Karen
††El Último Espíritu††
Arco 3: Un presente de pesadilla.
Saga: Holocausto.
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Capítulo 0: Obsesión tóxica, de un corazón roto.
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Infancia de Karen...
En algún lugar, dentro de una aldea perdida en el mundo, puede verse a 2 niñas, de entre 6 y 7 años respectivamente, las cuales están jugando con unas muñecas de trapo; ambas, sonríen a más no poder, mientras disfrutan de su mutua compañía, las 2 cuentan, con un tono rubio de cabello... Salvo, que la más pequeña, lo tiene más iluminado; aunque el par, posee unos bellos ojos amatista.
En eso, un par de niños, de entre 10 y 9 años, pasan corriendo cerca de ellas, uno tiene el cabello rubio y el otro, es de un blanco muy cenizo; esto, llama la atención de ambas, las cuales quienes ocultan las muñecas, aunado a arreglarse sus cabellos, mientras un rubor muy tenue, se dibuja en sus rostros.
???: Ho... Hola, Issac -dijo la mayor, agitando su mano, en dirección del pelicenizo.
Issac: Ellen, ¿cómo estás? -preguntó, un poco indiferente.
Ellen: Bi... Bien, aquí jugando un rato, con la pequeña Karen -respondió, queriendo verse madura.
Karen: ¡Oye!, pero si tú... -replicó, molesta y haciendo un puchero, antes que una patada cómica en el trasero, la callara.
Karen: ¿Qué te pasa?... Eso me dolió -añadió enojada, sobándose por la patada.
???: Vaya... Así que aún juegas con muñecas, te ves adorable, de hecho Karen -expresó, el rubio sonriéndole.
Karen: E... Elliot, yo... -balbuceó, sonrojada a más no poder.
Issac y Elliot: Bueno, nos vemos, iremos a la montaña a entrenar un poco -dijeron, antes de salir corriendo al bosque.
Luego que se fueron, ambas recobraron sus tonos pálidos, sentándose juntas, piensan en aquellos niños, que les provocaron el rubor en sus rostros; la mayor, solo piensa en Isaac y la más pequeña, no deja imaginar a Elliot, el cual la abraza y acaricia su cabeza, dentro de su fantasía infantil, pero romántica.
Karen: Ellen, quisiera que Elliot, pasará más tiempo con nosotras -dijo, aún soñando con su chico rubio.
Ellen: Con nosotras... ¿O contigo? -preguntó, un poco sarcástica.
Karen: ¡Tú ni hables!, apenas viste a Issac, se te cayó la baba del hocico... Por eso, me diste una patada, no querías que supiera, que aún juegas con muñecas... ¿Verdad? -expresó, un poco pícara, mientras le da, algunos codazos en el pecho.
???: Ellen, Karen... ¡Vengan a comer! -gritó, una mujer con delantal desde una colina.
Ambas niñas: ¡Si mamá! -respondieron, muy alegres, yendo en seguida con ella.
Ya en una cabaña de tamaño mediano, las 2 niñas disfrutaban un estofado de oveja con verduras y una hogaza de pan; aunque, una de ellas, no dejaba de pensar en el rubio de sus suelos, lo cual es notado por la mujer.
Madre: Que pasa amor... Casi no has comido nada, tú eres la primera en terminar... Creo, que algo te preocupa, ¿no es así? -preguntó, viéndola fijamente.
Karen: Bueno... Quiero saber, como hacerle para que un niño, me note -respondió, muy sonrojada.
Apenas escucha esto, su madre sonríe alegre y un poco divertida, por lo que dijo, cosa un poco opuesta a Ellen, quien escupe parte del estofado, debido a la sorpresa; luego de unos segundos, su madre se compone, para tratar de pensar, en la mejor forma de responder.
Madre: Amor... Debo confesarte, que esto yo esperaba está pregunta, varios años después o incluso, que fuera de parte de tu hermana, que es mayor -dijo, rascándose la nuca.
Ellen: ¿Qué cosa? -preguntó sonrojada.
Karen: Por favor... Dime cómo hacerle, para que Elliot me note -dijo, con voz suplicante.
Madre: Está bien... Se los diré, pues veo que también Ellen está muy por demás atenta a nuestra plática -expresó, de forma burlona.
Ellen: ¡Claro que no! -gritó, ruborizada y con una libreta pequeña en la mano.
Madre: Esto, no pueden aplicarlo ahora, mis niñas, son aún demasiado pequeñas y puedo decir que los niños a esta edad... Ni siquiera, notan a las niñas y menos piensan, en tener una novia; salvo, algunas excepciones y veo que esos 2, no aplican -respondió, sería y un poco divertida con la conversación.
Ambas niñas: Prometido -respondieron, algo animadas y por demás felices.
Consejos, relatos, muchas risas y rostros, por demás sonrojados, es lo que se ve plasmado, en los rostros de las niñas Mathers; aunque, pasan más de 3 horas, el par de hermanas se siente muy feliz de todo lo que escuchan.
Sin perder detalle, una de las niñas, escribe cada palabra, mientras que la menor, sonríe y piensa, en qué forma podría aplicar, todos los consejos de su madre; una vez, concluido el relato, Karen sale al patio y permanece en silencio, mirando el cielo nocturno, a la par de seguir soñando despierta.
Karen: Un día, tú y yo nos casaremos... Eres, a quien quiero, quizás ahora ni siquiera me notes, pero llegará el día... Que nunca, vas a dejar de mirarme -sé dijo, abrazándose a sí misma con fuerza...
Adolescencia de Karen...
Paseando por el bosque, una chica rubia de 14 años, pases al lado de un joven de 18, los 2 miran a su alrededor, disfrutando de todo el paisaje, pero solo la chica trata de tomarle la mano al rubio; llegando, al punto más alto de una gran colina, se detienen para observa los alrededores, el chico ni siquiera le presta atención a su hermosa acompañante, la cual no deja de arreglarse el cabello.
Karen: E... Elliot, la vista es muy y hermosa, además de romántica... ¿No lo crees?, digna de una pareja de enamorados -expresó, algo animada y nerviosa.
Elliot: Claro que sí, siempre es grato estar al lado, de mi mejor amiga -respondió, todavía sin voltear a verla.
Haciendo un puchero, Karen se termina de arreglar el cabello, para después moverse a dónde está él; colocándose a su espalda, ella se planta firme y respira profundamente, un par de veces, hasta atreverse a hablar.
Karen: Podríamos... Ser más que amigos, yo quisiera ser, bueno... -dijo balbuceando.
Elliot: Karen, ¿qué tratas de decirme?, acaso tú... -preguntó, algo nervioso.
Karen: Elliot, yo te a... -respondió, nerviosa y algo tímida, antes de ser silenciada por unas explosiones.
BOOOOOOOOOAAAAAAAAAMMMM
Ambos: ¿Qué fue eso? -sé preguntaron, muy preocupados.
Karen: No puede ser... Ay humo brotando de la aldea... ¡Mamá, papá! -gritó, angustiada y preocupada por su familia.
Elliot: Vamos -dijo, tomando su mano, para luego correr a roda velocidad.
Apenas llegan, se topan con una escena que los hace estremecer, viendo a su alrededor, hayan cuerpos inertes de conocidos, amigos y algunos familiares; además, de un mar de fuego que rodea todas las cabañas, apenas se acerca, Karen ve en la entrada su muñeca que le hizo su madre, salpicada con sangre.
(Imagen simbólica).
Karen: ¿Qué es esto?... Porque alguien, haría algo han horrible, no le hacíamos daño a las demás comarcas -dijo, mientras sostenía en sus brazos a la muñeca.
Elliot: Que clase de monstruos, matarían así a nuestras familias -añadió, impactado y con miedo en sus pupilas.
Ellen: Lo hicieron, por nuestro poder... Ellos, le tenían miedo, esperaron una oportunidad y atacaron... Por suerte, estábamos fuera del poblado, de otra forma... Mamá, juro que te voy a vengar -interrumpió, viendo la cabaña arder hasta los cimientos.
Isaac: Lo único que queda de nuestra gente, somos nosotros, mataron a nuestros padres y amigos... Debemos irnos, esos infelices aún pueden estar cerca o peor, buscándonos, yo quiero lo mismo que Ellen; sin embargo, no tenemos la fuerza para lograrlo, un día van a pagar con sus vidas, lo que hicieron aquí, eso lo juro -expresó, con voz monótona.
Haciendo caso, los 3 se van, salvo Karen que permanece quiera, mientras el que fuera su hogar, termina de colapsar, ante esto, varios recuerdos de su madre y ella, brotan en sus memorias; lo cual, la hace sollozar de forma desgarrada, dejándose caer al suelo maldice a quienes le arrebataron su felicidad, todo lo que amaba y valoraba, pues a excepción de Ellen, se quedó sin nada de eso.
Elliot: Vámonos Karen... Yo cuídate de ti, te lo prometo -dijo, abrazándola.
Karen: Gracias Elliot, te quiero tanto, deseo siempre estar a tu lado -respondió, dejando su cabeza sobre el hombro del rubio.
Elliot: Claro que sí, desde ahora tienes en mí a un hermano mayor -expresó, abrazándola con más cariño.
Estás palabras, lejos de reconfortarla, hacen que una irá brote de su corazón, algo que no puede explicar, pero que derivó de aquellas palabras, del hombre que ama; a pesar, del enojo, no le responde mal y se levanta, para poder escapar de lo que queda de su pueblo, sin más ánimos que los propios.
Karen: No sé cómo, pero yo voy a lograr que te enamores de mí... Te seguiré y apoyaré en todo lo que hagas; sé que un día me amarás, como yo a ti -susurró, tratando de no llamar la atención de su amado.
Viendo una vez más el pueblo en llamas, los 4 se pierden en la vegetación, cada quien en su mundo o deseo; pero, solo Karen observa a su preciado suelo, moviéndose delante de ella, lo cual la hace sonreír un poco.
2 años después...
Tras el terrible acto de crueldad, contra todo el pueblo de magos y después, del deceso de la familia adinerada que adoptó a Westcott, Woodman fue apoyado por este, utilizando toda su herencia; mientras, los 4 estudiaban magia... Fundando así, la denominada: Deus Ex Machina Industries (DEM), Elliot, junto a Isaac, Ellen y Karen; hace 30 años, usando la Fórmula del Espíritu, hicieron que el Primer Espíritu surgiera en el mundo, lo cual causó que se formara el primer Terremoto.
(Imagen simbólica).
Isaac: ¡Lo logramos!... La fórmula funcionó, este ser, nos dará el poder para dominar el mundo... Nuestros compatriotas Magos, los que fueron perseguidos y amenazados, por la maldita humanidad... Gobernaremos, el mundo y seremos sus líderes -expresó, con gran euforia.
Ellen: Pero Ike... Matamos, a 150 millones de personas, por ese terremoto... Esto, podría levantar sospechas -expresó, indiferente a las muertes causadas.
Isaac: Para nada, ya estamos respaldados, ni una perdona ajena a esta sala, sabrá nada de lo que realmente pasó -respondió, de lo más alegre y con una mirada sádica.
Desde la parte alta, Karen mira con recelo a la espíritu, pero más a Elliot, quien no para de admirar a la peliplata; antes, que pueda bajar con él, este se acerca más al monitor, donde aprecia mucho mejor a la chica.
Elliot: Es muy hermosa... Debo conocerla, yo debo hablar con ella -dijo, con un sonrojo en el rostro.
Isaac: Tú estás loco amigo, esa "cosa" es solo un arma... No me dirás, que te enamoraste a primera vista de ella... Jajaja -respondió, un poco burlón.
Elliot: ¡Y si fuera así! ¿Qué ay, de malo?... Yo soy soltero, finalmente puedo experimentar esto a lo que llaman amor -expresó, molesto y sin dejar de ver la pantalla.
Karen: ¡¡¡QUÉ ESTÁS DICIENDO!!!... Eso que dices es imposible, tú no puedes amarla, ni la conoces... ¡Cómo puedes decir, que jamás sentirse amor! ¿Qué ay de mí? -replicó, muy enojada y extremadamente celosa.
Elliot: Tú eres mi amiga, prácticamente eres mi hermana, yo jamás, podría verte de otra manera Nora -respondió, viéndola con algo de lástima.
Ellen: Oigan... Dejen eso, para luego, ella ya desapareció del lugar -interrumpió, viendo su monitor personal.
Luego de un rato, Ellen localizó al espíritu, quien estaba aterrizando en una playa a la orilla de la costa de Japón; pasando por ahí, aparece un joven peliazul, el cual admira a la espíritu que enfoca su atención en él.
Este no tarda en sonrojarse, pues está chica no lleva nada puesto, sin dudarlo, le ofrece su chaqueta azul, lo que le genera una leve sonrisa a la espíritu; desde la pantalla, los 4 miran estupefactos la escena, unos con gran enojo, pues sus planes están fragmentados y un rubio, lleno de celos hacia el chico.
Elliot: ¡¡¡NO PUEDE SER!!!... Él no se quedará con ella, lo peor de todo... Ya la nombró: Mio Takamiya... ¡Esto no puede ser! -replicó, un poco frustrado y lleno de tristeza.
Sin decir nada, este abandona el lugar, cosa que lástima a Karen, quien solo ve como el hombre que amó desde su niñez, nunca vio en ella a una mujer o una potencial pareja, lo que le provoca un llanto desgarrado; sin más ánimos, sale de la sala también, apenas sale del rango visual de los otros 2, se arroja al suelo, golpeándolo con fuerza, mientras destroza un dije, con forma de mariposa.
Karen: ¡¡¡ERES UN IMBÉCIL!!!... Te amo, con todo mi corazón, pero tú... ¡Jamás me viste, cómo yo deseaba!... Esa cosa y yo, tenemos la misma edad, pero solo necesitaste verla y quedaste enamorado -sé dijo, despedazando el dije con sus manos.
Karen: Elliot... ¿Por qué? -sé preguntó, con lágrimas en los ojos.
???: Yo te puedo dar lo que deseas, solo pido algo a cambio... -interrumpió, una voz aguda y llena de malicia.
Karen: Si esta es una broma... -respondió, un poco molesta, aún llorando.
???: No es broma -dijo sería.
Karen: ¡Quiero a Elliot, quiero que sea mío y que esa espíritu muera! -exclamó, furiosa y llena de resentimiento... Dime qué quieres, te lo daré -exclamó, viendo a la nada.
???: Bien, quiero que te mantengas cerca de ese bastardo de Elliot, vigílalo y ayúdalo, en todo... Específicamente, asegúrate que reúna a las espíritus, sobre todo, a una pelirroja y un peliazul... Y, para que obtengas ese deseo, mata a Elliot o no evites que lo maten, una vez que cumpla mi encomienda... Lo sabrás, apenas veas que se jacte de su triunfo, creo que es un trato justo -respondió, feliz.
Karen: Aceptó -dijo determinada.
Plasmando un extraño pentagrama rojo, la voz suelta una risita alegre, antes de pasar cerca de su otra oreja; esto, no molesta para nada a Karen, quién sigue enojada, aunque más feliz, por el trato que hizo.
(Imagen simbólica).
???: Te veré en 39 años, solo sé paciente y tú recompensa llegará... A ti, no voy a borrarte la memoria, eres más confiable que ese tipo, pero lo necesito... De otra forma, ni siquiera lo tendría que buscar, en un par de años; me despido y cuídate, mi nueva aliada -expresó, disipándose en los pensamientos de Karen.
Karen: Elliot, tendrás 39 años, para amarme o de otra forma... Tendré que matarte, creo es bastante tiempo, amor mío -susurró, con una mirada psicópata en el rostro...
39 años después...
María: ¿Por qué, haces esto?... Elliot...
Elliot: Tú no lo entenderías... Solo eres, una máquina con cuerpo humano...
Álex: ¡No le hables así!...
???:Deberías atender tus propios problemas, niño bueno...
Álex: ¿Qué?...
Antes que pudiera reaccionar, una cuchilla espectral, perforan su espalda; cayendo en forma abrupta al suelo, muy lastimado.
Álex: ¿Cómo, pudiste?...
Tosiendo sangre, mira fijamente al ser que lo atacó, resultándole familiar, solo se deja caer al suelo, debido a la hemorragia; entre tanto, una Wizard muy parecida a Ellen, ve con lástima a una María, inconsciente.
???: Se confió, no cabe duda que es un niño tan ingenio... Jamás pensó que yo, sería otra infiltrada... Jajajaja...
Elliot: Finalmente, el sueño que tanto deseo, se hará... Espera, ¿Qué haces?... No puedes, hacerme... AAAAAAAGGGGGGHHHH...
Karen: Llegó el momento... ¡¡¡ELLIOT!!!...
Elliot: ¿Nora, que estás?...
???: Si no eres mío, no serás de ella...
Antes que pueda clavarle la espada, aquella que apuñaló a Álex, aparece detrás de Elliot para clavarle la misma espada; este solo cae de su silla, dejando bajo de sí, un charco de color carmesí, el cual va creciendo.
Elliot: ¿Por qué, no impediste esto?...
Karen: Yo quería esto, pues solo así... Tú vas a ser mío...
Elliot: Mio, mi amor... Estuve tan cerca...
Karen: ¡¡¡YA MUÉRETE, 39 AÑOS ESPERÉ TU AMOR, PERO JAMÁS ME LO DISTE!!!...
Saltando encima de este, lo atraviesa con su espada sin parar, mientras grita cosas como: "Malnacido", "Te di muchas oportunidades", "Serás mío, lo quieras o no"... Parando, hasta dejar un cuerpo inerte y repleto de heridas.
Álex no da crédito, a lo que acaba de pasar, solo ve en silencio, mientras se desangra en el piso; por su parte, Karen quien está llena de sangre de su amado, de pies a cabeza, ve con odio su cadáver aún tibio.
???: Pensé que lo impedirías, al parecer Sia, dijo la verdad... Jijiji...
Karen: No, esto debía ser... Solamente, falta una cosa... Sacarle el sephira, a este infeliz espíritu... Jajajaja...
Dejando brotar un aura morada, de todo su cuerpo, Karen invoca su armadura, la cual hace que parezca un fantasma; sin dudarlo, prepara su espada, mientras se mueve hacia Alex, quien trata de levantarse, sin éxito.
(Imagen simbólica).
Fin del Capítulo.
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