Farolito de mediodía.
Después de los sucesos anteriores, Sonic se esforzaba por asimilar que estaba confundido. El problemón con Silver ya ni siquiera importaba. ¡Había algo peor! Los días siguientes no pudo conciliar el sueño por culpa de él. Como si padeciera una enfermedad desconocida.
No, era imposible. Quizás visitar el psicólogo o hasta un psiquiatra para recuperar la cordura. Después de todo, qué iba a saber él sobre amar. Nada significaban aquellas miradas encantadoras, el tono de tan adorable voz al pronunciar su nombre. Desear que antes de marcharse se quedaran platicando un poquito más.
Y suponer... ¡Declarar que en el fondo yacía enamorado! No, que horror. Porque al hacerlo lastimaría. Se convertiría en una sombra devota, sin rumbo, sin moral ni consciencia. De solo fantasear lo desolaba la respiración y fallaba donde el corazón. Un muro entre los dos marcaba que estaba prohibido.
Desvelado esperaba que la fiebre se alejara. Entonces al abrir los ojos mágicamente podría volver a convivir con Shadow. Sin necesidad de sentirse nervioso por el hilo de un roce suyo. Creyéndose esa amistad algún juramento ciego.
Pero bendito padre Dios. El hombre era atento, experimentado y sereno en el alma. Incluso entre comidas preparadas con cariño; Sonic enumeraba cada virtud de la que gustaba. Carcajeandose quedito. Mimado guardando un secreto hermoso. Tal vez el de su primer amor.
Ya no le abrumaba ver los retratos, solo se sentía soñado haciéndose una idea... Porque total, estaba confundido y mientras no saliera de sus labios una petición apasionada, podía juguetear. Imaginarlo todo un caballero.
El que trajera un rompecabezas, no ayudó para nada. Ahí estaban frente a frente. La tarde era soleada pero lo único que podía pensar era en ese momento.
—¿Creíste que no vendría a platicar contigo? Juguemos.
Estar a solas con Shadow hacía la vida perderse o quedarse quieta. Ellos bebían esquimos conversando. Tomando cada pieza. Contándose cosas para nada vacías. Había un cambio evidente en el azabache, desde aquel día de flores.
—¿A Silver no le gusta hacer esto? En algo deben de pasar el tiempo juntos. Pocas personas gustan de armar rompecabezas. —preguntó ingenuamente angustiado.
—Bueno, es que sí, ciertamente no le gusta hacer actividades. Está ocupado y odia perder el tiempo. Desde que estamos casados... Muchas veces intenté comunicarme para divagar en nuestros intereses. Él no es de eso. Tiene gustos complicados, eso creo.
Pudo haber jurado que los hermosos rubíes flaquearon tiritando dolidos. Provocando un piquete de desprecios ante el alfa plateado.
—¿Qué cosas te gustan? Siempre te ves misterioso y al mismo tiempo un libro abierto. —sonrió pleno, dejándose vencer en la mesa, portando una emoción risueña.
—No tienes idea de cuántas cosas me fascinan. ¿Has comido Pepitas? —debido a una negativa, Shadow jadeó malicioso, paseándose al perchero y del bolsillo de su abrigo, sacar una bolsa a la mitad —. Son saladas, tienes que humudecerlas, las partes con los dientes y adentro está la semilla. Recuerdo que mi madre me hizo adicto a ellas.
Por supuesto antes de meterse tres semillas a la boca, se mostró libre de sonreírle maravillado. Echándose para pedir más de la cuenta. Continuando lo que estaban forjando.
—Hissshhh, están ácidas.
—¿Debería traer dulces guardados entonces?
Y podría haber jurado que en el antaño jamás dedicó alegría risueña tan veraz a alguien. Sonic sentía correcto todo entorno a Shadow. Sonrojado incorporó el cuerpo perezoso.
—No hace falta. Más bien, me gustaría decirte que tu amistad cada vez es... Mmh, se me fue el avión. —negó retomando la plática del moreno —¿Por qué no me cuentas más cosas de ti? Justo como el otro día.
—¿No se te antoja un café con esta plática? —inquirió no solo levantando el pecho orgulloso, también una ceja maliciosa, pues ya había maquinado algo entre dientes.
—¿Cómo? Ah sí, puedo preparar un poco —dijo aturdido a lo cual miró extrañado al mayor cuando este se echó en risas.
—No, no. Me refiero a salir, sirve que vamos al mercado a comprar más despensa para la casa. ¿Qué opinas? Conozco el lugar perfecto.
Divino... Inalcanzable. Benavides se quedó mudo y sin aliento. A aquel no le importaba ir tan veloz, inocente de lo que causaba en el cobalto.
—P-Pero no Shadow. El contrato claramente dice que no puedo salir de la casa —titubeó con visible preocupación —. Sería muy malo por el tema de la exposición en público. Además no quisiera ser una carga ni hacer enojar a Silver. ¿Y si alguien nos mira?
Eran tantas cosas que estaban en contra. Sin poder hacer a un lado la idea de ir con el señor de Dorantes. De hecho, apreciar la decepciónada mueca, fue demasiado para el estómago del omega.
—Lo siento, había olvidado el contrato. Aunque no necesariamente debemos preocuparnos. El tema con Silver lo zanjo después. Vamos Sonic, solo es una salida. No va a pasar nada, vas conmigo. ¿Te gustaría?
—Me encantaría. Pero-. —murmuró iluminado.
Fue extraño conectarse, Shadow se percató que respiraban al unisono. Aquí el plano de él se volvió protagonista y un vuelco. Porque hacía días que estaba inquieto, llegando por las tardes rendido. Aspirando dulzor. Así que cuando encontró temor en la mirada amable del omega, sintió ser responsable. No lo estaba obligando... Pero hallaba anormal su comportamiento titubeante.
—¿Si te gustaría ir? Tranquilo yo...—escurrió la mano como si estuviese programado para querer tomar la de Sonic. Sin embargo, agachó y detuvo lo suyo —. Me siento un secuestrador, no lo sé. Me siento mal por verte aquí todo el tiempo en soledad. Reteniendote.
—Claro que no, Shadow. Tú has estado muy atento de darme compañía. Compartir conmigo y eso lo agradezco muchísimo.
—Es que no está bien tenerte aquí. Imagino que debe ser asfixiante. Y tú eres joven...Ahh. La verdad hasta ahora me está cayendo factura de esta decisión. Te juro que nunca lo pensé a profundidad. —tragó lento sintiendo nervios, ¿La razón? —. Deberías salir, dejarte consentir en los restaurantes. Además somos amigos, ¿no deberíamos? Pero no quisiera ser inoportuno, si no te gusta la idea está bien. Podríamos hacer más cosas cuando no haya un contrato. ¿Cierto?
Las carcajadas hicieron revolverse la cabeza desentendido, no podía comprenderlo. Quizás había hecho una propuesta ingenua e incómoda.
—Shadow, ¿te pusiste nervioso? —jadeó riéndose entre dientes, buscando ahuyentarle los miedos.
—¿Entonces no quieres ir? —dijo iluso.
—Ya te dije que me encantaría. Pero no te preocupes por este trabajo, después de todo aceptamos cada uno los términos. Aunque lo que tú estás haciendo es una travesura. ¿Le seguimos?
—Gracias Sonic... —asintió benevolente, levantandose en ánimos.
Aquellas palabras iban más allá para ambos. Uno tuvo que recordar cómo respirar, el otro sintió esperanza al romper una barrera. ¿Por qué agradecer? Los dos se preguntaron. Shadow vivía un infierno de incertidumbre, después de realizar que estaba decayendo su matrimonio, la vida cada vez más corta y él sin rumbo. Piadosamente allí estaba Benavides, acompañándolo para no desampararlo. Hacerle vibrar la alegría.
Por ese gesto, estaba agradecido. ¡Agradecido de no ser rechazado o odiado!
Pese a sentirse inseguro por dentro. No tenía ganas de pelearse con Silver, en ello era preciso mantenerlo como días anteriores. Perteneciendo a ellos solamente. ¿Era incorrecto?
~***~
Desde que puso un pie fuera de la casa, Sonic respiró profundo. Las piernas temblaron inundando un sentimiento agridulce por las vivencias que tenían en común. No eran presos pero, se sentían más libres y su primera salida desde que empezaron una amistad. Entonces pasaba dándole atención necesaria al hombre moreno.
Conducía el carro y en algún momento se inclinó al radio, echándole un giño antes de picar los botones. ¡Casi estalla! Pues sonó el disco que escucharon reciente.
—Usualmente pedimos a domicilio los víveres. Silver contrata personas para elegir de sus listas. Así que estoy un poco oxidado sobre cómo comprar todo.
—No te preocupes, podríamos llevar un tanto y la próxima semana comprar más. No creí que estuvieran tan ausentes. Tienen una casa hermosa. Deberían aprovecharla. —suspiró risueño.
—Ahora que lo dices, siempre había estado perturbado por mi trabajo que no lo noté. He vívido teniendo gente que pone todo en mis manos, a eso me acostumbré toda la vida. Además los problemas en el matrimonio son un calvario. Tienes días malos y otros buenos.
—Tenemos vidas en extremo diferentes. Recuerdo que cuando te conocí creí que serías pretencioso. Disculpa pero la gente privilegiada es...—incómodo agachó la cara.
—Lo sé, te entiendo. ¿Sabes cuántas cosas absurdas escuchaba de mi familia? Pero aprecio más la calidez que hay en otros hogares. Vives feliz, activo. Y nosotros solo parecemos maquetas, haciendo todo igual y... Sin razón.
—¿Quién te enseñó a manejar? —embelesado se quedaba admirando las maniobras, flexiones de rostro y ropa impoluta.
Apenas podía disimular o quitarle esos ojitos enamoradizos. ¿De eso se trataba enamorarse? Verle todo perfecto a otra persona. Solo emocionaba más y más. Mirando las nubes, calles, árboles, acrecentando una sonrisa de oreja a oreja.
—Mmh. Mi madre me enseñó. Aunque salimos diferentes en formas de hacerlo. Ella es brusca. Yo prefiero ir tranquilo. —alzó inconscientemente el pecho, bastante orgulloso. De vez en cuando conectaban miradas por los espejos.
—¿Sabes? Te veo muy diferente cada día. Estás más feliz. Siento bien bonito que sea así. Jamás hubiera pensado que seríamos amigos. ¿Qué cosas te gustaría hacer en el futuro?
—¿Qué me gustaría hacer en el futuro? Eso es complicado. Ya estoy a media edad, ¿debería hacer más?
—¡Claro! ¡Aún te faltan cuarenta, cincuenta, sesenta! Tienes toda una vida.
—¿Sera?~
Al rato aparcó el coche, pues habían llegado y el mercado era inmenso, desde lejos observaban diableros, comerciantes, personas comprando aquí y allá. No perdieron el tiempo, en el primer pasillo Shadow comenzó a buscar con la mirada, aturdido por el ruido. Se oía a los vendedores gritar sus ofertas.
—¿Quieres comprar una bolsa para el mandado? —inquirió colocándose más junto al omega, este reaccionó tímido, asintiendo y desviándose.
"¡De a diez, de a diez se va el kilo de limón!"
"¡Barato, barato!"
"¡Pasele werita, dos por veinticinco el kilo de papa!"
—Ven, vamos a escoger la indicada. ¿O compramos un carrito? ¡Cuidado! —lo acorraló, protegiendo de un cargador, quien a toda velocidad pasó con un diablito lleno de cajas —. Es lo único malo de venir a estos lugares, jaja. Hay que tener cuidado, está lleno.
Sin notar la mirada perdida de Sonic, viendo el tiempo pasar lento al ser tomado por su mano grande, guiandolo. No era para nada con otras intenciones, ya estaba acostumbrandose ante tal actuar respetuoso del señor Rosarios. Maravillado, tuvo la audacia de colocarse a su lado. Rodeandole el brazo.
—Lo que quieras podemos comprarlo, de eso no te preocupes, ¿Está bien?
—No, no quiero ser abusivo. ¡Mira ahí venden carritos! Después podemos ir por verduras, fruta y hasta el último la carne. ¿Te parece bien? Ufff~ me llegó un olor bien rico a carnitas.
Enternecido cuidaba la actitud enérgica en el azulado. Él tomo la guía jalandolo a los puestos, preguntado precios, etcétera. Shadow a veces dedicaba ratos a observar el panorama. Piñatas: colores, sonidos, flores, olores deliciosos. ¿Cuánto tiempo se había olvidado de disfrutar las pequeñas cosas en la vida?
Pasaron al lado de una capilla adornada, repleta de luces, ahí aguardaron para que el cobalto pudiera persignarse. Algo nuevo y curioso.
¿Qué costumbres tenía Shadow?, ¿Qué creencias?, ¿Comida favorita?, ¿Sus sueños? ¿Fantasías?
Él se conocía muy poco...
—¿A cómo tiene la pechuga? —la voz dulce del menor lo trajo de vuelta.
—$140 Joven.
—Gracias. —agarraron camino y Sonic le cuchicheo a Shadow —. Estos no le pierden, además están bien flacas, casi ni tienen carne. —bufo enfurruñado.
No sabía que era el momento más importante de su vida entera. Shadow percibía un palpitar distinto. La armonía que desprendía Sonic lo hacía sentir completo. Se hallaba preguntando cómo es posible vivir tan bien en poquito tiempo. Era ponerse la piel de un sujeto diferente. Paseando con ojos bien abiertos notando puestos alegres, familias. La hipnotizante sensación de no poderle apartar su mirar ante el dueño de los continuos bellos días.
¿Acaso se precipitaba al asumirlo como un regalo? Alguien se lo mandó. Porque a diferencia de los pocos amigos allá afuera, Sonic era completamente diferente a lo conocido. Estaba rebosante de vida. Lo guiaba diciendo que compraría las mejores verduras para mantenerse sano.
—Mira, tú tienes el estómago muy blando. Yo utaaa, con un tecito ya tengo. Mi estómago está curtido. Así que me gustaría prepararte comida para que te pongas bien macizo. Compraremos hierbas de olor también.
Poco tiempo llegó a la conclusión más dolorosa. ¿Qué había hecho de su vida?
¿Por qué tardó tanto en vivir algo tan simple? Parecía que la bruma cubrió lo extenso de sí mismo. Reconociendose derrotado. Mendigo de caricias y poquitero amor irreal.
Que miserable se sintió.
Pero al mismo tiempo, agradecido. Tomando nota de cada detalle en el actuar de Benavides.
—¡Joven! ¿No ocupa una vela para su esposo? ¡Anímese! ¡Tenemos vela de fertilidad! ¡Velas para reanimar la pasión!
Sonrió pleno, ¿Avergonzandose con esa edad? Bueno, se esperaba que pensaran algunos vendedores que ellos fueran una pareja. Sonic manoteó negándose, cubierto de un ruborcillo loco por ahí. Entonces Shadow, por diversión se planteó:
¿Qué habría pasado si se hubiera casado con alguien como Sonic?
—No, muchas gracias...—murmuró nervioso el cobalto.
—¡También tenemos perfumes! ¡Inciensos para lo que se dice el acto! Jajajah, ¡Ándele! Sin compromiso joven.
—Vaya, no sabía que existían esas cosas. —dijo a la señora con tinte carismático.
—Ay joven, claro y son muy efectivos. ¿Quiere que le muestre unos? Usted describa lo que le gusta a su marido, le puedo recomendar muchas cosas. ¡Tenemos promociones y paquetes para enamorados! ¡Tenemos amarres también, endulzamientos, usted diga qué buscaba!
—Shadow vámonos, no le des cuerda a la señora. —cuchicheo halandolo en el proceso. Allí alcanzó a aspirar su aroma acaramelado.
—¿Y tú qué opinas Sonic? ¿crees en la magia?
—Ashh no. Son creencias de gente pendeja. Además siempre son charlatanes. Entras ahí por una limpia y sales con una deuda de cinco mil pesos.
—Mmh~ ¿Y falta algo Sonic? —inquirió, acercándose para de manera servicial; tomar el carrito, ayudando con una mano despejada a cargar la última bolsa.
—Ya solo falta ir por pesca...¡La carne! Carne. —rio por lo bajo.
¿Qué habría pasado si se hubiera casado con alguien como Sonic? Volvió a pensar. Abismalmente Silver y el Omega eran polos opuestos.
Shadow un romántico cuando podía proponérselo. Así que lo seguro sería que habría vivido muy feliz. ¡Claro que lo fue con Silver! Pero tener de amante a un personaje que moviera la colita al ritmo de una canción por ahí sonando. Debió ser interesante. Quizás sin tanto dolor o llegar a la propuesta de un divorcio.
Sin embargo, el amor no es culpable de negarle sentido a la vida de alguien. No fue Silver quien lo puso en esa situación donde andaba perdido. Él se puso allí. Y ahora no sabía cómo remediar los años.
—¿Te divertiste haciendo tus primeras compras en años? —le suspiró el azulito todo alegre.
—Mi sentimiento no lo cambiaré jamás. —asintió sin remedio.
~***~
En algún momento del día, Sonic comprendió que la mayor parte del tiempo nadie habla de lo difícil que es tener sentimientos encontrados. Estaba debajo de un gran árbol cubierto por bugambilias, en las manos sosteniendo un café humeante. ¡Desprendía un aroma riquísimo!
Con la mirada perdida en el tono fiusha, cayendo algunas flores debido al movimiento en el viento, resplandeció de una manera que no te puedes imaginar. Su corazón se hallaba desbocado, él boquiabierto todo atolondrado. Porque no entraba una idea de que para Shadow no fuera alguien especial.
¿Cómo llevarlo ahí? A un lugar tan hermoso. Cuando todo el día se portó demasiado...
—¿Qué pasa Sonic? ¿Te gusta? Mira como pones los ojos. Ojalá tuviera una cámara para que veas.
—Este, muy bonito el lugar pero ¿ya viste los precios?
—Cugh, ¡Hahahahah!
Una vez más, veía por primera vez algo nuevo. El alfa tomándose una cerveza, riendo hacia dentro, de voz profunda. Contrastes unilaterales que al unísono se complementaban. Sonoro fue el canto de las hojas que abrazo aquel que sería su recuerdo. Ambos permanecieron echando ojos hacia la nada, pero inundados de gratitud.
—Sonic, para este punto no sabría decir si soy un hombre quisquilloso, pero hace horas me preguntaste: “¿Qué me gustaría hacer en el futuro?"
Silencio.
—Yo quisiera preguntarte a ti. ¿Cuáles son tus sueños y planes para el futuro?, ¿qué te aqueja?, ¿Con qué te sostienes?
Dijo y Sonic supo que iba de la mano mediante una energía extraña. Porque la inquietud que vibró en el pecho se abría camino a descansar. Como sabes, este niño estaba atormentado desde antes. ¿No merecía ser escuchado?
—¿Por qué quieres saber eso?
Se alzó en hombros comentando un: No sé, que nada le provocó de satisfacción al moreno.
—Quiero saber cómo contestarte a lo otro. Soy solo yo siendo un divagador.
Sonic tomó varias pausas intentando no ceder y separar. Shadow lo obligaba a expresarse. Tenía amor odio con sus nuevas emociones. ¡Todo se hacia complicado!
—Pues yo no lo sé... Es que nunca había pensado eso. Todo el tiempo estaba trabajando y estudiando, la verdad es que podría decirse que soy un bueno para nada. En el futuro sé que me va a costar trabajo tener una vida de familia o éxitos. Soy sencillo, no he tenido anhelos, ni siquiera...
—Tranquilo. Te estás precipitando mucho, eres joven. Faltan un montón de cosas para ti. ¿Te aqueja esa incertidumbre de los veinte?
—Creo que sí.
Ya más desmotivado, jugó con algunos pétalos haciendo tiempo y también huyendo. ¿Expresar o no hacerlo?
—Si yo fuera una persona amargada y enojada con todo lo que he hecho, te diría que es una abismal pereza vivir. Familia, relaciones, te diría que son un fastidio. ¿Y los que no hicieron nada en qué acaban? Infelices. Pero no, lo único que puedo decirte es que te tomes el tiempo para darte cuenta que tu vida es preciada y bonita. Aunque la veas imperfecta. Bonito, eso irradias.
—¿Bonito?
—Sí, lo eres.
Emitió pausado y ellos dos sin despegarse las miradas por nada del mundo, solo continuaron lo que adentro necesitaban. Shadow se limitó a beber, percatándose que hacía tanto tiempo no había probado una gota de alcohol.
—Hay mucha gente mala que crea las circunstancias más dolorosas de nuestra vida. También se tiene miedo e inquietud. Creo firmemente en que harás algo bueno en tu por venir. Porque eres bonito de aquí. Y la vida es exactamente lo mismo. Así debes llevarla y terminarla. —simbolizó tocándose el pecho, donde debía estar el corazón.
Sonic Benavides comprendió de aquello que te dije, "la confusión", la miró de frente sin poder negar esos ojos de puro amor. Genuino allí abajo. No supo qué decir, por lo que el tembloroso aguardó.
—Hoy me dí cuenta. Y pareciera que tenía que llegar hasta aquí para saberlo, aunque no es algo concluso, todavía no. Sin embargo, ¿tengo derecho de aconsejarte? Quisiera decirte que es fácil pero no. He vívido de carencias. Envuelto en un matrimonio monótono igual que el pasar de los días, Sonic. A la larga te agotas.
—¿Shadow?, ¿a ti te aqueja tu matrimonio? No trato de ser chismoso pero...
Abultó los labios, sacudiéndose apenado, dejando a relucir la preocupación que cargaba y lo que dichas palabras le hacían sentir triste por su amigo.
—Es complicado. ¿Alguna vez te has enamorado? —sonrió melancólico, recargando el cachete sobre una mano.
¡Sonic inmediatamente se acongojo! Negándose.
—La verdad es que no. Nunca he tenido una pareja ni había pensado en relaciones, familia y esas cosas. No sé qué se siente gustar de alguien.
—Vaya, eso no me lo esperaba. Pues bien. Debo admitirlo, el amor es lo más hermoso que se puede experimentar. Ojalá algún día llegue a tu vida. Ya que a algunos como yo se nos va del alma... Y un día ya no sabes cuándo volverá.
—¿A qué te refieres? —murmuró angustiado.
—Me da vergüenza decir que mi matrimonio es un total fracaso.
La verdad llana y simple, golpeó de tal manera al cobalto; que ya característico en él, mostró expresión, abriendo ojos junto con boca. No duró mucho, pues colocó una mano tapándose, al par de Shadow, quien evitó observarlo.
—No puedo contener mi pesar, menos contigo. Pero las cosas estaban tan mal que nuestra última oportunidad fue llegar a esto. Y aún así nada sirve. En estas instancias uno solo puede pensar en lo mucho que ama a alguien como para aferrarse hasta de las migajas. Encárgate de encontrar a alguien correcto para darle tu más valioso tesoro, tu amor. ¿Sueno a un abuelito? Lo siento, siempre me dejo llevar. Parezco adolescente.
—No, para nada. Solo dices cosas tan bellas...
—Yo te ruego, te imploro que nunca pienses en darte por vencido contigo mismo; mira, yo sé que es difícil, el camino estará lleno de piedras y quién sabe, tal vez no vayan a haber atajos. Debes comprender, en esta vida tan corta quizás no tendrás venturosos andares a menudo pero puedes recorrer el mundo con orgullo, no pienses en las nubes, eso déjalo para después. Eso podría aconsejarte. Porque como puedes ver; estoy derrotado.
De allí en fuera, Sonic no pudo evitar volver a pensar: en lo horrible y marchito cuando las cosas no son recíprocas. Shadow le provocó un sentimiento de tristeza por sus situaciones que eran demasiado similares. Intentó jugar a no enamorarse. Mas al asumirlo todo se tornó oscuro.
¿Sientes lo mismo que yo? Preguntó en mente y corazón. Aceptar que eso que uno piensa e imagina, no va a pasar y nunca pasará. Porque estás amando a alguien que no lo hace. Te enamoras de alguien que no reaccionará igual.
"Ya tiene un amor que lo espera en casa desde el principio", justamente ello. Entonces su corazón de pollo sollozó adentro, entendiendo la situación del mayor.
¿La parte más difícil? Sonic asumió que aquel amor fugaz el cual sigue y sigue creciendo, no iría a ningún lado. De ahora en adelante, ¿cuáles serían sus opciones a seguir?
Cada vez que deseaba decirle algún consuelo, callaba. ¡No podía! ¡No sabía cómo!
—No me hagas mucho caso, esta es la primera vez que hablo tan a fondo de mí. Lo siento. Debería ser una salida más animada.
—¡Para nada! Ya te había dicho que puedes hablar conmigo de lo que sea y me alivia que puedas expresar las cosas malas que has cargado por mucho tiempo. ¡Y no sabes lo feliz que me hiciste al sacarme de ahí! Me sentí como un perrito que sale a estirarse todo contento.
—En serio hay mucho por lo que debo disculparme. Siempre he tenido esta culpa contigo por nuestros temas personales. Y últimamente sentía que debía solo sacarlo.
—¿Sentirte culpable? Shadow tú eres... Para mí tú eres un buen hombre, es correcto que luches por la persona que amas... Así que no te sientas culpable. Además gracias a ese amor tuyo, nos conocimos. Si tú te sientes mal debería ser por procurarte a ti, sobre todo tus sentimientos y vivencias. Deberías expresarte más seguido, lo mereces.
—Estoy agradecido contigo. No sé cómo lo logras pero, gracias a ti, me alivió un poco darme cuenta que se puede ser feliz. Tanto que desearía congelar este momento. Fue divertido, ¿no Sonic? Y sobre qué se puede hacer en el futuro.
—¡Pues ya lo sabemos! Se puede hacer de todo. ¡No andes por ahí diciendo que estás derrotado porque no es así! Trata de mantener esta felicidad tuya.
Podría parecer que la tensión se había disipado, Shadow se dejó vencer en el asiento echando una vista al cielo y Sonic notó que algo en él había cambiado. Un alivio.
¿Y él? Le era imposible tener la mentalidad tranquila. ¿Cómo olvidarse del enamoramiento que se hallaba frente a sus luceros? Nada tenía sentido. ¿Por qué él era compasivo? Entonces por mero impulso confesó.
—¿Hace cuánto estás triste?
Al principio Shadow no encontro la respuesta, pero luego de cabecear y darse el permiso de sentir tristeza, también confesó.
—He carecido de tanto amor que me siento vacío cuando estamos juntos —cerró los ojos jadeando hondo —. Ya estoy cansado de estar deprimido. Por eso agradezco no ser rechazado esta vez, aquí contigo todo es más claro y divertido como nunca antes probé.
Benavides lo vio con tanto amor, su aliento se escapó, en el pecho reprimió dolor. ¿Olvidarlo o no? Eso lo decidiría después. Porque justo allí, encontró las manos del azabache, arrastrándolas por la mesa, tomó de ellas acaparando rápido su atención.
—Shadow, así como me has consolado, quiero decirte que tú eres un alma tan prospera; la tristeza no se compara con tu presencia. Piensa bien las cosas, ve seguro por ti. Confía en que eres un buen hombre. Gracias por contarme tus sentimientos y pensamientos. Eres un buen hombre, simplemente eso.
—Tú también Sonic, eres una persona muy bella del corazón. Gracias.
El hombre del que se ha enamorado. Lo tomó intentando darle cierto aliento, Shadow sonrió suave. Cuando más largo se hizo el momento de agarrarse ambas manos, Sonic reaccionó observando la ausencia del anillo anular. Cortó aquel vínculo, actuando tímido, restringido de suspirar embelesado por un hombre legalmente casado.
¡Nada estaba bien!
—¿Crees que ya sea momento para volver? Todavía tenemos que acomodar las cosas, ¿no? —culpable, agachó la cabeza, tratando de dispersar los sentimientos atrayentes que lo hacían actuar sin pensar. Shadow por suerte ni en cuenta.
—Pero quiero pedirte ese pastel de tres leches que te quedaste viendo de la vitrina. ¿Está bien?
—C-Claro pero, ¿cómo supiste? —titubeó tanto ruborizado como iluso.
—Ay Sonic. No me hace falta decir que eres muy expresivo. Pero me haces reír con eso, así que no te preocupes. —guiñó antes de levantarse para pedir el postre por cuenta propia.
Sonic lo siguió con la mirada derretida. Amoroso y dedicado. Pensó no perderse ningún movimiento caballeroso del moreno. Golpeó su pecho para calmarse, se golpeó los cachetes y todo pero fracasó. ¿Dónde depositar esos sentimientos?, ¡¿qué hacer?!
¿Qué significaba estar en ese café de bugambilias? Solo podía pensar en lo emocionado que se sentía. Aún no era momento de olvidarse. Después de todo, sus sentimientos secretos nadie los sabría nunca, ¿verdad?
—¿Qué hago con él? Si todo el tiempo es tan divino... Ayy no, Diosito no me hagas esto. Porque yo no podré. ¡Controlate hijo del demonio! —cuchicheó para sí mismo.
Dando otro vistazo al hombre guapísimo a sus ojos. Sonrió sacudiéndose emocionado, ¡Me gusta, me gusta! Chillaba en los adentros.
Era temprano para determinar si estaba mal quererlo. ¿O solo se justificaba? La respuesta quedaría pausada por el momento.
¡Gracias Danna_08D por tan hermoso dibujo! ¡Aprecien!!!! Es bellísimo!!!! 🤧🤧❤️❤️❤️😭🥺
¡Ya vine!!!! 👹🤡
Perdón!!!!!!!!!!
Me emocionó mucho ver el apoyo y de antemano, disculpen lo cutre, lo poco y la demora laaaaargaaaaaa.
Si ven errores, dispensen, quería actualizar lo más pronto posible. Y pedir muchas disculpas por la demora. Lo bueno es que el siguiente cap ya está a la mitad ❤️🫂
Muchas gracias por ser pacientes, espero que les gustara. Pensé que sería mi cap favorito pero, no salió como esperaba.
[Cajita de quejas] se valen 🤧
Mua muaaaa
Gracias por todo lectores.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top