Me desperté con una sonrisa en los labios. Había sido una noche increíble y ver ahora a Roy acostado a mi lado sólo lo mejoraba.

- ¿Has dormido bien? - le pregunté cuando abrió los ojos.

- Mejor que bien.

Se acercó a mí. Con cariño me acarició la pierna y pasó sus labios por mi barbilla.

- He tenido una muy buena idea - me dijo.

- Sorpréndeme.

- Quédate conmigo todo el día.

- No puedo, la cadena me espera.

- Di que no te encuentras bien. Te aseguro que aquí te lo pasarás mejor. Podríamos hacer toda la mañana lo que tú ya sabes....

- Travieso - le interrumpí riéndome.

- Estaba hablando de ver una peli, cocinar...

Levanté una ceja sin creérmelo.

- Vale es mentira, hablaba de eso - admitió sonriendo.

Le di un beso intenso.

- Nos vemos esta noche - le susurré antes de saltar de la cama y comenzar a vestirme.