Lunes : a la escuela
Bulma salió de su casa y encendió el motor de su coche: era un volkswaguen convertible de color rojo.
Todos los días pasaba por Milk y ella la esperaba afuera de su casa.
-vámonos Milk, hay que pasar por Yamcha - exclamó bulma muy contenta.
Las dos chicas pasaron por la casa de Yamcha, Bulma esta realmente feliz por la cita que tendría esta noche pero su felicidad se desvaneció cuando encontró a su novio besando a otra chica enfrente de su casa. Era una chica de cabellera rosada oscura y de ojos verdes, era igual de hermosa que Bulma.
No quería que Yamcha se diera cuenta que ella estaba ahí, planeaba darle una gran sorpresa tomando fotos de ellos dos y a la hora de su cita se las mostraría.
Mientras tanto, en la ca de Piccolo.
El estaba apunto de salir cuando Kamizama lo detuvo.
- espera - exclamó y Piccolo se dio la vuelta - ¿tienes dinero para el almuerzo? - pregunto mientras acercaba su mano al bolsillo
- no, traigo mi propio almuerzo - respondió antes de sacar un pañuelo blanco de su bolsillo y cubrirse la cabeza con el.
- ¿no quieres que te lleve? - pregunto.
- estoy bien gracias, ya me tengo que ir - dijo antes de salir.
Narración de piccolo
Detesto cuando trata de ser amable... Mire mi reloj de bolsillo, así es, de bolsillo bastante anticuado pero era de mi padre y era mi único recuerdo; mire la hora 7:30, es bastante tarde, no llegaré a tiempo si no tomo un atajo.
Mi único atajo y menos favorito es el cementerio. Es tranquilo y casi siempre está solo y esta casi solo porque yo estoy adentro; sólo tiene un inconveniente: Perros...
No me molestan los perros, lo que me molesta es que son demasiado estúpidos como para atacarme.
Entre por la puerta principal que siempre estaba abierta, seguí caminando la salida no estaba lejos; pero escuche unos pasos a distancia, algo lentos pero de pronto se escucharon muy cerca casi detrás de mí. Me volteé lentamente y me encontré con lo que más temía... Perros...
Eran tres pitbulls con las colas y orejas cortadas, eran de peleas y como todo perro de peleas intentaron atacarme; corrí con todo lo que me daban las piernas, eran rápidos y no paraban de ladrar me.
Por fortuna mire que no estaba lejos de la salida unos pocos metros y llegaría, empuje la puerta esperando a que se abriera pero la estúpida reja tenía un candado "maldita sea" pronuncie con fuerza. Los perros se acercaban más y más a mi, escale la puerta hasta salir del panteón, al momento de llegar al otro lado note que mi chaqueta estaba rota, las puntas de la reja la rasgaron.
Sólo me quedaban unas cuantas cuadras y llegaría a la escuela.
Fin.
La mayoría de los alumnos llegaba a la escuela.
Bulma y Milk caminaban por la entrada cuando Vegeta chocó con Bulma, tirando unos libros que tenía en las manos.
- ¡oye, cuidado! - exclamó enojada
-tks... - fue lo único que dijo Vegeta, no le importaba quien estuviera en su camino igualmente lo atropellaría.
- que mal educado es - dijo mientras lo miraba alejarse.
-ignora lo es un idiota - dijo como consuelo y ayudó a recoger los libros de Bulma.
Para su mala suerte Goku iba corriendo por ahí, no se dio cuenta que Milk estaba en el suelo y chocó con ella.
- perdón, no te mire - se disculpó con mucho arrepentimiento
- ¡eres un tonto! - le grito muy enojada.
- oye yo solo... - no pudo terminar la oración por los gritos de Milk.
- ¡mejor ya vete! ¡solo me estorbas!- Goku se fue al mirar que no podía hacer nada más.
Por los pasillos de la escuela caminaba Veguita quien se encontraba perdida en sus pensamientos.
-* otro aburrido lunes* - dijo mientras miraba el suelo, siempre miraba abajo-* otro estudio y tonto lunes que seré ignorada por todo el maldito mundo... ¿¡que tengo que hacer para... - interrumpido sus pensamientos al chocar con algo, miro arriba y para su sorpresa era una espalda grande y cubierta por una chaqueta negra. La persona con la que chocó la miro por ensima del hombro y era nada más y nada menos que Piccolo.
- fíjate enana - pronunció con un tono de voz fuerte antes de marcharse a su salón.
Una pequeña sonrisa se escapó de sus labios. Debido al tamaño de veguita era muy difícil saber que está ahí, todos miraban hacia adelante nadie se molestaba en bajar la mirada, excepto Piccolo. Todos eran más bajos que el y está obligado a siempre mirar hacia abajo. A Veguita le agradaba el, tal vez era frío, tenía una rostro que daba miedo y era el doble que ella pero era el único que se tomaba la molestia de decirle algo, aunque ese algo era un insulto; se conformaba hasta con la más mínima migaja de interacción...
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