María

††El Último Espíritu††

Arco 2: Un pasado caótico.

Saga: Holocausto.
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Capítulo 0: El sueño de una chica cibernética.
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Dentro del Flaxinus, una chica virtual cuida de un niño de 5 años de edad, ya que las demás espíritus salieron a una misión de reconocimiento; salvo por, la analista Reine y su madre biológica Kotori, no hay nadie más, que ese raro duo, los cuales solo platican entre sí.

A veces, la forma en la cuál, algo que anhelamos, nos llega de la forma más extraña y a veces, inesperada; podría decirse, que esté sería el caso de una IA, con alma de de ser humano...

Álex: María, María, ¿quieres jugar al escondite? -preguntó muy alegre.

María: Hoy no pequeño, no se porque, pero no me siento al 100% -respondió, con voz triste.

Álex: Dime que te pasa, tú no eres así María... ¿Algo te preocupa? -preguntó, acercándose monitor.

(Imagen simbólica).

María: No es nada Álex -dijo con una sonrisa forzada.

Álex: María... -respondió, haciendo un puchero.

Incapaz de seguir ocultando todas sus emociones, se desconecta lada volver a la bocina de la nave; cosa que enoja mucho a Álex, el cuál agita las manos para invocar una especie de libro.

María: ¿Rasiel?, pero eso es imposible, no tiene sentido... ¿Cómo hiciste eso, Álex? -preguntó, muy sorprendida.

Álex: Vuelve al monitor y te diré todo al respecto -respondió, cruzándose de brazos.

María: No cabe duda, eres digno hijo de Kotori... Manipulador, a la máxima potencia... Jajajaj, tu ganas -dijo feliz, antes de volver a la pantalla.

Luego de acceder a su petición, María se materializa en forma de holograma para hablar de cara a Álex; el cuál, la quiere tomar de la mano, pero debido a ser un ser virtual, es algo imposible.

Apenas la voltea a verla, Álex nota la tristeza de la IA, quien ladea el rostro, tratando de ocultarselo; apenas, trata de decir algo, en niño se aparta, hasta colocarse frente al monitor.

Álex: Ya entendí lo que tienes, siento mucho haberte lastimado -dijo triste, mientras deja escapar una lágrima.

María: Sabes, eres igual a Shido, notas la tristeza de las personas, incluso si tratan de disimularla -respondió, con nostalgia.

Álex: ¿Mi padre notaba eso?... Bueno, como sea, no debí ser tan insistente, lo siento... -dijo apenado y con un rubor en las mejillas.

María: No fue tu culpa, se que no lo hiciste con mala intención -respondió, colocando su mano holográfica, junto al rostro del pequeño.

Luego de eso, María le pide a Álex que la siga hasta el comedor del Flaxinus, donde ambos comienzan a platicar, de risas a llantos, de tristeza a alegría, es una montaña rusa emocional; a pesar, de ser una IA, ella ha desarrollado sus emociones, pues en cada palabra hay una pequeña dosis de sentimientos o expresiones, muy humanas.

Álex le cuenta, lo solo que se siente en ocasiones, que pese a estar con todas sus tías, siempre ha deseado un amigo o amiga de su edad; mientas, María le comparte todo el dolor que ha llevado dentro, por ser artificial, por carecer de un cuerpo físico, uno real.

María: A veces, quisiera saber, como se siente el viento, tocar con mi mano la pantalla, probar el sabor del helado de chocolate, oler la comida... Tal vez, sean cosas triviales, pero es algo que desconozco, algo que anhelo llegar a experimentar -dijo, con el rostro lleno de tristeza y la mirada vacía.

Álex: ¡Para nada es trivial! - exclamó, muy molestó.

María: Álex... -respondió, impactada.

Álex: Para mi, para mis tías, inclusive para mamá, son cosas triviales, pero contigo es diferente... No conoces esas sensaciones, es normal que tú desees saber cómo son -dijo, sentándose aún lado de ella.

Álex: Pero... Con el poder de mis tías, pidieron haber creado un cuerpo para ti, incluso siendo artificial, estoy muy seguro que podrías sentir todo, lo que has deseado - añadió serio, colocando su mano en su hombro.

María: Eso deseaban hacer, Kurumi y Nia, pero tras la guerra con Westcott, tuvimos que esperar 3 años para... Al menos, esa fue la idea, hasta que Sia Tohka se manifesto y destruyó a todo Tengu y la humanidad -respondió, con odio en su voz.

Álex: Esa maldita... Cómo aborrezco a ese pedazo de porquería... -dijo, muy enojado.

María: ¡Alexander!, que te dije, de ese vocabulario -replicó, interrumpiendo su ofuscación.

Álex: Perdón -dijo, bajando la mirada.

Luego de su episodio, ahora es Álex el que retoma la plática, desglosando su capacidad, para usar a Rasiel, además de otros ángeles pasivos; lo cual, deja sin palabras a María, pues eso quería decir que poseía los poderes de todas las espíritus que sello Shido, salvó la misma Kurumi, que en esta realidad, jamás se dejó besar por su padre.

María: Álex... Eso es asombroso, pero, ¿por qué callaste? -preguntó, un poco herida.

Álex: Eto 👉👈, me daba un poco de vergüenza, pues cuando les dije sobre mis poderes de Camael... Se la pasaron abrazándome y besándome, como un peluche, toda la semana... -respondió, muy sonrojado.

María: Jijiji, siendo así, creo que te voy a perdonar... Tus tías, pueden ser muy "efusivas" -expresó, guiñándole un ojo.

Álex: Y que lo digas, mi tía Miku, casi siempre se la pasa besándome en las mejillas y a veces repegándome sobre su pecho -respondió, sonrojándose un poco más.

María: Lo se, Miku es todo un caso y se lo pervertida que es -dijo, dándole una sonrisa juguetona.

Volviendo a su semblante triste, María se aleja un poco, para poder observar por una de las ventanas; pese a no ser un panorama agradable, la IA trata de tocar el vidrio, pero su mano tan solo se desvanece, causándole frustración.

María: Lo que daría, por poder tocar, este... !Maldito vidrio! -murmuró, con algo de enojo.

Álex: Sabes que... Esa maldita de Sia Tohka, ya nos fastidio suficiente, no voy a permitir que además de todo, te arrebate tu sueño... !Eres mi amiga, yo ye daré eso que deseas! -gritó molesto, para luego invocar a Rasiel.

María: ¿Que harás? -preguntó, algo inquieta.

Álex: No te muevas, solo tomada unos minutos -respondió, animado.

Desplegando también al ángel Haniel, Gabriel y Michael, Álex rodea a María con un círculo luminoso: cambiando el color marrón de sus ojos, por uno dorado, su cuerpo se llena de energía espiritual, la cuál envuelve al IA.

Pasando por el lugar, va Kotori junto a Reine, que le llevan un pastel con algo de helado; mientas, siguen avanzando por el pasillo, la analista se percata de la fuerte energía que hay en la nave.

Kotori: Espero que le guste a Álex, lo prepare con mucho amor... -dijo, con una mirada alegre, antes de ver lo que pasaba en el comedor.

Reine: ¿Ese es Rasiel? -preguntó, muy impresionada.

Kotori: Si eso te sorprende, no se que harás, cuando veas a los 3 angeles a su lado -respondió, dejando el pastel en el piso.

A medida que la energía espiritual va condensádose en la sala, Álex empieza a tambalearse; al ver esto, Kotori trata de ir con él, pero antes que pueda dar un lado, es frenada por Reine.

Kotori: ¿¡Que te pasa?! -preguntó, muy molesta.

Reine: Sabes bien, que sin importar lo que hagas, no podrás detenerlo... Álex, ya tomó su desición, solo complicarás las cosas, debes confiar en el, espera a que termine -respondió, con su clásica voz monótona.

Sin más opción, Kotori permanece en su lugar, dejando que Álex continúe con lo que está haciendo; una vez, que la energía termina de rodear a María, está se arremolina violentamente.

Álex: "Rasiel", "Haniel", "Gabriel", "Michael"... ¡Corpus creaturae! -gritó, desatando una explosión luminosa.

Todas en la sala, cierran los ojos por el fuerte resplandor, el cuál comenzar a desvanecerse de forma gradual; luego de esto, todo regresa a la normalidad, salvó por los angeles, que siguen ahí.

Álex: Está he... -dijo débilmente, antes de desvanecerse.

Luego de decir esto, todos sus angeles, desaparecen, ante la mirada de horror de las 3 mujeres; antes que Kotori o la misma Reine, entren para asistirlo, es María la que corre para atraparlo.

María: Te tengo... ¡En qué...! -reclamó, antes de darse cuenta de lo que acaba de hacer.

María: Puedo tocarte... En verdad... Yo puedo... ¿Tocarte? -expresó, feliz y a la vez muy confundida.

Álex: Te dije que, te daría eso que más deseabas... Amiga -respondió, con un poco de dificultad.

Invadida de felicidad, María lo abraza con fuerza, para luego besarlo en todo el rostro; mientras tanto, las dos fuera de la sala, permanecen estupefactas ante lo que está ocurriendo.

Reine: Shin... Le creó... ¿Un... Cuerpo, físico? -preguntó incrédula.

Kotori: Fue eso, o es el holograma más realista, que haya visto -respondió, un poco sarcástica.

Sin poder aguantar más, las dos salen en su ayuda, solo para verlo cansado y con los ojos entrecerrados; apenas lo sujeta, Kotori comienza a besarlo, por todo el rostro, sin dejar de llorar.

Kotori: Álex, ¿en que pensabas?, eres un humano y espíritu, ambos. No eres como nosotras, tu tienes un desgaste físico mayor al usar tu poder... Quizás seas muy poderoso, pero tu cuerpo no soporta esa carga... -dijo furiosa, pero con lágrimas en los ojos.

Álex: Era la única forma, si no te dije, fue para que no evitarás esto; quería hacer esto, estudie por semanas, como podría lograrlo... María, es mi amiga y no podía solo ignorar su tristeza, todo ese dolor... -respondió, mirando a su amiga.

Kotori: Debería estar molesta contigo, pero sería negar, que eres hijo de ese "Baka", de tu padre... Eres como el, mi amor, me siento orgullosa de ti, pero si vuelves a hacer algo así, al menos, sin decirme... ¡Vas a sufrir! -exclamó, abrazándolo más fuerte.

Álex: Si les decía algo, no me hubieran dejado hacer esto... María es mi amiga y si esta en mis manos brindarle, eso que tanto deseaba... -dijo, algo débil, pero feliz.

Antes que pudiera seguir, María se lo arrebata de las manos, para cargarlo y girar con el, en medio de la sala; ante esto, su madre y Reine, solo miran con alegría la tierna escena.

María: Gracias, gracias... ¡Gracias!, mi pequeño espíritu... -dijo, sin dejar de dar vueltas con Álex.

Álex: De... Nada... Pero, ya me... Estoy... Mateando... -respondió, balbuceando, a causa de las vueltas.

Entrando desde el otro extremo de la sala, aparecen todas las demás chicas, que se van felicitando por el éxito de su misión; unas de ellas, se empujan, a modo de juego, otras solo platican de cosas triviales y un par más arrastran los pies, debido al cansancio.

Natsumi: Tengo hambre -dijo, apenas moviéndose.

Kaguya: Esos espectros, no supieron ni que los golpeó -expresó, orgullosa.

Yuzuru: Afirmación: Los acabamos a todos, en verdad te luciste Kaguya.

Karen: No estuvo mal -interrumpió, con voz fría.

Ellen: Hermana, perdona que lo diga, pero está vez las chicas se lucieron y de no ser por Mukuro... Habría salido, muy mal esto -intervino, colocando su mando en el hombro de Karen.

Mukuro: Ya no digan más, por favor, van a avergonzar a Muku -dijo, algo sonrojada.

Nia: Pero que dices Mukku-chin, eres la heroína del día, esa forma de usar tus portales -expresó, abrazándola por la espalda.

Mana: Oigan... ¿Acaso, ven lo mismo que yo? -preguntó señalándoles a la chica de cabello blanco/plateado que está cargando a Álex.

Todas: ¡Es una intrusa, tiene a Álex de reen! -gritaron, alistando sus vestidos astrales, angeles y armas las Wizards.

Kotori/Reine: Chicas... ¡Esperen, no es una...! -replicaron, tratando de hacer que entraran en razón.

Yoshino: ¡Aléjate, de nuestro Álex!, o si no... -exclamó, haciéndose con su armadura Shiryon.

María: ¿Chicas? -preguntó, de forma inocente, pero sin soltar a Álex.

Kaguya/Yuzuru/Mana/Ellen: Basta de charlar... ¡Ataquemos! -gritaron, antes de hacerse con Raphael y sus espadas laser.

(Amenización de está parte †, hasta ††)

Al ver esto, María arroja lejos a Álex, para protegerlo, lo que aprovechan las 4 chicas; sin miramientos, lanzan sus ataque, pero antes de que puedan impactar, una sombra se coloca frente a María y delante de las atacantes.

Todas/Kotori/Reine: ¡Álex! -gritaron, aterradas.

Álex: No lastimaran a María... Ven a mi... ¡Sandalphon! -exclamó, haciendo que la espada ángel, se materialice en sus manos.

Todas: ¡¿Dijiste María?! -preguntaron, al mismo tiempo.

Sin un ápice de duda, logra rechazar cada uno de los ataques, además de materializar una barrera espiritual a su alrededor; luego que el humo de la explosión amaina, puede verse a una chica peliplateada completamente a salvo y a un niño, aún con una espada levantada a modo de escudo.

Álex ¿Estás bien, Mary? -preguntó, con un aura de energía dorada a su alrededor.

María: Claro que sí, gracias a ti, mi pequeño espíritu -respondió, con una cálida sonrisa dibujada en su rostro.

(Imagen verídica, así se veía).

Álex: De... Nada... -dijo, sonrojándose un poco, por sus palabras.

Todas: ¡¡¡Sandalphon!!! -exclamaron, impactadas por el hecho.

Yuzuru: Impacto: ¡Álex, puede usar a Sandalphon!, pero esa arma es la que tenía... -expresó, siendo interrumpida por Reine.

Reine: Shin, es el arma de Shin -dijo, muy sorprendida.

Kotori: Chicas, si hubieran dejado que les explicáramos, sabrían que aquella de aquí, es María -añadió, colocando una paleta de fresa, en la boca.

María: Chicas, Álex hizo este cuerpo con Rasiel y otros 3 angeles, para mí, el... Cumplió al promesa, que ustedes me hicieron -expresó, con un toque de reproche en su voz.

Nia: Vaya chica, no cabe duda que ya eres humana, solo así se explica, esa crueldad en tus palabras -respondió, bajando la mirada.

Kurumi: Ara, Ara, eres más cruel que yo María-san -añadió, ocultando su rostro con su cabello.

Shiori: Momento... ¡¿Osea que, puede usar más angeles?! -preguntó, un poco escéptica...

Una vez que se calmaron todas, Álex guarda su ángel, para después correr a brazos de María, la cuál lo carga y se lo lleva a una de las mesas, para poder limpiar la suciedad de su rostro; ante esto, las demás sienten un tirón en el corazón, por ver la preferencia de su sobrino, hacia la nueva chica, quien no deja de abrazarlo ni mimarlo.

††

Comiendo el pastel que Kotori hizo, se puede ver a María, dándole de comer a Álex, de una forma muy cariñosa, lo que irrita a las demás; pero a causa de Reine, quien solo las ve sería, dado lo que hicieron, prefieren quedarse sin hacer o decir nada más.

Nia: Cielos, hasta cuando el pequeño chico va a hacernos caso, lleva más de dos horas con María -dijo, enojada y un poco celosa.

Kotori: Que esperaban, ella es la mejor amiga de Álex -respondió, mirándola tiernamente.

Natsumi: Momento... Si María, es su amiga, ¿que somos nosotras? -replicó, muy celosa.

Reine: Sus tías -interrumpió, con su voz monótona.

Miku: Eso no es justo, cuando yo hago eso, el me rechaza o me tacha de ser, una pervertida... Pero si María, es la que lo hace, Álex lo disfruta -expresó, muy enojada y haciéndo pucheros.

Ellen: Tu no haces eso, prácticamente tratas de profanarlo... Además, es más natural recibir todo ese cariño, de una amiga, que de sus tías -manifestó, con aires de suficiencia.

Todas: ... -enmudecieron, ante el cruel hecho ante ellas.

A punto de soltar lágrimas de tristeza, Nia es embestida por Álex, quien sube en su regazo, para abrazarla; eso hace que la peliplata, lo bese y juegue con el, mientas este se acaba en su pecho.

Álex: Perdón por ignorarlas, pero yo estaba muy feliz de que María tenga su cuerpo; puede que sea mi amiga, pero ustedes son mi familia, los seres a los que amo con todo mi corazón, no lo olviden nunca -dijo, mirándola con gran cariño.

Lentamente, cada una de las chicas, se colocan alrededor de Álex; lo cual no advierte, hasta que ya es muy tarde.

Natsumi: Así que ocultaste lo de tus ángeles, para evitar que te besáramos y abrazarnos, ¿verdad? -expresó, con voz de ultratumba.

Álex: Ah... Momento, eso solo lo sabía, María... ¿Me traicionaste?, pero, cómo pudiste -gritó, antes de que las chicas, lo atraparan entre sus brazos.

María: Lo siento Álex, pero eso hacen las amigas -dijo, con voz pícara.

Álex: ¡No es cierto! -reclamó, tratando de escapar de vaivén afectivo de todas sus tías.

María: Entonces, velo como tú castigo por ocultármelo a mi también, debes ser honesto siempre -respondió, sin dejar de sonreírle.

Álex: Mamá... Reine... Ayuda, Miku, ya me atrapó -dijo, siendo sometido, por la lasiva Ídol entre su pecho.

Kotori/Reine: No te escuchamos, habla más fuerte -respondieron, comiendo un poco de su pastel.

Álex: Sino me escuchan... ¡Por qué, me responden! -reclamó, antes de que las gemelas Yamai lo agarraran.

Álex: Auxilio... -balbuceó, con la cara roja de vergüenza, ahora en el regazo de Artemisa.

En la distancia, María, Kotori y Reine, solo ve al pequeño recibiendo su raro castigo; mientras, sigue degustando su rebanada de pastel, luego de 2 horas, se paran de la mesa para acercarse.

María: Oigan, no creen que su castigo ya duro demasiado... -dijo, bastante preocupada.

Kotori: Para nada, eso le enseñará, no debe ocultarnos nada... Además, dirá lo que quiera, pero bien que le gusta, sino porque se acercó a las chicas, el vio que estaban hablando contigo, no es tonto, debió suponerlo -respondió, un tanto divertida.

Reine: Aún faltó yo -dijo, caminando hacia el tumulto de chicas.

Álex: ¿Que cosa?... ¡No dejen, que ella se acerque!... ¡Es más pervertida, que tía Miku! -gritó, tratando de escapar por, entre las piernas de Artemisa.

Reine: Ven aquí Shin, sabes bien, que tu quieres que te cargue -dijo, con voz angelical, acunándolo en su pecho.

Álex: No es cierto, no puedo respirar, por favor... ¡Ayuda! -gritó, ruborizado y con lágrimas cómicas.

Sin ánimos de intervenir, Kotori solo se cruza de brazos, antes de regalarle una mirada dulce, a María; la cuál, la responde con una propia, mientras se ríe tiernamente de la desventura que está viviendo su amigo.

Kotori: Bueno, están un poco locas, yo soy una psicótica y al parecer Reine, es más pervertida de lo que pensé; no es un modelo de familia, pero te doy la bienvenida -dijo, con su mirada de comandante.

María: Y yo soy feliz con ella, gracias Kotori -respondió, muy feliz.

Kotori: Oigan, faltó yo, déjenme algo chicas -expresó, arrojándole contra el tumulto.

Álex: ¡Tú también, mamá! -exclamó, aterrorizado.

María: Solo las dejaré 10 minutos más, luego te rescataré... Ya sufriste mucho, mi pequeño espíritu -susurró, tocando su pecho, con ambas manos.

<María: Gracias Álex, esto es más de lo que hubiera deseado... Siempre estaré para ti, te quiero -pensó, sonriendo de forma gentil>.

Mirando, como Yoshino y Natsumi lo atrapan, para abrazarlo y besarlo, la ex IA solo sonríe, derramando un par de lágrimas de felicidad; al notar esa calidez, experimenta algo que jamás había sentido, algo que solo soñó con llegar a conocer... Estar viva...

Fin del Capítulo.
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