muchas veces Aioria había hecho cuando él estaba deprimido. Una figura los observaba desde la distancia, lagrimas resbalaban por sus ojos, Mu jamás le había dicho que era su polvo de estrellas.

Fin.





Espero no lo hayan odiado.

¿Si creen que Mucito logré olvidar a Shaka y ser feliz con el gato dorado? 🤔

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