¡Noche de brujas!
Increíble, Dazai no podía, simplemente-
"¡No! Olvídalo, Dazai, necesito que te quedes aquí, de todas formas, ¿qué harías? No sales las otras noches de Halloween, solo es diferente porque Yosano-chan está aquí, ¿sí?"
Mierda.
"¡Mori-san! Si me dejas con esa niña, voy a tirar por el retrete toda tu mierda para las arrugas" Advirtió, Ougai suspiro, regañando a Dazai con la mirada, maldito mocoso malcriado-
"Eso no es para las arrugas- No estoy en la edad para hacer eso, tengo 36, Dazai" Suspiro, un poco avergonzado. El adolescente le miro aburrido, con una ceja alzada.
"Tienes 36 desde hace 3 años, Mori-san."
"Supongo que eso significa que puedo irme" Murmuro el pelinegro, Dazai pataleo. "Pide comida, cuida que Yosano no traiga a sus amigos y que no salga de su habitación"
"No sé qué hare con esa niña aquí" Suspiro cansado. ¿No podía relajarse un Halloween?
"Tiene 12 años, Dazai, solo debes ser una figura autoritaria, por favor" Rogo, acomodando su bata médica, tomando sus cosas del perchero, Dazai le miro con un puchero. "No invites a Chuuya, Yosano está demasiado pequeña para que le des ideas"
Dazai fingió que no escucho lo último, por más que fuera un buen punto.
Para cuando Mori se fue y Dazai estaba solo con la pequeña Yosano, subió las escaleras con pereza, entrando a la habitación de la niña sin tocar.
Ella estaba leyendo un libro, acostada boca arriba, con una pila de libros al lado en su mesa de noche. Dazai alzo una ceja.
El azabache suspiro, cerro el libro y se acostó sobre su propio estómago, ambos sabían perfectamente lo que venía, pero Dazai era un bastardo que quería retrasarlo para hacerla desesperar.
"El imbécil de Rintaro me hizo escoger 4 libros" Empezó a explicar, balanceando sus piernas en el aire. "Dijo que, entre más rápido los leyera todos, más rápido obtendría de vuelta mi teléfono y mis permisos.
El castaño sonrió burlón, ella bufo molesta, volviendo a darse la vuelta para quedar boca arriba tomo de arrebato una almohada y la estampo contra su propia cara.
"Y por eso estas leyendo..." se acercó a la pila y el libro cerrado que anteriormente ella leía. "¿Virginia Woolf, Mary Shelley y Mary Wollstonecraft...?" Alzo una ceja, definitivamente no era lectura común para una niña.
"Si voy a leer, al menos será algo que me guste" Respondió, simple. "Además, a Rintaro le parece incomprensible que lea libros de feminismo del siglo 19, ya sabes, cerca del año en el que ese anciano nació"
Dazai soltó una risita, mirándola aplastar la almohada contra su cara con el antebrazo.
"Bueno... Si lo que te preocupa más que tus permisos, es tu teléfono entonces..." Dazai tomo un libro, 'Frankenstein o El Moderno Prometeo', la chica revelo su rostro, con curiosidad. "Deberías seguir leyendo" Cuando abrió dicha obra, de ella cayo un rectángulo negro con estrellas decorativas y una banda famosa en el medio, ese era el protector de su teléfono.
"¡Osamu!" Chillo emocionada, lo tomo entre sus manos, pero cuando trato de encenderlo, nada sucedió. Su mirada se oscureció. Por supuesto que debía imaginarlo, están hablando de Dazai Osamu, el Demonio-bastardo-Prodigio, el no hace favores sin nada a cambio, quiere un trato.
"Entonces, ya sabes de que se trata, ¿verdad?" Su sonrisa era oscura, como si hiciera un pacto con el diablo. Qué casualidad que era Halloween.
"Debí esperarlo" La chica suspiro, ladeo su cabeza, con expresión seria. "¿Qué quieres?"
"¿Es necesario decirlo?" Saco de su bolsillo la batería del celular de Akiko, ella lo miro con los ojos entrecerrados. "Te lo daré si me prometes tu silencio"
"Si hablas de Chuuya, puedes hacer lo que quieras. " Se cruzo de brazos. "No le diré nada a Mori, no te preocupes por eso, tampoco debes preocuparte por mí, apenas pueda encenderlo escuchare música a todo volumen, así no escuchare tus gritos-" Ella le miro burlona.
"Debería ser preocupante el que sepas lo hago a tu edad, solo tienes doce" Ignoro su burla y ella le miro ofendida.
"Tengo 13 y medio"
"Oh dios mío, eres muy grande, ¿cierto?" Rodo los ojos, ofreciéndole la batería, ella lo tomo bruscamente.
"Lo suficiente para tener 3 novios" Le saco la lengua, Dazai empezó a reír.
"Asegúrate de que no se te escape nada, entonces. " Camino hacia la puerta. "De lo contrario Mori sabrá sobre esto"
"Oh, ¿a quién le creerá Mori?" Resoplo burlona, movió su mano al lado de su cabeza, en un ademan presumido. "¿A una pobre niña de 12 años que fue castigada por sacar malas notas, o un adolescente que no puede ver a su noviecito porque esta trepándose sobre el?" Akiko entrecerró sus ojos, desafiándolo.
"Definitivamente, tienes mi sangre, pequeña." Imito su acción y suspiro. "Por un momento creí que te habían confundido en el hospital" La vio tomar la misma almohada de antes y hacer el ademan de arrojárselo, entonces rápidamente salió, el objeto termino impactando contra la puerta.
"¡Maldito bastardo!" Lloriqueo, ofendida. Su voz sonó amortiguada por la puerta y las risas de Dazai también.
Tenían un trato, ninguno iba a romperlo, lo que obtendrían era demasiado bueno como para romperlo.
Eran las doce de la noche,Mori no volvería pronto, tenía turno nocturno.
Aun se escuchaban las voces de algunos niños pidiendo dulces, aun después de la hora.
Yosano estaba dormida, Dazai le dio un resumen de todos los libros que tenía en la mesita de noche y ella lo anoto, ahora a cambio tendría que darle todos sus ahorros a Dazai.
Eso se llama hacer un trato muy fructífero.
Dazai abrió la puerta de su habitación, estaba oscura, lo dejo de esa forma para acostarse presamente en la cama.
Las cortinas azul celeste de su habitación se mecían de una forma un poco violenta, la ventana dejaba entrar todo el aire, estaba abierta.
El llevo su antebrazo a su propia frente, resoplando, trago duro y miro hacia la ventana.
No había nada.
El castaño gimió desesperado, dándose la vuelta para enterrar su cara en la almohada.
"Iré a tu casa esta noche" El más alto en ese momento asintió, buscando desesperadamente sus labios nuevamente, Chuuya había despeinado completamente su cabello, tenía los pómulos y la nariz roja mientras que sus labios estaban hinchados. Jadeo contra el otra vez cuando Chuuya movió sus caderas, estaba aprisionándolo contra el casillero.
"No me quejo, pero" bajo ambos brazos de los hombros del pelirrojo, este miro con diversión la dificultad que tenía para hablar. "Eso no suena como una petición o un permiso" Le devolvió la mirada divertida, Chuuya llevo una mano a su mejilla e hizo movimientos circulares ahí, sintiendo la lengua de Dazai empujando su dedo desde adentro.
"Eso es porque no es una pregunta, cariño"
"Eres sexy cuando me das órdenes" Dazai relamió sus labios, frunciendo el ceño cuando Chuuya volvió a besarlo.
Él estaba esperando.
Cuando había terminado de decir eso, la campana sonó y debieron separarse puesto que en ese momento era un cambio de clase.
Dazai realmente había quedado con las ganas.
Volvió a darse la vuelta, lentamente, volvió a suspirar.
¿Debería recibir a Chuuya...?
El pelirrojo estaba siendo cruel con el, haciéndole esperar. El contrario sabia eso, probablemente era una de esas veces en las que fastidian al otro jugando con su necesidad-
Dazai no puede negar que ama eso, en especial cuando el pelirrojo es quien se enfurruña.
Especialmente ahora no puede esperar- Hay una erección formándose en sus pantalones, y está empezando a doler, pero al mismo tiempo sus pantalones apretados están creando una fricción que se siente muy bien.
¿Chuuya se molestaría si comienza sin él?
Dazai no se respondió a sí mismo, se movió, quedando sobre su propio costado, mientras desabrocha lentamente sus pantalones, para meter rápidamente su mano en ellos.
Empezó a hacer un poco de calor, desabrocho al menos tres botones de su camisa hasta que fue interrumpido por un fuerte espasmo que recorrió su espina dorsal, que empezaba ahí y terminaba abajo.
Se acaricio levemente, tomando su propia hombría con toda su mano, rodeándola con sus largos dedos, dios, ¿de verdad estaba tan sensible?
Aun esperaba con ansias a Chuuya.
Para cuando se dio cuenta, se había deshecho de sus pantalones y la ropa interior, Dazai estaba frotándose contra sus propias sabanas.
El definitivamente estaba olvidando todo- Yosano, Mori, el cuidado al no hacer tanto ruido como el que hace ahora, tal vez. Chuuya siempre le ha regañado por ser tan ruidoso, aunque puede afirmar que al pelirrojo le vuelve loco cuando grita su nombre de esa forma.
Como ahora.
Los ruidos detrás suyo no le importaban; tampoco el golpe contra el plástico del alfeizar de su ventana. Por supuesto que lo sabía, él estaba acercándose, probablemente tenía una sonrisa tonta y burlona, o tal vez ya tenía una erección- como él.
"¡Chuuya!" Gimió ruidosamente, jadeando contra las sábanas, en ese momento no lo pensó, pero muy dentro de sí, esperaba que Yosano se haya dormido con los audífonos puestos.
"Pensé que necesitarías ayuda" Saludo el pelirrojo, caminando lentamente hacia él. "Pero te las has arreglado muy bien sin mi" Chuuya no estaba realmente resentido, solo estaba fingiendo, aunque estaba un poco sorprendido de que Dazai se desesperara al punto de empezar a restregarse contra sus sabanas como un jodido animal, mientras gemía su nombre de forma tan lastimera. No iba a fingir que le molestaba, estaba más que satisfecho de causar aquello en el castaño.
Osamu respondió jadeando otra vez, Chuuya estaba deshaciéndose de sus ropas a medida que se acercaba, estaba desesperado, por supuesto, él lo sabía. Aquello estaba calentándolo, en cambio optaba por hacerlo hervir en su propia miseria.
En cualquier otro caso le gustaría hablar con Chuuya antes de que sucediera, pero justo ahora estaba satisfecho de ir directamente al punto, su pene estaba palpitando contra sus manos, por más que lo apretara mientras subía y bajaba su mano, o por más que enterrara sus caderas en el colchón.
Él lo necesitaba ahora mismo.
"Estoy dejándote un recuerdo que te ayudara cuando me extrañes, chibi" Chuuya estaba sobre él, mientras el jadeaba ruidosamente, el ultimo jadeo fue ahogado por él, cuando atrapaba sus labios y se los quedaba, Dazai paso ambos brazos en sus hombros, tomándole de la nuca y apretándolo contra sí mismo, Chuuya sabía perfectamente lo que buscaba, no le iba a hacer rogarlo; dejo caer el peso de sus caderas contra Dazai.
Ni siquiera tuvo que moverse, Dazai estaba haciéndolo por su cuenta, aunque su pene dolía ante la fricción, cuando ya no pudo soportarlo, simplemente paro.
"Entonces, supongo que yo deje un recuerdo que te ayudo a hacer esto" Susurro contra sus labios, Dazai gimió al sentir la mano de más bajo llegar abajo y masajear, apretar y jugar con la punta. "Para tu suerte, vine preparado"
Oh, entonces realmente sucedería.
Dazai mentiría si dijese que no se sentía nervioso, el había entrado en Chuuya antes, por supuesto, pero era diferente ahora que sería el pelirrojo quien lo penetraría.
Chuuya vio la expresión de pánico del castaño, se acercó otra vez, para besar lentamente la línea de su mandíbula, no era tan cruel ni indiferente.
"Sabes que puedes arrepentirte de hacerlo de esta forma, Osamu" Volvió a subir a sus labios y dejo un casto beso en ellos, el mencionado apretó las manos en la espalda contraria. "No pretendo obligarte a nada, no es algo así como un intercambio" Finalizo, se separó de él y Dazai estaba mordiendo su propio labio.
Entonces abrió su boca.
"Cuando lo hago contigo" Empezó, Chuuya le miro atento, Dazai desvió un poco la mirada. "Estoy seguro de que lo disfrutas más que yo, chibi egoísta" Chuuya soltó una carcajada, apoyo su frente en la contraria, viéndolo a los ojos, su Dazai estaba viéndolo con aquella hermosa devoción, a pesar de que estaba reprochándole algo. El cariño del más bajo brillaba titilando en sus ojos como el cielo. "No trates de hacerme cambiar de parecer"
"Oh, será un dolor de trasero" Afirmo, Dazai se encogió de hombros, claro, como si tuviera mucha resistencia al dolor (ambos sabían que era un llorón). "Al principio y después, cuando acabe contigo"
Dazai volvió a morder su labio, no estaba reconsiderándolo, aunque sabía que Chuuya trataba de hacerle entrar en razón de que cualquier incomodidad o inseguridad podía decirla, no era estúpida en absoluto.
"Si realmente hay tanto de por medio..." Chuuya esperaba que invirtiera los papeles, el estaba seguro de que eso no le molestaría, se trataba de Dazai.
"Supongo que entonces vale la pena, ¿no?" Finalizo el castaño con una sonrisa, Chuuya ladeo la cabeza, entonces se encogió de hombros.
"Si, vale la pena" Le devolvió la sonrisa.
"En ese caso, cógeme hasta que no pueda caminar"
Chuuya se descoloco un poco ante eso, para que mentir, pero, aun así, seguía tratándose de Dazai, el ser más desvergonzado del planeta-
El castaño soltó una risita, entrelazo sus antebrazos en el cuello de Chuuya, entonces lo atrajo en un beso, marcando el ritmo lento y sensual, explorando su boca en un masaje que aumentaba su excitación.
Volvió a masajear, al contrario, este pronto volvió a ser el desastre que era antes.
Dazai no diría que la anticipación del primer dedo, el indice de Chuuya masajeando tentativamente en su entrada no estaba desconcentrándolo de sus besos, que las otras partes de su cuerpo no estaban siendo estimuladas al sentir a su novio piel a piel, esto había sucedido antes, claro que sí, pero era al revés.
Dazai descubrió que no era tan malo, estaba gustándole ser acorralado por Chuuya, ser dejado sin escapatoria cuando sus labios hacían contacto, cuando le robaba pequeños besos y jadeos, besando y recorriendo la piel que había entre las vendas que siempre llevaba.
Mientras que sentía el corazón de Chuuya golpetear su pecho tan rápido, él estaba nervioso, sabía que no quería hacerle daño.
El primer dedo estaba entrando fácil, Chuuya se confundió un poco con eso.
Chuuya estaba bajando un poco más, y más, separándose de sus labios, los cuales estaban bastante hinchados, cuando llego a su vientre, Dazai se desconectó del dolor, sintiendo a Chuuya pasear su lengua sobre su longitud, abriendo sus piernas. Osamu se sentía expuesto, sin embargo, aquella sensación era reconfortante y liberadora, a pesar de lo obscena que era.
Y aquella sensación de libertad se mostró con su pene sacudiéndose, mientras Chuuya lamia el nudo y las venas que se marcaban en la parte de abajo.
Dazai gemía ruidosamente, sentía el dedo del más bajo embestirlo lentamente, haciendo círculos y su lengua subiendo y bajando.
Para Chuuya, Dazai estaba siendo sorprendentemente dócil, no trataba de tocarlo, solo se retorcía y lloriqueaba gimiendo su nombre cada vez que encontraba y hacia presión en su próstata, al mismo tiempo lamia su miembro.
Dazai grito de placer y hasta un poco de dolor cuando el segundo dedo empapado en lubricante se abría paso, jadeaba un poco aturdido, sin saber cómo reaccionar ante la estimulación en dos lugares cercanos evitando el dolor.
"El primero fue muy fácil" Reflexiono el pelirrojo, dejando besos en su cadera, masajeando lentamente sus paredes internas.
"Supongo..." Se interrumpió a sí mismo, jadeaba y gemía como si hubiera corrido una maratón "...que la practica ayudo" su tono trato de ser sugerente, pero sonaba un poco pobre para ser el, estaba derritiéndose con dos simples dedos y roces con su lengua, Chuuya no podría callar a Dazai una vez este embistiendo dentro de él.
"¿Sí?" Inquirió el pelirrojo, estaba burlándose de él, Dazai hablando de esa forma realmente no se veía todos los días. "¿En qué pensabas cuando hacías eso, Osamu?"
Dazai se retorció casi dolorosamente cuando Chuuya empezó a succionar su pene, haciendo ruidos obscenos, gimió otra vez, pidiendo encarecidamente más, por ahora no sabía si se refería al movimiento de su boca, o de sus dedos. Probablemente ambos.
"Y-yo...." Se interrumpió con otro gemido, Chuuya estaba prestándole atención, mientras metía más su boca y embestía con fuerza con sus dedos. "Estoy seguro de que pensaba en ti" Dazai tenía la vista nublada, sus piernas temblaban, pero no estaba asustado, eran los espasmos recorriendo su cuerpo y lo sobreestimulaban cruelmente, mientras trataba de hablar. "Pensaba en como quería que fueras tu"
Chuuya lo soltó, retirando su boca. Dazai gimió lastimeramente "¿Yo?"
"Quiero que me folles como lo pensaba esa vez" Podría hacerlo, podría acostumbrarse a esa charla sucia con el desvergonzado de Osamu.
Y también podría follarlo como él quiere, por supuesto.
"¿Como es eso exactamente, Osamu?" Dazai no estaba dándose cuenta que ya había tres dedos dentro de él, mientras que él se retorcía contra ellos, concentrado en responderle a Chuuya.
"Como.... un maldito animal" El pelirrojo volvió a besar y succionar la punta de su miembro, mientras sacaba sus dedos, Dazai esta vez reclamo y gimió al mismo tiempo "¡Chuuya!" Chillo, llevando ambas manos al cabello pelirrojo.
Estaba jadeando, se veía cansado, pero aún no se había corrido.
Eso era porque Chuuya lo dejaba a medias.
Y él estaba cansándose de eso.
"Por favor, Chuuya.... Mierda"
Dazai tenía lágrimas en los ojos, Chuuya lo miraba atentamente, se agacho para besar sus mejillas, volver a sus labios y limpiar sus lágrimas.
Eso mientras derramaba la botella de lubricante sobre su pene, para rozarlo contra su agujero, empezó a deslizarse dentro de él, Dazai apretó las sábanas, con un gemido desgarrador clavo sus uñas en la espalda del pelirrojo.
Eso dolía, dolía como el demonio.
"Relájate" Resoplo en su cuello, besando un par de veces, Dazai negaba con su cabeza, en cambio su cuerpo obedecía, destensándose ante las caricias del pelirrojo.
"Chuuya" Susurro en el oído del mencionado, luego de unos minutos. "Muévete"
El asintió, la cantidad de autocontrol que tuvo que reunir para no moverse hasta ahora, entonces empezó a destensarse también.
"Eso es... Muévete, mas, Chuuya, dios, sigue, dios mío" No podía entender la mitad de lo que decía, realmente Chuuya solo obedecía lo poco que podía inferir.
Dazai estaba hablando de forma atropellada, y era mucho, mucho más ruidoso que antes.
Al parecer le desesperaban los ritmos lentos, porque movía de forma constante y rápida sus caderas, sin darse tregua a acostumbrarse.
También decía su nombre muchas veces, mientras que Chuuya realmente estaba acatando en ir más rápido, tomándole de las caderas para clavarlas en el colchón, manteniéndolo en un punto fijo, mientras embestía con rudeza, a Dazai eso parecía enloquecerle, gemía por más, murmuraba y balbuceaba, chillando.
Chuuya llevo una de sus piernas a su propio hombro, manteniéndola ahí con una mano, Dazai se contrajo deliciosamente cuando lo hizo, gritando que siguiera.
Dazai también murmuraba algo más, pero no podía entenderlo.
Llevo su otra pierna a su otro hombro, Dazai para este punto lloriqueaba, rogando por más mientras apretaba y revolvía las sábanas, gritando "Chuuya, Chuuya" y entonces Chuuya finalmente lo entendió.
"Chuuya, te amo, no pares, por favor"
Eso... Es normal en estas situaciones, ¿verdad?
¿Dazai diría eso a la ligera?
Estaba bajando un poco el ritmo, y el lo noto, negando con su cabeza, rogándole porque siguiera.
Chuuya lo hizo, al mismo tiempo, retiro su mano del muslo de Dazai, llevándola hacia abajo.
Encontrando la mano del castaño, tomándola suavemente.
"Yo también te amo"
Dazai abrió sus ojos, viéndolo atónito, un poco atolondrado.
Una lagrima, la cual supuso que se originaba de placer y que el castaño estaba conteniendo, salió, resbalándose lentamente por la esquina de su ojo.
Chuuya sintió la pequeña ilusión de que aquella lagrima fuese por sus palabras.
Justo ahora, los ojos de Osamu estaban nublados, pero a Chuuya le fascinaba poder verlos.
Ver sus ojos era como verse a mismo, tal y como era, sin miedo a que otro sepa sus secretos, no temía quedar vulnerable.
Le gustaba.
Podía verse en un espejo y que no le importase si se veía realmente de esa forma, quería que aquellos ojos llenos de pura devoción fueran solo para él, y que vinieran de él.
Porque verlos le hacía sentir completo, como si estuviera levantándose y armándose a sí mismo como un rompecabezas.
Quería que él siempre lo mirara así, que solo él lo hiciera.
Su otra mitad.
¿El sentiría lo mismo? Estar expuesto, luego de ser revelado en medio de caricias llenas de cariño, sin miedo; Dazai lo hacía, mientras que afuera apenas respiraba, mientras que veía el interminable infierno, darse la vuelta y ver aquellos ojos azules era el cielo, sentía que era digno, perteneciendo a ellos, como si perteneciera a la máxima expresión de la divinidad y lo etéreo.
Por un momento, todos sus remordimientos se desvanecían, en un suspiro de eternidad junto a su hermoso cielo.
Todos reciben una recompensa, ¿no?
Chuuya, su alma gemela, es su recompensa.
Todos los seres vivos que respiran, fueron enviados al mundo a dar y recibir amor. Todos serán recompensados en la gloria de un amor profundo, tan parecido a lo que sentía por él.
Estaba seguro, aunque tal vez fuera apresurado.
Pero nunca se había sentido tan bien con alguien en su vida.
Hoy, el día más inesperado del año y el menos apto para ello, finalmente descubrieron que eso era lo que se retorcía en sus entrañas y divagaba como un sueño difuso en sus mentes. Amor.
Aunque, no podría esperarse que fuera normal, cuando se encontraron y se amaron tan pronto, no podía esperarse que no descubriesen aquello precisamente en la noche de brujas.
A ninguno le importaba cuando fuera, en realidad.
Todo el interés, estaba empeñado en el otro, sin más.
Siempre.
Chuuya jadeo, bajando su pierna para inclinarse a besarlo, Dazai tomo su nuca con una mano y despeino su cabello, con la otra acariaba su mejilla.
Chuuya sonrió sobre sus labios, Dazai probablemente trato de devolverle la sonrisa, pero estaba hecho un completo desastre, sus ojos llorosos estaban entrecerrados, mientras que su cabello se revolvió a su alrededor. Probablemente nunca volvería a usar aquellas vendas, estaban completamente destruidas, regadas por el colchón y mal puesta en su pecho.
Osamu resoplaba ruidosamente, con sus labios hinchados y brillantes por la saliva.
Eso... Bueno, nunca antes había visto una escena parecida de Dazai.
Nunca había visto a alguien verse tan ridículo y tan caliente al mismo tiempo.
Aquella imagen no le molestaba en lo absoluto, es más, encontraría la forma de convencer a Dazai para tener la oportunidad de verle así otra vez.
De alguna manera, sabia que no seria una tarea tan difícil.
En lo absoluto.
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