27. Diablo

No podía quedarme un segundo más ahí, cogí mi chaqueta y mi cuchillo y me dirigí a la puerta.

— ¿A dónde vas? — me preguntó Diablo justo antes de salir.

— A parar esta mierda.

— No puedes ir sola, te va a destrozar.

— ¿Y? Ni que a alguien le importara.

— A mi me importa.

— No digas gilipolleces.

— No lo es. Dame cinco minutos y voy contigo.

— Tienes dos.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top