Capítulo 8: Preguntas sin respuestas


− ¿Te has enterado? Al parecer el director del colegio de magos se ha presentado ante Miriam, Por lo visto, una bruja rompió las normas y se adentró en el lado de los magos. Me pregunto quién sería tan irresponsable para hacer algo así. Si llegan a descubrir quién fue...¡madre mía! Seguro que la expulsan. No me imagino siendo expulsada de este lugar y aún menos siendo desprestigiada como bruja y expulsada de mi aquelarre. Fuese quién fuese está mal de la cabeza. Arriesgarse de esa manera...

− Genevieve− consigo articular− ¿Y si esa bruja entró en ese lugar sin querer, sin ser consciente o porque se sintió atraída por ello? ¿Debería recibir el castigo igual? Sinceramente creo que esta norma es una tontería. Además creía que tú también lo pensabas así.

− Y lo pienso; pero no por ello arriesgaría mi estancia aquí. Escúchame Davinia, nunca nadie ha roto hasta ahora la norma y si no se hizo era por algo. Una bruja solitaria, es una bruja débil. Una presa fácil para los cazadores de brujas, por eso procuramos cumplir las normas y mantenernos en nuestros aquelarres para ser más poderosas. La unión hace la fuerza.

− ¿Qué es un cazador de brujas?− Le pregunto al tiempo que Luna lanza un maullido enfurecido y me siento en mi cama, desde la cual abro el cajón de mi escritorio en busca de mi diario secreto para eliminar todas las pruebas que en él se encuentra.

− A veces se me olvida que no naciste en un aquelarre. Un cazador de brujas es nuestro principal enemigo Davinia. Se puede decir que son los sucesores de la Inquisición. Tras la desaparición de esta, hubo gente que se mantuvo fiel a la creencia de que éramos seres malignos, aliadas de Satanás, por lo que nos seguían dando caza. Y por este motivo se creó este "reino" para proteger a las brujas novatas y enseñarles el secreto de la magia, para que en un futuro tuvieran la posibilidad de defenderse ante un cazador. ¿Entiendes ahora el riesgo de romper las normas y lo que esto conlleva? Ser cazada no es ninguna broma, la pesadilla que tenemos, y que confirma nuestro despertar en la magia nos lo demuestra a la perfección−. Termina de explicar Genevive, al tiempo que se acaba de arreglar− ¿Vienes? Es hora de desayunar y seguro que tenemos que despertar a Caroline porque con lo despistada que es...

− Si, voy enseguida: pero antes quiero arreglarme algo el pelo−. Le miento con la idea de borrar los últimos días de mi diario.

Al terminar salgo de la habitación con los nervios a flor de piel y con miles de preguntas en mi cabeza que no tienen respuesta como ¿Por qué aquella cueva de brujas estaba en el lado de los magos? ¿Por qué se activó ante mi contacto? ¿Qué significado tenía mi tatuaje? ¿De dónde venía mi nuevo sueño? Eran tantas las preguntas que tenía que apenas se me abrió el apetito al ver mi desayuno preferido delante de mis ojos: tostadas con aceite y tomate, zumo de naranja natural y una manzana Golden.

−Buenos días Davinia. Hay que ver qué cara traes. Como sigas así te saldrán patas de gallo antes de tiempo−me dice Caroline, mirándome directamente a los ojos como si quisiera comprobar de primera mano que tengo alguna. Luego, al ver que no es así, da un mordisco a su manzana− .Aunque no me extraña que vengas así después de saber la noticia del día y de pensar que nos queda un largo día por delante. Además, hoy, el tiempo no está tan bueno, lo cual hace que la moral esté por los suelos ¿Podría pasar algo peor?

−Pues ser la incumplidora de la norma y que te descubriesen sería algo peor. De todos modos esta situación ha sacado algo bueno...y es que Leandro, el director de la escuela de magos, se ha presentado ante la directora. Eso nunca antes había ocurrido, Un mago en contacto con una bruja y viceversa; lo cual me lleva a pensar que lo que sabemos no es todo.

− ¿Y qué más podría haber Genevieve? ¿Que un mago y una bruja establecieron contacto? ¿Os lo imagináis? De aquella forma sí que ambos estarían perdidos para siempre. Miriam no se pensaría dos veces la expulsión y me imagino que Leandro tampoco−. Dice Caroline retocándose los labios con un brillo de labios de sabor melocotón.

−Bueno, pase lo que pase, nada nos va a librar de las clases. Así que será mejor que vayamos. No quiero llegar tarde−. Les digo intentando cambiar de tema.

Las clases, al contrario que otros días se me pasan lentamente como fruto de los nervios que afloran rápidamente en mi interior. Tengo miedo de que me descubran y me expulsen antes de poder descubrir quién soy realmente; pero también tengo miedo por Alec. Alec, a quién puse en una situación comprometida el día en que me salvó, y a quién seguí poniendo en peligro con nuestras quedadas. ¿Cómo pude ser tan egoísta? Y para empeorar todavía más el día, a última hora de la jornada lectiva, en medio de la clase de realización de pociones curativas se presentó Miriam a darnos la noticia que ya todos conocíamos.

−Como seguramente ya sabéis todas, una bruja de este colegio ha infringido la Ley de las brujas y los magos al cruzar la frontera hacia el lado de los magos. Como sabéis este acto es castigado con la expulsión; pero podría hacer una vista gorda. No obstante la situación es peor, pues dicha bruja ha activado un lugar destinado para nosotras en el lado de los magos. Estoy segura que no ha sido ninguna de vosotras, pues algo así requiere mucho poder; pero si sabéis algo os pido que me lo digáis. Ya sabéis donde encontrarme y en qué horario. Esto es todo. Ya podéis iros−. Y tras esas palabras salió del salón repiqueando el suelo con sus tacones.

A continuación de eso me dirijo a la biblioteca, en busca de algún libro sobre tatuajes mágicos, o dibujos con la esperanza de encontrar el mío. La bibliotecaria me recibe con su amable sonrisa y me indica en donde puedo encontrar libros relacionados con ese tema.

−Me imagino más bien, mi querida amiga, que lo que buscas son emblemas de aquelarres o los escudos. Cada aquelarre de brujas tiene su escudo distintivo−me explica mientras me va entregando diferentes libros que voy reteniendo entre mis manos−.Dichos escudos nos ayudan a diferenciarnos más entre nosotras; pues cada aquelarre tiene su especialidad, su toque mágico por decirlo de alguna manera, pero dime ¿A qué viene este nuevo interés?−.Me pregunta al mismo tiempo que se saca sus gafas y las deja posar sobre su cuello.

−Por curiosidad nada más y para ver si por casualidad alguno me llegase a sonar y nos diera una pista de a que aquelarre puedo pertenecer−.Respondo mostrando mi más inocente voz, la cual trata de esconder el nerviosismo.

−Entiendo. Debe ser muy duro para ti; pero estoy segura de que Miriam hallará la respuesta que tanto anhelas saber. Mientras tanto te dejo cuantos libros necesites y por ser mi alumna favorita te voy a enseñar mi pequeño rincón secreto en donde suelo leer más tranquila−con paso decidido y acelerado comienza a subir las escaleras que llevan al primer piso hasta llegar a la pared, el cual se encuentra decorado por un hermoso cuadro de un pueblo−El paisaje que ves es del pueblo de Salem, el primer pueblo de brujas. Allí fue donde empezó todo, donde la Inquisición inició su destrucción−.Luego de eso tocó una parte del cuadro en concreto, el cual se movió hacia un lado dejando ver un pequeño salón con unos sofás y una chimenea de leña.

−He oído mucho hablar de las brujas de Salem. Incluso los humanos saben lo que sucedió allí.

−No me resulta nada extraño que conozcan las historias; pues fueron los humanos quiénes formaron la Inquisición, y hoy en día los cazadores de brujas que existen son humanos también. No estoy diciendo que todos los humanos sean malos. No quiero que me malinterpretes; pero supongo que algunos son incapaces de ver que la magia no es algo malo, que no es algo asociado a Satanás. Muchos consideran algo fuera de lo inusual como algo maligno y asociado al demonio o al pecado. Ya te puedes imaginar a lo que me refiero. Fenómenos como los tsunamis, terremotos de gran escala, huracanes... lo atribuyen a que han pecado o al hecho de que al demonio se le antojó jugar. De todos modos, lo sucedido en Salem fue algo que nadie conseguirá olvidar nunca, y aún menos nosotras las brujas.

−Lo dices por el hecho a que murieron muchas brujas.

−Oh querida, no murieron brujas, murió un aquelarre entero. El aquelarre de Salem desapareció para siempre en una noche fatídica, la misma noche con la que soñamos cuando nos convertimos en brujas. Pero ahora no quiero aburrirte más. Te dejo para que investigues−. Y con esas palabras me dejó sola

Me pasé varias horas ojeando cada página de los libros en busca del símbolo que tengo tatuado, con la esperanza de encontrar respuestas, pero todo el esfuerzo fue en vano. Cansada y desilusionada salí del pequeño salón y me dirigí de nuevo a la bibliotecaria.

− ¿Estos son todos los libros existentes sobre los escudos?

−Si. Son todos los libros de los escudos actuales existentes. Me imagino que no has tenido suerte por tu cara−niego con la cabeza ante su afirmación−. Lo lamento mucho.

−No es culpa suya. Muchas gracias por todo−.Le digo despiéndome de ella y saliendo de la biblioteca camino a la habitación en donde se encuentran Caroline y Genevieve con una nueva chica la cual no conozco.

−Ya era hora de que llegaras. Te estábamos esperando para bajar a cenar. Vives más en la biblioteca que en este mundo. A este ritmo te saldrán los libros por las orejas−.Me dice Caroline−. Por cierto ella es Davinia, la compañera de Genevieve, y la gran promesa de la escuela−. Le dice a la joven de cabello castaño y grandes ojos marrones, la cual por el escudo que lleva puedo adivinar que pertenece al clan de La voisin, un aquelarre de Francia.
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