Capítulo 1: Atrasos & encuentros desastrosos
Decidí subir este fanfic porque llevo adelantado varios capítulos, me gusta mucho y le tengo muchas expectativas. He dejado el "cast", espero puedan verlo iji. Besos xo
**
OLIVIA
Los vestigios de la pesadilla que tuve durante el vuelo se borran cuando me bajo del avión. Me recrimino a mí misma por soñar con Jason. Él forma parte de mi horrible pasado.
Bajo los aires de la nueva ciudad una sensación de renovación y cierta libertad me regocijan. Un enorme peso se esfuma, parcialmente, de mis hombros. Siento que puedo respirar otra vez.
Puede ser cliché pero mudarme a Nueva York siempre fue mi sueño desde pequeña y finalmente se está cumpliendo. Pensé que el día nunca llegaría...pero mi perseverancia ha traído frutos. El camino que me espera no será sencillo pero he aprendido que siempre hay que luchar por lo que deseas.
Cogí mi maleta azul marino y me dirigí a la salida del aeropuerto. Un bolso de mano y una maleta es todo lo que he traído. Para estar mudándome a una nueva ciudad, completamente sola, una maleta pequeña podría no parecer suficiente pero allí están todas mis pertenencias.
Provengo de una familia sencilla, no conozco a mi padre y mi madre es profesora. Ella ha hecho todo lo posible por mí y estoy eternamente agradecida. Por eso he venido hasta acá, para poder trabajar y ayudar a mi mamá y Alberto con las cuentas. Mi madre se casó cuando yo tenía ocho años, mi padrastro Alberto es un buen hombre y ha cuidado de mí como si fuese su propia hija. Recientemente ha sido diagnosticado de Parkinson, está en el estadio 1 que es el menos grave pero sabe que tendrá sus días contados en el trabajo a medida que la enfermedad avance. Al saber la noticia estábamos todos devastados, él significa mucho para mí y él no merece por lo que está pasando.
Tomo el taxi más barato y le entrego la dirección de mi nuevo hogar. Estoy pegada a la ventanilla, todo lo que veo es gente ocupada inserta en sus burbujas. Un flujo intermitente de personas se mueve a través de las grandes calles de la gran manzana. Absortas en sus teléfonos, en sus problemas, planeando lo que harán mañana o que es lo que van a cenar.
Estoy tan emocionada y enfrascada en mis pensamientos que el largo viaje termina más pronto de lo que esperaba. Me bajo del taxi luego de pagarle al conductor.
Al principio fue difícil encontrar un lugar donde vivir, Nueva York es muy caro con respecto al inmobiliario. Encontré un aviso sobre Park Slope en Brooklyn. Me pareció una buena opción, accesible y además es un lugar seguro.
Subo la vista observando el edifico de la dirección. Es un edificio residencial construido en ladrillos de aspecto antiguo. Tiene 6 pisos, las ventanas tienen marcos negros, algunos apartamentos tienen una terraza diminuta. Tiene un aspecto de película.
Subo las pequeñas escaleras de la entrada y busco en el panel el botón del apartamento 505. Aprieto el botón y segundos después la puerta se abre. Como el edificio es antiguo no cuenta con ascensor. Subo las escaleras con la maleta y agradezco no tener otra porque no lo aguantaría. Al llegar piso 5 me detengo frente al apartamento, arreglo mi cabello y limpio el sudor de mi frente. Aprieto el timbre y escucho una voz femenina en el interior.
Una chica abre la puerta con una sonrisa. Es alta y de cabello negro largo. Su cuerpo es trabajado en el gimnasio y pintado con múltiples tatuajes.
—Hola soy Tori, ¿tú debes ser...?
—Olivia Grace, soy tu nueva compañera.
—Genial. Adelante.
El apartamento era pequeño y sencillo. El piso es de una madera color chocolate y las paredes son blancas. No hay rastros de manchas o suciedad por lo que supongo que ha sido pintada recientemente. La sala y el comedor están juntos y una encimera delimita el territorio de la cocina. Los muebles son de color negro, lo único diferente es el sofá de color crema. Luce limpio lo cual es un alivio porque no soy una persona que soporte mucho el desorden.
—Nuestras habitaciones tienen el mismo tamaño, allí está la mía y al frente está la tuya.
Las habitaciones están de lados opuestos, la puerta de Tori está cerrada y colgando tiene su nombre enmarcado.
—Bueno el tour es corto aquí está la sala, el comedor, la cocina y el baño es esa puerta. Hay una lavandería cerca, allí es donde voy yo y podemos ir juntas si quieres. Podemos tener una cuota para comprar la comida, no soy de esas chicas que separa lo tuyo de lo mío...puedes comer mi comida pero tienes que ser considerada.
—Está bien, hagamos una cuota para comprar lo más básico.
—Bien. Podemos también turnarnos para la limpieza del área común, de nuestras habitaciones es personal ¿sí?
— Está bien.
—Como salía en el aviso los gastos comunes serán divididos con respecto al total.
—Sí, lo sé...no tengo ningún problema con eso Tori.
—Bien. La habitación cuenta con lo básico, una cama y hay un pequeño guardarropa. Puedes pasar a verla para que te vayas acomodando.
—Gracias Tori.
Cojo mi maleta y me dirijo a mi nueva habitación. El cuarto es pequeño, la cama grande ocupa la mayoría del espacio y el guardarropa pequeño está incorporado con la estructura del edificio. Hay una ventana larga con cortinas blancas y las paredes son del mismo color. Me gusta que la cama esté pegada a la ventana. Podría comprar una alfombra, un velador y eso sería todo. Un escritorio no entraría en el reducido espacio así que tendré que trabajar desde mi cama.
—Pareces amable... ¿De dónde vienes? —Escucho la voz de Tori tras de mí. Está apoyada en el marco de la puerta.
—De Phoenix, Arizona... ¿Y tú?
—Nací acá pero mis padres viven en Canadá. Tengo 26 años.
—Yo 23 años.
—Oh, eres un bebé en la gran ciudad. Cualquier cosa puedes pedirme información o ayuda con respecto a la ciudad. ¿Vienes a estudiar, a trabajar o a visitar un chico que conociste por una aplicación de citas?
—A trabajar, estudié economía y negocios... ¿Y tú?
—Trabajo en una tienda de tatuajes, soy una artista— se encoge de hombros. Me enseña su brazo señalando un tatuaje de un lobo. Es de tinta negra y el detalle es increíble—. Este dibujo lo hice yo y tatué una parte.
—Que hermoso.
—Si quieres algún tatuaje podría darte un descuento.
—Lo tendré en cuenta. Hey que arriesgado es venir a conocer a alguien con el cual solo has hablado a través de una pantalla.
—Exacto. Mi amiga estaba enamorada de un muchacho que conoció en una aplicación pero él era de Europa y nunca se vieron por cámara, luego de que vimos el programa catfish yo me puse paranoica pero ellos se encontraron y él era real y ahora están casados.
—Qué lindo. ¿Cuánto llevas trabajando en la tienda de tatuajes?
—Desde el principio, hace unos 3 años. Oh casi se me olvida— dice ella metiendo la mano en su bolsillo—. Esta es la llave del apartamento y de tu habitación, me tomé la libertad de hacer una copia. Puedes cerrar tu cuarto cuando no estés. Yo tengo un novio así que no podría ser tan hipócrita de prohibirte traer un hombre a nuestro hogar. Sólo ten cuidado ¿sí?
—Está bien aunque los hombres no están en mis planes por este momento.
—Bueno pero si cambias de idea tengo unos compañeros de trabajo que están bastante buenos y que aceptarían una cita.
—Gracias Tori, lo aprecio.
—Tengo que ir a trabajar así que nos vemos en la noche ¿sí?
—Claro. Cuídate.
De primera impresión Tori parece amable lo cual es un alivio porque seremos compañeras de piso así que una buena convivencia es esencial.
Dejo la maleta sobre la cama para comenzar a desempacar. No me demoro mucho, tengo tres carteras, cuatro pares de zapatos y un par de sandalias. Compré ropa nueva para renovar mi vestuario casual y la otra parte del dinero fue destinada a vestimenta más formal. Una presentación impecable es importante para el trabajo.
De mi bolso de mano saco todos mis productos de belleza, el maquillaje que tengo, peineta, perfume, entre otros, para ordenarlo.
Reviso el armario en busca de fundas de almohada y sabanas pero no hay nada. Eso se vuelve mi prioridad número uno. Cojo mi bolso, cierro mi puerta con llave y salgo del apartamento.
A través de la aplicación "mapas" me voy guiando por los alrededores. Me paso el día afuera para comprar lo que necesito y para empezar a familiarizarme con el nuevo ambiente.
Tengo muchas expectativas, me la paso en las nubes mientras camino por las calles. Espero hacer buenas amistades, sería malo estar sola en una ciudad tan grande y activa.
Regreso cansada, de camino a casa me tope con un parque donde una sencilla banda estaba tocando una salsa. Eran simpáticos y no pude evitar bailar. No soy de las mejores bailarinas pero me gusta la salsa. Nuestro pequeño espectáculo atrajo a varias personas y se hicieron más dinero de lo esperado.
No hay señales de Tori cuando llego a casa. Charlo con mi mamá por teléfono y después organizo mi ropa y todo lo necesario para mañana.
***
Al otro día mis ojos se abren con dificultad. No soy una persona mañanera pero hago lo que puedo. Cojo mi teléfono maldiciendo en voz alta al revisar la hora. ¡Tengo 45 minutos para llegar al trabajo! Podría parecer mucho pero tengo que llegar a Manhattan. ¿Cómo diablos me quedé dormida? Estoy segura de que puse como 20 alarmas.
Amarro mi cabello y corro hacia el baño. Como no tengo mucho tiempo mi ducha dura como tres minutos. Ha sido la más corta de mi vida. Debido a la prisa me tropiezo en la ducha y me voy de trasero. Me coloco súper rápido el atuendo que he seleccionado para hoy, guardo mi laptop en el bolso y salgo corriendo de la casa.
Agradezco haber guardado la ruta que tengo que tomar para llegar. Lo que me desespera es cuanto aproximadamente me demoraré en metro, aparte que tengo que caminar como seis cuadras para llegar a la estación más cercana.
Empiezo a correr como puedo tratando de no terminar con un esguince de pie. De pronto el flujo de gente se va acrecentando y el metro ya no me parece tan buena idea. Trato de tomar un taxi y no demoro más de cuatro minutos en conseguir uno. Le digo la dirección y le pido amablemente que conduzca lo más rápido que pueda.
No me atrevo a mirar la hora en ningún momento. ¡Es el primer día y llegaré tarde! Tengo miedo porque esto no causará buena impresión. Maldigo internamente durante todo el viaje. Si llego a tiempo prometo ser buena con Coco, el gato de mamá. No soy una fan de los gatos y nunca le he agradado a Coco.
Para tratar de distraerme un poco y evitar romper en llanto me dispongo a maquillarme. Me hecho polvo, encrespo mis pestañas y me aplico un labial rojo.
El taxi se detiene después de un viaje que pareció durar una eternidad por mi angustia. Le pago al taxista y reviso la hora en mi teléfono. ¡Tengo 7 minutos!
Comienzo a caminar levantando la vista para admirar el gran edificio de la empresa Styles Connection.
Maldigo mi estómago cuando empieza a rugir recordándome que estoy sumamente hambrienta. No soy una persona mañanera y estrictamente tengo que tomar desayuno, si no lo hago me siento mal, me duele la cabeza y a veces me entran deseos de vomitar. Para mí buena fortuna hay un carrito de comida casi en frente de la empresa. Me comería el carrito entero pero no tengo tiempo ni tanta plata. Me compro una rosquilla y un café pequeño. Aprovecho de ponerle leche condensada a la rosquilla para aumentar la dosis de glucosa. Con un mordisco me devoro casi la mitad de la rosquilla. Mastico rápido, parezco un carvenícola mientras ingreso al edificio.
La recepción del Styles Connection es enorme y todo es de color plateado o azul oscuro. La estructura y el diseño son muy modernos. Avanzo mirando a todas partes en busca de los ascensores. Estoy tan abrumada que termino por chocar con una persona que aparece de la nada. Nuestros cafés salen volando por la colisión y ensucia mi chaqueta de tela azul. Suelto un gemido de dolor porque el líquido está caliente.
—Rayos...Yo lo lamento...
Me congelo al observar a la otra persona. Es un hombre. Un hombre muy atractivo, de cabello oscuro y corto. Sus ojos son de un intenso color verde. Está vestido en un traje oscuro que luce caro y está enojado. Le he manchado la corbata y una parte ha caído sobre su entrepierna. ¡Además tiene una mancha de rosquilla en una parte de su camisa! ¡Dios mío! ¡Qué vergüenza!
Dos pequeñas arrugas aparecen en su frente. Trago saliva. Qué intimidante es su mirada...Siento que me va a castigar.
—Tengo papel aquí en mi bolso—balbuceo cogiendo unos pañuelos desde mi cartera.
Él me mira de pies a cabeza aún con un semblante serio. Me ruborizo. Su belleza me impresiona. Estoy nerviosa. Con un pañuelo en mano me acerco para limpiar su corbata pero me detengo. Esto es ridículo y voy atrasada. Le puedo simplemente pasar el pañuelo que él se limpie solo.
— ¿Qué rayos te pasa? Mira por dónde vas—declara él con mala cara—. Qué inútil.
Me quedo boquiabierta. ¡Qué grosero!
—Qué imbécil. Le dije que lo lamento, no te vi y tú tampoco me viste así que es culpa de ambos. Una disculpa sería...
Él rueda sus ojos ante mis palabras y simplemente se marcha. Ni pude terminar la frase. ¡Qué cretino!
Me entran deseos de llorar porque en las primeras horas de mi primer día todo ha salido mal. Me acerco a una recepcionista para preguntarle sobre el programa de internos. Al cabo de un minuto ella me entrega una tarjeta de identificación y me da indicaciones.
Entro en el primer ascensor que veo con puertas abiertas y aprieto el piso 14. Una vez en el piso correspondiente doblo a la derecha y camino hasta que encuentro la sala de reunión número 2. Lanzo el vaso vacío al basurero que está al lado de la puerta.
Me quito la chaqueta agradeciendo que mi camisa blanca no se haya ensuciado. Toco la puerta y siento que mis piernas están en estado de gelatina. Estoy más nerviosa que antes.
—Adelante—escucho la voz de una mujer.
Respirando profundamente ingreso a la sala de reunión. La sala cuenta con una larga mesa de caoba y múltiples sillas. Frente a la mesa hay un proyector. Al lado derecho hay una ventana enorme que entrega una vista privilegiada a la ciudad.
Le entrego una rápida mirada a mis compañeros y luego a la muchacha que está de pie frente al proyector. Es joven, rubia y está impecable con un vestido de negro de puntos blancos.
—Buenos días. Mi nombre es Olivia. Lamento mucho el retraso, ¿puedo tomar asiento?
—Sí, adelante. Sólo por hoy el retraso será perdonado, la puntualidad es un valor que apreciamos bastante en Styles Connection.
—Disculpe. No se volverá a repetir.
Obedezco sentándome en el asiento más cercano, dejando mi bolso y mi chaqueta a mi lado en el suelo. Me hundo en el asiento con el rostro ruborizado por esta acalorada y torpe mañana.
—Mi hermano ha tenido un leve percance y estará aquí en unos minutos— comenta ella luego de revisar su móvil.
Justo cuando termina de hablar escuchamos la puerta abrirse. Todos nos damos la vuelta. Siento como si me patearan en el estómago. La última persona en unirse es el hombre al cual le derramé mi café y lo manché con mi rosquilla. Se ha cambiado de traje, está agitado y con un semblante de enojado. Nuestras miradas se encuentran, yo estoy en pánico y él me fulmina con la mirada. Trago saliva hundiéndome más en el asiento. Realmente he empezado con el pie izquierdo.
— Disculpen el retraso, he tenido un desagradable encuentro—habla con voz ronca. Su mirada sobre mí es breve pero deja clara la indirecta—. Mi nombre es Harry Styles presidente de Styles Connection y quiero darles la bienvenida a nuestro primer programa de internos.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top