Capítulo 8: Aceptación


HARRY


Olivia se rodea con los brazos cuando salimos del recinto. Le pregunto si quiere mi chaqueta pero lo rechaza.

Nos sobresaltamos al escuchar un chillido de rabia y exasperación. Ambos nos damos la vuelta para ver lo sucedido pero yo soy el que se lleva la sorpresa. A metros de nosotros Sara George me observa con el rostro rojo de ira cogiendo fuertemente la correa de su perrito lulú. Palidezco. Esto es malo porque aún estamos "saliendo" y ahora me ha pillado a las afueras de un restaurante con otra mujer. Mi cerebro empieza a funcionar a todo motor para armar la mejor respuesta posible.

Bajo la vista hacia Olivia, la muchacha está de brazos cruzados con cara de disgusto hacia Sara. Mi parte diablillo sonríe. Estoy asombrado por su reacción pero también me genera una gran satisfacción y una cierta chispa de esperanza que no puede descifrar el por qué.

Sara se acerca decidida hacia nosotros con el rostro torcido de rabia. Olivia se mueve a un lado pero no retrocede ni cambia el rostro.

—Cuidado con Lulú—digo señalando al cachorro asustado en sus brazos.

—No me vengas con tonterías... ¿Me vas a explicar qué haces con esta zorra? —Acusa la modelo enviándole la peor mirada hacia mi acompañante—. ¿Por eso me has cambiado Harry? No puedo creer que hayas caído tan...

—Sara basta, no aceptaré que digas ese tipo de cosas—la interrumpo con rostro inescrutable.

—Te advierto que tengas respeto—Olivia sisea. Su mirada es más asesina comparada con la rubia—, no me conoces y ni siquiera sabes el contexto. Explicaría la situación pero no hablo con burros.

La castaña se da media vuelta y se apresura hacia el Hummer negro aparcado a unos metros de nosotros. Mi chofer Scott se ha bajado del coche y me observa en señal de instrucciones.

Sara tiene los labios apretados, los ojos saltones y los puños apretados. Es la vívida imagen de la rabia. Está que se muere por la frase con la cual Olivia la ha cortado.

— ¿Vas a dejar que me trate así? —Sara inquiere indignada—. Sabía que no debía volver contigo, eres un...un don Juan cualquiera... ¿Te la estás follando Harry?

—No Sara, es una compañera de trabajo para tu información—respondo irritado—. Casi armas un espectáculo... ¿Qué edad crees que tenemos? ¿9 años? Pensé que eras más madura... ¿Sabes qué? No quiero volver a verte, se acabó.

Me doy la vuelta sin decir más y me dirijo hacia mi coche.

— ¡Eres un imbécil, tampoco eres la gran cosa! —Chilla furiosa la rubia sin moverse de su sitio.

Sara nunca significó nada para mí, volver temporalmente con ella fue únicamente para satisfacer mis necesidades. Sus palabras ni me lastiman. Una persona que no es importante en mi vida jamás podría herirme.

Ingreso al coche y Scott se pone en marcha. El ambiente está distinto, hago una mueca sintiendo una tensión mala. Olivia está de brazos cruzados observando a través de la ventanilla. ¿Qué le pasa? ¿Estará enfadada?

—Perdón por el inconveniente—declaro educadamente pero ansioso por su reacción. ¿Por qué estoy ansioso?—. No me la esperaba por aquí y no pensé que actuaría de esa manera.

¿Acaso estoy dando explicaciones? ¿Cuándo he hecho eso? ¡Nunca!

¡Corta esta mierda!

—No me importa—dice ella sin mirar—. Yo debería pedir disculpas porque le causé problemas con su novia.

—No es mi novia.

—No te creo, me quería partir la cara la chica. ¿Suele usted salir con muchachas celosas, inmaduras y explosivas?

¿Suelo yo? No diría inmaduras pero las mujeres en mi lista de citas son bastante celosas y eso me enferma. No puedes tener celos si no estás en una relación, esa es una de mis reglas.

—Fue una estúpida idea venir hasta aquí y yo sólo acepté porque usted es mi jefe—comenta aún sin mirarme. Suena arrepentida.

Siento que me cae un balde de agua fría sobre el cuerpo. ¡¿Sólo aceptó porque soy su jefe?! La idea me pone irracionalmente furioso. Es que no me la creo, pensé que había aceptado porque ella lo deseaba y no por obligación. Honestamente pensé que nos habíamos divertido...Me siento defraudado.

—Me gustaría bajarme en el metro más cercano—avisa volviendo la vista a mí. Sus ojos chocolates ya no tienen la misma calidez de hace minutos atrás.

¡¿Qué?! ¿Ya se quiere marchar?

—Puedo llevarte a tu casa Olivia.

—No, gracias. Prefiero tomar el metro, no quiero molestarlo más.

—No eres una molestia Olivia— afirmo enseguida sin cortar el contacto visual.

—Es lo único que quiero—declara con seriedad. Es testaruda.

Intercambio miradas con Scott a través del espejo retrovisor y asiento con la cabeza para que cumpla la petición de Olivia. No se demora más de cinco minutos en estacionar frente al metro más cercano. Durante ese corto periodo de tiempo nos mantenemos en silencio. Siento que no existe jerarquía entre los dos, simplemente somos dos personas las cuales su velada se les arruinó. Me siento...incompetente, normalmente soy capaz de revertir cualquier situación o lograr hacer lo que se me da la gana pero en este momento no puedo revertirlo. Ella se marchará, la velada está arruinada y no hay nada que hacer.

¿Qué pensará ella?

Olivia coge sus pertenencias, se despide educadamente y se marcha sin mirar atrás. No puedo creer que no me haya mirado antes de irse, habitualmente eso hacen las mujeres. Ella no parecía enojada pero tampoco estaba complacida.

Me desplomo en mi asiento sintiendo como el mal humor se va apoderando de mí lentamente. La tarde no terminó como quería pero de todas maneras ¿qué era lo que deseaba de esta salida tan repentina?

***

Le pedí a mi asesor de relaciones públicas que se contactará con el agente de Sara para darle término al incidente de ayer. No quiero que la chica esté divulgando información sobre mí o lo acontecido y fue lo que mi asesor prometió cumplir.

La mañana es lenta, tediosa y gris. Todo se está volviendo tan monótono, me siento tan cuadrado y corriente. Cuando me siento así sé que necesito esa chispa de diversión y maldad, una distracción femenina...pero ya no sé si quiera volver a salir con Paige.

Me maldigo a mí mismo. Soy una persona muy capaz y derecha, con respecto a las decisiones no hay término medio, es un "sí" o un "no". En este instante estoy en limbo, no sé lo que quiero y eso está generando una angustia que burbujea despacio en mi interior.

A pesar de mi raro estado de ánimo me dispongo a realizar las tareas del día. Tengo mucho trabajo. La reunión con el señor Wou termina al mediodía. Como somos buenos socios él me invita a comer a su restaurant ubicado en SoHo.

Regreso a Styles Connection a tiempo para buscar mis apuntes en mi escritorio y luego reunirme con Niall y el gruñón Webber.

—Señor Styles su madre ha llamado otra vez— avisa Karla cuando salgo de mi despacho—. Quiere saber cuándo irá a visitar a...

—Dile que estoy ocupado y envíale unas flores para hoy ¿sí? Orquídeas le gustan a mi madre.

—Está bien señor.

Ingreso al ascensor y coloco el móvil en modo avión. Me pregunto cuánto más llamará mamá, podría acceder a almorzar con ella pero ir a visitar a mi padre... Un escalofrío me recorre. No estoy preparado aún para eso. Es muy duro para mí, me desmoronaría y es lo último que quiero que él o mi madre vieran de mí. Tuve que tomar riendas, tengo que ser fuerte por la familia.

Me reúno con los otros dos evaluadores para terminar con las presentaciones de los proyectos restantes. Estos "pequeños proyectos" fueron idea de Niall y me pareció bueno. Ayer estaba entusiasmado por saber lo que tenían que ofrecernos los internos con las herramientas que le entregáramos pero ahora miro el reloj cada dos segundos. Aquí no es dónde quiero estar. Me reprendo duramente por estar tan distraído. Otra regla de oro para mí es siempre estar enfocado y entregado. Soy una persona muy responsable cuando se trata de mi empresa.

Algunas presentaciones son buenas y otras dejan mucho que desear. Me molesto con las personas que me parece incompetentes, están en esta pasantía increíble ¿y esto es lo que tienen que ofrecer? Más vale que mejoren. Por distintas maneras vamos a evaluar y elegir a los seleccionados que serán contratados así que es muy importante que demuestren por qué merecen un puesto.

Al terminar un peso se esfuma de mis hombros pero aún queda un problema más. Hemos acordado discutir el tema de ayer sobre lo que suponemos es plagio entre Will y Olivia. No los sancionaremos porque no hay pruebas concretas pero sus trabajos no son del todo válidos y sólo rescataremos lo más importante. Acordamos con Niall de ir a hablar con ellos.

Nos despedimos del señor Webber y yo sigo a Niall. Me quedo boquiabierto cuando diviso el puesto de trabajo de los internos. Olivia está usando un vestido rosa pálido, largo que le cae más allá de las rodillas y que moldea toda su figura. Luce despampanante, sexy pero elegante. Casi me da un infarto, esta muchacha tiene que ser sancionada y castigada por esto y me ofrezco para encargarme de esa labor. Maldigo internamente cuando siento una presión en mi bóxer.

¡Que no te vean la baba Styles!

Los tres internos se levantan cuando nos ven. Niall comienza a hablar. Ver a Olivia vestida de esa manera me ha tomado totalmente con la guardia baja. La conexión con el cerebro ha fallado momentáneamente y estoy tratando de volver a conectarme. Siento que no me saldrán las palabras. No puedo hacerlo. Ese vestido ha causado estragos en mí.

Olivia y yo intercambiamos miradas y la presión aumenta aún más en mi ropa interior. Es que no me la creo que esté excitado, en dos segundos la tengo dura como una roca o una montaña o lo que sea. Maldigo internamente otra vez. ¡Este es el trabajo! ¡Corta la mierda!

— ¿Harry? —Habla Niall tratando de llamar mi atención. ¡Mierda, mierda! ¡Tengo que hablar!

—Eh, sí...Estamos preocupados por la situación, no estamos culpando a nadie porque no hay pruebas pero queremos creer que es una mera coincidencia. El plagio en mi empresa es inaceptable. No soy un hombre de segundas oportunidades pero debido a las circunstancia lo dejaremos pasar. Ustedes están aquí para ganarse un puesto de trabajo y quiero que demuestren que se lo merecen, todos están siendo evaluados y no acepto juego sucio ¿entendido?

Los tres asienten con la cabeza con rostros serios. Agradezco que las palabras hayan salido con fluidez porque honestamente estoy fuera de mis casillas.

—Bueno gracias, pueden volver al trabajo—aviso con seriedad.

Niall me retiene en una conversación, lo único bueno es que puedo espiar a la interna. Me percato que Olivia me mira de reojo, su mirada viaja por mi cuerpo y aterriza en mi entrepierna. La muchacha escupe el agua que estaba bebiendo sobre la pantalla de la portátil. Se ahoga y el otro interno, que no sé cómo se llama, se levanta para ayudarla. Como me han pillado me despido de Niall y huyo de la escena. ¡Maldición!

Me encierro en mi oficina y me enfoco en bajar mis revoluciones. Respondo unos correos, leo un informe, bebo un gran vaso de agua helada, me lavo el rostro, firmo algunos papeles y hasta le contesto los mensajes a Paige para lograr distraerme.

50 minutos después estoy más relajado...pero aburrido. He hecho casi todo el papeleo, he repasado mi agenda para mañana con Karla y sólo necesito unas fotocopias de algunos documentos. La última tarea me da una idea, una idea que me parece estúpida pero como no tengo nada que hacer decido poner el plan en marcha. Decido hacer las fotocopias yo mismo pero en el piso 16. Tengo que tener una buena excusa para espiar así que me pasaré por la oficina del rubio natural.

—Hola Harry ¿qué pasa? —Inquiere confundido mi amigo cuando me ve en la entrada.

—Eh...Estaba aburrido... ¿Qué haces?

El muchacho despega su atención de su computadora y ahora me está observando con curiosidad.

—Reviso unas plantillas... ¿y tú? ¿Qué son esos papeles?

—Voy a fotocopiar algo.

— ¿Tú? ¿Fotocopiar? ¿Sabes cómo usar la máquina? —Inquiere ahogando una carcajada.

—Claro que sí rubio natural.

—Ni siquiera sabes cómo hacer un huevo Harry.

—Para tu información sí sé y también sé preparar arroz.

Niall ahoga otra carcajada. Se burla de mí porque él es un maestro en la cocina mientras yo tengo experiencia nula.

—Tengo una pregunta y seré directo porque eres mi amigo... ¿Te gusta Olivia?

¿QUÉ DIABLOS? ¡¿Cómo se atreve?!

—Claro que no, que asco—respondo con una mueca de disgusto.

—No seas idiota, ¿crees que no noté cómo la miraste? —Niall dice con una sonrisa de picardía—. Está bonita hoy.

¡Bonita! ¡Ja! Bonita le queda corto.

No quiero hablar de esto con él, me parece una declaración absurda. Decido por el papel del desentendido.

— No sé de qué me hablas.

—Sólo diré que cuando se trata de mujeres...tu otra cabeza es la que trabaja.

Exactamente.

— ¡Que depravado! — Exclamo fingiendo indignación—. Vuelve al trabajo rubio sucio. Voy a fotocopiar... ¡Adiós!

Me dirijo rápidamente a la sala de fotocopias y me congelo cuando me encuentro con Olivia. La muchacha desvía su atención de la máquina y se ruboriza al verme. ¿Por qué se ruboriza? Debe estar recordando el reciente incidente que involucraba mi entrepierna. Estoy avergonzado pero mantengo la compostura. Soy un buen actor, mi expresión está impenetrable.

— ¿Qué hace acá? —Inquiere ella en tono bajo cuando me sitúo en la fotocopiadora de al lado.

—Vine a hacerle un favor a Niall—miento señalando los documentos que llevo.

—Oh, ya veo...

— ¿Cómo estás?

—Bien... ¿y usted?

—Bien.

Nos sumergimos en un silencio...incómodo. ¿Por qué ha cambiado el ambiente? ¿Ha sido por el incidente con Sara? Me da la impresión de que jamás volveré a retomar una conversación tan fluida con ella como la que tuvimos durante la cena de ayer. Quiero hablarle, me gusta escuchar su voz y simplemente no sé cómo hacerlo y eso me hace sentir increíblemente estúpido e inútil.

— ¿Cómo estuvieron las otras presentaciones?

Me sorprendo al escuchar su voz.

—Sí, estuvo bien...pero algunas dejaron mucho que desear.

Ella asiente con la cabeza y una mueca cruza su rostro. ¿Qué está pensando?

—Espero que haya hecho las paces con la chica de ayer, no quería meterlo en problemas con su novia.

—Ya es tema pasado. No es mi novia ya te lo he dicho, yo no tengo novias— recalco con seriedad—. No me gustan esas tonteras...

Pura mierda, puro desgaste emocional, puras ilusiones sabiendo que tendrá un irremediable final. Me parece triste y patético el ciclo de iniciar con una persona, incorporarla a tu vida, acostumbrarte y que terminen como completos desconocidos. Me parece hasta masoquista.

—Ah...entiendo— murmura ella bajando la vista.

Su máquina emite un sonido avisando que está listo. La muchacha recoge sus papeles y se despide educadamente. Una vez solo los tonos de la sala se vuelven oscuros y grises. Miro a mi alrededor y hay otro hombre usando la fotocopiadora pero está distraído escuchando música.

Recojo los documentos cuando la fotocopiadora ha terminado. Mientras camino hacia el ascensor diviso a Olivia conversando con el otro interno que desconozco su nombre. Una punzada de envidia sacude todo mi cuerpo, es un desazón tan grande que me deja sin habla. Jamás he sentido eso.

Ella sonríe, hablan animadamente y no veo rastro de la barrera que ella impone ante mí. La muchacha agarra una carpeta antes de dirigirse a la oficina de Niall y el interno aprovecha para mirarle el culo. ¿¡Cómo se atreve ese cabrón!? ¡Mal parido! Voy a despedirlo por eso.

Con puños apretados y la envidia aun circulando a través de mí vuelvo a mi despacho y me desplomo en mi asiento. Estoy enfadado...con el mundo y conmigo mismo. Lanzo la carpeta y los papeles vuelan antes de desplomarse en el suelo.

¡Maldición!

He pensado en ella más de lo debido e invitarla a salir ayer superó todos los límites. Ni siquiera pensé en las consecuencias y es porque no me importa. Verla ahora sólo afirma el deseo y verla interactuar con el otro interno me sacó, un poco, de mis casillas. Honestamente ya no puedo seguir negándomelo...Yo quiero esta chica en mi cama. No me importa si es más que un capricho y menos me importa si es una interna. La deseo pero ¿cómo diablos puedo acercarme a Olivia?


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