Capituló único

El profesor de música siempre ha sido tranquilo, silencioso, e imperceptible, llegando al punto de pasar desapercibido hasta en sus propias clases, o siendo confundido ocasionalmente como un estudiantes más, pero, y a pesar de ser tan sutil, su autoridad jamás fue puesta en duda por nadie, porque ningún estudiante cuestionaria al hombre que reflejaba en toda su expresión la palabra paz.
En una fuerte comparación, el profesor de historia, era una persona vivaz, atrevida, didáctica, e imparable, con clases tan motivadoras y entretenidas que era imposible que algún estudiante quisiera saltarselas, solía ser hasta muy común que muchos se lamentaran cuando la campana sonaba, y se llegaba a rumorear que decenas de alumnos iban tras una inalcanzable oportunidad con él; pero Jungkook lo sabía, podían acusarlo de loco, pero sabía que nadie tendría siquiera una oportunidad, porque a pesar de que esos dos profesores parecieran polos totalmente opuestos, por alguna extraña razón sabía que había algo entre ellos. Y muchos podían decir que eran ideas solo de su mente, pero siempre se los podía encontrar juntos, en la entrada, en los recesos, almuerzos, y salidas, como si no pudieran despegarse el uno del otro, y eso ya era extraño, porque siempre era el enérgico profesor Kim quien hablaba mientras era atentamente escuchado por el silencioso profesor Min, una relación sin sentido o fin para cualquiera, pero que existía en muchos sentidos para Jungkook.

Desde el principio y como todos, tuvo sus dudas con respecto a la relación de esos dos autoritaros hombres, llegó a creer que el vinculo era solo sostenido por el animado Seokjin, porque de ninguna otra forma a Yoongi le gustaría estar con alguien tan escandaloso y llamativo a su lado, pero se creyó loco cuando vio esa insólita escena, justo cuando ocurrió un repentino cambio de profesores entre clases, en el momento que ambos cruzaron la puerta, cuando la mano sutil y pálida el profesor Min, acarició rápida y suave la del profesor Kim, casi imperceptible pero resaltando un sonrisa calida en el músico y un sonrojo audaz en el predicador de historia que apenas logró saludar a la clase que lo recibía.

Nadie en ese salón parecia haberlo notado, hasta creyó que, por todo el ruido de los instrumentos, conversaciones inteligibles, y un examen madrugador, fue una alucinación de su abrumado cerebro, pero no podía estar tan mal. Ese tacto, esas miradas, esos gestos, todo fue demasiado real, por más que no pudiera pensar en ese serio profesor, tolerando y hasta demostrando tales gestos a Seokjin.

La idea tanteó en su mente por mucho más tiempo de lo que se consideraría normal, como si no pudiera procesar que esos dos profesores, que veía diario conversar desde el tejado de la escuela mientras almorzaba, escondieran algo, hasta que atentó a cualquier detalle, de nuevo lo vio, y está vez no estaba saturado por su ambiente, no había secuelas de una abrumador exámen, no había ruidos más que las voces de sus amigos, de verdad estaba cuerdo viendo como el profesor Min posaba su mano de forma amorosa, en la estrecha cintura del profesor Kim. Casi pudo comparar ese toqué, con el mismo cariño con el que tocaba las teclas de su amado piano, mostrando una pasión palpable y tan brillante en sus ojos.

Se los dijo al instante, llamó emocionado a sus amigos por descubrirlo, pero ni Taehyung o Jimin le creyeron. Por más que insistió en que se acercarán a la orrilla para verlos por ellos mismos, no pudo demostrarles nada, porque esos atentos profesores volvieron a tener la prudencial distancia que siempre mantenían, y se despidieron como si ese acercamiento hubiese sido igual de irreal que su conversación.

No solo quedó como un tonto tras ese incidente, sino que también fue el centro de burlas para sus ignorantes amigos, que tal como todo el mundo, pensaban que entre esos dos hombres, jamás podría ocurrir nada.
Volvía en sus ideas una y otra vez, siempre llegando a la misma conclusión, era imposible que fuera real, el profesor Kim se aburriría con alguien tan silencioso, y el profesor Min odiaría a alguien tan hablador. Solo en la horrible ciencia los polos opuestos se atraían; ellos eran únicamente dos personas con personalidades totalmente distintas,  no había forma, y entendía porque la gente se negaba a ver una relación siquiera de amistad entre ellos.

Intentó por semanas olvidarse del tema, especialmente porque él no era nadie para involucrarse en algo así, y también porque Jimin no dejaba de llamarlo entrometido por lo ocurrido, y eso ya era mucho decir proveniente del llamado “amante de los chismes”. Al final, por más que intentará descubrirlo, ellos siempre eran tan sutiles, que demostraban lo que el creía amor, con detalles pequeños que fácilmente podrían disfrazarse con amistad, y con ello a su favor, no podría hacer mucho, por lo que solo se rindió a pesar de ser muy consciente de lo cercanos que eran, sin embargo, aunque el quisiera olvidar el tema, parecía que esos dos profesores intentaban refregarle adrede su secreto. Y aunque, claro, el no debía estar en la sala de profesores robando el plan del próximo exámen de historia, ellos no deberían haber entrado al lugar solo a coquear y hasta a hacer mucho más que eso, por más que no supieran de su escondida presencia.

Taehyung, Jimin y él, idearon ese plan tras muchas horas de espiar y anotar los horarios de todos los profesores y a su vez, los de sus clases para poder hacerlo, y ese miercoles era el día perfecto para robar el famoso exámen, en especial porque el profesor Kim Seokjin podría ser un total amor en sus clases, pero parecía desconocerse así mismo cuando daba exámenes que costaban horas de sueño aprobar, y como ellos fueron dotados de un gran atractivo mas no intelecto, dicho por si mismos, eran los primeros tres en reprobarlo; pero está vez se negaron a la idea, y terminaron en una situación donde Taehyung vigilaba el pasillo cercano, Jimin la puerta de entrada, y Jungkook robaba el papel entre las carpetas del profesor Kim. Fueron hasta atentos con los detalles y todos se comunicaban tras un pequeño audicular y una llamada compartida, un plan perfecto que se fue a la basura cuando Jimin y Jungkook escucharon tras las llamada, un regaño feroz hacía su compañero de hurto por parte del presidente estudiantil, Kim Namjoon, la mejor distracción para que Taehyung perdiera de vista su principal objetivo y dejara a sus amigos a la deriva de un castigo que no querían afrontar. Y como si el fatalismo quisiera hacer de las suyas, poco segundos después de escuchar como Taehyung cortaba su llamada emocionado por irse, escuchó la voz de su tan amable e imprevisto profesor Seokjin, el mismo hombre atento al que le estaban robando y del que desesperadamente se escondió en un armario por si llegaba a entrar a ese salón.

—Park Jimin, ¿ocurre algo? ¿Qué haces aquí?— Su voz se oía clara a pesar de no estar hablando directamente al celular con el que Jimin y él se comunicaban, y también porque estaba a evidentes pocos metros de él.

—Profesor Kim, ¡Hola! Yo de hecho... No hago nada, solo pasaba por aquí y me distraje... Y, ¿qué hace usted aquí? No debería volver a su casa, ya es la hora de salida— Lo decía con tal nerviosismo que Jungkook no podía creer lo evidente que era, y al mismo tiempo no entendía como el profesor Kim soltó una afirmación ante la ridicula escusa, como si creyeran firmemente en ellas.

—Bueno, tienes razón, olvide unos papeles importantes, pero no pasara nada si los dejo aquí hasta mañana ya que pronto vendrán a cerrar la sala de profesores— Y cómo siempre, la voz atenta de Seokjin lo mostraba seguro de su pronta salida, hasta ingenuo y sin problema alguno para retirarse del lugar, permitiéndole continuar mucho más calmados con su plan —Gracias, Jimin, por favor ve a casa temprano cuando termines lo que sea que estes haciendo, nos vemos mañana...— Jungkook se sintió aliviado, su cuerpo por fin recuperó el oxígeno que tanto le faltaba a raíz de la adrenalina, y pensó por pocos segundos que saldría de allí sin consecuencias y con una gran ganancia.

—Kim, un estudiante se encuentra en la puerta de la sala de profesores, dando escusas para que se retire, ¿y usted simplemente lo hace?— Su voz, era imposible de confundir, hasta Jungkook se estremeció del susto al oirla, en especial por la forma en la que trató al su amable profesor de historia —Park Jimin, ¿otra vez usted? La ultima vez que lo he visto después de clase, fue cuando robó todos los balones del club de deporte. No quiero problemas hoy, así que retirese— La seriedad en sus palabras y la firmeza clara con solo escucharla, era tan impresionante, que pudo percibir rápido como su amigo se despedía de ambos profesores y caminaba veloz para alejarse de allí mientras se disculpaba con él por tener que abandonarlo.

“Te esperaré en la puerta de entrada, por favor, evita que te encuentren, los castigos del profesor Min... Dan miedo”

Eso fue lo último que le dijo su fiel compañero, y era algo que muy bien lo sabía, solo una vez Jimin fue castigado por ese profesor, y no fue agradable limpiar los baños de hombres por todo un mes junto a una suspensión de dos duros días. Debía ser cuidadoso, en especial porque no estaba robando balones para evitar una clases el al día siguiente, estaba invadiendo un espacio únicamente de profesores, no podía terminar bien, en especial porque en vez de irse, esos dos profesores entraron al salón, provocando el dolor palpitante de su nervioso corazón.

—Eres muy ingenuo, Seokjin, ese chico planeaba algo, pero estoy demasiado cansado para averiguar qué— Estaba sorprendido, escuchar por primera vez como el profesor Min llamaba de forma tan delicada al profesor Kim, con una familiaridad tan marcada, le emocionaba, y si no estuviera en esa aterradora situación, agradecería haber escuchado eso, en especial por la risa agradable de Seokjin en respuesta.

—Él es un buen chico, Yoon, además no creo que fuera algo muy grave si cedió a irse— En su mente solo se repetía una y otra vez ese sobronombre, “Yoon” “Yoon” “Yoon”. Una sonrisa se asomó en su rostro, y llevó una mano antenta a su boca para que no escucharan algún chillido de conmoción por su parte —Aunque... No es un secreto que los estudiantes temen al Demonio Min”, cualquiera se iría si fueras tú quien lo dijera.

—¿Ahora me llaman así? Bien, es otro más para mi lista. Aunque no los culpo... Teniendo como comparación al atractivo profesor Kim, cualquiera se vería mal— Su voz, jamás escuchó ese tono en su gruesa voz, pero podía jurar con su vida que coqueteaba con él, y fue tan evidente que lo hacía cuando curioso y perdiendo el miedo a todo, se asomó a la pequeña abertura que había entre las dos puertas del armarío, viendo la insólita escena de su amable profesor, divertido y sonrojado, apoyado de espalda en su escritorio, rodeando con sus brazos el cuello del serio profesor que no dejaba de observarlo con un cariño y un deseó tan agraciado —Si tan solo pudieras ver lo lindo que eres de está forma... No, de cualquier forma eres igual... Eres bello, contigo no hay comparación justa...

—No recites tus canciones conmigo, Min...— fue demencial, esa cercanía era peligrosa, y Jungkook sé quedó sin aire cuando lo vio, el momento donde su espacio se rompió. Porque los labios finos y rosados de Yoongi, se encontraron de frente con los rojizos y suaves belfos de Seokjin.

No era organizado, no era formal, no era serio, no era el profesor Min; fue un gesto divertido, entretenido, cariñoso, igual al profesor Kim, y lo más notorio era como Yoongi lo disfrutaba, se notaba en sus manos curiosas sosteniendo firme por la cintura a ese hombre hermoso, tocando con tal amor esa estrecha circunferencia nuevamente como si se tratase de las teclas negras y blancas de su amado y viejo piano.

Era ridículo, pero el profesor Min lo veía con el mismo amor que reflejaba sentir por al música, y el profesor Kim, lo volvía cariñoso, sentimetal, y tan humano. Que complemento tan extraño y bello, pensó en el momento Jungkook, mientras no dejaba de temblar de la sorpresa, emoción y miedo, como si su mente no pudiera aceptar o procesar lo que estaba viendo.

—Recuerda que eres la inspiración de cada una de ellas, todos mis versos te pertenecen— Sus besos ya no se limitaron a sus labios, se repartieron cariñosos en todo su anhelado rostro, mientras entre ellos sonreía, una sonrisa que ambos compartían y que Jungkook no creía —Ahora volvamos a casa, quiero más que besos contigo...— Fue un susurro, y Jungkook no sabía si era porque se encontraban a pocos metros de ellos o porque hizo lo posible para agudizar su audición, pero pudo escuchar claramente esas palabras.

—Estoy esperando por ello...

Fueron solo segundos en los que se alejaron del espacio del otro, en especial Yoongi, que fue lento en pasear su mano por el rostro hermoso de Seokjin, sonriendo en el gesto y llevandoselo consigo embobado de la mano, a la salida, olvidando por completo los papeles que Seokjin planeaba buscar o hasta la razón por la que Yoongi estaba allí desde un principio.

Con su retirada, Jungkook se dio tiempo para calmar su corazón al no verse descubierto, pero la adrenalina aún lo consumía, y cuando estuvo seguro de la ausencia de ambos, salió de su escondite y se apresuró a correr hasta la salida en una búsqueda urgente de su amigo, amigo que lo recibió preocupado entre sus brazos, y a su vez sorprendido por lo claramente emocionado que se mostraba.

—Es real, Jimin, se besaron... Ellos se besaron, los vi— Su entrecortada voz a penas se entendía, pero Jimin sabía claramente a lo que se refería, por lo que fingidamente dolido abrazo más fuerte a su amigo, casi apenado por ese derroche de emoción tan marcado.

—Oh, Jungkook, el castigo fue tal que te fundió las neuronas, pero no te preocupes, lo pense, puedes quedarte en mi casa las horas de clase que te suspendieron, le dire a mi padres, ellos estarán de acuerdo— Sus palabras fueron cálidas, y aún así, Jungkook se alejó de él como si le ofendiera que su anécdota fuera puesta en duda.

—No me castigaron, logré esconderme en uno de los armarios y allí los vi, tienes que creerme, los profesores Min y Kim se besaron, no solo eso, se llamaron por sus nombres y al parecer, viven juntos...— Realmente la idea de que su amigo obtuvo un castigo tan potente que su cerebro se rompió, aún rondaba por si mente, en especial porque él más que nadie era un escéptico de esa relación y no por nada en especial, Jimin eran un afamado amante de los chismes, saber que ambos profesores mantenía una relación sería una noticia que su gran boca no podría ocultar, pero por el mismo hecho que sean ellos dos, lo hacía difícil de creer.

—Escucha Jungkook, ¿de verdad estás bien? Piensa, ¿El profesor Kim y el Demonio Min? Son repelentes el uno del otro... Solo... Vamos, con que tengas el examen es suficiente, tenemos que prepararnos para mañana... Y yo que creí que habías olvidado este tema...— Sostuvo apresurado la mano de su amigo, y sin decir más, corrió junto a él para salir de ese instituto de una buena vez ante a de tener problemas.

Jimin intento olvidar el tema, tuvo la fortuna de que el exámen que reprobó al día siguiente junto con sus amigos, le quitara tiempo no solo a él, sino también a Jungkook, de pensar en esa relación; pero con el pasar de los días y sin notarlo, fue mucho más consciente de ellos. Comenzaba a notar comportamientos que nunca antes vio, desde sus acercamientos naturales que se percibían en reuniones o festivales, donde podían encontrarse en cualquier parte pero siempre estaban a un lado del otro, a detalles como sus corbatas, esas que un día podían estar formales en la camisas blancas del profesor Kim, y al otro día se encontraba arrugadas y mal puestas en las camisas del artístico profesor Min. Le gustaba pensar que todo ello podrían ser solos coincidencias, más porque quería negarse así mismo como un extraño fanático de esa relación como ya lo era Jungkook, pero con él a su lado, llevándolo a misiones tan tontas como espiarlos dede la terraza a seguirlos a su casa, era imposible quitarse esas ideas.

Fue hasta especial cuando, al seguirlos tras terminar sus clases, ellos fueran a una cafetería juntos, se miran con un brillo particular, conversaran denotando gestos informales al hablar, y se sonrieran de una forma inexplicablemente hermosa, como si dijeran a gritos que mantenían algo, como si quisieran alimentar la fantasía que tanto Jungkook como él, tenían en sus mentes, una de las que tanto Yoongi como Seokjin estaban conscientes, porque no eran tontos, y tener a dos adolescentes raritos siguiéndolos hasta el acoso, solo para confirmar que mantenían una relación, era tan evidente.

—Yoon, ¿Cuánto tiempo más crees qué nos espíen?

—No lo sé, solo temo que nos sigan a casa otra vez. Ah, estos jóvenes de ahora son tan extraños, debería castigarlos con mucha más tarea la clase de mañana— Seokjin rió ante la idea, y esa sonrisa le hizo prometerse asi mismo que mañana cumpliría sus palabras solo por escuchar de nuevo esa risa que le fascinaba —¿Deberíamos hacer algo con ellos? Que Jeon Jungkook lo sepa no me molesta, ese chico siempre ha sido callado, pero ¿Park Jimin? Me enteré de la infidelidad del ex-director a su esposa por él, y el director llevaba meses de jubilación, deberíamos solo conseguirle una suspensión permanente y acabar con esto— Lo pensó, no tanto y tan cruel como Yoongi porque ese estudiante era de sus favoritos, pero también creyó conveniente apaciguar los rumores antes de que empiecen a correr en esa pequeña institución educativa.

—Él solo es muy expresivo, no merece un castigo por eso, además, no me preocupa mucho, podríamos hablarlo con él, aunque eso también sería delatarnos...— Seokjin soltó coqueto y divertido esa última palabra, y, a sabiendas de que a lo lejos era atentamente observado, puso su mano sobre la contraria arriba de la mesa, y le sonrió a su pareja reflejando el genuino cariño que sentía, mientras notaba en él un pequeño gesto entretenido por lo que estaba haciendo —Esto es divertido...

—No creo que la palabra divertido sea la correcta... Excitante es mejor para ti— Y hubo una sonrisa que tanteó en picardía aún más marcada por su parte —Te excita pensar que nos puedan descubrír... Se directo conmigo, cariño.

Sus manos se separaron, no porque lo quisieran, sino porque sintió bajo su tacto el temblor de pareja, seguido de su fija mirada sorprendida por su repentino movimiento. Agradecía por dentro que su lugar fuera a un lado de la pared y su decorada mesa tuviera ese llamativo y largo mantel, porque de no ser así, cualquier podría ver como su formal zapato ya no calzaba su pie, y que su extrimida ahora se encontraba estirada hasta la entrepierna ajena, masajeando su miembro sobre su negro pantalón de vestir.

—Espero que esto sea lo suficientemente directo para ti— Un suspiro pesado invadió su espacio, y Yoongi intentó mantener la calma a pesar de sentir como esos dedos jugaban con él masajeando esa zona tan sensible —Respira tranquilo, y recuerda... Nos están viendo.

Obedeció, claro que debía hacerlo, y tal como hizo él, Seokjin bebió de su café aún siguiendo con sus movimientos, sorprendiéndose al punto de casi dejar caer su taza cuando una mano grande y fria paseo por debajo de su pantalón al punto de lavantarlo hasta la rodilla, acariciando su pierna con una tacto abrumador.

—Seokjinie, vamos a casa... ¿si?— Sintió su mano pasear y presionar aún más su suave piel, haciéndolo flaquear, y aunque fácilmente podía controlarse ante un toque así, cuando era Yoongi quién lo hacía, cuando era él quien lo miraba perdido en un placer ardiente, quien le rogaba por volver a su cálido hogar para concretar lo que habían comenzado allí, Seokjin era sumamente débil —Volvamos, Jinnie...

Lo último que vieron Jimin y Jungkook esa tarde, fue a sus dos profesores salir apresurados de la cafetería, sin haber terminado sus pedidos, y tomando el primer taxi que pasó por la calle, dejándolos con mil dudas por sus extraños comportamientos y huida exageradamente veloz.

Ambos pensaron demasiado en ello, y día tras día, su curiosidad era alimentada por los acercamientos casi insanos entre esos profesores, en especial por el carismático historiador que sin saberlo, adrede se acercaba a Yoongi, lo tocaba demasiado, le sonreía coqueto, tanteaba su tacto por todo su traje, y mostraba un lenguaje corporal seductor cada que se encontraba a su lado, era demasiado, no solo para esos entrometidos chicos, sino también para Yoongi, que sabía lo que hacía su novio e intentaba de forma inhumana controlar sus impulsos para no ceder a lo que él quería, pero ese día, fue demasiado para soportarlo.

La campana sonó, todos los alumnos se retiraron, gran parte del profesorado y directivo volvieron a sus hogares, y de las pocas personas que se quedaron en ese instituto, fueron el personal de limpieza, el consejo estudiantil, dos estudiantes curiosos, y en un lejano baño al otro lado del instituto, dos profesores que se deshacían en besos pasionales y se perdían en el cuerpo del otro.

Seokjin fue consciente de que lo había provocado, podía hasta agradecer esa seducción casi natural en él, porque Yoongi era insaciable, con sus manos pálidas y grandes no dudaron en pasear por cada rincón de su piel, abriendo su cuidada camisa, quitando esa corbata que ya no sabían si era de Yoongi o de él, besando su pecho desnudo, y permitiéndole oír los jadeos que su voz gruesa y profunda inevitablemente soltaba.

No supo en que momento todo los llevó a eso, tal vez fue porque se perdido en los besos bruscos que pasearon por su piel suave, o en la mano que tanteaban audaz por su espalda, pero, sentado en el lavabo de mármol, con uno de sus zapatos desaparecido, permitiendo que una de sus piernas fuera expuesta a una desnudez total, solo para ser sostenida por su palida y fuerte mano, no le importaba para nada la razón.

Yoongi se permitió disfrutar de los besos que Seokjin le daba, porque simplemente era adicto a esos labios pomposos y hermosos sobre los suyos, más cuando su novio le daba esos gestos lascivos, jugueteaba con su lengua, y rodeaba su cintura con sus largas piernas con tal de tenerlo aún más cerca, a la espera de que ya hiciera lo que estaba ansioso por sentir.

Su cuerpo se quedó sin aire cuando lo sintió, una sola estocada que ya esperaba y que al mismo tiempo fue inesperada, su espalda se estremeció, su mirada se perdió hacía al techo por lo profundo que lo sintió, y sus piernas se retorcieron por simple reacción.

—Concéntrate, Jinnie... No te pierdas ahora...— Sabía a lo que se refería, comúnmente la coqueteria que siempre mostraba, se desvanecía ante esa situación, y se volvía un vergonzoso manojo de nervios que evitaba tentativo su poderosa mirada —Además, tu querías que fuera aquí... ¿No lo disfrutas? ¿el peligro de que en cualquier momento alguien podría pasar por la puerta y pueda verte... así?

Quería responder, decirle que le encantaba, que la idea de que los atraparan le exitaba aún más, pero sintió brutal como se movió dentro de suyo, al punto de distraerlo para no dar respuesta. Entraba y salía a una velocidad que su cuerpo no procesaba, se regocijaba de placer por cada movimiento, y dobló de forma difícil su espalda con tal de llegar a sus labios para besarlo hasta robarle el poco aliento que a Yoongi le quedaba, y al mismo tiempo para evitar soltar sus propios y sonoros jadeos.

Sus brazos rodearon su pálido cuello al igual que sus piernas con sus caderas, sintiendo como era ultrajado hasta el cansancio, y como unas manos crueles y duras, marcaban y sostenía su estrecha cintura a penas cubierta por su ya arrugada camisa blanca.

En la cúspide de su placer, a nada de sentir como iba a llegar a un orgasmo complaciente, aferrando sus brazos sobre esos hombros fuertes, y gimiendo ya sin pena en el oído de su pareja, los vio, justo en la puerta, a esos pares de ojos entrometidos y curiosos, totalmente soprendidos, en un silencio solo llenó del choque de sus cuerpos y de los gruñidos de su complaciente novio.

Sintiendo como aún era llenado hasta el fondo de su cuerpo, como ese viscoso y humedo miembro entraba y salía de él, caliente y duro, sonrió leve hacia esos chicos, su mano se elevó lenta hasta su boca, y con su dedo índice hizo una pequeña seña de silencio. Finalmente sus ojos se cerraron, sintiendo como el clímax llegaba frenético a su cuerpo, y cuando volvió su mirada hacia ellos, ya no había nadie en la puerta.

—Jimin y Jungkook... Nos vieron...— Aún mantenían sus agitadas respiraciones, pero logró diferenciar en su pareja un suspiro pesado, seguido por una risita divertida.

—Mierda, esto está tan mal... Eres de un depravado— Yoongi terminó de acomodar su traje, y de ocultar como pudo la mancha de su camisa con su saco, y se acercó a su aún semidesnudo novio, para ayudarlo a vertirse y a limpiar algo que él sabía, había hecho.

—Te recuerdo que no estoy solo aquí... Eres el novio de un depravado, eso te hace el doble de depravado... Matemáticas, Yoon— Ambos comenzaron a reír por ese mal intento de chiste, y mientras Yoongi ajustaba la corbata de Seokjin, recibió varios besos de él, esperando calmar esa preocupación oculta pero aún así notaria por lo que acababa de ocurrir.

Al terminar y salir de allí, buscaron sin mucha fe a esos curiosos chicos, encontrandolos sorpresivamente en la entrada del instituto, callados, apenados, y casi parecía que esperaban atentos a que ellos salieran para hablar de lo que vieron, hubo un silencio incomodo entre todos, en especial porque nadie pasaban aún por allí, pero Seokjin fue animado, y con su común hablar de profesor, comenzó.

—Park, Jeon, ¿no sean tan serios? Fue solo un incidente...— Él sonrió y ninguno pudo verlo directamente a los ojos ya que el recuerdo de su rostro bañado en un placer desconocido para ellos, era demasiado vergonzoso.

—Ninguno hablara sobre esto, ¿está bien?— La voz de Yoongi se escuchó firme, y esta vez los chicos si observaron a ese profesor serio y notoriamente molesto, para negar esa intención.

—No, profesor Min, esperábamos a que ustedes salieran para decirles que... No se lo diremos a nadie...— Seokjin notó el miedo en la voz de Jungkook, y fue aún más evidente por como la mirada de ambos alumnos se mantenian pegada al suelo por la presencia imponente y cercana de Yoongi.

—Yoon... Los asustás— Atentó posó su mano sobre el hombro de su novio, alejándolo varios centímetros de esos intimidados chicos, que de inmediato se perdieron en su contacto y palabras, mostrando una ilusión notaria en sus regañados ojos —Bien, chicos, a Yoongi y a mí no nos afectaría mucho que esto se sepa, generalmente la gente no puede imaginarnos juntos, ustedes son un buen ejemplo de ello porque Jungkook te lo dijo Jimin... Él nos vio en el salón de profesores, y aunque te dio detalles, no le creíste, mucha gente pensaría lo mismo si lo divulgaran...— Escuchar por primera vez como ese amable profesor pronunciaba sus nombres y también como describían una situación que Jungkook creía secreta, fue una total sorpresa para los dos, y ahora no solo entendía mucho de sus comportamientos, sino también porque reprobaron su exámen semanas atrás —Aún así, los rumores son molestos, asi que ¿podrían guardar el secreto?

Por fin ellos lo miraron, y sabiendo que ambos eran unos extraños seguidores de su relación con Yoongi, él procuro decirlo con un tono dulce, mientras entrelazaba su mano con la de su pálido novio, y sonreía de la forma más amorosa que podía, una sonrisa que no fingía, o no del todo, pero que si podía hacer la escena más adorable para ellos.

—Sí, profesor Kim. De alumnos a profesor, nosotros no vimos nada— Y tal y como esperaba de sus extraños fanaticos, obtuvo una gran afirmativa, con Jimin diciendo esas palabras, y con Jungkook asegurandolas.

Minutos después, tras despedirse, disculpándose por su insaciable curiosidad, ambos alumnos se fueron, permitiéndoles a Seokjin y Yoongi soltar un suspiro agotador por lo ridículo de la situación.

—¿Crees que no lo harán?— Su voz sonaba tranquila, porque realmente no consideraba horrible que ese secreto saliera a la luz, aunque no negaba que la pena de que dos estudiantes los vieran de esa forma y lo malo que podría ser para ellos si esa acusación se escuchase, le pesaba, pero la sonrisa hermosa de Seokjin lo calmó, y el agarre de sus manos que aún no se separaban, era el mejor reconfortante en esa situación.

—Tal vez sí, tal vez no... Sea como sea, ¿quieres que preparemos nuestros currículums mientras cenamos?— Yoongi rió al oírlo, y asintió cansado mientras sentía nuevamente ese sentimiento de calidez que solo su pareja le provocaba.

Seokjin y él, no pensaron mucho en él tema, en especial porque, pasara lo que pasara, estarían juntos, y su amor era suficiente para ellos, en especial porque lo evidente pasó, y Jimin y Jungkook se lo contaron a Taehyung con toda emoción, quien oyéndolo de dos personas, por fin lo creyó, y fue directo a contarle todo al presidente del consejo estudiantil con tal de tener más escusas para estar con él. Desde ese día, Namjoon consiguió más presupuesto para los festivales escolares y clubes, Taehyung logró más tiempo a su lado, Jimin y Jungkook obtuvieron diario tareas abusivas como castigo, y Yoongi y Seokjin fueron tontamente estorcionados, por alguien mucho más inteligente que sus curiosos alumnos.


💐


Un clásico OS para no perder la costumbre, con un poco de soft, mala comedia, y un toque de smut, el triángulo perfecto.

Recuerden que esto es parte del especial de 2k seguidores, por lo que hay y habrá más historias en mi cochino perfil por si quieren pasarse a verlas, también, y este es más un pequeño dato, este OS es un tipo “Spin-Off” que nació de una historia que aún no público, pero quise empezar el especial con esto porque se entiende sin previamente leer algo, el fic que mencionó se llama Persistente, es un TaeNam, y si todo sale bien, formara parte de este especial también.

En fin, eso es todo, y gracias por leer.💕

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