Continuación del capítulo 67
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- ¿Te apetece tomar algo? - le preguntó mi madre a Slade.

- Ahora que lo dices, sí por favor.

Ella se levantó para ir a la cocina y el recién llegado siguió sus pasos con la mirada hasta que estuvo fuera.

- ¿Me vas a decir qué estás haciendo aquí? - le pregunté cuando estuvimos a solas.

- ¿No puedo hacerle una visita a una vieja amiga?

Me puse de pie y me acerqué a él, el espacio entre nosotros era ahora mínimo.

- ¿Qué es lo que quieres?

- Es más divertido si lo descubres por ti misma.

Rocé con la punta de los dedos el cuchillo que siempre llevaba atado al muslo. Iba a sacarlo y a ponerlo en el cuello de Slade, sin embargo, el sonido de los tacones de mi madre sobre la madera del pasillo me detuvo.

- No hemos terminado - le dije mientras me sentaba de nuevo.