TW ⚠️⚠️ tortura y abusos sexuales a menores narrado de manera explícita, se recomienda discreción ⚠️⚠️

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Estaba siendo llevado con unas cadenas, descalzo y semidesnudo, siendo solo su cabello pelirrojo lo que le cubría la gran parte de la cara.

Sus ojos morados vacíos veían a la gente, que cantaba victoria por una supuesta guerra que habían ganado, y sobre que habían tomado varios prisioneros.

El no siquiera debería estar aquí, el no tenía la culpa de los pecados de los otros hombres, humanos, si es que se les puede llamar así.

Los odiaba.

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El viejo empujaba su arrugado pene dentro suyo, se sentía tan sucio, tan asqueroso, en especial por los sonidos que salían de su boca.

El anciano agarro si cabello, obligandolo a mirar arriba, lágrimas escurrían de sus pálidas mejillas.

Se sentía asqueroso, lo repetiría de ser necesario.

Asqueroso.

Asqueroso.

Asqueroso.

Asqueroso.

Asqueroso.

Asqueroso.

Asqueroso.

Asqueroso.

Asqueroso!

Pero más asqueroso era el anciano que estaba apunto de correrse dentro suyo, un sucio, un cerdo gordo, estúpido y pervertido, que ante la más mínima debilidad que veía, se aprovechaba de ella.

Dylan O'Connor, se siente sucio y horrible a sus tiernos siete años.

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Golpeaba el martillo contra el mismo cerdo de lo había violado dónde años antes, ahora con nueve, no dejaría que lo volviera a hacer.

Es una lastima que un soldado lo viene cometer el homicidio y se lo llevase.

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<< Los esclavos no necesitan dos ojos>>

Eso había dicho el hombre mayor ante el niño pequeño de nueve años que había cometido homicidio.

Acercó un cuchillo pequeño hacia su carita blanca cuál porcelana, lo paso lentamente por sus pequeñas mejillas, y lentamente lo introdujo en el ojo.

Los gritos del pequeño no se hicieron de esperar, suplicando que parará, pidiendo perdón, que no lo volvería a hacer, que no volvería a cuestionar lo que los demás le decían, pero que, porfavor, parase.

No lo hizo, sintió molestia ante los gritos del menor y le arrancó el ojo sin vacilar.

Dylan O'Connor a sus nueve años, siente mucho dolor

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Con quince años y un parche en el ojo, odia a todos.

Odia su vida, a los soldados, a los mayores, su único consuelo es el hecho de que sabe que algún día podrá escapar.

No sabe cuándo, no sabe dónde, peor lo va a hacer.

Está decidido.

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<<Una salida>>

Eso era lo que veía con su único ojo, una oportunidad.

Libertad.

Todo estaba planeado desde cuatro días antes, ahora estaba sirviendo comida y le dejaron descansar, era tarde por la noche y seguramente los centinelas de la entrada están borrachos o durmiendo.

Corrió, corrió como nunca antes lo había echo, corrió por el bosque cercano, corrió por dónde le llevan el viento, corrió incluso cuando sus pies sangraron por pisar objetos filudos, corrió hasta el amanecer.

Cuando paro, se sentó en un valle lejano y diviso el sol.

Tan brillante y calientito, le encantó esa sensación, la adoró.

Después de muchos años volvió a sonreír, sintiéndose en paz, sintiéndose relajado.

Sintiéndose libre.

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Es como la segunda vez que escribo algo así, no sé cómo me quedo.

O mamucha, buenas noches :D