Capítulo Uno - Parte Uno "Sueños"
—Tres Años Después—
-¡Hajime!- El sonido seco de los golpes azotando la piel, el eco de los cuerpos cayendo el suelo y el polvo que se levanta, hace claro que este es un combate. Pero no un combate real, no, una prueba, con seis individuos vestidos de color blanco siendo golpeados, pateados y empujados al suelo hasta que no se pudieran levantar.
En el centro de la pequeña arena circular, se encontraba una figura de cabellos blancos, Shinigoro ahora con trece años se veía ligeramente más madura. Midiendo apenas un 1'65, su pelo algo más largo y cuerpo aun delgado se movía con gracia pero igual con potencia. Uno por uno, los seis vestidos de blanco van cayendo al suelo abatidos, y en un momento solo queda la chica en el centro, dando una vuelta y levantando polvo con su pie, evita sin ver la llegada de un oponente sorpresa al cegarle con la tierra.
Este se distrae y lanza un tajo agresivo, uno que Shinigoro es capaz de evitar rápidamente y además con gran facilidad. Con su pie descalzo pisa la hoja de la espada y la entierra al suelo y con esa acción el espadachín es forzado a tener que agacharse a su altura, estando cara a cara con la chica inexpresiva que le da con la palma de su mano en la nariz, rompiéndola.
-¡Ugah!- No tiene ni tiempo de reaccionar al sentir como una serie de hilos se le amarran a la garganta, sus ojos se abren para ver como Shinigoro tiene una serie de hojas filosas en forma de dientes de tiburón apuntadas a su cuello, estas salen de su brazo por una ranura metálica y cada diente tiene unos cuatro centímetros de longitud. Los hilos causan que algo de sangre brote del cuello, pero solo eran heridas superficiales, la mirada de Shinigoro inexpresiva como siempre.
-Suficiente- La voz autoritaria de Lord Fukuoka hace eco por el lugar, dando dos pasos al frente –Eso fue más lento que la vez anterior Shinigoro, no aceptaré que bajes tu rendimiento de esta forma-
La chica suelta al hombre y da un paso atrás, mirando al adulto antes de inclinarse hacia delante en forma de disculpa.
-Mis disculpas Lord Fukuoaka, no pasará de nuevo- Su voz sonaba segura y tranquila, aunque por dentro escondía un ligero nerviosismo.
-Eso espero, ponerme más severo contigo sería algo que consume mucho tiempo, y detesto perder tiempo- Este dice y se va caminando, Shinigoro se mantiene con la cabeza baja unos momentos más antes de erguirse.
Con todos los hombres que trataron de derribarla en el suelo, la chica solo corta los hilos de su mano derecha y con su mano izquierda, suena otros 5 hilos más (Uno por cada dedo) el cual se amarra a una baranda a unos cuantos metros de distancia, Shinigoro se impulsa y salta usando este hilo como agarre para moverse, subiendo grandes distancias en poco tiempo hasta llegar a la baranda, subiéndose antes de escalar por la pared hasta llegar al techo de la estructura.
El recinto, hogar del Clan de la Luna, era de un gran tamaño, consistiendo de un edificio central de color blanco y negro, con porches por las partes bajas de techo negro con tejas de ese color, dos pisos con varias ventanas y puertas deslizables de tela blanca entre los cuadros que estas tenían, 4 cada uno. En la cima, un techo de figuras triangulares y banderas blancas y dibujos de color morado en forma de la luna dentro.
Alrededor de ese edifico central habían varias tiendas blancas donde los miembros del Clan dormían, además de una gigantesca área donde todos entrenaban, de manera cruel se mantenían golpeando y pateando el aire por horas, junto a una serie de miembros de mayor rango que les lanzaban agujas al cuerpo, para así perfeccionar su concentración, resistencia al dolor y disciplina... Shinigoro, claro, ya había pasado todas esas pruebas y casi todos los receptores de dolor en su piel no respondían a estímulos.. Todo esto, rodeado por un muro de cuatro metros de altura hecho de concreto blanco con bordes negros, y con 8 torres alrededor con arqueros vigilando todo.
Viendo a los tipos entrenando, siente como una presencia se acerca detrás de ella, con algo de molestia solo se concentra a lo que tiene frente.
-¿Andas recordando el pasado?- Era la voz de Dakar que se empezaba a reír –Pensé que ya habías superado esa fase, ya eres una "Adolescente"-
-Cállate- Shinigoro dice, aun sin mirar atrás. El moreno flotaba ligeramente en el aire, de cabeza y de brazos cruzados, sus ojos brillando ligeramente mientras se ríe más, su lengua de apariencia serpentil haciendo que cada carcajada al final sonara con un "Js" -¿No tienes que revisar la entrada, asegurarte de la llegada de los invitados de Lord Fukuoka?-
-¿Y desde cuando yo sigo órdenes al pie de la letra?-
-Deberías, Lord Fukuoka no soportará tu insolencia- Shinigoro dice mientras se da la vuelta, observando a el chico flotando e cabeza –Y yo hablo por Lord Fukuoka en este tipo de situaciones-
-Eso crees tú, eres una muñeca en sus "hilos"- Este exclama antes de que sienta una presión alrededor de su cuello -... No aguantas un chiste- La cabeza de Dakar se cae al suelo junto a su cuerpo, separadas la una de la otra.
-Mejor guarda silencio, aunque lo veo totalmente imposible- Shinigoro dice antes de caminar lejos del cuerpo, que pasados unos pocos segundos se levanta, tomando la cabeza por el pelo y girándola para que mirara a la joven caminar lejos.
-¡Al menos ten la decencia de conectar mi cabeza a mi cuerpo de nuevo!- Dakar dice antes de voltear su cabeza hacia su cuerpo –Hola guapo ¿Quieres salir esta noche?-
Shinigoro solo suelta un bufo de molestia antes de ver a Dakar por el rabillo de sus ojos.
-Para ser un Kuma, no lo demuestras-
Kumas, seres que según cultura popular son encarnaciones de la voluntad de los dioses o de seres superiores que representan un aspecto del mundo y su naturaleza. Algunos nacían de personas corrientes al azar, otros nacían por linajes ininterrumpidos, todos venían con habilidades extraordinarias relacionadas a lo que representaban. Los Kumas no representan algo físico, también pueden significar cosas como conceptos.
Shinigoro, Kuma de la Luna y Dakar, Kuma de la Violencia además de Mónaco, Kuma del Humo
El poder de los Kumas, que se remonta hace generaciones atrás, fue siempre buscado por diferentes razones, algunas buenas y nobles pero la mayoría, obviamente no tan puras... Varios grupos se formaron, llamadas como las Triadas.
En épocas pasadas, existían docenas de triadas, pero con el tiempo, estas se fueron destruyendo las unas a las otras hasta que solo quedaron tres grandes Triadas, solo una de ellas ligeramente libre del derrame de sangre.
El Clan de la Luna es la Triada solamente dedicada a la Shinigoro, ya que fueron juntados y fundados alrededor de esta, y se ha mantenido como la más dominante por varias décadas, aunque, no la más poderosa.
Las otras dos Triadas son La Triada del Sol y la misteriosa Flota Ballenera, o Balleneros del Oeste, envuelta en incertidumbre. Las Tres Triadas, hace poco más de una década, firmaron un acuerdo de paz entre las mismas con una serie de condiciones, aunque el acuerdo en realidad tiene cientos de años, un nuevo acuerdo fue firmado por la inclusión de Los Balleneros del Oeste... El Clan de la Luna, no cumplió estas condiciones.
Shinigoro aun caminaba por los techos con su mirada fija en el horizonte, algo la llamaba hacia este... Pero fue distraída de este llamado, por las puertas abriéndose junto a una flauta soplando alto, la llamada a que estaban llegando invitados.
Con un salto, aterriza frente a las puertas levantando algo de polvo alrededor, soplándolo con una fría brisa. Aterrizando en una posición baja, alza su brazo izquierdo y lo mueve al lado con gracia, su mano derecha en su pecho, dando la bienvenida.
-Lady Chihiro, nos honra con su presencia-
-¡Bwahahahaha, Shinigoro, eres muy buena para esas entradas dramáticas!- Una voz femenina, gruesa y alta se hace notar, su dueña era una dama de alta estatura, 1'80, pelo negro que se formaba en una cola de caballo ancha y alta que se movía hacia su izquierda, ojos grises, tez clara, pecho no prominente y cuerpo aunque no marcado se notaba que era ejercitado y fuerte. –Gracias por recibirnos, chicos, por favor saluden-
Shinigoro levanta la mirada y observa como dos figuras conocidas se acercan, un chico un poco mayor que ella, de pelo blanco y ojos azules, algo más marcado y más alto, dos enormes shuriken a sus lados. El otro, era un chico de piel oscura, pelo marrón despeinado, marcas negras recorriendo todo su cuerpo y con ojos naranjas y emitía un aura del mismo color, increíblemente caliente.
-Keiku, Kinshimoro- La chica les saluda, estos solamente asienten con la cabeza, Kinshimoro con una sonrisa algo boba plasmada en su rostro a la que Shinigoro solo demuestra indiferencia.
-Un placer verte de nuevo- Keiku comenta con poca emoción, el chico a su lado sin embargo, demostraba todo lo contrario, dando unos saltos muy bajos mientras Keiko le daba ligeros codazos -Kinshimoro, cálmate-
-¿Cómo calmarme con Shinigoro aquí?- Este pregunta y da mas saltos, dando unos jabs al aire con solo milímetros entre sus nudillos y la calma cara de Shinigororo -Somos rivales, destinados a pelear, y eso quiero hacer-
Shinigoro muestra algo de enojo y su rostro lo expresa, mientras empieza a emanar un frio vapor de su cuerpo, Kinshimoro sonríe pero de forma mucho más amenazante mientras el suelta un vapor ardiente, quemando un poco el área bajo sus pies. La combinación de aire vapor frío y caliente, crea algo de agua a su alrededor, era bastante tenso.
-Suficiente, Kinshimoro- Lady Chihiro puso su mano entre ambos, y aunque la aura que los rodeaba se mantuvo por varios segundos, se detuvo en pocos momentos –En cualquier momento podrán pelear, pero no es el momento ahora-
-Sorprendentemente viniendo de ti, detener una pelea- La voz de Fukuoka se escucha, todos voltean a ver al alto hombre pálido, y Chihiro suelta otra risa rompe tímpanos ante este comentario, Fukuoka incluso cierra un ojo y se tapa un oído por el volumen –Y delicada como siempre...-
-¡Fukuoka! Un placer verte de nuevo- Ella dice y se acerca, extendiendo su mano en esperanza de recibir un apretón de manos, este obviamente, fue negado con rudeza, Chihiro suelta una vena marcada en su vena por la impotencia y molestia –Veo que aún no quieres estrecharme la mano...-
-No lo recibirás jamás, deja de insistir...- Fukuoka dice -¿A que debo esta visita? Tu carta venía con tema de urgencia-
La faceta de relajada, que a lo último se formó a una de molestia, era ahora una de absoluta seriedad, que no venía con intenciones de jugar a ningún juego. Con un cruce de brazos y un suspiro, se sopla el pelo fuera del rostro.
-Los Balleneros están muy disgustados con tu actitud, tus constantes "cruzadas" han destruido parte de su territorio- Ella comenta y saca un documento en un rollo, extendiéndolo para poder leerlo, y aclara su voz para poder hacerse entender –"Hacemos expresos de la siguiente queja dirigida de forma directa a el líder del Clan de la Luna, quien desde que nosotros, la Flota Ballenera, se han roto una gran cantidad de los acuerdos fijados por el tratado de paz entre las tres triadas, entre ellos, la cantidad de Kumas que fue acordada, que el Clan de la Luna, ha roto por añadir una tercera Kuma a sus líneas, estábamos dispuestos a perdonar esta acción, pero viendo como el Clan se ha tomado la libertad de romper varias reglas en el acuerdo, debemos presentar esta notificación de nuestro disgusto; Nosotros hemos mantenido meticuloso cuidado de seguir estas reglas a través de los años, y si no vemos que se toman acciones al respecto, tomaremos los asuntos bajo nuestras propias manos para mantener nuestro territorio, incluso si involucra romper el tratado por el cual hemos trabajado tanto para formar, esperamos una respuesta pronta, y para que sepan, no seremos intimidados"- Al terminar de leer esto, Chihiro solo puede quedársele mirando a Fukuoka, expresaba algo de preocupación, y solo ver los ojos de Fukuoka, le adelantaba la respuesta a sus temores –Fukuoka, si este trato se rompe, la guerra será inevitable, perderás mucha gente-
-Fueron entrenados para no temer a la muerte- Le responde frio, parece que lo que menos le importa, es la salud y bienestar de sus subordinados –Y todo lo que he hecho, ha sido a petición a aquellos que me pagan por mi poder y sabiduría, si hay alguien a quien culpar, es a ellos-
-Sabes que entrar a territorio de otra Triada es una violación del tratado- La chica parece fijada en convencer a Lord Fukuoka en no hacer lo que para ella sería una estupidez, una catástrofe a niveles que el Este nunca había visto –He tratado como mi padre, mantener la paz entre las Triadas, te lo ruego-
-Pensé que eras una joven fuerte y decidida como tu padre...- Este dice y levanta su mano, varios guardias los empiezan a rodear, Keiku y Kinshimoro se preparan para pelear y la mirada de la chica ahora cambia a una de sorpresa, Lord Fukuoka se empieza a inclinar hacia delante con lentitud. Shinigoro soltaba un vapor helado que haría que la sangre se helara, más humo salía de la nada, y un cuerpo se formó, revelando a Mónaco, y con un tinte rojo apareciendo bajo los pies de todos, Dakar se levanta de forma imposible, riendo en voz baja. La escena que estaba frente a Chihiro, era la de varias figuras, cuyos ojos brillaban en blanco, excepto los de Dakar, que mientras flotaba encima de todos ellos, soltaba un resplandor rojo, estando sobre ella de forma amenazante, y con la sombra cubriendo todo.
Fukuoka esta cara a cara con la chica, el hombre de casi un metro noventa se tenía que inclinar hacia delante, su rostro indiferente era un gran contraste al rostro de Chihiro, que mostraba preocupación y terror, gotas de sudor caían por su frente. Luego de unos segundos, Fukuoka pone su boca cerca de la oreja de la chica más joven, abre su boca lentamente para que ella sienta su respiración rozar su piel, dándole escalofríos, y no de la manera buena, si es que la hay...
-Mi equivocación, es inmensa...- Dice antes de poner una mano en su hombro, logrando paralizarla efectivamente –Le deseo un buen día, Lady Chihiro... Y que su día, este lleno de bendiciones-
Aunque no estaba aplicando nada de fuerza, Lady Chihiro, líder de la familia Chihiro, una guerrera habida en tantas formas, sentía como si el cuello se le cerrara de forma automática. Cuando la soltó, era obvio lo que tenía que hacer, y era salir de allí.
Sin más que decir, le hizo una seña a sus fieles Kumas para que la siguieran hacia la salida, estaba sudando gotas heladas, y sus instintos le gritaban que debía correr, pero con la poca compostura que podía mantener en ese momento, se resigna a dar un murmullo, un "gracias" ahogado por el miedo, en contraste a su personalidad activa, feliz y confiada.
-Le ruego... Que por favor, no tome una desición fatal-
Kinshimoro gruñe un poco mientras retroceden, Keiku aleja sus manos de los shurikens y sus ojos se tornan azules por instantes. La risa macabra de Dakar acentuaba la gravedad de la situación, y cuando las tres figuras estaban fuera del espacio propiedad del clan, las puertas fueron cerradas.
-¿Qué haremos con los clientes que solicitaron en esos terrenos?- Mónaco pregunta sin voltear a mirar a su patrón, quien solo se vuelve a erguir, aclaranso su garganta.
-Esos plebeyos del oeste piensan que pueden con unas simples palabras, detener el avance del Clan de la Luna, sus tontos tratados solo fueron firmados para cubrir nuestro plan de conquistar el Este por completo, como lo era en épocas de gloria, piensan que tienen control... Creo que hoy, es el día donde de verdad nos haremos oir-
Lord Fukuoka caminó hacia delante, y desenfundó su espada de su vaina, reglejando el sol de una forma que apuntaba hacia el cielo.
-Ooohhh, el jefe se ha puesto artístico. Dakar se ríe, frotando sus manos la una contra la otra y dejando su lengua de serpiente libre en el aire.
Fukuoka dejaría su pelo fluir por el viento, mientras su espada seguía reflejando el sol hacia el cielo, del otro lado de este, la luna se empezaba a asomar, haciendo que la luz de esta se convirtiera en una más potente que la del sol.
-El Este caerá en una noche eterna por nosotros- Dice mientras el azul sobre ellos se torna cada vez más oscuro –El Clan de la Luna será la Triada que gobernará suprema sobre el Este, nuestra sabiduría será extendida por generaciones hasta la eternidad-
-¡Tsuki no ichizoku o nagaku ikiru!- Sus subordinados gritan al aire, rugiendo más tarde con gritos de guerra, Dakar solo se reía al aire, Mónaco y Shinigoro mantenían la compostura y se cruzaron de brazos al mismo tiempo.
-La Guerra será declarada mañana, oficialmente, empieza la cruzada por la conquista- Al Voltear, a verlos a sus seguidores, la luna ya estaba encima de ellos, brillando en todo su explendor -¡El Clan de la Luna, reinará!-
-¡Reinará!-
---
Llovía, mucho, por todos lados.
El suelo estaba lleno de fango, le llegaba a las rodillas, se sentía incapaz de moverse un centímetro. Los truenos, que se detuvieran los truenos, le hacían pensar que sus oídos estallaban.
"¡Recuerda quién eres!"
La voz... Le sonaba tan conocida, pero tan distante.
"¡No eres una asesina!"
¿A qué se refiere?
"¡Shinigoro, este no es tu destino!"
¿A qué se refiere, a qué se refiere?
"¡Yo se donde está, puedo llevarte!"
El aullido de cuatro lobos, se escucha por delante, detrás, y a cada lado, los truenos eran más altos.
"¡Yo sé dónde está tu...!"
---
Y despertó, a la mitad de la noche... Shinigoro despertó, sentnadose rápidmente, su cabeza le dolía mucho, y afuera estaba lloviendo... Un sueño, una extraña pesadilla, había pasado mucho desde que había tenido una de esas, supone que los truenos la incentivaron...
¿Este no era su destino? Que específico... Pero no le daría mucha importancia, mañana, empezaría la conquista, la cosa por la que había entrenado por tantos años, mañana podría empezar a demonstrar su valor.
Lord Fukuoka estaría orgulloso de ella, ese sentimiento de vacío saldría de su pecho.
Sería, magnífico.
Magnífico...
*
*
*
*
*
*
*
*
.
.
.
.
.
Lady Chihiro:
Keiku:
Kinshimoro:
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top