[Day 7]

"Trying New things" (Free Day)
Soukoku x Shin Soukoku
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En este momento, un peculiar cuarteto estaba extrañamente posicionado sobre una extensa cama matrimonial.

Dazai y Atsushi estaban acostados bocabajo, uno al lado del otro, mientras que Chuuya y Akutagawa embestían frenéticamente contra ellos. Quiénes soltaban fuertes gemidos y gruñidos por el placer que recibían.

La habitación era un completo caos, prendas de ropa esparcidas en el suelo. La cama, que rechinaba sonoramente, incluso a pesar de que fuera de una excelente calidad y de que hubieran puesto un par de arreglos con cojines. Las sábanas eran casi lo mismo que con la ropa, poco les faltaba para llegar por completo al suelo.

Lo que más se destacaba en la habitación no era eso, sino el fuerte olor a sexo y el calor que la envolvía. El ambiente era de alguna forma muy placentero para aquellos que estaban disfrutando del acto. Parecía al completo una película porno profesional.

Pero, la verdadera pregunta era: ¿Cómo habían llegado a esto?

Pues la respuesta era: querían probar cosas nuevas.

Sí, quizás se habían pasado un poco con la idea, pero aunque al principio fue algo extraño, ahora ese algo se había vuelto placentero y excitante.

Cuando Dazai se lo sugirió a Chuuya casi se desmaya, pero por suerte no fue así, sino que se quedó tan blanco como el papel. Lo verdaderamente vergonzoso fue cuando se lo propusieron al nuevo doble de negro. Ambos actuaron al contrario que el pelirrojo, sus mejillas se coloraron al instante y lo intentaron ocultar.

Fue un momento extraño e incómodo, pero sorprendentemente aceptaron. Hasta el mismo Dazai se sorprendió, porque pensaba que no aceptarían para no volver las cosas más incómodas entre ellos.

Pero ahora estaban allí, los cuatro participando en un acto que se suponía que era solo de dos, ¿quiénes habían decidido que eso era así? Seguramente alguien que no había tenido la maravillosa oportunidad de participar en este tipo de experiencia. Y se arrepentían de no haberlo intentado antes, porque, dios... Era buenísimo.

Chuuya y Akutagawa seguían embistiendo con fuerza a su respectivas parejas, pero llegó un punto en el que ya no sintieron el placer de estar allí los cuatro, y supusieron que era porque no estaban cambiando como tal. Y ya estaban acostumbrados a sus parejas, por lo que hicieron un pequeño cambio.

Atsushi con Chuuya y Dazai con Akutagawa.

Por ahora el cambio no era mucho, pero de alguna forma era más placentero que antes.

-Mhg... Dios, Atsushi, eres tan apretado aquí abajo - Halagó Chuuya al albino, mientras daba bruscas estocadas - Ya entiendo por qué Akutagawa y tú tienen tanto sexo que parecen adolescentes hormonales, esto es increíble... Ah - Dijo entre gruñidos y jadeos.

-Dazai-san no se queda atrás, me está chupando con tanto fuerza que siento que me quedaré atrapado en su agujero para siempre, pero eso no me importaría precisamente... Ngh - Sus embestidas eran lentas pero estas golpeaban profundamente el interior del castaño, provocando diversos gemidos.

Dazai y Atsushi gimieron por tales palabras, eso los había exitado de sobremanera. El solo escuchar a sus compañeros decir eso o escuchar a sus parejas halagando a otra persona que no fueran ellos mismos, era de alguna forma extraño, pero les gustaba, eso era lo importante ¿no?

En ese momento a Dazai se le presentó una increíble idea, giró su rostro para mirar a Atsushi, estaba casi igual que él, jadeando palabras incoherentes, con su piel brillante del sudor, con la sangre acumulada en sus mejillas y con sus ojos húmedos.

El albino cruzó su mirada con la suya, parecía fuera de sí, el placer lo controlaba por completo. El castaño se acercó peligrosamente al rostro del contrario, y de un momento a otro comenzó a besarlo con lujuria, de una forma muy ruda. Dazai exploró cada uno de los rincones de la cavidad del albino. Disfrutando de la ligeras vibraciones que este producía, ya que el castaño estaba ahogando todos y cada uno de sus gemidos.

Esta imagen fue jodidamante excitante a pensamientos de Chuuya. Y Akutagawa tenía unos pensamientos muy parecidos también.

Ambos se miraron, y mentalmente hicieron un acuerdo.

Empezaron a embestirlos de forma dispareja, causando un gran desastre de gemidos ahogados en ellos.

Sus cuerpos comenzaron a sentirse más sensibles que antes y notaron una presión en su parte baja.

Estaban cerca.

Cada uno llevó una mano al miembro de la persona debajo de ellos. Bombearon al ritmo de las estocadas, y vieron cómo se convertían en un completo desastre de gemidos y fluidos.

El primero en terminar fue Atsushi manchando la sábana, y quien ya estaba demasiado sensible por la sobreestimulación que estaba experimentado su cuerpo. Después le siguió Dazai, que lo había soportado mejor que el albino, y poco después Akutagawa y Chuuya, los últimos dos manchándolos con su esencia. Pero eso no los detuvo hasta un par de embestidas después, que finalmente salieron de sus deliciosos agujeros. Viendo como parte de su semen se desbordaba de estos.

Sus respiraciones irregulares se escuchaban fuertemente por toda la habitación, tratando de calmarlas para poder descansar y limpiarse.

Tras unos minutos de tranquilidad decidieron cargar a ambos pasivos hasta el baño para dejarlos en la bañera. Luego frotaron su cuerpo con el jabón, para terminar enjuagándolos con el agua. También con cuidado limpiaron el semen de sus interiores.

Finalmente los secaron con una toalla y los llevaron hasta el armario para que se cambiaran.

Después, Chuuya le sugirió a Akutagawa que se duchara mientras el cambiaba las sábanas de la cama, y cuando acabara iría él.

Así hicieron y cuando el pelinegro salió del baño se encontró con una hermosa escena de Dazai y Atsushi durmiendo sobre las sábanas limpias. Discretamente cogió su móvil y sacó una foto rápida, la iba a atesorar por toda su vida.

Luego fue el pelirrojo al baño, mientras Akutagawa lo esperaba, y cuando salió fueron a acostarse junto a ellos, se acurrucaron buscando el agradable calor que desprendían sus parejas. Y tras unos minutos cayeron en los brazos de morfeo gracias al cansancio acumulado.

No falta decir que en esa noche todos durmieron como bebés.

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Rayos de sol se colaron por la ventana, molestando en los párpados del pelinegro. Él aún queriendo dormir un rato más se dio la vuelta para evitarlos.

Estaba a punto de volver a quedarse dormido, hasta que escuchó un gemido a su lado. Abrió los ojos con pereza y al darse cuenta de lo que estaba pasando, sonrió.

Todos estaban en una esquina de la cama, Dazai estaba acostado boca arriba mientras era embestido por Chuuya, a la vez que Atsushi le montaba. Sin duda era una agradable escena para ver al despertar.

Sin decir nada se quedó viéndolos por un rato y ellos parecían no darse cuenta, todo era tan excitante. Su cuerpo comenzó a reaccionar tras un rato, el estímulo visual era muy placentero y le estaba superando con creces a su autocontrol.

Se levantó y fue hacia ellos en ese momento fue cuando se voltearon a verlo, pero sin parar lo que estaban haciendo.

-¿Por qué no me invitaron? - Dijo molesto, sintiendo su miembro crecer entre su ropa interior, y haciendo que el bulto fuera más notorio.

Silencio, nadie respondió, solo siguió escuchando los constantes gemidos y jadeos.

Sin recibir ninguna invitación se acercó a Dazai, cogiendo su mano para ponerla sobre el bulto.

-Te harás cargo de esto - Sonrió con burla.

Dazai no se negó, y empezó a acariciarlo con fuerza sobre la tela, sacándole un gruñido al pelinegro.

-Maldita sea... - Murmuró, y luego sintió al castaño bajar la única prenda que lo cubría, para luego bombear su miembro en un vaivén tranquilo.

-Que puta que eres - Dijo el pelirrojo - Siendo estimulado de tantas formas... - Aumentó el ritmo de las embestidas, haciendo que su pelvis chocara fuertemente contra sus glúteos.

-M-Mgh... Ahh... - Una fuerte corriente atravesó todo su cuerpo.

-Eso es cariño, gime como puta para nosotros... - Murmuró. Mientras acariciaba sus muslos suaves y blanquecinos, dejando unas marcas rojizas por el agarre.

Tras unos minutos, Akutagawa sintió que eso no era suficiente, llevó su mano a la de Dazai para que parara, luego se movió lo suficientemente cerca como para dejar su miembro justo en frente de su cara.

El castaño entendió y comenzó a chupar con cuidado la punta, para después llenar de besos toda la longitud sin dejar ningún hueco. Luego volvió a la punta y empezó a meterlo poco a poco dentro de su boca, chupando y lamiendo todo lo que pudiera.

El pelinegro, ya desesperado, agarró un puñado de sus cabellos y dio un jalón para llegar más profundo dentro de él, y algunas lágrimas se escaparon de los ojos del castaño por la inesperada intromisión. Akutagawa movía su cabeza y sus propias caderas, intentando llegar lo más profundo posible.

Con todo esto se sentía en el cielo, siendo follado por ambos lados mientras que su miembro era abrazado y bombeado por el cálido interior de Atsushi. Que por cierto le encantaba, ahora entendía a los otros dos, ese culo era el cielo. Aunque tampoco podía compararlo mucho, ya que por lo general él era el pasivo y habían sido pocas las veces en las que Chuuya se dejó penetrar.

Chuuya siguió con las fuertes estocadas, abusando constantemente de su próstata, sintiendo poco a poco como sus paredes se hacían más apretadas.

Atsushi saltaba sobre su miembro en un vaivén tranquilo tocando todos los puntos dentro de él que le hacían delirar, pero marcando cada embestida con sus movimientos secos con la cadera. Llevó una mano a su miembro, sintiendo su propio orgasmo cada vez más cerca.

Akutagawa entraba y salía de la boca del castaño fuertemente, follando su boca sin piedad alguna. Sintiendo como esa húmeda y cálida cavidad lo atrapaba cada vez, incluso sentía las vibraciones de los gemidos ahogados que morían por la intromisión.

Todos estaban concentrados, buscando llegar a orgasmo de una vez por todas. Mientras que Dazai se dejaba usar.

Tras un rato Atsushi se corrió apretando fuertemente el miembro dentro de él, haciendo que el castaño también se corriera en su interior.

Chuuya sintió las paredes contraerse por el reciente orgasmo y poco después también se vino dentro de él.

Akutagawa era el único que faltaba, por lo que se movió de forma ruda golpeando su garganta y luego se corrió en esta. Casi provocando que el castaño se atragantara.

Todos suspiraron tratando de regular los latidos de sus corazones y después se separaron para ver que Dazai era un completo desastre de fluidos, placer y sudor.

Chuuya lo cargó hasta el baño y ellos los siguieron, aunque Akutagawa ayudó a un Atsushi con piernas temblorosas a levantarse y a caminar junto a él.

Luego se dieron un largo baño todos juntos, disfrutando de un momento tranquilo y divertido entre ellos.

Sin duda repetirían en un futuro.

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¿Cómo están?

¿Les gustó? Espero que sí.

Siempre he querido algo de este tipo con ambas parejas y creo que no soy la única.

Perdón por haber tardado tanto, sí unas cuatro semanas, lo sé. Pero por eso mismo intenté hacer esto con la mayor cantidad de sepso posible.

Como ya saben este es el último día, por lo que espero que hayan disfrutado de esto tanto como yo. Al principio no le tenía tanta fe pero fue mejor de lo que esperaba, nos vemos en otras historias. Y gracias por leer.

11/08/2023

1811 palabras.

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