Capítulo Veintitrés


Domingo 19 de Febrero de 2023
2:00 PM
Ciudad de México, México.

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Si creía que el primer mes del año había sido loco, no tenía ni idea de que eso era solo una probadita de lo que iba a ser este.

Desde lo que pasó en New York, pasando por todo lo que se decía de mí en redes sociales, luego estaba como cerecita del pastel la universidad. 

Ya me estaba acostumbrando a que a cada rato dijeran algo estúpido sobre mí en Twitter o TikTok. Por ejemplo, hace un par de días alguien salió con un rumor demasiado tonto en donde afirmaban que yo era una scort. A mí me dio demasiada risa leer eso –porque claramente sabía que era una afirmación falsa–, pero a mi círculo cercano no. Empezando con Jaqui que había peleado con la persona que publicó eso, y terminando con Max que había despotricado contra las personas que decían esas cosas en redes sociales.

Llegué a un punto de cansancio en donde lo mejor que me salía hacer era ignorar todo lo que sucedía alrededor. Al fin y al cabo la verdad solo la sabíamos unos cuantos.

Pienso esto mientras termino de cambiarme. Hoy había dedicado casi todo mi día al aseo de la casa. Los jueves, que comúnmente eran mi día de limpieza, habían sido brutalmente ocupados por mis clases. Después de dedicar medio día a esto, lo mejor para mí era tomar un baño relajante y arreglarme muy poco, al final de cuentas no planeaba salir a ningún lado.

Mientras que la universidad estaba siendo más agotadora de lo que de por si es. Dos semanas y ya nos querían poner a hacer hasta lo que no. Empezando con agobiarnos con la tesis. 

"Ya deberían tener un tema para la tesis" "Y buscando sus fuentes de información" "Y también tener otros temas en mente, por si no les aceptan el tema". Bla, bla, bla. 

En un año estaría empezando mi último semestre, y eso me aterra como no tienen idea. Pero tenía la esperanza de que dejarían que me titule gracias a mis buenas calificaciones, porque si no si estaría frita. 

Igual, estas noticias me las darían hasta septiembre, y no quería agobiarme más de la cuenta, así que por ahora solo me enfocaría en el presente y mis problemas actuales.

Salgo de mi habitación completamente cambiada y lista para comer, cuando lo primero que veo es a Daniela completamente cobijada y acostada en el sillón más grande de la sala. Frente a ella solo hay una cubeta de KFC semivacía y una pequeña botella de refresco. Ella parece no percatarse de mi existencia, pues su atención está en la televisión.

¿Qué estas viendo?– Pregunto mientras me acerco lentamente. No necesito que me responda, pues Paul Mescal aparece en la pantalla y de inmediato sé que película es. –No me digas que es Aftersun otra vez...

Shssss... No me digas nada, ya sabes que tengo codependencia a esa película.

Y por eso mismo es que quería decirle algo, pero me lo ahorro. Yo había tenido la culpa de que ella se enganchara a la película, pues se la había recomendado cuando yo había tenido la oportunidad de verla. Mala idea, supongo.

Veo como la película esta cerca de terminar, así que prefiero huir de ahí antes de empezar a llorar.

Algo lejos de donde estoy se escucha la voz de Jaqui en su habitación, lo más probable es que esté grabando un TikTok. 

Desde aquella vez en donde habló con Max, ella había por fin tomado la iniciativa de crear su perfil en donde hablaría del deporte que tanto le gustaba. Yo la había apoyado de inmediato, y hasta ahora estaba teniendo unos muy buenos resultados. Solo tenía unos cuatro vídeos en la plataforma, pero uno de ellos se había vuelto algo viral, y eso la ayudó a tomar mucho valor y continuar.

Camino hacia la cocina y me preparo para hacer mi comida. Hoy tenía ganas de carne de res con chile, así que me pongo manos a la obra mientras decido escuchar algo de música. Feels Like de Gracie Abrams empieza a sonar y yo, sin poder evitarlo, empiezo a cantar pero también a pensar mucho en la letra. En plan, demasiado.

Meet you at the right time, this is what it feels like...

¿Por qué siento que una pequeña parte de mi está completamente de acuerdo con lo que dice la canción? 

Esto no me está ayudando, no ayuda nada a mis pensamientos que cada día están más y más confundidos. ¿Por qué me siento así?

Porque sientes cosas por Max...

Si, pero a la vez no. Hasta ahora lo único que siento por él es agradecimiento, y hasta lo considero mi amigo, así como es irritante, obsesionado porque todo salga como el quiere y un gruñón, pero nada más.

Mi cerebro parece dar más batalla, pues me trae a la mente imágenes mentales de adivinen quien. Su sonrisa y sus gestos llegan primero, así como su cara de concentración y los pucheros que a veces le salían. 

Argh, eso no me está ayudando.

Ya que estoy demasiado concentrada en lo que sea que estaba pasando dentro de mi cabeza, no pongo mucha atención a lo que estoy haciendo en realidad, que justo ahora es cortar unos jitomates.

¿Tengo que decir lo que acaba de pasar? Bueno, pensándolo bien sí. Cuando menos lo espero, siento como el cuchillo da a parar en mi dedo medio, justo antes de llegar a la uña. 

Por un segundo no hago nada más que apretar los dientes, pero cuando la realización de lo que había pasado llega a mí, suelto un grito entrecortado.

¡¿Melissa!? ¿Qué pasó?– Llama Daniela, quien llega corriendo desde la sala con su cobija todavía puesta. En cuanto ve lo que esta pasando se queda parada completamente tiesa. Veo mi dedo una vez mas, y mucha sangre empieza a salir de él. –¡Jaqui! ¡Ven rápido!

Yo avanzo lentamente hasta donde se encuentran las servilletas, y presiono levemente mi herida para evitar que salga más sangre. Jaqui entra corriendo a la cocina, mientras que Dani empieza a caminar hacia atrás.

¿¡Qué traen!? ¡Oh por dios!– Dice al ver la servilleta llena de sangre alrededor de mi dedo. 

Estoy bien, no se preocupen. 

No... Eso se puede... se puede infectar y...– Daniela ni siquiera puede completar la oración, además se lleva una mano para tapar su cara.

Daniela, no me voy a morir por esto, voy a estar bien.– Trato de decir lo más tranquila posible, mientras enjuago mi dedo.

¿Desde cuándo te pones así de nerviosa cuando..?– Empieza a preguntarle Jaqui a Dani, pero pronto llega a una conclusión. Ambas sabíamos desde cuando Daniela sentía pánico al ver sangre.

Lavo lo mejor que puedo la herida, mientras que Jaqui toma el pequeño botiquín que había en la casa. Daniela desapareció en su habitación.

Tomo la agua oxigenada con mi mano libre y sin pensarlo mucho, dejo caer un poco en la herida. Aprieto los dientes y ahogo lo más que puedo un grito, y el efecto pasa rápido. Cuando me siento lista, tomo un curita y con la ayuda de Jaqui lo coloco en mi dedo.

Sabes, a veces creo que hubieras sido muy buena como enfermera o paramédica...– Suelta Jaqui mientras observa lo que hago.

Bueno, si tenemos en cuenta que valoro mucho mis horas de sueño, no lo veo como mi trabajo deseado.– Suelto sarcásticamente. Además, con un paramédico teníamos en la familia, no quería que mi mamá se preocupara por otro.

Buen punto...– Empieza a decir mi amiga, pero el tono de llamada de mi teléfono nos interrumpe. 

Que buen momento para llamar eh.

–¿Puedes revisar quién es? Por favor.– Le pido a Jaqui, pensando que serían mis papás o alguien de mi familia. Mala idea.

–Oh, ¡hola!– Cuando menos lo espero escucho la voz de Jaqui hablando en inglés y saludando al teléfono.

Mierda, se me olvida que esta es la hora en la cual se la daba a Max hablar conmigo. Últimamente le dió por hacer videollamadas, y pues era más cómodo y divertido. Pero si tenemos que estoy en una mala situación, y que mi amiga que a veces parecía mi hater estaba contestando la llamada, la diversión abandonaba el chat. O bueno, al menos mi diversión.

–¡Hola Jaqui!– Max seguía sin saber pronunciar bien su nombre. –¿A qué se debe el placer de hablar contigo?

Apago la estufa y me hago a la idea de que probablemente tendría que cocinar otra cosa, o pedir de comer. Le hago gestos a Jaqui para que no mencione mi accidente, pero no me hace caso.

–A que tu bonita pero despistada novia se acaba de cortar un dedo mientras trataba de cocinar.

Ay no.

–¿¡Qué!? ¿Y ella está bien?– Pregunta con algo de preocupación, o al menos así suena su voz.

–Sí, no te preocupes. De hecho está aquí, deja te la paso. Fue un gusto saludarte Max.– Dice sin más mi amiga mientras me da el teléfono. 

Mi amiga hace un gesto de inocencia mientras me da mi celular, pero no abandona el lugar. Se dirige a la estufa y empieza a sacar algunas cosas del refrigerador.

Pongo buena cara y miro la pantalla de mi celular. Ahí estaba la razón por la cual me sentía tan desconectada.

–Hola. ¿Cómo va todo?– digo sin mucho ánimo. Max por su lado no deja de fruncir el ceño.

–El que debería preguntar soy yo. ¿Estás bien?

–Si, solo tuve un pequeño problema, pero nada demasiado grave.– Menciono mientras muestro mi dedo mi mano con mi dedo ya encintado.

–¿Segura? ¿Lo curaste?– la cara de Max se hace más grande, aparentemente está tratando de ver mejor lo que aparece en su teléfono.

–Sip, no te preocupes, sé como tratar una herida así.– Sonrio brevemente mientras él se aleja de la pantalla.

–Bueno, espero que no haya pasado a mayores.– Antes de continuar, el sonríe mientras se acuesta en lo que creo yo, es su habitación. –Cambiando de tema, quería hablarte del viaje a Bahrain...

Ah sí... Otro viaje este año. Sigo sin saber cómo reaccionar al respecto.

»Ya compré tu boleto para que viajes a Bahrain.

Cierro los ojos mientras pienso muy bien lo que voy a decir. Por una parte estaba algo molesta, pero ya estaba acostumbrada a que Max no me hiciera mucho caso. Yo planeaba pagar mi boleto, aunque me quedara endeudada, pero ya veo que se me adelantaron.

Había empezado a trabajar corrigiendo trabajos de otra gente de la universidad, como fallas ortográficas y hasta las citas en APA, y quieran o no, deja muy buen dinero.

–Max, no era necesario...– Empiezo a decir, pero me interrumpe.

–Claro que era necesario, no iba a dejar que pagarás tanto cuando yo puedo ayudarte con eso.

Una risa algo desganada sale de mi boca, veo más allá del celular y veo a Jaqui sonriendo maliciosamente.

–Gracias, lo agradezco más de lo que parece.

El neerlandés sonríe en grande del otro lado de la pantalla.

Si algo estoy aprendiendo en estos meses es a ser agradecida. Independientemente de si me gustara o no, no podía ponerme a hacer berrinches por algo así.

–No hay de que Mel, ya verás que nos vamos a divertir.

Jaqui suelta una risa que de inmediato trata de acallar. Yo por mi parte levanto una ceja y no puedo evitar sonreír burlonamente.

»Oh, eso se oyó muy mal.– Ambos reímos.

Duramos un poco más hablando sobre nuestro día, pero yo cuelgo cuando veo que Jaqui está sirviendo algo de comida en un plato.

Así que, ¿mucha diversión eh?– dice burlonamente mientras acerca un plato con un filete de bistec acompañado de cebolla caramelizada y algo de salsa de aguacate.

Cállate sonsa.






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hola hola gente bellaaaa! 🤍

cómo estaaaaan? espero q muy bien, y que estén listos pa la navidaaaad 🥳

opiniones sobre el cap? yo estoy emocionada de que ya mero llega uno de mis caps favoritos 🤭 sean pacientes hermoses.

lqm y les agradezco como siempre por sus votos, comentarios y lecturas, nos leemos pronto (espero) 🤍

besos, bai <3

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