Capítulo 10: Reencuentro y reconciliación.

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¡¡¡NII-SAMA!!!

AL FIN TE ENCONTRÉ...

Shido: Disculpa... No quiero sonar grosero ni nada, pero... ¿Quién eres? -preguntó un poco extrañado.

???: Discúlpame, me emocioné de más Shido Itsuka -respondió, con alegría en su voz.

???: Mi nombre es Mana Takamiya, yo soy tu hermana menor -añadió, dándole un abrazo más apretado que el primero.

Shido: ¿Mi hermana...? No puede ser, quiere decir que no estoy solo; tengo un familiar, y está justo aquí -balbuceó emocionado.

Shido: Pero no te recuerdo, ni a ti y menos a esa infeliz que... -respondió muy serio, antes de ser silenciado por la mano de Mana.

Mana: Ella te ama, de hecho a ambos... Voy a contarte todo; pero quiero llevarte al que va a ser, tu nuevo hogar -dijo, tomándolo de las manos con suavidad.

Shido: La chica de cabello negro se refería a ti... ¿No es así? -preguntó.

Mana: Exactamente, yo quería protegerte de esa loca que quiso asesinarte; pero yo no era rival para ella, así que me pedí de favor a mi amiga Kurumi, que te protegiera -respondió.

Shido: Así que Kurumi... Cómo sea, entonces tú también sabes pelear... -expresó, con algo de duda en su voz.

Mana: Claro, yo soy muy fuerte... Aunque no llego a su nivel; soy capaz de pelar de igual a igual, contra esa espíritu -respondió sería.

Mana: ¿Confías en mí? -preguntó, viéndolo a los ojos.

Shido: Sí -respondió, sin algún signo de duda en su voz.

Mana: Muy bien... ¡Vámonos! -expresó de lo más feliz.

Aprovechando que no hay nadie cerca en el parque, Mana aprieta el puño, haciendo que una armadura negra aparezca; esto deja con la boca abierta al peliazul, quien se aleja un poco, para poder verla mejor.

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En un solo movimiento, Mana lo sujeta por el pecho y sin decir nada sale volando, ante la mirada estupefacta de Shido; quien no da crédito a lo que está pasando, luego de unos minutos de vuelo, esta aterriza en el bosque.

Shido: ¡No mentías! -exclamó, respirando de forma agitada.

Mana: Bienvenido a tu nuevo hogar -dijo un poco emocionada, señalando algo a espaldas de Shido.

Apenas voltea, se cae de espaldas al ver una casa tan grande y hermosa en pleno bosque, lo que hace sonreír al peliazul; mostrándose algo divertida por la actitud de su hermano, Mana deja que disfrute de este momento.

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Shido: Es hermosa -dijo, muy feliz.

¡¡¡SHIDO-SAN!!!

Un grito desgarrado y a la vez emotivo, hace eco en todo el lugar, apenas voltea la cabeza hacia el punto de origen, se encuentra a una pelinegra muy familiar; está solo observa en silencio a Shido, para luego lanzarse encima de este, abrazándolo de una forma posesiva.

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???: Shido-san, estás bien... Estás aquí, al fin estás aquí mi amor -susurró, de forma muy angustiada, mientras lo abraza más fuerte.

Shido: ¿Tanto te importo? -preguntó.

???: Claro que sí -respondió, sollozando.

Mana: Vaya, vaya... Ni siquiera yo que soy su hermana, me puse tan melosa -intervino, de forma burlona.

Shido: No seas así hermanita... A mí también me da mucho gusto ver a Kurumi... -expresó, viendo dulcemente a la pelinegra.

Kurumi: Ara, Ara... ¡¿Por qué le dijiste Mana, yo quería hacer eso?! -preguntó enojada.

Mana: Fue sin querer... -respondió, de modo adorable.

Mana: Vamos... Mamá nos está esperando, es hora de cumplir mi promesa; lo único que te voy a pedir, es que la escuches hasta el final Nii-sama -añadió, dándole la mano a ambos.

Antes que pueda levantarse, Kurumi vuelve a derrivarlo, quedando encima de Shido en una posición muy explícita; lo cual provoca que él se sonroje demasiado, al punto de no ser capas de sostenerle la mirada.

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Shido: Ku... Kurumi -balbuceó, algo nervioso y muy sonrojado.

Kurumi: No sabes lo feliz que me hace poder verte mi amor -respondió, acercándose cada vez más a él.

¡¡¡ÓYEME, NO VOY A PERMITIR ESO!!!

AL MENOS, NO SIN UN ACTA QUE AVALE SU UNIÓN COMO MARIDO Y MUJER.

¡¡¡AHORA BÁJATE DEL HIJO DE LA SEÑORA TAKAMIYA, O TE AVIENTO UNA CUBETA DE AGUA HELADA ENCIMA!!!

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Una bella adolescente, de cabello color jade mira de forma imponente a la azabache, la cual se baja de inmediato; esto sorprende a Shido, pues no comprende como Kurumi le tema a una chica, dado su gran poder.

Kurumi: Lo siento mucho Natsumi, solo me dejé llevar -dijo, haciendo una reverencia.

Natsumi: Así me gusta hermana, ahora seré yo quien lleve a Shido a la casa; te pido que me sigas por favor -respondió, extendiendo su mano derecha.

Sin decir nada, Shido acepta y ambos van de la mano al interior de la residencia; ya sin la presencia de Natsumi, las 2 solo suspiran.

Mana: Yo no entiendo, como fue que aquella niña tímida, sea ahora una adolescente de lo más imponente -dijo, cruzándose de brazos.

Kurumi: El amor y calor hogareño, le dieron la confianza que ese monstruo le arrebato a esa dulce niña... La quiero mucho, así como las demás -respondió, guiñándole un ojo.

(Amenización de esta parte †, hasta ††)

En el interior de la casa, Shido pasa directo a la sala, dónde una hermosa mujer de cabello plateado, lo espera en el sofá; apenas lo mira llegar, se levanta y sale corriendo con Shido para darle un abrazo muy fuerte.

???: Shin, mi niño... Finalmente, después de 8 años, al fin puedo abrazarte -dijo, con una clara emoción.

Shido: ¿Murasame-san? -preguntó serio.

Reine: No amor, mi nombre es Mio... Yo soy Mio Takamiya, tu madre... -respondió, llena de alegría, mientras le extiende su mano.

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¿MI MADRE?

¡TÚ ME ABANDONASTE COMO A UN PERRO, SOLO TE LARGASTE!

SHIN, DÉJAME EXPLICARTE...

NO QUIERO, LÁRGATE DE AQUÍ... ¡LÁRGATE DE MI VIDA!

EN ESO ERES BUENA...

Apenas termina de decirle eso, Shido corre a la puerta de salida; pero en ese instante, una mano lo sujeta con fuerza por el brazo.

Shido: Kurumi... -dijo enojado.

Kurumi: Solo escúchala... Dijiste que confías en mí; te prometo, que no te arrepentirás, ve con Mio -respondió, besándolo en la mejilla.

Incapaz de ir contra los deseos del ser que lo salvó morir horas atrás, Shido se aproxima a dónde ya lo espera la peliplata; sin decir una sola palabra, Mio lo guía de vuelta al sofá en donde estaba sentada, para hablar con él.

Horas de gritos, preguntas ocasionales, unos cuantos reclamos del peliazul y lágrimas por parte de Mio; pero al final, Shido entiende el gran sacrificio que ella hizo, para protegerlo de morir a manos de Ellen.

Shido: Entonces, por esa razón trabajaste en Ratatoskr; para tener vigilados a los Itsuka y al mismo tiempo, saber de mí -dijo, con algo de nostalgia.

Mio: Así es Shin, aunque no podía estar a tu lado, jamás dejé de procurarte -respondió.

Shido: Eran tuyos, los regalos que recibía en navidad... ¿Tú me los enviabas?... -preguntó, con esperanza en su voz.

Mio: No pasaba navidad o cumpleaños, en el cual dejara de pensar en ti; y sí fui yo, quien te lo enviaba amor -respondió de nuevo.

Shido: Pero esa tal Ellen... -expresó, con algo de curiosidad.

Mio: Ya hablaremos sobre aquella que tomó mis poderes de espíritu -respondió, un poco sería.

Shido: Ósea, tú ya no eres un espíritu... -dijo, con la voz entrecortada.

Mio: Así es Shin -respondió dulcemente.

Shido: Por mi culpa, perdiste tu poder, yo no lo valía... -expresó, antes que Mio le diera un beso en la frente.

Mio: Yo no perdí nada, tú vales más que todo ese poder que tuve, y lo haría de nuevo Shin con tal de proteger -respondió, abrazándolo muy fuerte.

Shido: Ma... ¡Mama! -gritó eufórico, dándole un abrazo propio.

Luego de esto, Mio recuesta su cabeza sobre el hombro de su hijo; el cual, la mira con un amor incondicional y dulce.

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Shido: Pensé que te odiaba, pero solo era mi dolor hablando; tú no fuiste la culpable, eres otra víctima de esa infeliz... Me alegra que tú estés aquí conmigo -susurró, acariciando sus mejillas.

Al otro extremo Hibiki, Sawa y Nia, ven con gran alegría la escena; pues se les hace de lo más conmovedora y dulce.

Hibiki: Que bueno que la perdonó -dijo, con una sonrisa calidad dibujada en el rostro.

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Sawa: Mio no fue culpable... No hubiera sido justo que su hijo la odiara -expresó, dejando ver una sonrisa sincera.

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Nia: El chico tiene un gran corazón, además de ser muy guapo -añadió, sonrojándose un poco, mientras unos corazones aparecen en sus iris.

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Sawa/Hibiki: Mejor, saca esa idea de tu loca cabeza/Es verdad, o acaso quieres que cierta pelinegra te asesine -interrumpieron, antes de darle un zape simultáneo en la cabeza.

Natsumi: Es verdad tía Nia... Mi hermana lo ha esperado por más de 10 años; defenderá ese amor, sobre todas las cosas... -intervino, sin dejar de ver alegre la tierna escena.

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Nia: Solo es una broma... Sé mejor que nadie lo mucho que ha sufrido; ahora que lo tiene al alcance, podrán ser felices -respondió, de forma sincera.

Hibiki: Hoy dejaremos las cosas así... Él pasó por mucho este día; mañana hablaremos en serio con Shido... Pero, sin importar cuál sea su decisión lo apoyaremos; después de todo, le debemos mucho a Mio... -dijo, cruzándose de brazos.

PUMP, PUMP, PUMP...

De forma abrupta, unos toquidos rompen la bella atmosfera, haciendo que todos salvo el peliazul y su madre se percaten de lo que ha pasado; mirándose entre ellas, tanto Kurumi como Mana, corren con las otras, puesto que algo en el ambiente, les causa nerviosismo y sobre todo, gran intranquilidad.

Sawa: ¿Quién será? -preguntó, mirando a las otras chicas.

Mana: Debió ser el viento -respondió.

PUMP, PUMP, PUMP...

Hibiki: Vaya, pues el viento acaba de tocar la puerta nuevamente -expresó, de forma muy sarcástica.

Nia: Esto es enserio chicas, la razón de estar en este rincón olvidado, fue para ocultarnos de Ellen... Ni siquiera las amigas de Natsumi, vienen a la casa -respondió, nerviosa.

PUMP, PUMP, PUMP...

Kurumi: Ara, Ara... Hablando de Natsumi, yo no la veo por ningún lado -intervino, con un poco de preocupación en su voz.

YA VOY...

¡¡¡NATSUMI, NO ABRAS LA PUERTA!!!

Abriendo la puerta en su totalidad, todas las presentes miran con terror extremo, a quien tocaba de forma tan agresiva; no es otra que la espíritu que atacó a Shido horas atrás, sin decir nada, solo se cruza de brazos.

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Tenka: Humana, tengo 2 preguntas -expresó, con voz áspera.

Natsumi: Claro, dime -respondió tranquila.

Tenka: ¿Se encontrará Shido Itsuka y puedo pasar a hablar con él? -preguntó sería.

Natsumi: Sí está, pero no puedes hablar con él -respondió, con voz autoritaria.

Tenka: ¿Y por qué no? -preguntó, liberando su Reiryoku de golpe.

Natsumi: Simple:

*Porque trataste de matarlo...

*Porque lo insultaste...

*Porque eres una maldita loca, que aborrece a los humanos...

*Porque atacaste a mi hermana y...

¡POR QUÉ NO SE ME DA LA MALDITA GANA DEJARTE HABLAR CON SHIDO!

BUUUUUUUUUUUUUUUUUUUMMMMMM

Cerrándola la puerta en la cara, Natsumi va con las otras, sacudiéndose las manos como si hubiera hecho un gran trabajo; mientras, todas las demás palidecen por el miedo que les causa pensar en aquella pelimorada.

Hibiki: Na... Natsumi, no sabes lo que acabas de hacer...-dijo tartamudeando y con los ojos llenos de nerviosismo.

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¡¡¡NATSUMI ESTÁS LOCA, ESA TIPA NOS VA A HACER MERMELADA!!!

¡¡¡HUMANAAAAAAAAAAAAAAA!!!

††

Continuará...

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