¿hay cura?

Veguita estaba enfrente de bils con una postura firme y dominante...

...

-¿sabe señor bils? Usted es un Dios... - sonrió con malicia - pero yo soy muy astuta... y por eso yo tengo la toalla - sonrió con victoria mientras apretaba un poco más la toalla del busto.

- ¿este era tu plan? - pregunto mientras la miraba de pies a cabeza

- algo así, ah, y otra cosa... Jamás quise tomar el papel de Dios destructor, las personas pensaban que yo era usted o alguna especie de descendiente ... - veguita paro cuando se dio cuenta que bils no la estaba escuchando.

- ¿saldrás nada más con eso? - pregunto mientras la miraba fijamente

- me preocupe por eso al principio pero recordé que usted estaría atrapado aquí y en el castillo sólo se encuentra el señor wiss y usted, aunque no me hace muy feliz correr por los pasillos desnuda. Que disfrute el baño - dijo antes de salir corriendo; al parecer bils grito un par de cosas pero veguita no alcanzó a escuchar.


Mientras tanto, en la corporación cápsula. Vegeta, Goku y Piccolo seguían con la charla.

- te dije que esto podía suceder kakarotto - exclamó vegeta.

- ¿y como se quita? - pregunto piccolo

- ¿hablas del efecto de las feromonas?, Se quitara sólo mientras veguita este alejada de ti, se elimina más rápido al momento de sudar - explico con su voz fuerte.

- ¡goku! - la voz de milk se escuchó en la otra habitación.

- ¿milk? - pregunto Goku algo confundido pero salió corriendo de la cocina al volver escuchar la voz de su esposa.

Piccolo también se disponía a salir pero vegeta lo detuvo al interponerse en su camino.

La mirada de vegeta era fija y penetrante.

- escuchar bien, piccolo. Mantente alejado de veguita - exclamó vegeta con voz fuerte - no quiero que te vuelvas a acercar a ella

- ¿por que quisiera estar cerca de alguien que puede causar me dañó? - dijo serio y firme; Vegeta Voltio su cabeza y Piccolo salió de la cocina.

- ... Te lo prometí... - pronunció en un susurro mientras cerraba sus ojos - y lo cumpliré... asta la muerte, Natzu...


En otra parte del universo, una joven sayayin corría desnuda por los pasillos.

Sentía algo de frío al no tener nada más que una toalla; sintió la necesidad de entrar a una de las habitaciones del castillo.

Al entrar encontró su maleta y bolsa.

- al fin, mi ropa - suspiro de alivio. Observó la habitación en la cual se encontraba, era enorme, la alfombra era de terciopelo roja, las paredes eran de un tono más oscuro, la cama era parecida a la del templo, amplia y se miraba muy cómoda, sus sábanas eran de seda y las cortinas eran carmesí - vaya habitación...

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