[Day 1]

Cake/dessert
Soukoku

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Chuuya se levantó de la silla de la oficina tras horas de trabajo. Ese día había más papeleo de lo normal en la Port Mafia, y como uno de los ejecutivos más importantes, debía de completar todo lo más rápido posible. Y así fue, un montón de papeles que por lo general le tomaría días en revisar y rellenar, pudo hacerlo en tan solo cinco horas.

Estaba agotado física y mentalmente. Su espada crugió al dar el primer paso y un suspiro de satisfacción salió de sus labios.

Caminó por las oscuras y silenciosas calles de Yokohama. Su moto se había quedado sin combustible, por lo que la única opción era ir a pie.

A su mente llegó la imagen de su lindo novio, la razón de por qué había terminado antes todo el trabajo.

Ese día era su cumpleaños, y habían acordado celebrarlo cuando ambos salieran de trabajar.

Pasó al lado de una pastelería, y unos postres del escaparate llamaron su atención. Estos en su mayoría estaban cubiertos de crema batida.

Compró unos cuantos, para luego compartir con Dazai. Porque aunque no lo dijera, sabía que le encantaban.

El resto del camino se lo pasó perdido en su mente, todo lo que pasaba por allí eran imágenes de Dazai, podría decir que estaba locamente enamorado de ese maniático suicida. Aunque a veces odiaba tener que lidiar con sus bromas y burlas, pero a veces también las disfrutaba.

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Al llegar a casa lo primero fue quitarse los zapatos en la entrada y poner los postres en la nevera.

Buscó a Dazai por toda las habitaciones y finalmente lo encontró en el estudio, escribiendo. Dazai había desarrollado una gran pasión por la escritura, y cuando tenía tiempo libre escribía y escribía, hasta que no sintiera la mano o se quedara dormido.

Entró con cuidado, intentando no hacer mucho ruido para no molestarlo.

Dazai levantó la cabeza y le dio una de sus típicas sonrisas. Luego se levantó de donde estaba para acercarse al más bajo.

-Buenas noches Chu - Saludó, y posó sus brazos en los hombros del pelirrojo, apoyando su barbilla en la cabeza de este.

-Buenas noches Osamu - Correspondió el abrazo.

Tras un rato así, el contacto fue roto por Chuuya. Que ayudándose de su habilidad se elevó quedando cara a cara con Dazai. Agarró su barbilla para que lo mirara fijamente. En ese momento casi cae por la habilidad de Dazai pero este lo agarró antes de que tocara el suelo.

Luego juntó sus labios en un lindo beso, sus bocas danzaban suavemente. No querían separarse, pero tras un minuto el aire empezaba a hacerse necesario. Por lo que se separaron, jadeando en busca de qué respirar.

-Feliz cumpleaños 'Samu - Dio un suave beso en su frente. Ambos sonrieron, volviendo a besarse.

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Después de aquella sesión de besos, que disfrutaron más que nada, fueron a la cocina, para comer aquellos deliciosos postres.

Chuuya escogió una tartaleta que tenía fresas y mermelada por encima.

En cambio, Dazai había escogido un pequeño trozo de tarta, con bizcocho de vainilla, muchísima crema batida y para rematar, una roja cereza por encima.

El de ojos azul terminó rápidamente de comer, y se quedó observando a Dazai, que apenas había comenzado.

Comía con delicadeza, despacio, como si nunca se fuera a acabar.

La crema manchó el borde de sus comisuras, y la punta de su nariz. Chuuya empezó a imaginar cosas, Dazai no sabía cómo le ponía que comiera de esa forma.

Al llegar a la cereza, Dazai la chupó limpiando los restos de crema y luego tragándosela.

Iba a seguir comiendo Chuuya giró su cabeza. Este pasó la lengua limpiando todo resto de crema. Mordió sus labios sacando un hilo de sangre que también lamió, y empezó a besarlo, pero no como antes, esta vez el beso era más demandante y húmedo, buscando más que un mísero roce. Se levantaron de las sillas del comedor y en medio de un extraño baile acabaron en el salón.

Dazai sonrió en medio del beso, había cumplido su cometido. Este comenzó una guerra entre sus lenguas, una guerra que Chuuya ganó con orgullo.

Cuando se separaron, sus mejillas se encontraban rojas, y los labios de ambos estaban brillantes por la saliva. Y sin darse cuenta habían terminado sobre el sofá. Con Dazai acostado y Chuuya sobre él aprisionádolo.

-¿Sabes? Creo que me merezco un regalo de cumpleaños - Susurró en su oreja, y le dio un casto beso.

-No sé si te merezcas un regalo después de haberme provocado de esa forma - Jaló de la parte de atrás de su cabello para separarlo de su oreja, provocando un corto gemido en él.

-Entonces, lo que me merezco es un castigo, ¿no? - Dijo entre quejidos. Pero una sonrisa burlona apareció en su rostro.

Chuuya jaló más su cabello haciendo que soltara otro gemido y dejando su cuello expuesto, posó sus labios en la zona vendada repartiendo escasos besos.

-¿Castigo? - Se burló - Cariño, se que amas los castigos - Dijo con voz ronca, su nariz se encontraba rozando su cuello, así podía respirar mejor el olor de su perfume - ¿Por qué querría ofrecerte algo que te gusta? - Lo miró a los ojos, los cuales desbordaban lujuria.

Bruscamente soltó el puñado de cabellos puso las manos sobre sus hombros, dando pellizcos por encima de la la fina tela de la camisa y deslizó sus dedos hasta su pecho.

Luego, poco a poco comenzó a desabotonarla. Y dejó al descubierto su pálida piel, cubierta por un par de vendas. Finalmente la camisa cayó por sus hombros, dejándolo casi completamente desnudo en la parte de arriba. Dazai se sentó para poder quitársela al completo.

Y con la mirada pidió permiso a Dazai para poder quitarle las vendas, quien aceptó gustoso.

Al quitarlas vio el lienzo en blanco, únicamente manchado por antiguas cicatrices. Y algunas marcas provocadas por él mismo días atrás. Quería hacerle nuevas marcas, para que cada vez que se viera desnudo ante el espejo recordara a quién pertenecía.

Repartió varios besos sobre su pecho y clavículas, e hizo un par de mordidas en sus hombros, por otro lado, sus manos jugaban con su cintura, provocándole escalofríos placenteros.

-Chuu... - Suspiró.

El pelirrojo siguió con su trabajo, pero sus movimientos fueron interrumpidos por la extraña idea que pasó por su mente.

Agarró las muñecas de Dazai sobre su cabeza, con la camisa las amarró muy fuerte, seguramente después dejaría marcas pero no le importaba.

Y salió de allí, dejando a un confundido y exitado Dazai.

Cuando regreso, traía en su mano el plato con el resto del postre que no se había comido.

A Dazai se le iluminaron los ojos, teniendo una ligera idea de lo que se le había ocurrido al pelirrojo.

Ahora Chuuya metió su dedo en trozo de pastel y luego se lo chupó, disfrutando del dulce sabor de este. Y sonrió dirigiéndose hacia él.

Luego tiró el dulce sobre el pecho del castaño, provocándole un gemido.

-¿Qué te parece ser un buen plato y dejar que coma de ti? - Pasó su mano restregandolo, y en el proceso pellizcó uno de sus pezones rosados.

-Mgh - Soltó un sonido de afirmación.

-¿Perdona? Cariño no puedo entenderte, ¿puedes repetirlo? - Pasó la lengua por el pezón ya erecto. Y le dio una suave mordida.

-S-sí.

-¿Sí qué? - Preguntó torturándolo más.

-Pu-puedes comer de mí, s-seré tu plato - Respondió entre jadeos.

-Si así lo deseas lo haré.

Chupó, lamío y mordió cada lugar expuesto, a la vez que iba comiendo el dulce. Mientras, con sus manos libres iba quitándole el pantalón y luego la ropa interior. Viendo la erección que había provocado, con su pulgar acarició la punta de esta, que estaba cubierta de líquido preseminal.

Dejó de comer de él y miró fijamente sus expresiones. Sus ojos casi idos del placer y pequeños gemidos saliendo de su hermosos labios, lo hacían desearlo aún más.

Lo empezó a masturbar mientras seguía con lo anterior y de vez en cuando daba ligeros besos en esos labios rosados.

-Chuu... e-estoy... - Un gemidos lo interrumpió.

-Vente para mí cariño - Lo masturbó con más rapidez, sintiendo los espasmos de placer que este tenía por llegar al orgasmo.

-Mhg... - Ahogó un gemido, cuando Chuuya empezó a besarlo.

Finalmente se vino segundos después, manchando su torso desnudo y una pequeña parte de la ropa del pelirrojo.

Se separaron del beso dejando un fino hilo de saliva, su respiración era agitada por la falta de aire, y gotas de sudor caían por su frente.

-Que lindo - Se burló el más bajo, y con la mano quitó los mechones que se habían pegado por culpa del sudor a la cara del castaño - ¿Sabes?, has disfrutado mucho tú, me toca a mí - Le desató las manos.

Dazai entendió lo que quiso decir, por lo que bajó del sofá y se quedó de rodillas frente a Chuuya, quien se había acomodado, quedándose sentado en el borde.

El castaño poco a poco fue desabrochando su cinturón, y luego lo bajó dándole la vista de su miembro erecto, siendo aprisionado por unos malditos boxers.

-He estado un buen rato aguantando esto como para que ahora te quedes mirando - Acarició su cabello y empujó su cabeza adelante.

Tragó duro y también los bajó, dejándolo al descubierto.

Luego empezó a acariciarlo suavemente, y cuando agarró más confianza empezó con la boca. Al principio solo daba pequeñas lamidas por la extensión.

Y para comenzar el acto real dio un pequeño beso en la punta y fue metiéndolo de a poco en su boca. Sus ojos se centraron en el trozo de carne que tenía en frente, y sin despegar la mirada embistió fuertemente su propia boca.

Mientras, Chuuya soltaba pequeños gemidos roncos.

Metió la mitad del miembro en su boca, y con su mano masajeaba el resto.

Chuuya se sentía en el cielo, aquella cavidad húmeda y estrecha lo estaba envolviendo tan bien.

-T-Tan bueno cariño - Acarició sus mechones castaños, los cuales estaban empapados por el sudor. Más tarde luego jaló de estos, provocándole algunas arcadas, de las cuales no tardó en recuperarse.

Él siguió con su trabajo, y fue aumentando el ritmo poco a poco. Y cuando succionó por primera vez, el pelirrojo se sintió desvanecer.

Soltar gemidos y balbuceos diciendo lo bueno que era, era lo único que hacía. Su ceño fruncido y sus mejillas rojizas también demostraron cuánto estaba disfrutando.

-Y-Yo... - No pudo completar la oración porque Dazai succionó una vez más. Esta vez haciéndole venirse dentro de su boca.

El más alto sacó su lengua mostrando todo el semen que había soltado. Lo hizo con una cara tan lasiva que le dieron ganas de besarlo y así hizo.

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Ambos ya se habían dado una buena ducha, y ahora se encontraban acostados en la cama que compartían.

-Te amo Chuu - Dijo el castaño, que ahora estaba lleno de mordidas y chupones.

-Yo también te amo 'Samu - Lo abrazó fuertemente, envolviendo su brazos alrededor de su cintura. Mientras repartía algunos besos sobre su piel desnuda.

Y tras un rato lleno de mimos, los dos cayeron en brazos de Morfeo.

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Holaaa, espero que les haya gustado y nos vemos en el próximo.

19/06/2023

1834 palabras.

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