El callejón de los milagros, un milagro.
En el día y en la noche.
En un principio, la razón del por qué se habían conseguido un omega, lograba explicarse fácil, de forma, ¿discreta?
Biológicamente, dos alfas no podían conseguir un embarazo, justo ese era el caso por el cual buscaron un prospecto perfecto, el que daría a luz lo que tanto deseaban; hijos, sin importar cuántos fueran.
Shadow Rosarios y Silver de Dorantes eran esposos hacía 6 años, sonando a poco tiempo, pero el necesario para la “consensuada” planificación familiar. Uno propuso la idea, mientras que el otro buscó los medios para lograrlo.
No fue una tarea difícil, pues en la actualidad era normal manejar aquellas prácticas con omegas. Un irreverente sistema de negocios efectivo.
Hubo inquietud de parte del azabache, este no estuvo cómodo con imaginar lo que atravesarían, era incapaz de concebir embarazar a un completo extraño y tenerlo en la casa, al menos hasta terminar el proceso de gestación.
Sin embargo, Dorantes persuadió prometiendo que sería simple e insignificante. Que no iban a agobiarse por un bien necesario ante los problemas del matrimonio.
Solo usarían el vientre de un omega y después volverían a la normalidad, consiguiendo aquella familia que tanto anhelaban. Aún cuando dicha decisión ya estaba tomada, Shadow se mantuvo inquieto y no estaba seguro. ¿Podía dar más opciones?
Claro que no, eso no se lo había planteado ni propuesto. Era la única posibilidad de consumar algo importante con su esposo. Era un exigente amante, quien impuso los acuerdos después de haber seleccionado a un jovencito omega.
De hecho, investigaron lo necesario acerca del extraño.
Silver, no se conformaría con cualquier persona, se las arregló para contratar un hombre igual de hermoso y bien parecido que ellos, según le mostró. De elegantes faices, provenientes de un linaje impoluto excepcional en belleza.
Estaba en forma, diversos exámenes confirmaron una grandiosa salud y estado optimo para dar a luz sin tener complicaciones. Sabiendo esto, no dudaron en firmar los contratos y llevarlo a la residencia.
Fue entonces cuando el señor Rosarios conoció a Sonic Benavides, un prodigioso omega de veinticuatro años. Delgado: ojos enormes color verde, parecidos a las esmeraldas, pelaje azul y piel melocotón de textura tersa con aroma a piloncillo.
Les contó un poco de su historia, mientras lo trasladaban, escoltado en el coche; dijo que era primera vez trabajando en la compañía de embarazos.
Obviamente venía más que bien el dinero. Tenía propias razones para encontrarse en tan desafortunada situación, mas poco se quejaba.
Shadow desde un principio no supo con exactitud cómo tratarlo, ya que el señor de Dorantes se mostró reacio y no le agradaba. Era más visible que el rocío en las flores durante el amanecer.
¿Debía actuar indiferente? No, esa opción no estaba en su forma de ser. Imposible actuar mal educado cuando el chico parecía a los ojos, tan amigable y puro.
Desde conocerse habló carismático, apacible, preguntando aquí y allá. La personalidad juvenil e hiperactiva del omega, hizo reír por lo bajo en más de una ocasión. Jamás había conocido a alguien con tanta energía.
Hubiera seguido así de no ser por Silver. Prácticamente, Sonic topó con el muro de Berlín. Pues el hombre hizo saber principalmente, que su única ocupación sería prepararse para cuando decidieran iniciar el embarazo.
Faltaban unos cuatro meses antes del celo de ambos alfas y mientras llegaban las fechas, no solo tendrían que acostumbrarse —lo mantendrían sano, pero nada más —, ningún vínculo se formaría o esa era la marcha que seguirían.
Nuestro joven percibió dos cosas al instalarse en una habitación que habían preparado. Lo primero fue que el azabache alfa; Shadow era alguien callado, un bonachón ameno con personalidad respetuosa y siempre benevolente.
A diferencia del albino Dorantes, quien sabía, lo odiaba apenas puso un pie y se vieron las caras; haciéndose exponer cada vez que le fulminaba con la mirada filosa prepotente. Le asustaba mucho, demasiado, ¿sería una persona violenta?
Además, estipuló cero contacto físico. Ninguno podía tomar al omega antes de las fechas de celo y durante, debían estar juntos.
En los primeros días, el omega pasaba largos ratos encerrado en la recámara. Rutina que se desempeñaba con: (Los alfas salían al trabajo por la mañana y volvían de noche. No juntos. Ambos contaban con auto propio y el primero en arribar era Shadow.)
Este pese estar incómodo, hacía lo posible por aminorar la tensión en casa, siempre que podía le conseguía la cena o preparaba él mismo, pero claro para los tres. El de ojos ámbar no dirigía ni la palabra y cuando pasaba solo era para preguntar el peso, síntomas, etcétera.
La necesidad de salir del lugar se acrecentaba más. Benavides se sentía solitario y no era para menos. Tenía claro que debía ser así, mas no podía no sentir, ya que a él sí que le simpatizaban.
Comprendía la poca afición en Dorantes, ¿quién podría llevarse de chupete con un completo extraño que se acostaría con su marido y viceversa? inquietante ¿cierto?. Igualmente entendía al Señor Rosarios, lo trataba casualmente. Él era el entrometido y la herramienta del matrimonio —un empleado.
Se acostumbró a los aromas, aunque ellos casi nunca se encontraban en casa. Cuando no tenía nada más por hacer, limpiaba a hurtadillas, leía o hacía distintos pasatiempos que pudiera encontrar.
Pero iba siendo frustrante tanta soledad y una casa grande para él... Siquiera tenía permitido salir: por órdenes de Silver, impuestas en el contrato.
Chismoso se preguntaba a veces: "Si ellos pasaban tanto tiempo en el trabajo, ¿cuándo tenían tiempo de pareja?"
Al final nada ganaba con hacerse ese tipo de cuestionamientos. Cuando se acostumbró a las actitudes de ellos, un día, audaz cocinó la cena.
El primero sorprendido del hecho fue el azabache. Disfrutó el detalle, pero comentó, que no era necesario tomarse esa molestia. Sonic insistió y así dejaron todo. Silver no dijo mucho porque prefería restarle valor y continuaron los días.
Sin saber que ciertas ocasiones unos ojos juguetones se correspondían y creaban pequeña alegría, naciendo del conocer hilachando curiosidades; haciendo la necesidad de hablarse más temprano de lo esperado.
~🫀🫀🫀~
Pasadas dos semanas.
—Voy bien tarde, condenada alarma. —gruñó Shadow, terminando de ajustarse la corbata, torpe agarró varias cosas y bajó de lo más rápido casi cayéndose en el último escalón.
Echando un vistazo afuera confirmó que su amado partió temprano, no estaba el carro fuerte evidencia de ello.
Desplazándose por los pasillos destinó irse, pero recordó que el omega andaba, tal vez levantado, ¿sería mejor verlo antes de partir? Optó por no pensarlo mucho.
Al llegar a la cocina lo encontró, justo se aproximaba extendiendo una sonrisa de oreja a oreja, ¿por qué de tan buen humor? Oh claro, así era Sonic.
Este extendió un termo irradiando dulzura, el alfa confundido tomó el objeto y lo meneó inspeccionando.
—Ya que no vas a desayunar nada, llévate este café que te preparé. A Silver le hice té y afortunadamente no lo rechazó; creo que es un progreso. ¡Ya siento que seremos amigos!
—Vaya, muchas gracias, Sonic. —murmuró apenado.
—Con todo gusto, Shadow —asintió sin dejar de observar todo sonriente —, puse chocolate amargo y unos trozos de nuez tostados que encontré en la alacena. Ojalá te guste.
—Claro que me agrada. Pero insisto en que deberías estar descansando, nosotros podemos hacer esto.
—¡No seas mentiroso! ¿Descansar de qué? —dijo bufando ofendido —, apenas y tienes tiempo para pasar por la cafetería. Tranquilo, yo puedo con esto, déjame seguir haciéndolo ¿sí? —rogó juntando ambas manos y Rosarios muy extrañado no tuvo más remedio que asentir —. Debes irte antes de que se te haga más tarde.
—Yo solo vine a fijarme si estabas bien —divagó unos instantes antes de volver —, entonces me voy, nos vemos de noche. Cualquier cosa ya sabes que puedes llamar y también si pasa algo.
Terminado sonrió ligeramente. Escuchó al omega decirle fugaz —Ve con cuidado —y de pronto permaneció pasmado. Salió algo silencioso, se montó en el auto ensanchando la alegría gustosa de la mañana. Sí, le agradó escuchar aquello y el tono de su voz.
¡Y ese café fue uno de los mejores que había probado!
Durante el trabajo estuvo por las nubes descuidando diferentes labores hasta mancharse de tinta la camisa. Un desastre total. Acomodando ideas que circundaban, tenía consigo muchas variantes retumbando. Con Silver todo iba de costumbre, se había asegurado de enviarle unos mensajes.
Entonces el omega.
El omega...
Shadow estaba segurísimo que la cordialidad era buena sin ser demasiado, pues eso sería lo correcto. No obstante encontraba la duda, ¿qué tenía ese café?, ¿o fueron los buenos días?
Que desde allí volteó a verlo, tal vez fue temprano para calificarlo como una persona excepcionalmente alegre. Incluso, ¿cuánto hacía que no tenían desayunos por la ajetreada mañana? Desconocía.
Inicialmente ambos alfas habían sido individuales con dichos aspectos y siquiera entraban efusivos los detallismos.
Quizás fue por eso que estaba sonriendo al esperar en la impresora, quizás fue por el colmillo que se asomaba a veces al sonreír. De pronto todo cambió cuando percibió a un compañero de área y amigo; Scourge Pérez tocándole el hombro.
—Hora si que estás en tu propio mundo. ¿Qué te traes?, ¿ya te peleaste con tu marido? —inquirió el burlón, volviendo a empujarlo —. O tal vez sean tus asuntos en esa casucha compartida. —masculló malicioso e intuitivo.
Por supuesto que cuchicheó con el beta, le tenía confianza, ¿quién no confiaría en su amigo? Pérez se sabía toda su vida, desde "A" a la "Z". Lejos de hacerle maleficios casi siempre los consejos eran buenos como justos, a simples rasgos su compadre parecería un vagabundo punk, pero poco era conocido por tan gran sabiduría ante distintas circunstancias.
Analizando cada pregunta terminó más agobiado, no había tenido ninguna pelea ni se sentía mal. No le gustaba decir que era el omega, pero quizás lo era.
—Es difícil de describir porque hay tanto que quiero decir.
—Ven a verme cuando sea nuestro descanso, aquí tienes a tu fiel oyente chismoso. —dándole palmaditas en el hombro se miraron un tanto, Rosarios con seriedad y el otro con un disgusto fingido, pronto perdió atención al azabache cuando los fanales azules vislumbraron a una compañera del trabajo —¡Qué onda Lala! —corrió hacia ella olvidándose del alfa.
Las horas pasaron llegando el momento exacto donde con cara de desagrado, observaba al verdoso atiborrandose la boca a base de un taco con carne y guacamole. Asqueroso... pensó. El apetito se hundió en las profundidades, Scourge acabó la comida por fortuna, exhaló satisfecho y pidió que hablara de lo que le aquejaba.
—¿Sabes que eres igual de desagradable comiendo? No tienes sentido de la decencia. No tienes educación. —suspiró hoscado rodando ambos ojos.
—Lo que pasa es que la gente no está preparada para mi genialidad, además ese taco estaba bien pero bien sabroso. Y yo no soy feo, soy un semental, cuidado con sus omegas que se los robo.
—Mta.., pues—gruñó incómodo —, nada salió como lo esperaba. Verás, no pensé que Silver odiara a los omega, digo; sabía que no le atraían en lo absoluto pero ahora me he enterado que los aborrece. O al menos puede ser solo con él.
—¿No le cae bien el omega que contrataron? Ah chinga —escupió asombrado, ante la negativa del azabache, cerró la boca y tenso, se frunció el ceño —. Me imagino que va a tratarlo más de la fregada, con ese carácter que tiene, lo hará siempre que pueda.
—¡Lo hace!, Sonic; ese chico no ha dado ningún motivo ni se comporta mal, hasta el momento es muy tranquilo y también amable con nosotros. No entiendo su horrible temperamento. Nunca lo he esclarecido.
—Aguantame las carnes, así que ese es su nombre. —siseó gustoso.
Shadow optó por ignorarlo y continuar.
—Pienso mucho en qué debería hacer, no quisiera acercarme demasiado a él pero tampoco quiero que se sienta como una maldita máquina de bebés. ¿Qué pensaría de mí si lo ignoro? Seguro que soy un malnacido alfa supremacista de aquellos tantos. Ya sabes, del montón. —dijo desanimado.
—Es muy obvio, no lo ignores, tratalo bien. Óyeme van a estar juntos todo el proceso del embarazo, debes darle tu apoyo. ¿Sabes cómo debe de sentirse ese pobre diablo? Has dicho que Don Silver de plano lo trata ojete y no tiene a nadie más por el momento. Confronta a tu esposo y dile que pare; muestra apoyo a Sanic haciendo eso.
—¡Sonic! —corrigió fastidiado.
—Por eso, Zonic, Sonic. Yo tampoco sé mucho de lo que ustedes están pasando o lo que sienten y pueden pensar. Tal vez Silver lo odia porque muy en el fondo quiere lo que él tiene, pero qué sé yo... No soy psicólogo. Lo que sí puedo decirte es que dejes de pensar tanto y veas una posible amistad con ese muchacho, así todo será mejor. Inténtalo, verás el beneficio, incluso puedes ponerlo alegre, eso no tiene nada de malo pues todos merecemos una responsabilidad afectiva de vez en cuando. Mucho más si tienes que cuidar su condición, recuérdalo. Con eso de que los omegas son bien delicaditos.
—No estoy seguro si quiero ser su amigo —suspiró exhausto desviando la inconsciente mirada. Shadow analizaba prolijo las palabras del beta, él aportaba puntos necesarios que no había pensado —. Haré lo posible para persuadir a mi necio esposo, pero el tema de Sonic es raro. Desconozco la manera de comportarme a su lado, no me incomoda en lo absoluto, solo es extraño.
—¿Entonces? Qué pasó mi rey, no puedes pasarle de largo, ¿qué es lo que no te gusta de él? —cruzado de brazos, el pálido se inclinó expectante, probablemente consternado por no entenderlo.
—Me simpatiza, enserio, pero no lo suficiente. No comprendo. Quizás estoy nervioso, ya sabes que no soy extrovertido. ¿De qué podría hablar alguien como yo? Apenas y tengo tiempo para salir con Silver.
—Mmm, eres bueno escuchando — animó sonriendo en grande —, sigue mi consejo si te sirve. Siéntate a escuchar cualquier cosa que tenga qué decir. Échale ganas papá.
—Supongo que podría ser agradable, de por sí es el tipo de persona que no teme ser brillante —sonrió tenue, cerrando los ojos —, me siento poco intimidado de su gran energía: tengo mucho por hacer para devolverle la amabilidad que ha tenido con nosotros. Odiaría que él me temiera y sería pésimo que todo se arruinara por nuestra imprudencia. Me empieza a agradar ese chico —susurró sereno hasta que los ojos volvieron al beta, apreciando inminente la tambaleante confusión en el rostro —. ¿Qué?
—N-Nada, sólo ve y pregúntale: "qué tal tu día" —extrañado decidió ignorar ese presentimiento extraño corriendo por dentro. Se levantó, dio una palmada al hombro y preocupado despidió echando mando —. Si tienes un problema o necesitas hablar de algo más me tienes por aquí apoyándote. Recuerda mi Shadz, sé tú mismo a la hora de hacer las cosas.
—Gracias por la charla. —fue el siguiente en marcharse de vuelta al trabajo pendiente. Sintiéndose desmesurado y distorsionado con sentimientos e ideas revoloteando.
~🫀🫀🫀~
E
se día por la noche llegó rendido, a duras penas colgó la gabardina, esta siendo pesada sobre el perchero, cuando entró a la casa. Agotado exhaló pero por las fosas nasales coló un aroma exquisito, ¿qué era?, ¿Qué había preparado?
Los ánimos volvieron al cuerpo, encontrándose hambriento de repente. ¿Estaba bien si en vez de tomar un baño, iba a verlo?
Un poco colgado fue directo a la cocina, mas de esas veces que su vista periférica captaba algo interesante, lo hizo; encontrándose un rompecabezas a medio completar, reposando sobre la pequeña mesita del corredor.
Caray, ni siquiera había notado que Benavides disfrutaba de hacer ese tipo de cosas.
Siguió agitando la cabeza, estirando el cuerpo y flexionando anchos hombros adoloridos, notorio lo halló moviéndose por la cocina, sacaba algo del horno y traía los guantes de protección puestos; al verse sonrieron como pares, con emoción sin dejar de lado la cuidadosa acción.
—¿Cómo te fue? —hablaron al unísono, rarisimo.
—Nada interesante qué contar. Aah, mi señor y yo fuimos a un restaurante, pasamos el rato allí. Él tenía que irse al set de grabaciones, volverá más tarde.
Vio desilusión en la cara del cobalto y se preguntó: ¿Por qué?
—Ouh, ya veo. Seguramente no tienes hambre, no hacía falta hacer todo esto, lo lamento. ¡Ah, pero lo pueden desayunar para mañana! —agachando la cabeza jugó con pocos dedos, quizás estaba desilusionado y Rosarios no disfrutó verlo angustiado.
—Te equivocas. Huele tan rico que mi estómago pide mucha comida, ¿qué has preparado? Dime. —se incorporó curioso. Ganando que el joven volviera a estar contento y de cierta forma también el alfa lo estaba.
—Pollo Ranchero. Es la primera vez que cocino este platillo pero probé todo y te aseguro que es delicioso. Te daré un poco ahora mismo. Hace uhhh~ que una doñita; amiga de mi mamá nos dió esta receta. Entonces hoy recordé, se me antojó y pues lo hice. —alzó cejas enérgicas pero para cuando sintió al otro tocarle la mano, agarrando y revisando minucioso. Una electricidad extraña recorrió desde la columna y lo hizo crispar, mientras vislumbró el azabache preocuparse, ¿Qué pasó, se preguntó —¡Ah- eso es una cortadita chiquitita...!
—Debes tener más cuidado con los cuchillos. Espérate, vamos a ponerte un curita, se te puede infectar con algo y va a ser peor. Además con tocar cualquier cosa te va a arder.
—No es necesario, es un corte que a todos nos pasa. Exagerado. —seguía con un pucherillo entre labios, pero no le hizo ningún caso, terminó siendo curado y vaya en aquella posición frente a un alfa de alta alcurnia, combinado con un aspecto atractivo, le fue abrumador. ¿A qué se debía? Sepá.
—Esperemos que Silver no sea tan quisquilloso y se dé cuenta. —murmuró con cuidado.
—Me imagino que va a gritarme. —musitó desanimado.
—Hablaré con él. Me disculpo en su nombre; tiene un temperamento y carácter difícil, pero te aseguro que no pretende hacerte sentir mal o dañarte. Solo está pasando un mal momento, por favor, dale chance.
Sí claro...
—Yo serviré, siéntate. —Sonic asintió y esperaba sin poder quitar los ojos brillosos del alfa. Al sentarse a comer, el omega miró la reacción de satisfacción y también concordó en sentirlo. «Sí le gustó. »
—Está buenísimo. —la boca atiborrada, mas debía decirlo cuanto antes, el otro se carcajeó contoneando el cuerpo sobre la silla, aquello dio tiempo para animarse a seguir una conversación, después de todo, no estaba mal hablar con el omega que, bueno de eso ya nos imaginamos cada quien.
—De-rishio-sho~ —comió el joven aplaudiendo por tan perfecto platillo que le tomó medio día cocinar, inconsciente de la risa interna que reprimió el alfa al verle morder la pechuga con tanta impaciencia; hasta el punto de mancharse los costados de la boca y los labios, concretó que era una de las cosas más curiosas con las que se había topado.
—¿Dónde aprendiste a cocinar? Yo a veces ni un huevo me sé hacer. Debería tomar más clases.
—En la preparatoria; mis padres pagaron cursos gastronómicos; aprendí a hacer repostería y otras cosas. Aunque no pude terminar yo seguí practicando en casa y no he perdido esa ilusión de volver a la universidad. —las mejillas se veían tersas. No pudo controlar que colorearan, había hablado demasiado mirando el plato que quedó vacío en cuestión de minutos —. Es que nuestra situación económica empeoró y tuve que atender a mis padres, incluso hoy en día. ¡Pero ya no es nada grave, así que no te vayas a preocupar!
—Debió ser difícil...—apenado bajó la mirada ingrávido —, no tenía idea.
—¡Ay no, no te sientas mal! —acudió rápidamente a aminorar la historia que se escuchaba pesimista después de analizarla. Sí, obviamente Shadow sintió lástima y el omega era lo que menos necesitaba tener, la lástima de unos privilegiados —De eso ya pasó mucho tiempo —manoteó optimista —. Nadie pudo haber previsto que la empresa de mi padre, mh sería blanco de deudas. Fue difícil, lo fue, pero ahora gracias a ustedes las cosas mejoraron. Ellos ya no dependen de mí. ¡Por eso yo estoy agradecido y feliz de ayudarlos en lo que pueda!
No obstante aquellas palabras no hicieron sentir mejor al azabache, llegó peor, daga tras daga.
—¿Ellos van a costear tus estudios otra vez?
—Uhuh, será hasta que mi padre vuelva a tener estable nuestra economía. Lo que más me preocupaba era que se sintieran decepcionados de mí por tomar este tipo de trabajo —apenado agachó las orejas rascando tras la nuca —, ¿qué iba a hacer para ganar dinero rápido? Con medios estudios y sin una carrera jamás habría juntado el monto. Ellos sí me apoyaron y nunca lo tomaron a mal. Por eso vivo tranquilo, porque yo sé que estoy trabajando y no estoy haciendo nada malo. Pena robar ¿no? Mejor no hablemos de eso...
—Comprendo —masculló compasivo, así como Benavides había pedido con los ojos aguados y lastimosos, Shadow cambió de tema —. Veo que tienes pasatiempos aquí en la casa, tu rompecabezas ya casi está listo. Si quieres podemos pasar a comprar otros.
—¡¿De verdad?! Muchas gracias —emocionado limpió cuidadosamente sus labios con una servilleta —. No tengo mucho que hacer, todo está callado aquí, es demasiada casa para mí solo. Yo sé que no soy bienvenido del todo pero es inevitable sentirse mal. ¡No trato de quejarme o algo así! Solo, no sé si nos estamos acostumbrando todos. Tampoco conozco mucho sobre ustedes y me preocupa que sea incómodo; estoy muy agradecido de que vayamos hablando. Aunque básicamente nomás tengo valor para hablarte a ti. Es una pena que nuestra charla más larga sea desastrosa.
Shadow no tenía idea, ¿por qué esas palabras sinceras lo hicieron sentir ansioso? Para colmo, pegó fuerte escucharlo: el omega no solo pasaba siendo ignorado, sufría los maltratos de Silver quien no simpatizaba, ni esperaba que lo hiciera.
¿En serio había sido tan solitario? Debía mejorarlo. O era que las entrañas sentían culpa y algo de vergüenza.
De repente la insistencia no era errónea, estaba muy seguro que lo necesitaba mimar de vez en cuando y que ansiaba verlo feliz, daría el mejor esfuerzo. Lo merecía después de haber pasado por tanto desfortunio en su vida.
—Creo que entonces debería saber más cosas de ti, ¿es mejor? Conocer de los dos e intentaré llegar temprano de ahora en adelante para tener pláticas justo como la tuvimos. —unos segundos la ilusión en los ojos de Sonic, pareció un gesto repleto de ternura que hallaba un poco inestable. Era bueno controlando algunas acciones y facciones, pero aquello lo descolocó, mas nada dijo.
—No tienes porqué hacerme sentir mejor.
—¿Funciona? Así como tú dijiste: déjame seguir haciéndolo...—inquirió enarcando una ceja pretenciosa con cierto énfasis, Benavides rio bajo y asintió divertido.
—Ay Shadow —titubeó asombrado despojado por completo de cualquier palabra que se le viniera a la mente —, está bien. —sonrió vencido arrugando los ojos.
—Es momento de que ya no te preocupes por la limpieza, lo haré por mi cuenta. —el omega no dudó en levantarse con un asombro visible. El alfa, pese a ello, tomó los platos vacíos entre sus largos dedos.
—Pero-
—Yo me ocupo, ahora ve directo a descansar. —dio la espalda demandando amablemente que hiciera caso.
—De acuerdo. —murmuró desanimado, con las manos atrás entrelazadas y jugueteando. Cabizbajo al notar el silencio del alfa, supuso que ya no era necesario estar allí.
A Sonic entre sombras le frustró que varias emociones estuvieran compitiendo, arriba, abajo. Era curioso como una situación espectacular digna de verse.
Nunca le agradaron demasiado los alfa, después de haber tenido indignantes experiencias cuando estuvo rodeado de muchos. La mayoría fueron crueles, por lo que comúnmente, estaba al tanto de la forma general de ser en todos los casos —parecía irreal estar presenciando un impoluto alfa, siendo comprensivo, tratando con calidad —. Antes de tomar el trabajo ya se había preparado para lo peor, eso mismo pasó en el caso de Silver, no obstante; Shadow era distinto y único.
Quizás no lo tenía demasiado cerca como para sentir que ya eran amigos, sin embargo respetaba y había una atención que no conocía de nadie más, hasta ese momento.
El joven podía admirar con un ceño preocupado. Claro que la convivencia que nunca esperó, fue agradable, mas no se sentía aún bienvenido en esa casa, siquiera por esos alfa.
Por lo menos no eran malas personas, Shadow no. Suave y con timidez decidió salirse sigiloso, corrió directo al sofá donde se dejó caer sin pena, abrazando una almohada y subiendo las piernas.
Lo que menos deseaba era crear falsas ilusiones, sí, aquel dijo que haría todo menos incómodo, que serían cercanos para tener una mejor comunicación...
Eso no significaba que fuera cierto, no los conocía a la perfección, odiaba sentirse inseguro con ello. Consternaba desconfiar del único que le había tratado gentil en esas instancias.
Francamente, qué era mejor, ¿no creer en nada? Seguro debía bajar un poquito la guardia respecto al moreno. Pensar y pensar, de pronto hizo venir el sueño, de un momento a otro se quedó noqueado.
El alfa terminó la limpieza de la cocina, arrastró los pies con cansancio sintiéndose satisfecho y dispuesto a descansar.
Un sentimiento invadió sus adentros al recordar la plática que había tenido, ese escurridizo omega se fue a acostar sin siquiera decir las buenas noches —qué broma —divagando lo miró por el soslayo.
Estaba durmiendo plácido. Se paró unos segundos echándole ojo, palmeó manos en los muslos, poco decidido se acercó sentándose en el sillón frente al joven.
Lucía apacible, quitado de algún penar. Shadow, escrutando analizó la situación, no fue un desastre pero todavía se sentía alejado, estuviera viéndolo de frente o desde muy alto.
De suponerse no ser tan relevante, estaría bien hacerle pensar que era importante, en quien debía discurrir día y noche sería su esposo. ¿Entonces por qué percibía tanta intranquilidad retumbando como ecos en su pecho y estómago? Recordó mucho las palabras de Scourge.
Luego una idea hilarante vino. ¿Quizás las suaves feromonas de Sonic hacían un efecto afectivo? Ya era evidente que estaba ansioso.
Fue el café, el olor dulce a dulce, eso era.
Tragó seco levantando la cara, arrugando ojos de forma afilada, desde allí, veía un hombre indefenso que le provocaba no solo angustia; pero la hora del descanso había llegado en punto.
Con la intención de llevarlo hasta la recámara, se levantó acercándose unos pasos. Un escalofrío recorrió al escuchar la puerta principal abrirse y olfatear el aroma de aquel. Eucalipto.
Separándose inseguro iba a correr para recibirlo, mas se detuvo debatiendo, finalmente inclinó el cuerpo cuidadoso queriendo encontrar la forma de cargarlo sin despertarlo. Silver entró y de expectante semblante sorprendido, los fulminó.
—Buenas noches —siseó curioso —, ¿qué haces allí moviendo las manos como un bruto? Él está durmiendo. —susurró, poniéndose rígido al lado, por encima admiraba a ese chico descansar causándole monotonía.
—Lo sé, quería llevarlo arriba. —habló bajo.
Entonces el alfa lo tomó firme del hombro apartando con movimiento moroso.
—Yo lo hago. —sin problema cargó entre brazos, colocando la cabeza en el pecho, para Silver el aroma golpeó fuerte sus fosas nasales, hastiado apartó la cara lejos mientras lo subían al cuarto.
—No vayas a despertarlo. —tensó la quijada con recelo, siguiéndole a pasos.
—No, no voy a hacerlo. Además, creo que tiene el sueño pesado, no va a despertarse fácilmente. ¿Hace cuánto llegaste?
—Unas dos horas, creo.
Dorantes colocó al omega sobre la cama, tapó con unas mantas y agarrando una mano del azabache, salieron de allí.
—¿Y qué hiciste todo ese rato? —poco insistente preguntó.
—Me quedé platicando con Sonic —apretó la mano entrelazando cariñoso, aunque el otro continuó consternado, muy por dentro —, luego él fue a dormir y listo. ¿Por qué me lo preguntas? —arrugó el entrecejo descolocado.
—¿Has visto a ese omega? Es bellísimo. —inquirió levantando una ceja orgullosa, aún tomándolo, ingresaron a la habitación, hizo sentarse en la cama sin despejar ambos la vista de dichosos ojos.
Shadow en respuesta besó silenciosamente los labios.
—Si a ti te parece eso, haznos un favor y tratalo bien, ¿sí? —sonrió acunando las mejillas entre sus manos.
Dorantes no logró evitar negarse sonriente y bajar la mirada.
—No me gusta. Lo más probable es que nos atraiga, es normal ese tipo de comportamiento y más por las feromonas. Pero no sé, no me agrada, intentaré relajarme Shadow, aunque yo no prometo nada. —llamó disciplinario.
—¿Qué?
—Está bien si eres cordial con ese chico, pero no seas cercano a él. No confíes en él, solo no... No te entrometas. Podría llegar a aprovecharse de tu buen juicio.
El señor Rosarios por supuesto frunció las cejas con molestia e impresión.
—Silver, no estarás pensando que podría hacer algo incorrecto —preguntó hoscado —, porque estaría muy indignado si te refieres a eso o piensas así de mí.
—Como te dije: es normal que respondamos a ciertas cosas, al menos eso es lo que me han dicho muchos especialistas. Pero es mejor que todo se mantenga bajo control, hagamos lo que se debe. Sonic es un omega que está cumpliendo, nunca debemos olvidar eso, ¿quedó claro?
—Jamás te he confundido para que desconfíes de mí... Deja de variar y dime puntualmente lo que quieres decir. ¿Piensas que yo podría tener una aventura con él?
Y Silver con inquietud asintió sin dudas.
—Nosotros no sucumbiremos hasta que lleguen nuestros celos ¡Y! Ambos estaremos presentes siendo parte. ¿Estamos? No quiero juegos sucios, no los soportaría viniendo de ti.
—No —musitó reacio —, si piensas de esa forma en mí ¿qué clase de confianza nos tenemos? Me complace decirte que lo que tenga que pasar va a pasar. Después de todo, ya estás predestinado que haré algo como eso. ¿Por qué dudas de mí? —dijo desesperado, apartándose.
Los labios del albino temblaron, debía aceptarlo y decirlo.
—No lo sé —murmuró cabizbajo —, me pone nervioso. Ya te dije que no me gusta. Es un omega más que h-hermoso.
Shadow en cambio le dio la espalda, levantándose para colocarse el pijama, silencio, frustración era lo que había en la alcoba.
Regresando volvió a entrelazar una mano con la de su esposo; afirmando algo incierto, lo guió, besó y acarició el anillo en el dedo anular. Sin decirle mucho supieron que debían dejar el tema controversial para otro día o momento.
Así era mejor, tener la mente en blanco, descansar y no pensar.
El aroma a Eucalipto se había mezclado con uno a azúcar, no combinaban bien y un sentimiento conmocionante llegó albergando dentro del alfa moreno. Un sentimiento desconocido… Sin nombre
Sonic omega todo bonito.
Estoy satisfecho con el resultado y.
No me juzguen, tengo la mayoría de capítulos semi terminados, es cuestión de afinar detalles. No me funen por traerles esto xd
[Cajita de quejas...]
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