Capítulo 12: Eventos & encierros.
¿Qué pasó en el último capítulo?
Harry para el ascensor, le deja un chupetón a Olivia y después la invita a ver un partido de tenis juntos jiji
no he editado el capítulo por si tiene algún error ortográfico
*
Lanzo un trozo de goma de mascar a la boca y regreso la vista hacia el espejo. Mi estilista ha hecho un gran trabajo. Mi atuendo consiste en unas botas negras, vaqueros oscuros, una camisa de leopardo y un abrigo. Inicialmente no estaba seguro de este conjunto, mi comodidad reside en los trajes pero mi estilista insistió en este look para mí, es bastante casual pero me ha quedado bien.
Esta noche la revista Styles realizará un evento para celebrar los tres millones de seguidores en Facebook y también por el volumen de este mes. Yo aparezco en la portada así que tengo la obligación de asistir y también como hermano tengo que ir a apoyar a mi hermana Gemma.
Me aseguro de llevar conmigo la billetera, el móvil y las llaves antes de dirigirme al estacionamiento. Scott está esperando con la camioneta encendida. En el viaje aprovecho de revisar correos de trabajo, que están pendientes y algunos tienen mayor prioridad así que los respondo y me envío un correo a mí mismo con todas las tareas que me quedan hacer para retomarlas una vez que regrese a mi hogar.
El evento se realizará en un recinto llamado Casa piedra. Los automóviles se van estacionando en la entrada y de ahí tenemos que pasar por una mini alfombra roja. Me despido de Scott antes de bajarme del coche. Una muchacha de lentes, que sujeta un cuaderno, me da las indicaciones para pasar hacia la alfombra roja. Poso para los fotógrafos, el flash de las cámaras me ciegan y yo trato de enseñar la mejor sonrisa, ya deseando que se acabe este momento. Voy avanzando por la alfombra lo más rápido posible y siento que se esfuma la tensión cuando por fin se termina.
Casa piedra es enorme. Lo primero es la recepción dónde confirman mi nombre, me entregan el itinerario de hoy y hay un camarero ofreciendo bebidas. Acepto una copa de champaña e ingreso al recinto. Gemma y sus asesores se han pasado. El gran salón derrocha elegancia, tiene varias telas blancas colgando armónicamente por el techo y que están iluminadas por luces fluorescentes. Han montado un escenario dónde está el DJ, hay varios cuadros digitales que reproducen las portadas de los últimos volúmenes de la revista, hay una barra abierta estructurada en piedra y con una pequeña cascada en la pared y hay bastantes camareros repartiendo todo tipo de comida. Estoy muy impresionado.
Agarro una brocheta de camarón y me muevo entre la multitud para buscar a mis amigos. Diviso a Gemma en una esquina entregando algunas órdenes. Decido asustarla. Me acerco lentamente situándome tras ella sigilosamente.
— ¡Gemma! —Grito en su oído y la muchacha se sobresalta pegando un chillido.
— ¡Eres un idiota!—Exclama molesta encestando un puñetazo en mi estómago. Mis manos caen sobre la zona atacada y finjo desfallecer apoyando mi cuerpo sobre el suyo—. ¡Me estás pesando gordo! —Se queja empujándome con toda su fuerza, apenas me mueve pero decido enderezarme—. Sé más profesional este es un evento importante.
— ¿Dónde están los demás?
—Sentados cerca de la fuente de chocolate. Estoy muy ocupada ¿hablamos después?
—Todo se ve muy bien, estoy orgulloso de ti. Nos vemos después.
Le doy un beso en la mejilla y voy en busca de los chicos. Serpenteo entre los invitados, todos vestidos con una mezcla de glamour pero sin excederse, saludo algunas personas rápidamente sin deseos de detener mi caminata. Casi se me cae la brocheta de la mano, me quedo con un sabor amargo cuando diviso a Paige Reifler a metros de distancia. Me doy la media vuelta de inmediato deseando que no me vea. ¡Qué gran mierda! Definitivamente era la última persona que esperaba ver acá... ¿Por qué la han invitado? ¡Maldición!
Terminé lo mío con Paige hace dos semanas creo, desde allí no la he vuelto a ver. Lamentablemente lo hice de una manera desastrosa y no estoy orgulloso, follamos y al otro día nos juntamos y le confesé que no quería seguir con lo nuestro, la noticia la pilló de sorpresa y estaba completamente en desacuerdo. No entiendo por qué querría estar conmigo, no tengo nada para ofrecerle, ella quería algo más y yo simplemente enredarme en sus sábanas, pensó que en esta segunda oportunidad yo cambiaría pero siempre fui honesto con respecto a mi posición. La situación terminó en fuerte confrontación y gritos por parte de ella, probablemente me castraría si pudiera.
Terminé con Paige porque me aborrecía totalmente y estoy interesado en Olivia. Pero fui un imbécil con Paige, debe seguir molesta y que esté presente esta noche arruina todo mi humor, esto es muy jodido.
Ya no tengo ganas de estar aquí. Me acerco a la ventana más cercana, casi escondida por una larga cortina blanca de seda, trato de abrirla pero no se puede. Claro que no me escaparé por aquí pero no es mala idea. Me bebo de golpe todo la champan, esperando que, mágicamente, el alcohol mejorará toda la situación.
Diviso la fuente de chocolate y a mis amigos, me apresuro cabizbaja. Niall y Louis son glotones por excelencia. Mis 3 mejores amigos tienen sus sillas cercanas a la gran y circular fuente y están mojando su brocheta de fruta con chocolate caliente.
—Llegó la chica portada—anuncia Louis con una sonrisa—. Te guardamos un asiento perrita, ven siéntate.
Me uno a ellos y bebo de un sorbo lo que sobra de mi copa.
— ¿Te quieres emborrachar esta noche? — Inquiere Liam cuando acepto una segunda copa de champan ofrecida por una camarera.
—Estoy metido en gran mierda—declaro con mala cara.
Les relato mi problema a mis amigos, omitiendo el ascensor, la salida con Olivia y mis intenciones por ella. Niall está presente, no creo que le agradaría enterarse sobre eso...estoy seguro que me regañaría muy feo. Él siempre con el sentido de la bondad. ¡A la verga! La vida a veces necesita esa chispa de travesura y maldad.
—Qué mierda— dice Louis negando con la cabeza—. Te pasa por puto.
—Tranquilo te protegeremos—Liam me guiña un ojo antes de echarse una fruta a la boca.
Niall se levanta de su asiento cuando recibe una llamada.
—Hola Liv. Sí, estamos cerca de la fuente de chocolate... ¿Acabaste de entrar? Ya bueno, te esperamos.
— ¿A quién estamos esperando? —Inquiere Louis con una expresión pícara—. ¿Trajiste una cita para esta noche?
—No, no. Viene Olivia ¿la recuerdan?
Me atraganto con la champan ante las palabras de Niall, un sorbo se escapa de la comisura de mi labio y gotea a mi pantalón. Mis amigos me dedican una breve mirada de confusión. ¡Joder! ¿Por qué diablos Olivia ha venido y por qué tiene el número de Niall?
—Es linda...podría invitarla a salir... ¿Qué opinan? —Pregunta Liam sonriendo.
—No—respondo enseguida fríamente. Tres rostros me miran sorprendidos—. Es lesbiana—miento y lo digo con tal seriedad que creo que mis amigos se tragan la mentira.
—Oh, qué lástima—dice Liam con una mueca.
Ignoro la mirada de desconfianza que me envía Niall. Maldición, él ya debe sospechar algo...
La última vez que vi a la preciosa Olivia fue para ver el partido de tenis juntos, su recuerdo fresco y real en mi mente, su respiración acelerada, su piel suave, su perfume femenino, sus ojos miel llenos de chispas y la sensación de plantarle ese chupetón. Respiro profundamente, mi cerebro empieza a trabajar rápidamente, ahora que me he enterado de esto la velada y sus perspectivas cambian completamente para mí, por una parte me motiva, porque ahora estoy ansiando verla, pero también me ponen en una situación difícil. Mi mente traza un plan: Evitar a Paige toda costa esta noche, comportarme de la mejor manera posible frente a Olivia y ver qué sucede.
Horan levanta una mano haciéndole señales. La distingo de inmediato entre la creciente multitud. Está vistiendo una blusa negra con escote en V y manga larga, acompañado de una falda marrón que cae hasta su tobillo y unos tacones oscuros. Lleva el cabello suelto y un maquillaje sin pretensiones. Aprovecho de admirarla y guardar este recuerdo en mi mente. Luce muy natural, sencilla y ordenadita. Se me seca la boca. Yo quiero desarreglarla y que nos enredemos entre mis sabanas.
—Se te está cayendo la baba, límpiate—bromea Liam lanzándome una servilleta a la cara. Me sobresalto y aterrizo mi puño contra su hombro. Idiota.
La interna saluda a todos educadamente, su gesto se tensa al fijarse en mí pero lo disfrazada velozmente sonriéndome a medias. Desvía la mirada a todas partes menos a mí y está casi cabizbaja, creo que está avergonzada, ¿será eso bueno? No es el efecto que espero tener sobre ella pero es algo.
La muchacha toma asiento en la silla que le ha traído Horan y sus manos alisan la tela de su falda.
— ¿Por qué estamos casi cercando esta fuente de chocolate? —Inquiere confundida.
—Porque son unos cerdos glotones—respondo yo.
—Porque la entrada es lo dulce y más rato nos vamos a los salados—responde Louis con una sonrisa.
Niall asiente entusiasmado y le entrega una brocheta de fruta a Olivia.
— ¿Saben dónde está Gemma? Ella me invitó y quería agradecerle.
Así que fue mi hermana...Debería agradecerle pero también desheredarla por haber invitado a Paige.
—Está ocupada pero se unirá a nosotros después—contesto con cara de póker. Desearía que Niall no estuviera entre nosotros así podría hablar con ella.
—Voy a ir por un trago—avisa Olivia incorporándose.
—Yo te acompaño—digo imitándola. Soy más rápido que Niall que estuvo a punto de ofrecerse.
El rubio me dedica otra mirada de sospecha la cual ignoro con profesionalismo. Olivia también me dedica una mirada, casi nerviosa, la cual también ignoro.
— ¿Alguien quiere algo?
—Tráeme un coctel de camarones porfis— pide Louis y Liam al unísono colocando cara de tiernos. Ruedo los ojos pero asiento.
Nos alejamos de los chicos, caminamos sin decir una palabra, mientras avanzamos nuestros cuerpos se rozan constantemente y me pillo con sus miradas a hurtadillas y ella se percata de las mías. Estoy más que sorprendido por su presencia al mismo tiempo que una satisfacción se expande por todo mi organismo.
—Te ves preciosa—declaro sonriendo.
La chica devuelve el gesto, una sonrisa honesta aparece en sus labios iluminando todo su rostro y por unos segundos tengo un breve cortocircuito.
—Gracias... Para ser honesta no tenía idea que vestir, quedé en shock cuando Gemma me invitó, yo nunca he venido a un evento de esta magnitud y temía desencajar—confiesa ella, frunciendo los labios y mirando a su alrededor.
—Parece que le agradas bastante a mi hermana...
—A mí también me agrada bastante, es una buena persona...
— ¿Es la única persona del clan Styles que te agrada? —Inquiero elevando una ceja.
Olivia pone los ojos en blanco sacudiendo la cabeza.
—Preferiría omitir la respuesta.
La fulmino con la mirada. Esta muchacha tiene las mejores respuestas para todo, hasta ahora me ha sorprendido en cada ocasión por lo lista que es y por su rápida capacidad de evasión. Pero este lado suyo a pesar de ser medianamente detestado por mi parte también me resulta muy atrayente, despierta y acreciente mi curiosidad por ella.
— ¿Por qué? —Suelto, sin evitar el tono de molestia en mi voz.
Olivia mira a ambos lados antes de inclinarse levemente hacia mí, mi reacción natural es bajar el rostro hacia ella, mis labios quedan a la altura de su nariz respingada pero a una distancia que me deja gusto a poco.
—No quiero alimentar su ego, el tipo es un gruñón—comenta ella ocultando una sonrisa.
—No soy un gruñón.
—Lo fue cuando me conoció.
— ¿Te he traumatizado?—Pregunto con una mezcla de ironía y preocupación.
—Claro que no, soy una chica fuerte. Pero póngase en mi lugar, una interna, primer día, completamente sola en la ciudad y tiene un altercado inoportuno con el mismísimo dueño de la empresa.
—Vale, lo admito...No sé qué me pasó, disculpa, estuvo mal.
Mi acompañante detiene sus pasos momentáneamente, su expresión denotando asombro casi como si hubiese dicho algo impresionante. Sí, he pedido disculpas. Raramente sucede, pidan un deseo.
—Eso sonó más honesto—sonríe. Su gesto se suaviza—. No sé por qué pensé que no sería capaz, me ha sorprendido.
—Soy capaz de muchas cosas—digo con un doble sentido. Retomamos la caminata.
—No lo dudo—responde sin mirarme. Un color carmesí empieza a filtrarse por sus mejillas, un color muy adorable—. Sus palabras no tienen una pizca de inocencia.
—Solía ser muy inocente, creía que los bebés los traía la cigüeña.
Olivia suelta una carcajada. Esta risa es distinta, fluida y más melódica comparado con la risa nerviosa de foca que tiene. Sonrío. Decido que me gustan ambas risas.
Paramos frente a la barra. La muchacha apoya los codos tanteando las opciones de qué tomar. Me acerco velozmente a un camarero que pasa repartiendo comida, cogiendo dos cocteles de camarón pedido por mis amigos. Giro sobre los talones para divisar a un hombre que le está hablando a Olivia. Nos hemos separado por diez segundos y pasa esto. No lo pienso dos veces mientras avanzo decidido situándome entre ambos y cortando toda comunicación. Olivia se sobresalta ante mi inesperada aparición.
Me inclino hacia ella nuestros rostros quedando casi a la misma altura y a una distancia dónde puedo percibir los restos del calor de su respiración.
— ¿Qué vas a pedir preciosa? — Murmuro.
Su boca adopta la forma de "O", totalmente sorprendida por mi actitud y yo también debería estarlo ya que normalmente no me comporto así pero mi mente no se toma el tiempo de analizar mi conducta, de lo contrario, me enfoco en captar su atención.
Sus pestañas aletean en un par de parpadeos rápidos antes de acercarse hacia mí, su aroma potenciando en mis sentidos y su mano apoyándose en mi antebrazo. La muchacha asoma la cabeza por sobre mi brazo con el afán de continuar la conversación con el individuo indeseado. Gruño y decido no darme la vuelta, permaneciendo de espaldas.
—Lo siento, no tengo idea, no conozco mucho la ciudad —responde ella encogiéndose de hombros.
—Eh...um, está bien—escucho al hombre responder. Por el intercambio de palabras y el tono doy por terminada esta indeseable charla y eso provoca que tire la comisura de los labios en una sonrisa.
Olivia se echa hacia atrás lentamente, sus ojos revoloteando por mi camisa y subiendo hasta mi rostro. Su cercanía lanza escalofríos desde la base de mi cuello hacia abajo.
Nos tomamos un momento que me parece eterno pero aprovecho para admirar su rostro. El color de sus mejillas combina con el color de sus labios, un rosado que me recuerda al algodón de azúcar y me pregunto cuál será el sabor de su boca y cómo se sentiría su lengua contra la mía.
Me resulta increíble lo muy atractiva que luce esta noche. Esta mujer es todavía puro misterio para mí y estoy extremadamente curioso, como un niño descubriendo el mundo, que recién empieza a entender la consistencia de los objetos, los colores, los ruidos. Quiero conocerla, no simplemente por esta tensión sexual y por el fin placentero al cual podemos llegar, sino que realmente quiero saber cuáles son sus gustos, sus aspiraciones y muchas otras cosas más.
—Cuéntame de ti—suelto con los ojos fijos en su boca.
Olivia aspira profundamente retrocediendo un paso, pensé que se alejaría más pero se mantiene a una distancia que me resulta satisfactoria...por ahora. Mis dedos pican por tocarla pero los mantengo en su sitio.
Noto como su blusa oscura se infla, sus pechos subiendo ante una profunda bocanada de aire silenciosa que aspiran sus labios. Coge un mechón con el dedo índice y juguetea con el antes de preguntar:
— ¿Qué quieres saber?
—Todo.
Mi respuesta la deja pensativa, lo percibo en su expresión, en la forma que frunce los labios y eleva la vista hacia el techo mientras debate su próximo movimiento.
—Así como ¿en qué hospital nací y a qué hora? ¿Cuál es mi tipo de sangre?
— ¡Ja-Ja! Um...por ejemplo: de pequeño tuve un perro llamado Pluto, era un Corgi.
—Me gustan los perros, de pequeña tenía uno que adoptamos de la calle. Ahora mi mamá tiene un gato llamado Coco, es un pesado.
—Típico de los gatos. Por ahora no tengo mascotas porque pasarían mucho tiempo solas.
Ella asiente y desvía su atención momentáneamente para coger el trago que le entrega el barman. Sus labios se apoyan sobre el vaso dando un buen sorbo antes de volver su atención hacia mí.
— ¿Cuál es su película favorita señor Styles?
—La isla siniestra. Y llámame Harry.
Estiro el brazo hacia ella y mis dedos se conectan en su cadera pinchando suavemente. Olivia se sobresalta, su mano encontrando la mía reteniéndola de atacarla otra vez. Un calor se expande por mi mano bajo su roce y ambos bajamos la vista hacia la fuente de contacto. Nos volvemos a mirar y ella retira la mano primero. Le da otro sorbo a su margarita con los pegados a mí.
—Um...me encanta esa película, es muy buena—dice con un tono más bajo de lo común.
—La he visto más de 20 veces. Dime la tuya.
—No tengo una pero me gusta ir al cine.
Este es un nuevo dato para mí y mi mente empuja por mi boca las primeras palabras que se me ocurren:
—Podríamos ir algún día... bueno en verdad tengo una sala de cine en mi apartamento así que... —dejo la frase sin terminar. Me regaño internamente, ¿qué diablos estoy sugiriendo? Nunca he llevado a una mujer a mi apartamento.
—Ay pero no es lo mismo, no es la misma experiencia emocionante de ir a ver una nueva película al cine. Al menos a mí me gusta. Reunirse, elegir y comprar los tickets juntos. El olor dulzón de las cabritas, la oscuridad en la sala, las miradas cómplices, entre otros.
Mientras responde mi cerebro monta todo un escenario recreando cómo sería pasar con ella todo lo que ha mencionado. Debo admitir que me emociona la idea, quiero hacerlo.
—Puede ser...pero ¿aceptarías?
Mis dedos se revelan, acercándose para atrapar un mechón y situarlo tras su oreja. Aprovecho la oportunidad de para acariciar su mejilla. Olivia no dice una sola palabra, sus ojos caramelos permanecen sobre mí en todo momento.
—Sí, yo creo—musita—. No lo veo como un hombre de citas.
¿Cita? Internamente me provoca una arcada esa palabra, que no existe en mi vocabulario. No, no soy un hombre de "citas".
—No es una cita Olivia—replico de inmediato, una mueca aparece en mi boca—. Pero hacer algo diferente a veces no va mal ¿no?
—No le gusta la palabra.
—No.
Se queda callada y eso me pone nervioso. Esta es la barrera principal que se instala entre las mujeres y yo, las "citas" un tema que a ellas les encanta y a mí me provoca mucho rechazo. Desde el divorcio con Irina mi estilo ha cambiado, con ella tuve la suficiente cantidad de citas y todo lo relacionado con una empalagosa relación amorosa, puse todo de mí y al final todo fue un gran fiasco. No volveré a posicionarme en esa situación y tampoco me interesa tener "citas", son sosas e irrelevantes.
Pero tengo que tranquilizarme, con Olivia esto no supone un problema, desde el principio ha dejado claro su posición de rechazo hacia mí, la idea que nos involucremos le parece inconcebible aunque lentamente he ganado mi terreno. Pero es una muchacha inteligente, estoy seguro que le ha quedado claro cómo serían las cosas.
Jamás he estado en una situación tan demorosa, voy a la velocidad de un caracol. Generalmente no me es difícil conseguir una mujer pero esta chica es mi primera vez. Aprovecho que la tengo conmigo para tomar cartas en el asunto, calentar el ambiente, el poco contacto físico que hemos tenido ha sido innegable las chispas y la electricidad y creo que es una buena ocasión para recodarle.
—Ven conmigo, será rápido—le digo, aterrizando una mano en su brazo.
La admiro mientras siento chispas que se desprenden de la atmósfera. Olivia no lo cuestiona, se termina su margarita, lo deja sobre la barra y asiente en respuesta.
Conozco este lugar y sé dónde quiero ir. Cruzamos a paso rápido entre los invitados y llegamos a la zona del baño de hombres, echo una ojeada hacia atrás y no hemos llamado la atención. Entramos por un pasillo de paredes oscuras y abro una puerta de color dorado con la señalética de baño, reviso rápidamente y está vacío. Le hago un ademán para que ingrese, cierro la puerta tras de ella y pongo el seguro. Esta idea de estar encerrados bombea sangre a través de mi cuerpo, despertando todo tipo de sensaciones en mí.
Me doy la vuelta, Olivia me está mirando a través del gran espejo rectangular del lujoso lavamanos. Sus brazos colgando a los lados y sus pechos oscilando visiblemente, delatando el aumento de la frecuencia de su respiración.
Sin cortar el contacto visual me acerco a ella, el sonido de mis pasos resonando por el amplio baño. Mis dedos se deslizan por su cabello moviéndolo a un lado. Me inclino hacia ella, beso el lóbulo de su oreja antes de decir:
—Lo único que importa es que te deseo—murmuro—, y tú también sino no estarías aquí.
— Pero tengo mis principios—responde vacilante y en voz baja.
Mis manos atrapan su cintura, atrayendo su cuerpo hacia el mío, ambos jadeamos por el contacto. Empiezo a frotar lento y en círculos mi despierta entrepierna contra su trasero.
—Las reglas se hicieron para romperse cariño...
Olivia contiene el aliento, sus manos agarrándose del lavado y arqueándose para responder y seguir mi movimiento. Maldigo en voz alta, se siente muy bien. Bajo la boca para conectarla con su cuello, dejando un rastro de besos húmedos. Subo la mirada y una vez más establecemos contacto visual a través del espejo. Olivia traga saliva antes de volverse hacia mí, quedando cara a cara. Sus pequeñas manos toman las mías y la sitúan sobre el lavado, encerrando su cuerpo entre mis brazos.
—No te muevas—murmura ella con voz temblorosa.
Se pone en puntas, sus labios se sienten calientes y suaves contra mi piel, deposita un beso en mi clavícula y comienza a subir, el rastro que deja me quema, me tienta. Introduce sus finas manos dentro de mi camiseta, sus dedos acariciando mi abdomen y sus uñas marcando caminos contra mi carne. Gruño ante lo bien que se siente. Mi virilidad se aprieta contra mi ropa interior. Maldición, esta chica me pone al cien.
—Estás haciendo esto de la manera difícil Olivia—susurro admirando su espalda a través del espejo—, pero cuando dejes huir voy a follarte hasta dejarte sin sentido preciosa, lo prometo.
Mis palabras tienen efecto en ella, escucho su claro jadeo antes de que atrape mi lóbulo con los dientes jalando juguetonamente. No me aguanto estar quieto cuando tengo a esta tentadora chica totalmente a mí merced a centímetros de mí. La empujo contra el lavado. Mis dedos se enredan en su cabello atrayendo su rostro hacia el mío hasta que nuestros labios se rozan, el contacto causando chispas entre nosotros.
—No eres muy obediente Harry, te dije que no te movieras—susurra contra mi boca.
Estoy por responder pero me nubla los sentidos cuando la muchacha desliza su lengua por su labio superior, también lamiendo el mío. Mi miembro salta presionando ansioso. Estoy por cerrar el reducido espacio entre nosotros cuando somos interrumpidos por el fuerte tono de llamada de mi móvil. Echo la cabeza hacia adelante, escondiendo el rostro en la comodidad del cuello de Olivia mientras maldigo en voz alta. No quiero contestar pero tengo un presentimiento que debo hacerlo. Cojo el móvil del bolsillo y en la pantalla está el nombre de Jerry.
—Dame un momento—vocifero a la muchacha y ella asiente en respuesta—. Hola Jerry ¿qué sucede?
—Señor Styles ¿Dónde está? Recuerde que tiene que dar el pequeño discurso sobre la revista, Gemma lo necesita ahora para que diga un par de palabras.
Maldigo interiormente, había quedado de acuerdo con mi hermana que ambos subiríamos al escenario para compartir un pequeño discurso. Cierro los ojos apretándolos con fuerza pensando cómo voy a subir al escenario con una erección. Quiero que me trague la tierra, nunca antes me había pasado algo por el estilo y me irrita saber que tendré que plantarme en el escenario de esta manera.
—Joder lo había olvidado, voy...voy enseguida Jerry.
—Estamos al lado del escenario.
Cuelgo el móvil y lo dejo dentro del bolsillo. Retrocedo unos pasos deslizando los dedos por mi cuero cabelludo y respirando profundamente para tratar de tranquilizarme.
—Lo olvidé totalmente, tengo que dar un discurso.
— ¿Ahora? —Inquiere Olivia abriendo los ojos como platos. Baja la vista hacia mi entrepierna y sube la mirada—. ¿De esa manera?
—Sí. Y es tu culpa—Aprieto mi dedo índice sobre su clavícula, desciendo hacia su escote en 'V' y tiro de ella hacia mí—. Así es cómo me pones.
Olivia aparta mi dedo y se alisa la blusa negando la cabeza.
—No sé de qué me hablas, esto te lo has buscado tú mismo Harry—sonríe encogiéndose de hombros.
Se da la vuelta para revisar su estado en el espejo, está fabulosa, cabello rebelde, mejillas sonrojadas, labios húmedos y ojos caramelos resplandecientes.
—Le pasa por estar en la portada de una importante y ENORME revista, pero no se preocupe seguro que el discurso será GRANdioso—dice poniéndole énfasis a dos palabras y con una expresión divertida en el rostro. ¡Se está burlando de mí!
Olivia retrocede, rozando su trasero contra mi sensible miembro. Doy un respingo ante el contacto, me echo hacia atrás y me acomodo la entrepierna. La miro ceñudo mientras en su rostro baila la diversión.
—Qué graciosa que eres. Te juro que no estoy bromeando, cuando pares de huir te voy a follar de la manera que lo mereces Olivia. Te veo después.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top