62. Diggle

Oliver dejó su arco en la mesa nada más entrar por la puerta. Cuando se giró vio la mirada esperanzada de su amigo y negó lentamente como respuesta a la pregunta silenciosa que este le hacía.

- Lo siento, es un callejón sin salida. Pero la vamos a encontrar.

Diggle se pasó la mano por la cara y miró hacia otro lado intentando contener las lágrimas. No quería desmoronarse delante de su equipo.

Tras unos segundos sin moverse se puso de pie de golpe y cogió su arma y las llaves de su coche.

- No puedes ir ahora - le detuvo Oliver a mitad de camino - Estás cansado y con los nervios a flor de piel y eso no ayudará a _____________. Volveremos mañana a primera hora.

- Mañana puede que sea tarde - respondió Diggle antes de salir como una bala a las oscuras calles de Starling City.

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