jijij la foto es de Harry es su cumple, está tAAAAN PRECIOSO, RICURA,COMO DESEARÍA SER ESA CHICAAAA SÓLO CIERREN LOS OJOS E IMAGÍNENSELO AYYYYY  <3 <3 <3

HARRY

Apago mi ordenador y cojo mi maleta.

¿Qué diablos estaba pensando cuando decidí invitar a Olivia a un café? Ya no hay vuelta atrás y tampoco soy un hombre que se arrepiente. Cumplo mi palabra. Quiero creer que es una mala idea pero una parte de mí ansía verla y conversar sobre lo que pasó hoy.

Paso al baño para lavarme el rostro y peinar un poco mi cabello. Me despido de Karla y me dirijo al ascensor. Ella se despide de manera educada pero estoy seguro que se muere por saber lo que está pasando. Ciertamente estaba sorprendida cuando le pedí que hablara con Olivia. Yo nunca he invitado antes a alguien del personal a tomar un café conmigo. De todas maneras le pago para que trabaje y para que mantenga discreción así que no me importa lo que piense.

Salgo en el piso -2 y me dirijo a donde usualmente mi chofer aparca el coche. Le he avisado a Scott sobre los planes de hoy. La camioneta está encendida cuando arribo y las ventanas están abiertas. Desde el puesto del conductor Scott me saluda con un movimiento con la cabeza y yo hago lo mismo.

Ignoro unos estúpidos nervios que me sacuden de pronto... ¡Esto es ridículo! ¡Es sólo una interna! ¡Y sólo vamos a tomar un café!

Abro la puerta y allí se encuentra Olivia. Cuando nuestras miradas se cruzan la atmosfera cambia...siento electricidad y calor. Las dos veces que la he llamado a mi despacho he sentido esa chispa pero ahora es distinto. ¿Sentirá ella la diferencia?

¡Styles para las tonteras! ¡Es-una-interna!

—Señor Styles—saluda educadamente con una sonrisa a medias. En sus ojos encuentro un ápice de aversión hacia mí. Debe estar molesta por lo de hoy.

—Scott vamos a la cafetería Ralph—anuncio y la camioneta empieza a moverse—. Es una cafetería en Soho. ¿Dónde estás viviendo?

—En Park Slope en Brooklyn.

— ¿No es un barrio peligroso? —Pregunto preocupado.

Puedo contar con los dedos de una mano las veces que he frecuentado Brooklyn. Desde que mi familia llegó a los Estados Unidos he vivido toda mi vida en Manhattan.

—No, es tranquilo.

— ¿Has ido a Soho?

—Sólo una vez pero no para divertirme sino para recoger unas flores como una esclava ¿le suena familiar? —Inquiere ella con voz amable pero sus ojos me están lanzando dardos.

Elevo una ceja cuestionando su tono de voz. Mi mirada desafiante genera un efecto parcial en ella, relaja los hombros pero se cruza de brazos a la defensiva.

— Así que naciste en Phoenix—digo para cambiar el tema.

—¿Cómo lo sabe?

—Me mencionaste la universidad dónde estudiabas, lo deduje por eso.

—He vivido toda mi vida allá...nunca he salido del país.

— ¿Nunca? ¿De verdad? —Exclamo sorprendido. Ella asiente bajando la vista a sus dedos.

Debe provenir de una familia con ingresos promedio. Es una lástima que no haya salido del país, todo el mundo debería tener el derecho de viajar y explorar. No hay nada más sanador que viajar y estar en un lugar dónde nadie te conoce. Para mí es una sensación increíble y a cada cierto tiempo necesito escapar aunque sea por unos días.

¡Tú deberías llevarla!

Si pudiera le daría una bofetada a mi subconsciente. Olivia nunca aceptaría y no puedo pensar tonteras así, siento una estúpida atracción hacia ella...como ya he dicho ella ni es mi tipo.

—¿Dónde te gustaría?

Apuesto a que dice Inglaterra o esa típica mierda.

—Al Medio Oriente. Me gusta mucho Tailandia.

Eso no me lo esperaba.

— ¿Por qué?

—Su cultura tan rica y milenaria. Tienen otra versión del mundo, me parece fascinante los paisajes, todo allá es tan diferente. No sé si me gustaría la comida.

—Sobre la comida te apoyo...¿te imaginas comiendo brocheta de insectos?

—Iugh no. Me gustaría ir porque esos son los lugares que me gustarían conocer y explorar. Aparte sería una desconocida total en un país nuevo, una anónima...

Ha dicho exactamente lo que pienso. Llegar a un lugar donde nadie te conoce a veces puede resultar refrescante.

Nos quedamos en silencio por unos minutos. Decido ir al punto de esta salida.

— ¿Entonces...qué diablos pasó hoy? —Cuestiono confundido.

Ella suelta un largo suspiro y juguetea con un mechón de su cabello. Se ha dejado el cabello suelto para nuestra salida y le sienta muy bien. Me gusta.

—No tengo ni idea pero estoy tan enfadada—sisea sin observarme—. También estoy molesta con usted—señala sin rodeos.

Abro los ojos como platos, sorprendido por la declaración.

— ¿Por qué?

—Porque conocía parte de mi trabajo y no me defendió. Su palabra era muy valiosa—defiende molesta.

¿Por qué no lo hice? No deseaba tener que dar declaraciones posteriores al señor Webber y a Niall, aparte no todo lo que me mostró Olivia fue lo que Will le copió.

—Lo que tú me mostraste no fue exactamente lo que te plagió.

Me mira indignada. Se cruza de brazos refunfuñando.

—Pero una pequeña parte sí. Aún así señor Styles pudo haber generado un ligero cambio en el asunto. Si el caso fuera al revés yo lo defendería.

¿Haría eso ella por mí? Parece un gran salto de confianza. Me hace sentir que me he comprometido poco con su trabajo. Valoré lo que me enseñó y ahora tengo más fe sobre ella. Es inteligente. Su percance me resulta decepcionante.

— ¿lo harías?

—Por supuesto. Defiendo lo correcto. Yo sólo quería... hacer un buen trabajo—murmura lo último. Su irritación se desvanece un poco.

Luce desanimada y decepcionada. Me sorprendo de mí mismo al sentir que esto de alguna manera también me afecta. No quiero verla de esa manera. ¡Rayos! ¿Estoy verdaderamente preocupado por ella? ¿Qué me pasa?

—Lo entiendo y...lo lamento...Pero no tienes pruebas para culpar a Will.

—No pero no puede ser simple coincidencia ¿cierto? — Cuestiona mirándome directamente a los ojos.

Hasta ahora no tenía idea de lo intenso que podían ser sus ojos. Unos mechones rebeldes se deslizan hacia adelante pero los atrapo situándolo tras su oreja. Su expresión de enfado pierde la intención cuando sus mejillas se ruborizan. ¿Ejerzo efecto sobre ella?...Interesante.

—No, no creo que haya sido una coincidencia.

— ¿Qué partes exactamente fueron plagio? No me lo aclararon.

Le respondo señalando los puntos de su presentación que tenían similitud con la del muchacho.

—Ya veo...Qué cabrón—murmura lo último como para sí misma.

— ¿Hablaste con él?

—No...me fui y él aún no había regresado a su escritorio pero ya me haré cargo de eso—asegura frotándose las manos.

¿Está tramando algún plan? Chica mala...

— ¿Qué tienes en mente?—Inquiero curioso.

—Algo ilegal—susurra con una sonrisa maliciosa. Todas sus sonrisas son lindas—. Con explosiones, secuestros y tiroteo.

Coloco los ojos en blanco pero sonrío. Tiene sentido de humor a pesar del problema. Me gusta eso.

—Puedo entender tu rabia e impotencia pero no puedes acusarlo sin una prueba concreta.

—Lo sé y eso es lo que me deja más angustiada—comenta frotándose suavemente el rostro con las manos. Por un momento creo que va a llorar pero no lo hace—. Hoy dejé mis papeles sobre mi escritorio y fui a una reunión del equipo de marketing...Will se retiró antes y cuando volví a mi puesto los papeles estaban sobre mi asiento. Alguien los movió quizás. Sé que puede sonar paranoico pero es la única teoría que tengo.

—Yo creo en tu versión porque ya conocía parte de tu trabajo. Desde ahora te aconsejo que mantengas un ojo en él...

Esto no se puede repetir. No es la clase de persona que quiero en mi empresa. Es una actitud deshonesta, no es lo que busco. Un segundo error de esa magnitud y esta fuera. Aparte estoy buscando originalidad, nuestra empresa hasta ahora se ha destacado por ser diferente a la competencia.

Regreso la atención a la preciosa chica, está desolada. Su expresión genera una oleada extraña en mi pecho. No me gusta verla así y quiero remediarlo...eso es lo que siento y me sorprende.

—Olivia...Siempre habrá gente como Will si es que él verdaderamente te plagió. El área laboral es difícil, a veces hasta cruel...tienes que ser fuerte o el mundo te aplastará.

—Lo sé...

—Hasta ahora te veo tenaz, inteligente y responsable Olivia...Estoy seguro que aprenderás y harás lo mejor como interna en Styles Connection.

No suelo ser tan empático con las mujeres. Estoy asombrado por mi actitud. No soy tan bueno con las palabras pero esta vez elegí las correctas.

Nuestras miradas se vuelven a encontrar luego de mi última declaración. Por segunda vez en esta salida la atmosfera cambia y un calor intenso recorre mi cuerpo.

—Señor Styles hemos llegado—anuncia Scott deteniendo el coche. El momento se esfuma.

—Perfecto. ¿Vamos?

Abro la puerta de la camioneta y ayudo a Olivia a bajar. El contacto físico genera un escalofrío que viaja por toda mi piel. ¿Qué diablos? ¡Corta esta tontera Styles!

—Recógenos en una hora ¿está bien Scott?

—Seguro señor.

¿Qué me pasa? ¿Por qué no dije 20 minutos? Creo que una hora es demasiado tiempo...Supuestamente esta salida debía ser algo puntual.

Me maldigo a mí mismo mientras me alejo de la camioneta. Olivia está de pie a las afueras de la pizzería Milano que está a unos metros de la cafetería.

Elevo una ceja. Tengo hambre, una pizza tampoco estaría mal. Dejaré que ella elija.

— ¿Quieres comer aquí? —Pregunto situándome a su lado. Se sobresalta ante mi presencia y detecto en su expresión que está indecisa.

—Lo que usted quiera señor Styles.

—Insisto que elijas tú, a mí no me molesta.

— ¿Está seguro?

—Sí.

Ella sonríe a medias y me hace una tímida señal para que entremos a la pizzería. Me adelanto, cojo su mano e ingresamos.

—Qué lindo—murmura ella observando el recinto.

El interior está cálido, acogedor y decorado de una manera muy elegante y muy Italiana. Un olor a especias y tomate flotan a nuestro alrededor. El flujo de gente está regular y el ambiente está tranquilo acompañado de una pegajosa música de fondo.

Una mujer nos recibe en la entrada. Acá se hacen reservas pero para nuestra suerte tienen mesas disponibles. La rubia nos guía a la mesa. Bajo la vista hacia nuestras manos, ¿en qué momento la cogí? Corto el contacto con delicadeza.
Ignoro la mirada despectiva que le entrega la camarera a mi acompañante. ¿Qué le pasa? Mi acompañante es mil veces más guapa y elegante que ella. No hay nada malo con Olivia. Lo único malo es que no está en mi cama. Me pellizco como castigo ante tal pensamiento.

La camarera nos entrega la carta una vez que nos acomodamos. Reviso los vinos que tienen, elijo uno y la mujer se retira. Me arrepiento de la elección ya que podría parecer inapropiado pero mi parte diablillo le da una patada a mi parte buena.

Envío una mirada furtiva a Olivia...la veo angustiada leyendo el menú... ¿Cuál es el problema? Voy a la sección de las pizzas e inmediatamente entiendo el por qué. Este lugar es carísimo aunque no me sorprende, Soho es uno de los barrios más costosos de Nueva York.

— ¿Qué quieres comer? Elije lo que quieras yo invito por supuesto—hablo dulcemente para calmar su expresión—. Pedí un vino... ¿te gusta?

—Sí, me gusta aunque prefiero la cerveza. Aviso previamente que mi experiencia es solo con vinos de supermercado—contesta con una sonrisa.

Nunca he comprado un vino del supermercado en mi vida. Podrían ser buenos...lo más caro no necesariamente es lo mejor.

Una camarera aparece con el vino, los platos y las copas. Nos pregunta que deseamos comer mientras sirve el vino.

—Voy a querer una pizza Margarita.

—Yo quiero la pizza de camarones— digo entregándole la carta a la camarera. La muchacha anota nuestros pedidos y se marcha.

Ambos cogemos nuestras copas y disgustamos el vino.

— ¿Ha catado vinos señor Styles?

—Sí, a mi padre le encanta aunque no soy muy experto.

—Bueno yo no sé nada así que enséñeme señor Styles — pide ella con una voz que me resulta sensual.

La chica se inclina hacia mí apoyando un codo sobre la mesa. A pesar de que ella mantiene una distancia razonable me está entregando la mejor vista de su escote. Aspiro profundamente con los músculos tensos. ¡Deja el pecado Styles, mira hacia otro lado!

Obedezco subiendo la mirada, para mi buena suerte Olivia justo estaba mirando hacia otra parte. Me aclaro la garganta y me armo de valor para no volver a mirar sus lindas tetas.

—Lo importante en la cata de vinos es el color, el olor y el sabor. Para el color tienes que observarlo a la luz, los vinos tintos más claros creo que son más ácidos pero frutales. Los vinos más claros son los más jóvenes y los más oscuros son los que tienen más tiempo.

—Este es como un rojo oscuro.

—Este está en un buen punto. También debes ver su claridad, un vino turbio no es algo bueno.

—Luce bien—murmura observando el vino a luz.

—Sí. Con respecto al olor tienes que mover un poquito la copa para liberar los aromas y luego literalmente colocar tu nariz dentro de la copa y respirar profundo.

Ambos movemos la copa circularmente y después metemos nuestra nariz e inhalamos profundamente. Soltamos una risa con las narices aún dentro de la copa.

—Tiene como un aroma como...dulce y ¿floral?

—Exacto Olivia. Y el último paso de esta mala clase de cómo catar vinos es degustar, debes beber lo suficiente para distribuirlo por toda la boca...la idea es que captes todos los sabores del vino: Ácido, dulce, salado y amargo.

—Tiene buen sabor, no es tan amargo—comenta luego de darle un sorbo.

—Sí, tienes razón.

—Gracias por la rápida clase señor Styles.

—Ha sido la peor clase.

— ¿Tengo tarea? — Inquiere suprimiendo una sonrisa.

Su tarea sería recostarse en mi escritorio a mi disposición y dejarme analizar toda su anatomía. Estaría encantado.

—Si te comportas mal entonces sí—replico siguiéndole el juego.

—Entonces mejor ser chica buena—murmura antes de darle un sorbo al vino.

La camarera aparece de la nada y nos deja nuestras pizzas. El olor de la comida nos invade incitándonos a comer y lucen deliciosas.

Al principio comemos en silencio y lo aprovecho para admirarla. Las veces que la he visto ha usado camisas blancas lo cual le sienta bien y le da un aspecto más de inocente pero hoy todo su conjunto es de color negro y con sus labios pintados de rojo la hacen lucir más madura y...atractiva. Toda una mujer. Mis ojos recorren su rostro una vez más. Uau...es sencillamente guapa. ¡Styles deja de comértela con los ojos! ¿¡Qué te pasa!?

Para mi sorpresa la velada es agradable. Logramos entablar una conversación que abarca todo tipo de temas. Me sorprendo al estar muy interesado en sus respuestas. Me gusta...escucharla, tiene una linda voz y las caras que hace son graciosas. Es muy expresiva.

Es una muchacha sencilla, es trabajadora, divertida, responsable y quiere mucho a su familia. Le gusta conversar y descubro que a mí me gusta hablar con ella, estoy muy cómodo y normalmente no suelo sentirme de esa manera.
No siempre se me da esta sensación, a veces me resulta muy tedioso escuchar el parloteo de las mujeres.

Me cuenta que le gusta realizar actividad física para poder relajarse o despejarse. Supiera Olivia que se me viene a la mente una actividad física para los dos mucho más interesante e intensa que el yoga o esas mierdas... Quiero golpear mi lado lujurioso.

Recibo un mensaje de Scott avisando que está cerca de la pizzería. ¡Es muy pronto! La hora ha pasado volando.

Pago la cuenta con la tarjeta y la muchacha me agradece una vez más. Caminamos en silencio hacia la salida. Ha sido una buena velada. Olivia sencillamente es exquisita e interesante y no quiero que se marche... ¿podría retenerla un poco más? Eso superaría los límites de lo incorrecto pero me gusta jugar sucio.

Olivia se rodea con los brazos cuando salimos del recinto. Le pregunto si quiere mi chaqueta pero lo rechaza.

Nos sobresaltamos al escuchar un chillido de rabia y exasperación. Ambos nos damos la vuelta para ver lo sucedido pero yo soy el que se lleva la sorpresa. A metros de nosotros Sara George me observa con el rostro rojo de ira cogiendo fuertemente la correa de su perrito lulú. Palidezco. Esto es muy malo porque aún estamos "saliendo" y ahora me ha pillado a las afueras de un restaurante con otra mujer. Mi cerebro empieza a funcionar a todo motor para armar la mejor respuesta posible.

Bajo la vista hacia Olivia, la muchacha está de brazos cruzados con cara de disgusto hacia Sara. Mi parte diablillo sonríe. Estoy asombrado por su reacción pero también me genera una gran satisfacción y una chispa de esperanza que no puedo descifrar el por qué.