Viernes, 07 de abril de 2017

Día 3.

Voy a una cuadra para llegar a la universidad. Sintiéndome algo agitada por la caminata y el calor.

Una motocicleta va saliendo, con dos hombres en ella, alzo mis ojos y sí. El chico lindo de barba va en la motocicleta, pero no la maneja él.

Cuando me doy cuenta que es él, le sonrió bobamente y él me devuelve la sonrisa antes de colocarse el casco y desaparecer de mi vista.

Miro atrás y lo veo desaparecer en la curva. Muerdo mi labio y sonrió.

Aquí viene mi yo positivo.

¡Te miro y sonrió, pueda que le gustes! Siento esa sensación entusiasta que me brinda esa voz de positivismo en mi cabeza.

No es cierto. Solo es… mmm. Y por primera vez ese lado racional se queda sin palabras negativas para decirme.

Amplió mi sonrisa e ignoro lo racional. Hoy ganaste lado entusiasta y positivo.

La sensación no desaparece en todo el día, y tengo esperanzas de verlo mañana.

Esperanza de verlo mañana. Añoro a cada instante.

Mañana.

Sonrío ya cerrando los ojos para dormir.

Mañana.