Queen
††El Último Espíritu††
Arco 3: Un presente de pesadilla.
Saga: Holocausto.
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Capítulo 0: Una promesa rota.
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Siempre estaremos juntas... Kurumi-san...
Ara, Ara, no me amenaces... ¿En verdad, no puedes volver a ser un gato?
Eres muy cruel... Yo valgo, más que un gato, maldita sea...
Conversando fuera de una capilla, se hallan 2 chicas, una de vestido rojo/azabache, unas armas antiguas, ojos heterocromáticos, rojo y dorado, con un reloj de manecillas, dentro de ese; además, de poseer un cabello oscuro, atado en 2 coletas, que matizan su piel color porcelana... La otra es una chica, con cabello albino, que le llega a la cintura; ojos en color azul pálido y un vestido blanco, Conformado por 2 piezas, falda tableada y vestido larga.
Se trata, de la portadora del ángel Zafkiel, la chica conocida como Nigthmare:
Tokizaki Kurumi, o al menos un clon de ella.
(Imagen simbólica).
La otra es, una Cuasi-Espíritus... La cual, no posee recuerdos de su pasado:
Hibiki Higoromo.
(Imagen simbólica).
Luego de la Battle Royale, que tuvo lugar en el mundo vecino, acabando con cada una de las Cuasi-Espíritus y posteriormente, luchar contra Queen; la cual, no solo era la espíritu más fuerte del lugar o quién organizó, todas esas peleas, para divertirse, sino también, la que más odiaba a Kurumi.
(Imagen simbólica).
Luego de la feroz contienda, en donde logra herirla levemente, Kurumi consigue alzarse con la victoria; en contraste, la reina blanca que se encuentra agonizando, revela que es su mejor amiga, Sawa Yamauchi.
(Imagen simbólica).
Entendiendo lo que hizo, se arrodilla junto a esta, mientras la vida de quien fuera Queen, se va lentamente, de aquel mundo; luego de esto, sale de la capilla, donde ve la chica que conoció al inicio de su odisea.
Comenzando su viaje, a través de todos esos mundos caóticos, aventuras, experiencias de lo más peligrosa y forjando lentamente, una amistad casi inquebrantable; el dúo alcanza sus metas, Hibiki consigue vengar la muerte de su amiga, valiéndose de la posesión de los espíritus, controlando así a Kurumi.
Esto podría decirse, fue aquello que rompió la confianza de Nigthmare, hacia esta, pero en cierto modo comprendió sus razones; en menos de 4 años, Kurumi logró hacerse con el poder necesario, para salir de ese mundo.
Por medio de la absorción de almas, está se pudo transportar, a la ciudad de Tengu, con su ahora amiga, quien la ha seguido, desde el inicio de su viaje; feliz por su proeza, sale corriendo hacia la casa de su amado, aquel de quién se enamoró profundamente, desde su altercado en la preparatoria Raizen.
Habiéndose planteado el deseo, de volver a verlo, en el festival en Tanabata, Kurumi se va rumbo a la casa de Shido, siendo seguida por Hibiki, finalmente llega a su destino, la emblemática mansión de los espíritus; pero más preciso, la residencia Itsuka, sin dudar un segundo, toca desesperada la puerta, en busca de ver a su amado, cosa que no pasa, viendo que no hay respuesta, la parte en 2.
Kurumi: Shido-san, ¿dónde estás?... Regresé como te lo prometí -dijo, moviéndose hacia la sala.
Al ver qué no hay respuesta, corre por toda la casa, buscando alguna señal o pista de su amado; en eso, llega a su habitación, la cual está completamente arreglada, moviendo a su alrededor, acaba sentándose en la cama.
Kurumi: ¿Dónde estará? -sé preguntó, antes de fijar su atención en un folder.
Kurumi: Shido-san, después de tanto tiempo la conservaste -sé dijo, llorando de felicidad, al ver la foto que se tomaron en Tanabata.
(Imagen verídica).
Kurumi: Mi amor... Al fin, podremos hacerlo realidad, casarnos y ser muy felices -sé dijo, acariciando la foto.
Irradiando felicidad, Kurumi da vueltas por toda la habitación, en su sueño y mundo, sin nada más que ver a Shido; sin embargo, ante su dicha, entra Hibiki, quien lleva entre sus manos, una hoja de papel serigrafiado.
Hibiki: Tienes que ver esto -dijo, sería y con algo de nerviosos, dándole el papel.
Apenas ve la invitación a la boda de Shido y Tohka, Kurumi enloquece, despedazando la fotografía, para luego arrastrarse en la cama y tomar una almohada; sollozando, por todo el dolor que siente, se abraza a esta con algo de fuerza, mientras repito una y otra vez, el nombre de su amor perdido.
(Imagen simbólica).
Kurumi: Eso no es justo... Yo hice todo por ti, quería ser tu esposa, creí que me esperarías, Shido-san... Esto jamás, te lo perdonaré, voy a matarte -balbuceó, entrando en un estado de locura.
Hibiki: No vale la pena Kurumi, si él no supo valorarte, fue por idiota -intervino, mirando a la pelinegra.
Kurumi: No, Shido-san me lo prometió... Por eso, hice lo imposible por volver, yo lo amo, sé que él me ama... Cuando él me vea, yo sé que recapacitara -respondió, con la voz muy quebrada.
Hibiki: Si esa es tu decisión, vámonos de una buena vez... No es lejos -expresó, tomando la mano de Kurumi.
Recomponiéndose, las 2 salen corriendo a la calle, para ir de inmediato a la iglesia, donde se celebra la ceremonia nupcial; en eso, una horda de sombras, aparece por todas partes, cosa que preocupa a la Hibiki.
Hibiki: Esto está mal... ¿Qué, están haciendo estos espectros aquí? -preguntó, tapando su cabeza.
Kurumi: ¿Espectros? -preguntó de vuelta.
Hibiki: Son los seres más nefastos, que haya conocido... Asesinan a los seres vivos, con el fin de robarles su fuerza vital y alma... Solo sé eso -respondió, colocándose a su lado.
Kurumi: No importa, apenas lleguemos a la iglesia, tomaremos a Shido-san y nos iremos los 3, lejos de aquí -dijo, con una sonrisa.
Moviendo entre las miles de sombras que se manifiestan en todas partes, Kurumi mata a cuando espectro, obstaculiza su camino; por más de 30 minutos, se la pasan eludiéndolos, hasta que finalmente, llegan a la iglesia.
Kurumi: Al fin llegamos... No, puede ser, está destruida, llegamos tarde... Tengo que hallar a Shido-san -dijo, caminando entre la pila de escombros y cadáveres.
Llegando hasta el altar, Kurumi se detiene al ver algo que le rompe el corazón, contempla a su amado, tomando las manos de Kotori, la cual esboza una gran sonrisa; presenciando, como se unen en matrimonio, esta aprieta el puño, mientras el impulso de acabar con sus vidas, invade sus pensamientos.
Kurumi: No, puedes hacerme esto -dijo, con pesar en su voz.
Viendo como Shido, se desvanece en brazos de Kotori, abandona la iglesia, sollozando y maldiciendo al par de enamorados; primero Tohka, ahora Kotori, eres un mentiroso, eres un infeliz traidor... ¡¡¡TE ODIO!!! -gritó, llena de rabia, mientras destroza una columna.
En el cielo, Hibiki observa la feroz contienda que tiene lugar entre las chicas y una horda de sombras; aterrada, se oculta debajo de un tejado en ruinas, en eso logra ver a su amiga llena de lágrimas y pesar.
Hibiki: Kurumi... ¿Qué tienes? -preguntó, un poco preocupada por ella.
Kurumi: Vámonos -respondió, llorando.
Comprendiendo sus sentimientos, solo se la lleva del lugar, caminando sin rumbo, las 2 llegan hasta el mirador de Tengu, antes que pueda preguntar algo, una cúpula se alza en media ciudad; viendo esto, Hibiki empieza a mover por los hombros a su amiga, quien la ve con ojos muertos, a punto de ser tocadas por la energía espiritual, una fémina en rojo las transporta, al otro extremo de Tengu.
(Imagen simbólica).
Cayendo de golpe al piso, Hibiki y su amiga, quien sigue con la moral baja; solo miran, a la persona que las salvo.
Hibiki: ¿Quién eres? -preguntó.
???: No me hables -respondió, con enojo.
Kurumi: ¿Qué quieres? -preguntó, triste.
???: Quiero que sirvas en mi ejército, se una de mis espectros -respondió, tajante.
Kurumi: ¿Qué ofreces? -preguntó, sin ánimo en su voz.
Hibiki: Kurumi... No puedes confiar así nada más, en ella -interrumpió, con enojo.
Kurumi: Que más da... Mi razón de vivir, ya no existe -respondió, indiferente.
???: Yo, puedo quitarte ese dolor -intervino, con una sonrisa alegre.
Kurumi: ¿Qué debo hacer? -preguntó.
???: Mata a tu amiga... Corta este vínculo, el cual te encadena a este mundo -respondió.
Hibiki: ¡Claro que no haría eso!... Kurumi y yo, somos grandes amigas, inseparables, es claro que nunca... -replicó, indignada, antes de escuchar el martillar de un arma.
Hibiki: ¿Qué haces, Kurumi? -preguntó, con la mirada desencajada.
(Imagen simbólica).
(Amenización de esta parte †, hasta ††)
†
Al voltear, ve a su amiga apuntándole en la cabeza, con una mirada llena de dolor y un toque de tristeza; aterrada, se mueve entre ambas, pensando que no es a ella a quien le apunta, pero Kurumi la sigue con el arma.
Hibiki: Somos amigas, yo te quiero... Esto es una broma, ¿verdad? -preguntó, sonriendo de forma nerviosa.
(Imagen simbólica).
Kurumi: Tú y yo, no somos amigas, solo eres mi sirvienta... Acaso, ¿no fue así, como tú te declaraste? -preguntó, con rencor.
Kurumi: Además, no olvido como usaste mi cuerpo para vengarte -añadió, enojada.
Con dolor en su corazón, Hibiki solo la mira fijamente, antes de agachar la cabeza; entre tanto, Kurumi la ve indiferente.
(Imagen simbólica).
Hibiki: Siempre planeaste matarme... Jamás, fui nada para ti, solo una sirvienta, una cosa desechable... ¿Verdad? -preguntó, triste.
Kurumi: Yo te lo dije, cunado nos conocimos Hibiki... "No confíes en nadie" -respondió, ya con su arma lista a disparar.
Hibiki: No quiero morir -dijo, cayendo sobre sus rodillas, mientras llora sin parar.
(Imagen simbólica).
Kurumi: Descuida... Tu muerte será rápida, por nuestra amistad, jijiji -respondió, alegre y con una mirada psicópata.
¡¡¡Bang!!!
Un disparo y la vida de Hibiki es cegada, las imágenes de sus aventuras y cosas que vivió junto a la pelinegra vienen a su mente; cosa, que le arrebata una sonrisa amarga, pues al ver lo que le hizo, entiende todo...
Hibiki: Tus palabras educadas, el hecho que toleraras mis idioteces, solo fue una mentira bien elaborada -dijo, recordando el día en la playa del limbo.
(Imagen simbólica).
Hibiki: Cuando me llamabas tú amigas, solo fue una asquerosa mentira -expresó, cuando recordó el día que Kurumi la llamo así.
(Imagen simbólica).
Hibiki: El día, que me defendiste de aquellas Cuasi-Espíritus, diciendo "No van a lastimar a mi amiga"... ¡Fue una maldita farsa! -gritó, recordando aquella escena.
(Imagen simbólica).
Hibiki: Espero obtengas, lo que deseas, pues yo sí, te quiero... Amiga -añadió, débilmente antes de desaparecer.
???: Al fin de calló -interrumpió, con algo de fastidio en su voz.
Kurumi: Ya hice lo que me pediste, ahora ya liberarme de mi dolor -dijo, sería.
???: No sé dé que hablas... Yo dije, que puedo librarte de tu dolor, pero debes volverte uno de mis espectros; por eso, debías matar a esa chica, era un lastre, ya no tienes nada que te ate a este mundo -respondió, de forma muy burlona.
Cayendo en cuenta de lo que hizo... Kurumi, se deja caer al suelo, gritando por lo que le hizo a su única amiga; comienza a soltar de su cuerpo, una energía oscura tremenda, la cual hace que se invierta al instante.
(Imagen simbólica).
Kurumi: ¡¡¡QUÉ ME HICISTE HACER!!! -gritó, llena de dolor.
???: Yo... Solo te dije que hacer... Tú fuiste, la que jaló el gatillo... Este es el precio a pagar, por romper tu promesa -respondió, viéndola con mucho sadismo.
††
Fin del Capítulo.
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