Hal Jordán caía, su anillo se desprendía de su dedo y volaba en busca de un nuevo huésped y el caía, y caía recibiendo aquel choque, el último dolor que le quedaba

Abrio los ojos y se sintió ligero, poso sus manos en donde debería estar su pecho sobresalido pero este estaba de vuelto de si, sus dedos estaban perfectos, todo corte o algún daño anteriormente hecho había desaparecido ¡Estaba perfecto!

Entonces se levanto estirando su cuerpo, tenía las ganas de ver el rostro de enojo de aquel tipo verde al ver que seguía de una pieza, que aún no podía acabar con el

—¡Hola!

Una voz femenina se hizo presente haciendo que el castaño se sobre salte dando un salto hacia atrás cubriendo su cuerpo con sus brazos por cualquier daño que le pudiesen hacer

—Tranquilo, es solo un paraguas. No te va a hacer daño

Y Hal Jordán bajo la mirada viendo a una mujer palida, de estatura media, su cabello era negro y corto hasta la nuca, tenía un pequeño tatuaje en su ojo cual si fuera una extensión. Traía una camiseta de tirantes, vaqueros y botas oscuras. Traía un collar de plata de Ankh

—¿Quien eres tú?

—Oh, yo no se si pueda responderte a esa pregunta. Pero si te puedo decir que te voy a acompañar

—¿A donde?

—Oh, al Reino sin luz. Estas muerto, querido

Su voz era linda, tontamente linda. Hal quedó confundido ante lo dicho por esta hasta que decidió mirar hacia abajo observando su cadáveres, su asqueroso aspecto, estaba completamente destrozado, y muerto. Muy muerto, Hal miro de nuevo a ella y, Dios, ella era la Muerte

—Creo que sabes ya quien soy

—p... Pero yo no, no, no puede ser, debo volver. Jessica me espera, yo... Debo de patearle el trasero a ese idiota ¿Y quien es ese emo?

Pregunto este señalando a otro miembro allí presente, era pálido como una nube, delgado como un palo, su cabello estaba despeinado, estaba de puntas y era oscuro, sus ojos eran como ver a un mismo abismo, penetrantes, traía una chaqueta oscura al igual que sus pantalones y botas. Este mismo alzó su mirada y lo observo haciendo que sus miradas choquen

—Oh ¿El? El es mi hermano Sueño, la personificación de los sueños. Y dejame decirte que no es posible eso, nos tenemos que ir

—¿Y si no quiero?

—Bueno, lamento decirte que eso no esta en los planes. Pero dale una oportunidad, experiencia nuevas, te tengo que acompañar al Reino sin Sol, asi son las reglas

—¡Me niego! No sin patearle su trasero, no sin volver con Jessica, no sin despedirme

—No es posible, Hal Jordán de la Tierra, has muerto, se acabó. —Exclamó Oniro, Sueño, Morfeo, se colecciona muchos nombres para quedarse con solo uno—

—¡Dije que no! Esto, esto no puede acabar tan fácil. No, no, no, no. Debe haber algo más que pueda hacer, algo más

—Creo que puedo ayudar

Y otra presencia se hizo detrás de Hal Jordán haciendo que este se gire abruptamente apuntándole con su puño dándose cuenta que, no tenía más anillo

Aquel ser, ente, o lo que fuera era alto, musculoso, con todo su cuerpo cubierto a excepción de su cara. Traía una capucha verde, su piel era completamente blanca y traía unos pantalones oscuros

—¿¡Y tu quien demonios eres!?

—Soy el Espectro de la Venganza. Y tu, Hal Jordán, has sido seleccionado

Los hermanos se miraron entre si para la hermana del Rey de los sueños bufar cruzándose de brazos

—¿Tu otra vez? Pensé que tenías suficiente con Jim

—¿Seleccionado para que? ¿Me conoces? ¿Por qué todos me conocen? Dan, dan muy mal rollo, todos

—Una amenaza se avecina a tu mundo, Hal Jordán, y tu eres el elegido para evitarlo, solo tu y solo tu puedes hacerlo, siendo el nuevo Espectro de la Venganza

—¿Yo?

—Una amenaza poderosa se avecina, todo el universo esta en peligro pero tu puedes impedirlo, si te conviertes en mi

—Pero tu necesitas la paz, el Reino sin sol es el bien lugar, te acompañare a él

—No, no entiendo nada. ¿Esto es como Matrix? ¿Pastilla roja o azul? ¿Cual es la correcta o la mala?

Y sintió un toque en su hombro haciendo que este eleve la mirada viendo al hombre pálido, señor de los sueños, el príncipe de las historias

—¿Y tu qué?

—No existe respuesta incorrecta o correcta, Hal Jordán. Es tu desicion puedes ir al Reino sin Sol con mi hermana o puedes ir con el Espectro de la Venganza y estar en el mundo más tiempo, no existe una respuesta mala, es tu desicion

—¿Como fiarme? ¿Cómo saber que no es un truco?

Y del cielo descendió Hawkman el cual poso al lado del cadáver de su viejo amigo, Hal le miro y trato de llamar su atención agitando sus brazos de lado a lado

—¡Carter! ¿Hola? ¡Tio! Contesta

—No te escucha, porque ya no estas en el plano terrenal

—¡Ay! ¡Ya, déjeme pensar! —Grito estresado mientras que la pálida retrocedió mostrando indiferencia. Llevo sus manos a la cabeza y pensó en todo, en Jessica, en sus amigos, en su familia, en su voluntad, en la justicia, le debía eso a todos, actuar una vez más. Una vez más con ellos. Miro de reojo al dúo de pálidos para mirar al Espectro y bajo su cabeza— Iré contigo, quiero salvar mi universo y entonces iré con ella

—Buena respuesta

Y el cuerpo del Espectro se deshizo cual vendajes comenzando a rodear a Hal el cual observo a sus alrededores sintiendo como su cuerpo cambiaba, mejoraba, se convertia en un ser poderoso, más poderoso de lo que una vez fue y entonces miro a las dos entidades presentes

—Esperar.

Se limitó a decir para hacerse desaparecer dejando solos al dúo de hermanos

—Bueno, hizo su elección. Y tengo a más que buscar así que vamos, hermanito, no tenemos todo el día

Epílogo 2

En las profundidades de la habitación de Jessica, ella llora, de impotencia, todas las muertes, la de Hal y Mark le afectaron, sus lágrimas seguian, se sentía sola, llorando en la soledad, sus madres no estaban, estaban de viaje, estaba sola en aquella casa de madrugada y todo lo que podía hacer es llorar, el como fue abandonada, el como los abandono, todo sus errores y allí se hizo presente Hal Jordán observando a la mujer con indiferencia, ella no podía verle, no podía y era algo que el lo sabia, pero juro nunca abandonarla. Se acuesta en su lado y trata de abrazarla, no lo logra, el sufre, ella lo hace también. Se sienten solos apesar de la compañia