Una sombra saltó inesperadamente sobre Jason. Este intentó atestarle un par de golpes pero fue inútil ya que la figura le clavó en el cuello una jeringuilla que contenía un líquido blanquecino.
- ¿Quién cojones eres? - preguntó él débilmente por los efectos de la inyección.
- Lo siento - le respondió una voz femenina - De verdad que lo siento, pero no tengo otra opción.
La chica sacó un teléfono desechable.
"Ya le tengo, ahora toca que cumplas tu parte" la escuchó decir antes de desmayarse.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top