Justo entré en la habitación cuando el Joker ataba a la doctora a la mesa.

- Para ahora mismo - le dije.

- ¿Por qué debería?

- Ella no tiene nada que ver en esto.

- Cuántos más seamos más divertido se vuelve. Espera, es verdad, dijiste que no.

- Suéltala y me quedaré.

Se acercó a mí peligrosamente, intenté retroceder pero choqué con la pared que tenía detrás de mi. Apoyó su mano a mi lado haciendo que el espacio entre nosotros se redujera.

- ¿Qué te hace pensar que te quiero conmigo?

- Si no fuera así ya estaría muerta. Además, sé cómo hacer que te lo pases genial.

Sonrió.

- Chicos, llevárosla. - dijo señalando a la doctora que seguía tumbada.

- No espera, yo te quiero - replicó ella desesperada.

- He dicho que fuera - dijo sin apartar la mirada de mis ojos - ¿Preparada?

- Ya sabes que sí.