Parte 2

††El Último Espíritu††

Arco 2: Un pasado caótico.

Saga: Holocausto.
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Capítulo 0: Derritiendo el metal, en tu corazón.
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1 año de edad...

Entrenando en una sala privada, está una bella mujer rubia, con un traje de cableado color plata; moviéndose, por todos lados, despedaza todo lo que se aparece en su trayectoria.

María: Felicidades Ellen, de nuevo un récord perfecto -dijo, desde la pantalla en uno de los muros.

Ellen: No es suficiente -respondió, un poco seria.

Siguen con su entrenamiento, observa de reojo, a un bebé con una pijama de borrego, chupón y posición de gateo, mirando fijamente a Ellen; está, solo lo ignora, mientras continúa con sus maniobras de combate, apenas acaba su práctica, este se va gateando.

Ellen: Es la quinta ves, que se aparece por aquí, es curioso, pues el no viene siempre -dijo, secándose el sudor con una toalla.

María: Nada de curioso, cuando viene es porque lo están cuidando las chicas y se les escapa... Salvó cuando lo tiene Kotori, Natsumi o Mana, quienes si le prestan toda su atención -respondió, un poco sarcástica.

Justo en ese momento, se escucha una llamarada que estremece toda la nave, seguida por un temblor; lo cual, hace estremecer hasta la misma Ellen, pues sabe bien, quien es la responsable.

???: ¡¡¡CÓMO QUE SE LES PERDIÓ, ES LA QUITA VEZ!!! -gritó, una iracunda voz, haciendo eco en todas las salas.

???: ¡Lo sentimos, Kotori!, no sabemos cómo, pero él se escapó -respondieron asustadas, varias voces femeninas.

Siendo atraído por el griterío, Álex se mueve a través de los ductos, llegando a los pies de Mukuro; una vez ahí, solo se sienta y comienza a aplaudir, para tratar de llamar su atención.

Mukuro: Ah... ¿Qué?, perdona que no te haga caso pequeño Nushi-sama, es que, ahora te estamos buscando -dijo, viendo tiernamente, para luego darle la espalda.

(Imágen verídica, así lo miro).

Todas: ... -anonadadas, ante el nivel de torpeza de su amiga, se les ve una gota de sudor, recorriendo su frente.

3

2

1...

*Volteándose de golpe...

Mukuro: ¡¡¡Pequeño Nushi-sama!!!, ya apareció... Muku lo encontró -expresó, tomándolo entre sus brazos.

Todas: No... ¡¿En serio?! -respondieron sarcásticamente, moviendo la cabeza en señal de frustración.

Kotori: No se si enojarme o reírme, es claro que no hay algo bien, dentro de la mente de esa chica -susurró, con un poco de sarcasmo.

Reine: Según los resultados arrojados, por su último examen, todo parece ser normal -respondió, mirándola sería.

Kotori: Define normal -expresó, con la mano sobre su frente.

Olvidándose de las torpezas de Muku, las demás se acercan, para abrazarlo y besar al travieso bebé; mientras, en la entrada de la habitación, puede verse a Ellen, espiando en una esquina.

(Imagen simbólica).

María: ¿Por qué, no entras?, es claro que te preocupa, Álex -preguntó, con una voz adorable.

Ellen: No, es mejor así... Además, las otras ya lo están cuidando, yo no soy importante para él -respondió, antes de alejarse del lugar.

María: Claro, sigue engañándote, pero un día se que lo admitirás -se dijo, con una sonrisa en el rostro...

Luego de ese día, Álex siguió visitando a la rubia, en sus sesiones de práctica, la cual comenzó a acostumbrarse a su presencia; por su parte, las chicas casi siempre corrían de un lado a otro, en busca del pequeño "angelito", que no dejaba de dárseles a la fuga.

Las únicas, que notaron el patrón del pequeño, fueron Kotori y Natsumi, las cuales o lo vigilaban desde la puerta o en el monitor del puente; día tras día, el pequeño se la pasaba admirando a la Wizard más poderosa, mientras se lucía con sus movimientos de lucha.

Sin saberlo, aquella mujer solitaria y de corazón endurecido, empezó a ver a ese pequeño risueño, más que como una compañía en sus prácticas; pues, casa día que pasaba, un sentimiento ajeno a ella, comenzó a germinar en su interior... La rutina de Álex, iba de observarla en silencio, hasta el final de su sesión; apenas, Ellen tomaba su toalla, para secarse el sudor, el bebé aplaudía feliz, antes de irse gateando, hacia los ductos de ventilación.

Lo que antes fueran, encuentros de lo más casuales, se convirtieron en algo de rutina, para ambos; aunque Ellen, jamás cruzaba palabra con Álex, sólo verse, les hacía muy felices a los 2...

Mirando desde el puente de mando, la comandante chupaba su clásica paleta de caramelo, mientras veía a todas las chicas corriendo, revisando e incluso, limpiando la nave; sin previo aviso, la analista Reine y Kozue aparecen a sus espaldas, con un pastel de chocolate y unos vasos de leche, los cuales dejan encima de la mesa, al lado de su silla.

Kozue: No sea mala comandante, ellas están buscando a Álex, desde hace ya, 1 hora... Debería decirles, donde está el pequeño -dijo, con mirada sería.

Reine: Eso aplica, desde hace más de 5 semanas, Kotori ha sabido a dónde se va Álex, cada vez que desaparece... Yo les voy a decir -expresó, algo enojada.

Kotori: Ellas, se merecen este castigo, debieron decírmelo desde la primera vez que desapareció... De no ser, por María, yo estaría muy preocupada de su paradero -respondió, ofreciéndoles un trozo de pastel.

Reine/Kozue: ¿Nos estás sobornando?, eso está.../Acaso, ¿son fresas naturales, las que veo ahí? -preguntaron, con un par de estrellas en los ojos.

Kotori: Claro que no... Sólo, quiero ser linda con mis mejores elementos, a las que más quiero; es un regalo, por ser tan eficaces, leales y sobre todo, mis mejores amigas -respondió, viéndolas dulcemente y con su voz de imoto.

(Imágen simbólica).

Reine: Pero no es... No puede ser, eso es, ¿chocolate Alemán? -preguntó, con lágrimas de felicidad en los ojos.

Kozue: Pero ellas son tus hermana, si no decimos... No puede ser, ¿Acaso, es de triple leche? -expresó, con la boca abierta, por la impresión.

Kotori: No se preocupen... Les diré, en un rato, nomás que terminen de lavar los baños... O acaso, ¿quieres lavarlos, Kozue?, recuerdo que está semana te tocaba a ti y Reine, según se el día de hoy, te tocaba inventario de todos los suministros -respondió, dejando ver su mirada maliciosa.

(Imágen simbólica).

Reine/Kozue: Lo que no sepan, no les hará daño -expresaron, tomando otro trozo de pastel y sentándose a un lado de la silla de Kotori.

Kotori: Sabía que recapacitarían, por la amistad -dijo, alzando su vaso para chocarlo a modo de brindis.

Ambas mujeres, siguen su ejemplo y chocan sus vasos, para después seguir desgastando su postre; al otro lado del monitor, aparece Ellen terminando su práctica... Pero algo en la imagen, les hace voltear a las 3 chicas, apenas ve que Álex se dirige al ducto, la rubia se acerca, para cargarlo; incluso el bebé, se muestra extrañado, aunque ello, no le desagrada en absoluto.

Ellen: Eres un bebé muy lindo, vienes cada día a verme, aunque no tienes la obligación... Lo que te diré, será entre tú y yo... Te quiero Álex, se que no soy muy expresiva, pero tú compañía, me haces muy feliz -dijo, frotando su cara contra la de Álex, mientras lo mece en sus brazos, de forma gentil.

Álex: Ellen... Adeptus... 1... -respondió, retozando en sus brazos.

Ellen: Mi pequeño espíritu -dijo feliz, besándolo y mimándolo.

Álex: Te... Quiero... -respondió alegre, para luego besarla en la mejilla.

Ante el gesto, Ellen finalmente abre su corazón y lo abraza con mucho amor, además de mecerlo dulcemente; luego de esto, lo besa una vez más, antes de colocarlo en la entrada del ducto.

Ellen: Nos vemos mañana, a la misma hora, mi pequeño espíritu -dijo, antes de guiñarle un ojo.

Apenas escucha esto, Álex voltea, para luego sentarse y quedarse viendo a los ojos; agitando los brazos, le sonríe con dulzura, para luego liberar un poco de su energía espiritual... Apareciendo en las manos de Ellen; un colgante, con la forma de un rombo azul, lo cual hace que derrame, una lágrima de dicha.

Álex: Es... Una... Ci... Cita... -dijo, antes de voltearse y meterse en el ducto.

Ellen: Niño lindo, estaré esperándote, para nuestra cita -respondió, viéndolo un poco sonrojada y sonriendo.

(Imagen simbólica).

Desde el puente, 2 chicas miran de lo más conmovida, lo que sucede dentro de la sala de práctica; sin embargo, un sentimiento de celos y enojo, brota de sus corazones, contra la rubia.

Kozue: No es justo, yo siempre me la paso concintiéndolo... A mí nunca, me ha hecho un regalo -replicó, azotando la mesa con sus palmas.

Reine: ¿Por qué, pequeño Shin?, no es justo... -expresó, con el ceño fruncido.

Sin embargo, un calor asfixiante, se va manifestando en el puente, haciendo que ambas volteen al instante; apenas miran a Kotori, comienzan a sentir un terror extremo, debido a su rostro.

(Imágen verídica).

Kotori: No bromees conmigo... A mí, nunca me has dado ni un dulce, me la eh pasado en vela, procurando todos tus alimentos y mimándote... Pero, a ella hasta un collar de fantasía, le has dado... Alexander -expresó, con ojos diabólicos y llenos de furia.

Reine: Ah, Kotori... Ese collar, no es de fantasía, es un diamante... -intervino, callándose ante la mirada mortal de la comandante.

Kotori: ¡¡¡QUEEEEÉ!!! -gritó iracunda, mientras llamas brotan de su cuerpo.

En toda la nave, aquel gritó estremece las salas y a todas las chicas, las cuales al reconocer la furiosa voz, empiezan a limpiar más rápido; por su parte, en el puente Reine y Kozue, se acercan a la pelirroja, para evitar que se vaya y haga una tontería, debido a su furia.

Reine: Cálmate, no te dejaremos irte, hasta que te calmes -dijo, colocándose detrás de ella.

Kozue: Comandante, solo es un collar, seguro que sólo quiso ser lindo, no es para tanto -añadió, parándose delante de Kotori.

No obstante, toda esa ira amaina, en cuestión de segundos; dejándola con una sonrisa amigable, pero sombría.

(Imágen simbólica).

Kotori: Tranquilas, ya se me pasó todo el enojo... Solo quiero ir a mi cuarto, a esperar a mi bebé, con todo mi amor y con... ¡¡¡UNA IRÁ ASESINA!!! -exclamó, colérica antes de salir corriendo.

Altavoces: ¡Suéltenme, voy a matarlo!, esto no se quedará así -gritó Kotori, de lo más molesta, mientas forcejea.

En toda la nave, solo se manifiesta un miedo generalizado, pues al no saber que pasa, piden no ser las próximas en recibir la furia de Kotori; mientas, con Ellen, está se coloca el collar, para luego caminar a través de los pasillos, llena de felicidad y un leve sonrojo.

Continuará...

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