Capitulo Trece

(4/4)

Viernes 13 de Enero de 2023
12:40 AM
Mónaco.
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Max POV.

No recordaba la última vez que había pasado una noche tan buena como la de hoy, bueno ayer. Ninguna le llegaba a los talones a la memorable noche que había pasado hoy.

Ninguna noche de fiesta, de gala o incluso de carreras recientes podía pelearle a esta. No, en definitiva ninguna.

Tal vez, solo tal vez, tenía mucho que ver la presencia de Melissa en lo agradable que había sido todo el día. Pero mentira no es el hecho de que, tenerla a ella aquí, hacía que todo fuera más agradable.

Voy a ser honesto, estaba muy feliz de que Mel llegara a mi vida.

Tal vez sus primeras reacciones sobre mi fueron muy malas -lo cual había sido mi culpa-, pero estaba agradecido de que ella aceptara conocer esa otra parte mía que no era un idiota. Bueno, siempre soy idiota, pero a veces me modero.

También estaba el hecho de que toda su personalidad y su manera de ver la vida había logrado que empezara a cambiar de a poco varias cosas negativas de mi vida. Y además había empezado la aventura de escuchar música de Taylor Swift, todo gracias a Mel.

Melissa... Dios santo.

Estos pensamientos rondan mi mente mientras me cepillo los dientes. Me enjuago y después voy directo a mi cama

Empecé a hacer una lista mental de todas las cosas que tenía que hacer mañana cuando escucho perfectamente el viento soplando fuera de mi ventana. En un inicio solo pienso que será un pequeño ventarrón, pero minutos después escucho un relámpago rompiendo la tranquilidad de la noche, así como casi de inmediato la luz de este ilumina tenuemente mi habitación.

Precisamente había decidido quedarme en esta habitación por esta razón, mi ventana no daba hacia la playa, sino hacia la calle, así este tipo de tormentas -que eran muy comunes en verano, no en invierno- no me molestaban de noche.

El aire empezó a hacerse más violento, así como se sentía que la tormenta se acerca más y más. Justo un mal presentimiento se asienta en mi estómago.

Es entonces cuando escucho como alguien empieza a arañar la puerta de mi habitación. Los gatos. Estoy casi seguro de que en cuanto vieron la luz iluminando la sala vinieron corriendo conmigo.

Me dirigo a la puerta del cuarto, y en cuanto pongo un pie fuera de mi cama me doy cuenta que hace mucho más frío de lo normal. Así que en el camino tomo una sudadera de mi clóset.

Abro la puerta e inmediatamente Sassy -o Jimmy, no los distingo bien por la oscuridad- entra corriendo para meterse debajo de la cama.

-Ah sí, buenas noches, claro que puedes pasar.- murmuro sarcásticamente, a lo cual solo recibo un maullido en respuesta.

Estaba a punto de volver a cerrar la puerta cuando me percato de que solo uno de los gatos entró. Devuelvo mi vista al pasillo y noto que el otro -que creo que es Jimmy- está justo afuera de la habitación de invitados. La habitación en donde se está quedando Melissa.

Como si una bombilla se prendiera en mi cabeza recuerdo sus palabras, el como me comentó que las tormentas no eran su cosa favorita del mundo. Tal vez Jimmy haya presentido eso y ahora quería hacerle compañía, al fin y al cabo los gatos son demasiado inteligentes.

Camino los pocos centímetros que separan mi puerta de la de Melissa con la intención de tomar a Jimmy en brazos e ir a la cama, pero a medio camino escucho lo que pareciera ser un grito ahogado.

Inmediatamente entro en alerta, ¿será que ya escucho voces? No, esto no es una de esas típicas historias de terror que me cuenta Checo a veces.

Otro relámpago azota, y ahora escucho otro grito, pero este no era ahogado. Era un claro grito de terror. Y estaba casi seguro de que era de Melissa.

-Ay no, no no no...

Doy unos cuantos golpes en su puerta, con la esperanza de que ella saliera y dijera que todo estaba bien, pero no es el caso. Vuelvo a golpear, pero no hay respuesta, en cambio escucho como murmura algo.

¿Entro o no entro? ¿Entro o no entro?

Otro relámpago suena, y otro grito se escucha detrás de la puerta, esta vez más fuerte que el anterior. Voy a entrar.

Abro la puerta y lo primero que veo es a Melissa hecha bolita en la cama. Tiene las manos en sus oídos, y por lo que puedo ver, los ojos cerrados. Las cobijas están a punto de caer al suelo, y parece ser que las ha pateado. No estoy muy seguro, pero creo que está hablando en español, al menos muy bajito.

Yo me quedo congelado de la impresión, cuando dijo no ser fanática de las tormentas no creí que llegara a estos extremos.

Otro relámpago más llega, y a diferencia de mi habitación, aquí ilumina completamente. Reacciono y cierro la puerta, casi al instante tomo las cobijas e intento cobijar a Mel. Por otro lado, noto como ella está temblando.

Ya basta, por favor...

No era un experto en español, pero podía entender esas palabras a la perfección. Una idea se instala en mi cerebro, tal vez ella se sienta más cómoda en mi habitación.

Aunque también noto que Melissa no se ha dado cuenta de mi existencia ahora mismo. No la molestaría, si no fuera porque está temblando demasiado. Más de lo que es normal. Toco levemente su brazo y me doy cuenta de que está helada. 

Me preocupo cada vez más, por esto podría enfermarse gravemente. Le doy unos golpecitos para ver si reacciona, pero no lo hace. Pareciera que se desconecto de la realidad. Distingo sus audífonos en la cama e intento encenderlos, pensando que tal vez escuchar un poco de música la ayudaría, pero estos parecen no tener batería. 

Vuelvo a darle unos pequeños golpes, pero de nuevo, no reacciona. Al contrario, sigue temblando y murmurando cosas que ya no logro comprender. Estoy empezando a ponerme nervioso y a tener miedo de que la cosa se pusiera peor. 

–Melissa... Melissa...– Empiezo a repetir su nombre, esperando que me escuchara, pero nada.

Ahora empiezo a empujarla levemente aunque no da resultados, y eventualmente empiezo a perder la paciencia, así que empiezo a moverla más bruscamente mientras la llamo una y otra vez. Cuando empiezo a creer que no iba a hacerlo, vuelve a la realidad.

No, no por favor...– Mueve sus ojos cafés hacia mi dirección, evidentemente no me reconoce del todo por la falta de luz en la habitación, pero poco a poco empieza a darse cuenta de donde está. 

–¡Hey! ¿Estás bien?– Pregunto con el corazón latiendo a mil, pareciera que ella está a punto de romperse en mil pedazos.

Yo... ¿Qué haces aquí?– Creo que el inglés no forma parte de su vocabulario ahora mismo.

–Vine a ver que estaba pasando, no te veías nada bien.– Seguía sin verse del todo bien, pero no iba a mencionar eso.

Mel empieza a hacer lo que parece ser ejercicios de respiración, mientras que lágrimas silenciosas empiezan a caer de sus ojos. Veo como se lleva una mano al corazón, el cual supongo está latiendo sin parar. 

Dios Melissa, se supone que ya habíamos pasado por esto...– Murmura más que nada para ella misma. 

Tal vez tomar un poco de agua le ayude a tranquilizarse. No sé, carajo, tenía tiempo sin que yo pasara por una situación de estas.

–Iré a la cocina a traer un poco de a...

–¡No! Por favor no te vayas.– Mel me toma del brazo, cambiando al inglés. Sus ojos se abren casi en signo de suplica. La verdad es que no me podía negar.

–Esta bien, no me iré. No te voy a dejar sola.– Me siento en la cama mientras acaricio levemente su brazo, mientras que ella respira con alivio, o al menos así lo percibo.

Melissa vuelve a empezar sus ejercicios de respiración, mientras que su mano sigue aferrada a mi brazo, lo cual no me molesta, pero su temperatura corporal me preocupa demasiado. Ella está usando una playera de manga corta y que le queda oversize, lo cual explica el hecho de que pueda tener frío. No lo pienso dos veces cuando empiezo a quitarme mi sudadera.

–¿Qué haces? Te vas a congelar–. Dice ella.

–Más congelado de lo que tu lo estas, no lo creo. Ten, pontela, antes de que te de hipotermia. 

Y Melissa, quien tiene la necesidad de llevarme la contraria aunque sea una vez al día, empieza a negar. Pero se le olvida que a veces soy igual de molesto que un grano en el culo, así que ella no puede evitar que le ponga la sudadera en la cabeza.

–Está bien, está bien. Pero en cuanto regrese a mi temperatura normal te la regresaré, lo prometo.– Melissa se sienta completamente en la cama para poder ponerse bien la sudadera, y noto que solo trae unos pantaloncillos cortos. Con razón se estaba congelando. 

No voy a mentir, mi sudadera lucía muy bien en ella. Le quedaba demasiado grande, y eso precisamente le sentaba bien. Regreso mi vista a su cara, y sus ojos parecieran estar examinando mi cara. Ninguno de los dos dice nada, pero es claro que Mel está mucho mejor que hace unos instantes. 

Claro, hasta que otro relámpago suena, aunque este ya no ilumina directamente la habitación. Ella pareciera que brinca del susto, mientras que yo empiezo a temer que ella vuelva a entrar en pánico. 

Antes de que esto pueda pasar, decido tomar su mano y hacer que no se concentre en el relámpago ni en la lluvia que caía allá afuera. Mel me devuelve el gesto y une nuestras manos, nuestras vistas se dirigen a estas. Me es imposible no pensar en lo cómodo que es para mi la sensación de su mano unida a la mía. 

–¡Hey!– Regreso mi vista a su rostro, sus ojos y los míos se conectan entonces. –No te voy a dejar sola, dime como puedes tranquilizarte y te ayudaré. 

Una lágrima solitaria se asoma, y yo sin pensarlo dos veces, acerco mi mano libre y la limpio. 

–Yo... Por lo general me pongo mis audífonos para eliminar el ruido, pero están descargados, así que trato de hacer algunos ejercicios de respiración. 

–Entonces, ejercicios de respiración serán.– Ella asiente y se acomoda mejor en su lugar, lo mismo hago yo.

Mel empieza y yo solo le sigo la corriente. De vez en cuando ella apretaba más fuerte mi mano y yo le regresaba el gesto, en cierta forma tratando de decirle que estaba ahí. En un momento ella cerró los ojos y murmuraba cosas en español, las cuales no alcanzaba a escuchar del todo. Mientras que afuera seguía lloviendo, pero ya no demasiado fuerte, al menos la tormenta parecía haberse ido.

Después de lo que parecían minutos, Melissa abre los ojos, estos claramente más calmados pero también demasiado cansados. 

–Estoy bien.– Dice ella. Yo asiento, con mas tranquilidad.

Mi mano libre la llevo a su mejilla para comprobar su temperatura, y felizmente noto que finalmente esta cálida. 

–Tal vez deberías dormir.– Le sugiero, a lo que ella asiente. Sin embargo ninguno de los dos se mueve.

–Sabes, es difícil intentar dormir después de situaciones como estas.

No necesito que ella me explique nada, estoy casi seguro a que quiere decir con esto. Ella tiene pesadillas. Al igual que yo.

–Y si... Me quedo contigo mientras intentas dormir. Si pasa algo yo estaré aquí.

Ella ríe, y para mi desgracia, separa su mano de la mía. 

–No creo que quieras quedarte dos horas despierto esperando a que pueda cerrar los ojos, ¿o sí?

La verdad es que el sueño estaba empezando a pegarme, pero era capaz de quedarme despierto solo para asegurarme de que ella estuviera bien.

–Claro que puedo, no me retes.

Me vuelve a dedicar una bonita sonrisa. Aquí noto que no trae sus ya comunes lentes, y la realidad es que con o sin ellos me parecía hermosa.

–De acuerdo, señor yo-siempre-gano.– Se volvió a acostar en la cama, así como se tapó con las cobijas. Yo le seguí el juego y también me acosté. Ahora sí que estábamos rompiendo el espacio personal del otro.

Mi vista esta clavada en el techo, pero rápidamente me doy cuenta de que no es una buena idea, ya que el sueño empieza a llegar cada vez más rápido. Mejor me volteo en dirección a Mel, quien se ve fresca, como si no hubiera sufrido un ataque de pánico hace casi nada.

–¿De verdad no tienes sueño?– Pregunto.

Ella también voltea hacia mi dirección, acompañada de una sonrisa sarcástica. 

–Te dije que no iba a ser fácil, no me digas que tu ya no estas soportando gatito

Me reacomodo, ahora de lado completamente. No me encantaba que me dijera gatito, pero mientras ella fuera la única que se refiriera así de mi, no tenía problemas.

–De hecho no, puedo aguantar mucho tiempo así. 

–Sí, claro...

–¿Qué haces para quedarte dormida?

–¿Regularmente? Oír música, o recordar algunos temas de mis clases aburridas. Esa funciona muy bien. Aunque también... Bueno, eso es tonto, olvídalo.

–No, dilo dilo.

Mel suspira y cambia su posición, dándome toda su atención.

–Bueno, hay una canción de cuna que mi mamá me cantaba cuando era más pequeña. Un día viendo una caricatura empezaron a cantar esa canción, y desde entonces puede dejarme noqueada. Aunque mi versión favorita siempre va a ser cuando mi mamá la canta.

En mi mente, una pequeña Melissa acostada en su cama cayendo a los brazos de Morfeo con solo escuchar una canción es algo demasiado adorable. Ahora quería saber cual era la canción.

–La podemos poner en volumen bajito. A lo mejor eso ayuda.

La mexicana hace un pequeño puchero, después de unos segundos estira la mano y toma su teléfono.

–¿Quieres escuchar una canción de cuna en español teniendo en cuenta que tu tienes más sueño que yo?– Asiento. –Muy bien, entonces la pondré.

Melissa busca rápidamente la canción, y cuando finalmente la encuentra, la empieza a reproducir.

Duerme Sirenita,
tu día difícil fue.
Ahora ya, descansa y, mañana partirás.
Descansa, duerme.
Es tiempo de descansar.
Duerme.
Y tus ojitos cerrar.
Duerme, Sirenita del mar...

Me había entretenido viendo la escena reproduciéndose en el teléfono, lo cual evitó que me fundiera en el sueño. Bueno, además del hecho de no saber muy bien el español.

Sin embargo, cuando volteó a ver a Melissa ella está con los ojos casi cerrándose. Cuando la canción termina la vuelvo a reproducir, a lo que Mel solo reacciona acomodándose mejor en la cama. 

Y unos minutos después, finalmente cae rendida. Su cara se relaja y su respiración se ralentiza, y de cierta forma yo también lo hago. No sé cuanto tiempo la contemplo, solo sé que poco a poco yo también la acompaño en ese viaje al mundo de los sueños. 

Podría haber vuelto a mi habitación, dejarla en su propio espacio. Pero había hecho una promesa, y no la iba a dejar sola.







[...]







holi holi gente bella! 🤍

última parte de este fail de maratón jujuy, ya me urgía escribirles esta parte de la historia, les prometo que desde aquí todo es bonito (bueno, casi todo).

les comento, les comparto, les comunico queeeeee, reedite las primeras partes de la historia y le hice una intro toda hermosa al fic, en dónde doy un pequeño vistazo al futuro de mis historias 🤭 al momento que suba este cap ya estará disponible pa que se den un vistazo.

bueno pero, ¿opiniones de este capítulo? yo casi lloro escribiéndolo, max te amo eres un sol, y miniña meli se merece todo lo bonito de la vida 😭 lqm mis bebos.

hoy, no hay memes pipipi, no hay imaginación disponible, pero espero pronto pueda escribir el siguiente capítulo, al menos poquiiiito antes de mis exámenes parciales.

lqm, muchas gracias por leer, comentar y votar. espero este capítulo les haya gustado y les mando un besote.

besos, baiiiii 😽

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