Capítulo 2: El precio de tu infidelidad.

Arco 1: Un futuro imposible.

Saga: Holocausto.
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Dentro de la iglesia, en el interior del cuarto designado para que la novia se pueda vestir y arreglar, antes de la ceremonia; se hallan 2 personas, una chica de cabello púrpura que es asistida por una joven pelirroja.

???: Tohka-kun... ¿Segura que te encuentras bien? -preguntó algo preocupada, una mujer de cabello corto pelirrojo.

Tohka: Claro Haruko-san... ¿Por qué no voy a estarlo...? Voy a casarme, con el amor de mi vida... Estoy muy feliz -respondió vacilante.

Ante la respuesta, Kotori baja la mirada casi al instante; cosa que es notará por su madre, quien de inmediato cambia el tema.

(Imagen simbólica).

Haruko: Siendo así, te dejaré con Koto-chan, iré con Tatsuo; quiero saber como van todos los preparativos... Además de ver si ya llegó el novio -expresó, abrazando su espalda con mucho cariño.

Kotori: Voy contigo mamá, acabé de ayudar a Tohka -dijo, acercándose a Haruko.

Una vez sola, el rostro antes apacible y lleno de felicidad, abre paso a una expresión muy sombría, repleta de amargura, tristeza, odio y un profundo dolor, dejando su asiento, va hasta una almohada con la forma de un pan de soya, el mismo que le dio, cierto peliazul en su primer cita, en inicio unas lágrimas se forman en sus ojos; pero, luego de un par de segundos, una furia irrefrenable se apodera de ella, apenas lo toma, lo estruja con fuerza hasta destrozarla... Con los ojos vacíos y una expresión de resentimiento, de su cuerpo se manifiesta un aura carmesí; la cual ilumina sus pupilas y desintegra los restos, de lo que alguna vez fuera la almohada.

(Imagen simbólica).

Tohka: ¿Por qué me traicionaste?... Si yo te amo... ¡¡¡YO TE AMABA!!! -exclamó, mientras estruja los puños con rabia.

(Para amenizar esta parte †, hasta ††)

Volviendo a la normalidad a causa de unos toquidos, Tohka retoma su actitud feliz y se regresa hasta su silla; sin siquiera esperar a la respuesta de la novia, la puerta es abierta de par en par, dejando ver a 2 chicas, una de cabellera lila y otra con cabello corto cenizo.

???: Tohka... ¿Ya estás lista...? Darling, digo tu prometido acaba de llegar -expresó, la chica de cabello lila, sonriéndole sinceramente.

(Imagen simbólica).

???: Así es, el chico ya te está esperando en el altar... ¡Date prisa! -añadió la peliceniza de un modo amable.

Tohka: Gracias Miku, Nia... Solo necesito un minuto más; por favor, avísenle a las demás en la capilla -respondió, viéndolas sería.

Nia/Miku: Como digas... Es normal, que estés nerviosa, después de todos, te casarás con el chico/Cierto, solo nos queda desearte toda la felicidad del mundo -dijeron, para luego irse cerrando la puerta de golpe.

Tohka: ¿Felicidad?... Eso era lo que sentía, al menos, hasta hace 2 meses... ¡¡¡Antes que los viera en la cama juntos!!! -exclamó enojada, mordiéndose el labio para ahogar sus gritos de dolor y frustración.

Una tenue línea de sangre recorre su rostro, para luego manchar la flor de su vestido; sin dudarlo, arranca el adorno y limpia su labio.

Mirando la flor en su mano, la quema con su poder espiritual; mientras, algunas lágrimas recorren sus mejillas.

Tohka: Tú me quitaste mis ilusiones, toda mi felicidad, ahora yo te regresaré el favor... -se dijo, callándose abruptamente debido a una voz que resuena en su cabeza.

???: Así es Tohka... Él te traicionó, te lastimó, acabó con tus ilusiones, de ser la primera en su vida... Debe pagarlo, arrebátale cada cosa que ame, hazte con sus poderes sellados... Yo te prometo, quitarte todo este dolor que hay en tu corazón, a cambio de un insignificante favor, claro está -expresó, una voz femenina profunda y escalofriante.

Tohka: ¿Me lo prometes Sia, te llevarás todo mi dolor? -preguntó, con voz quebrada y un poco suplicante.

Sia: Acaso no te lo demostré, cuando tú y yo, estuvimos juntas... ¿Cuándo te hice mía, esa noche? -respondió, de forma seductora.

Tohka: Tienes razón, olvidé que fue gracias a ti, que mis dos personalidades se hicieron una... Me has ayudado tanto, más que aquel monstruo, al que amé con todo mi -dijo, colocando sus manos, cerca de su corazón.

††

Sin más tiempo que perder, Tohka toma su velo, para después caminar tranquilamente por el pasillo, que da a la iglesia; dentro del edificio, los familiares del novio, invitados y amigos de las espíritus, incluidos los novios de Muku y Natsumi, comienzan a llenar los asientos... Estos no se apartan de su lado, al igual que ellas; que les demuestran su amor, ya sea con un beso o una mirada dulce.

Shido se muestra un poco nervioso, pues no deja de ver la entrada, donde se supone que debe aparecer su amada; a los lados de todo el pasillo, se colocan las damas de honor, las cuales, no son otras que las espíritus.

Natsumi: ¿Dónde está Tohka? -preguntó, un poco preocupada.

Yoshino: No lo sé, ella ya debería estar aquí, es muy raro -expresó, abrazando a su amiga.

???: Pregunta: ¿Creen, que se arrepentirá en el último minuto?... -interrumpió, una chica de cabello naranja acabado en trenza.

???: No cabe duda Yuzuru, siempre piensas en el peor escenario, puede ser que ella esté acabando de arreglarse -respondió molesta, una chica idéntica, salvó por su peinado, el cual es suelo acairelado.

Yuzuru: Molestia: Kaguya, tú siempre tomas todo a la ligera -respondió seria, mientras ve fijamente a su hermana.

Kaguya: Por lo menos yo, no me estreso con pequeñeces -dijo indiferente.

??? Ustedes 2 ya basta... Es el día especial de Shin y Tohka, al menos hoy, dejen de pelear entre ustedes -intervino enojada, una mujer de cabello peliplateado.

(Imagen simbólica).

Ambas: Lo sentimos Reine-san, prometemos ya no pelar más... -respondieron, para luego bajar la cabeza, a modo de reverencia.

Integrándose al resto de las chicas, aparecen Nia y Miku, las cuales, llevan sus vestidos de damas de honor en color rosa, contrastando con los vestidos lilas de las demás; viéndolas de forma inquisitiva, no dicen nada, solo las rodean una a la vez, hasta que Haruko entra en escena, dejando ver un rostro confuso.

Haruko: ¡¿QUÉ ES ESTO!? -gritó enojada, y a todo pulmón.

Todas: ¿Qué pasa Haruko-san, hicimos algo mal? -respondieron, viéndola confundidas.

Haruko: Los vestidos son diferentes... Y aún peor, los colores... ¡¿Acaso ninguna, se puso de acuerdo?! -preguntó muy alterada.

Todas las chicas empezaron a discutir entre sí, unas peleando, otras replicando; la única tranquila era Reine, quién mira la acción, al lado de Mukuro, la cual sonríe de una forma algo burlona y a su vez, adorable.

(Imagen simbólica).

Mukuro: Natsumi, podrías hacerle el favor a Muku... -dijo, callándose abruptamente ante un gesto de la peliverde.

Natsumi: Estoy en eso... "Haniel"... Creo que con esto basta -expresó, agitando su mano.

Envolviéndolas en un halo de luz, todas las espíritus ven transformarse sus vestidos, en uno idéntico, al de Muku; ante esto, Haruko lanza un suspiro al aire, para luego abrazar afectuosamente a la chica peliverde, pero no antes de abrazar a Muku.

Haruko: Gracias Natsumi-kun... Ese ángel es muy práctico, además de salvavidas para los desastres de moda... -expresó, dando un par de salto de alegría.

Natsumi: No es nada -respondió orgullosa.

Yuzuru: Gratitud: Nos salvaste nuevamente a todas -expresó sonriendo un poco.

Natsumi: Pues... Yo no tendría que salvarlas siempre, sí a caso... ¡¡¡LOGRARÁN PONERSE DE ACUERDO, POR UNA VEZ...!!! -gritó, llena de furia, mientras las ve fijamente a todas.

Miku: Yo sé, cómo compensarte -respondió, abrazándola contra su pecho, de una forma bastante lasciva.

Natsumi: ¡Ya te dije, que dejaras de hacerme eso! -exclamó, molesta y muy sonrojada.

(Imagen simbólica).

Miku: Y espera ver, que voy a darte como tú segunda compensación -expresó, acercando los labios de Natsumi a los suyos.

Natsumi: ¡¡¡Quítenme a esta loca pervertida, de encima!!! ¡¡¡Ayúdenme, no se queden ahí viendo!!! -replicó, forcejeando de una forma cómica con Miku.

Después de un vaivén de jaloneos, las chicas logran separarlas, entre el enfado de la Idol y el alivio de la peliverde; sin embargo, con la llegada de una albina en vestido fúnebre, silencia no solo a las chicas, que no creen lo que lleva puesto... Todos los asistentes se le quedan viendo a la chica, con incomodidad.

Pasando de largo, como si no hubiera nadie en la iglesia, está se mueve al altar; tan solo una peliplata, se atreve a encararla.

Reine: ¿Qué haces aquí...? Que yo recuerde, nadie te invitó -preguntó, en voz baja.

Origami: Creí que había sido un olvidó, que no recibiera invitación... Cómo sea, no pude dejar pasar, la oportunidad de felicitar, a la feliz pareja... -respondió, voz monótona.

Reine: No te invité... Para evitar justamente, este momento incómodo; solo te diré, que si intentas algo, no me contendré -reiteró, algo seria, sujetándola del brazo.

Origami: Tranquila, como dije antes, yo solo vine a felicitarlos; apenas concluya esto, me retiro -respondió sonriendo levemente.

Dejando atrás a Reine y las otras, llega hasta el altar con Shido, el cual la mira de manera desconfiada; antes que pueda decir algo, ella coloca sus manos en las mejillas de este, con el fin de obligarlo a verla a los ojos.

Origami: Hace 10 años... Me prometiste que cuidarías de mí; que llevarías toda la carga, de mi dolor... -dijo con voz monótona.

Shido: Ah... -balbuceó confundido.

Origami: Hace 5 años, té me declaraste en el pasillo, de la preparatoria -expresó, con una gran tristeza e irá impresas en sus palabras.

(Imagen simbólica).

Shido: Origami... Tú sabes, el porqué de eso y no sería justo... -respondió, nervioso.

Origami: Lo sé, pero sin importar nada... Tú tienes una responsabilidad -dijo, con la voz entrecortada.

Shido: ... -sin poder hablar, tan solo baja un poco la mirada.

Origami: Te amo Shido... Al menos te amaba, hasta hace 8 meses, ahora solo me das asco y algo de lástima... Me siento como una idiota, por haber amado a un chico cobrarte, débil, mentiroso y sobre todo, patético -manifestó, con los ojos cristalizados.

Shido: ¿Qué dijiste...? -preguntó, por demás impresionado de sus palabras.

Origami: Si no me amabas, estaba bien, pero porque... ¡¡¡Por qué, no tuviste el coraje para decírmelo...!!! Te ocultaste de mí, todas ellas me lo ocultaron... Esto fue, lo que rompió mi corazón... ¿En dónde quedó, ese chico noble, bondadoso y dulce que me salvó, de mi odio, mi soledad y especialmente, de la culpa por matar a mis padres...? -argumentó, soltando sus mejillas.

Shido: Yo... - respondió, siendo interrumpido por el dedo de Origami.

Origami: No digas nada... No me interesa, no te odio, pero tampoco te amo más; guardaba la esperanza de que recapacitara, que vieras dentro de tu corazón y descubrirás, el amor que sentías por mí... Pero tú, jamás amaste a esta idiota; solo fue lástima, un triste acto de piedad para una pobre huérfana.

No podías recordarme de hace 5 años, dado que no eras tú, se trataba de otro Shido, una simple paradoja; no fue sino, hasta que con la ayuda de la doceava bala:

"Yud Bet"...

Lograste llenar, ese ciclo -explicó mirándolo con odio.

Shido: Lo siento mucho, Tobichi -respondió, evitando mirarla a los ojos.

Origami: Yo más... Siempre estuve sola, solo que antes me aferre tontamente, a un chico cobarde y mentiroso... Si me hubieras dicho la verdad, como lo hizo mi yo, de la línea de tiempo nueva, nos haríamos ahorrado estás cosas, sin valor... El Shido a quien me aferre, al cual amé locamente, no existe o al menos, jamás me amo, nunca supo responder a mis sentimientos... ¡¡¡Nunca mereciste mi amor, y mi corazón!!!... Quédate con ella, no vales la pena, después de... No, no te lo diré, adiós y te deseo, toda la felicidad... -expresó, muy decepcionada, para luego retirarse del altar y poder ocupar, uno de los lugares libres.

Desde la parte de atrás, Kotori quien solo ve en silencio, suelta unas lágrimas, pues luego de escuchar a Origami; por primera vez, ella pudo entender lo que la albina siente, desde hace ya tantos años, pero más que nada, ese amor sincero, que le tuvo a Shido.

Antes que alguien pudiera intervenir, se oye la marcha nupcial, seguida por la llegada de Tohka, en su vestido de novia; fingiendo que nada pasó, Shido cambia su expresión seria, por una llena de felicidad, contrastando con la rabia de Origami y Kotori, que solo miran.

Tohka avanza lentamente por el pasillo, con su velo cubriendo su rostro; nadie dice nada al respecto, solo fingen felicidad.

Shido se acerca a la novia, para recibirla de manos de su padre adoptivo en el altar, con la palma extendida; alegre, la toma para así quedar frente a su amado, quien levanta su velo... Maravillado por su bella mirada, solo le sonríe; hecho esto, el sacerdote procede a comenzar con la ceremonia.

Esta transcurre normalmente, con cada una de las espíritus animadas, viendo como 2 de las personas, más preciadas para ellas, al fin se unen para siempre; a excepción de Reine, quien suelta una lágrima, debido al dolor de verlo con otra y Origami, quien lo mira llena de odio... Aunque la más afectada, es Kotori, que prácticamente, le suplica con los ojos a Shido, se retracte; que sé dé la vuelta, que la tomé de la mano y se vayan juntos, dejando todo atrás, para poder ser felices.

Nia: Yoshino... ¡¿Sabes la razón, del por qué no vino Mana?! -preguntó, algo sería.

Yoshino: No lo sé, solo dijo que no aprobaba está boda -respondió tímidamente.

Natsumi: ¡Oigan...! Se pueden callar, de una vez -interrumpió, viéndolas muy enojada.

Después de que Muku y Miku les colocarán el lazo, Nia entregará las arras, así como las Yamai les dan los anillos; la ceremonia llega al punto clímax, el sacerdote se aproxima a la pareja, colocándose en medio de Shido y Tohka, con los brazos extendidos.

Sacerdote: Itsuka Shido, aceptas desposar a Yatogami Tohka... Para serle fiel, en la salud y la enfermedad, en lo próspero y también en la adversidad... ¿Hasta qué la muerte los separe? -preguntó mirándolo.

Shido: Acepto -respondió, con seguridad.

Apenas oye la respuesta, un par de lágrimas se deslizan por el rostro de Origami, al igual que Kotori, quien se encontraba muy dolida y con el corazón roto; anhelaba con todo su ser, que Shido se retractara, pero al final no había sido así, disipándose en por completo, ese último gramo de esperanza.

Sacerdote: Yatogami Tohka, tú aceptas como esposo a Itsuka Shido, en la enfermedad y la salud, en lo próspero y lo adverso, por todos los días de tu vida, ¿hasta qué la muerte, los separe? -preguntó, mirándola.

Tohka: Acepto -respondió muy feliz.

Sacerdote: Si hay alguien, que sepa de algún impedimento o motivo, el cual no permita o haga posible, está unión... ¡Qué hablé ahora, o calle para siempre!... -expresó, viendo a la concurrencia.

Esperando que alguno de los asistentes, alce la mano o alguien aparezca en ese momento en la puerta, todo queda en silencio; incluso Origami, permanece callada y con la mirada fija en los novios... Así como Kotori, que solo se mantiene firme; aguantando el dolor que carcome su alma y sobre todo, su corazón.

Sacerdote: Siendo así, por el poder conferido en mí:

"Yo los declaro marido y mujer, lo que dios ha unido, no lo separará el hombre; hijo mío, ya puedes besar..."

¿Al novio? -dijo, quedándose callado, al ver cómo Tohka jala al novio hacia ella.

Tomándolo por el cuello, Tohka besa a Shido de forma apasionada; fundiéndose con él, en un largo y cálido beso.

En eso, un extraño fulgor multicolor, emana de Shido, el cual rápidamente se transfiere a Tohka, una vez que este se disipa, se aleja de los labios de Shido; el cual desconoce, lo que acaba de pasar, a diferencia de las espíritus, quienes observaban muy confundidas, todo lo que acaba de pasar.

Tohka: Finalmente... Mi sueño se ha vuelto, realidad -dijo, con gran felicidad y viendo a su ahora esposo.

Shido: Te amo Tohka... Como a nadie en este mundo -respondió, más feliz.

Tohka: Lástima qué solo sea una ilusión, mi mentiroso esposo -dijo, de forma sombría y con la mirada muerta.

Shido: ¿Tohka? -preguntó, confundido.

Tohka: ¡Estamos casados ahora Shido, hasta que la muerte nos separe...!

¡¡¡SANDALPHON!!! -exclamó, mientras toma su brazo derecho, con fuerza.

Sin dudarlo, Tohka atraviesa el cielo de este, con su filosa espada, dejando boquiabiertos a todos los presentes, las lágrimas brotan en los ojos de Reine, Kotori, Haruko y las demás chicas; quienes, miran impotentes lo que ha pasado, dejándolo caer bruscamente al piso, Tohka se aleja dejando ver su vestido ahora manchado en rojo, junto a una mirada llena de odio, la cual se enfoca en Shido.

Kotori: Pero, ¿qué?... Su herida... ¡Su herida no sana! -gritó, acercándose al altar.

Tohka: Y porque debería, Shido ya no tiene la protección, del ángel Camael -respondió, cortándose la mano con su espada.

Luego de esto, las flamas de Camael cubren su mano, sanándola al instante, lo cual deja ver la verdad en sus palabras; las espíritus, así como Reine, Origami y la misma Kotori, entiende el significado de aquel brillo.

¡¿SELLASTE SUS PODERES, CON ESE BESO?!

Reine: Tú... ¡¡¡Le robaste los poderes, de las demás espíritus!!! -exclamó, impactada.

Tohka: ¿Robar?... Somos esposos, ahora todo lo suyo, también es mío, Reine-san -expresó, con indiferencia.

Shido: ¿Por qué, haces esto? -preguntó, muy confundido y tosiendo sangre.

Tohka: Esto es tu culpa, Shido... Tú causaste esto; esto es el precio a pagar amor mío, por tu infidelidad... -respondió, alzando la mano para invocar su vestido astral, el cual ahora tiene la sangre de Shido impregnada en él.

Continuará...

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