Mother's Love


-Ubicacion actual con Erza-

después de haber detenido a varios demonios renegados la peli roja volvio a su forma humana y invoco su deportivo por que la verdad estaba algo aburrida y quería dar un paseo por la ciudad pero en ese momento algo llamo su atencion.

https://youtu.be/dsD-MPkzkV0

La peli roja alza su mirada viendo de frente una casa de 2 pisos que parecía normal pero algo en su interior le decía que nada era lo que parecía.

Esta se dirige a la casa y para su sorpresa esta estaba sin seguro, Erza abrió la puerta y de inmediato se tapo la nariz ya que un podrido olor llego hacia ella además de un sorpresivo golpe de calor.

Erza intento encender las luces pero no pasaba dándose cuenta que el fluido eléctrico estaba cortado acaso había alguien viviendo aquí?

Ella luego nota varias bolsas de basura a su alrededor además de mucha ropa sucia dándose cuenta que si había alguien o que estaba abandonado.

Erza: pero que le pasa a este lugar quien podria vivir a si? fue lo que se dijo pero luego escucho los mismos sollozos en la parte de arriba.

Ella subió con cuidado las escaleras teniendo algo de cuidado debido a la gran cantidad de basura regada viendo una puerta medio abierta y una luz encendida en esta pero débil.

Erza se asomo con cuidado y en eso vio una escena que le desgarro el alma, allí había un niño rubio de ojos cafes completamente desnudo acostado en una cama de rodillas mientras se encontraba masturbando aunque el pequeño le dolía ya que cada vez que hacia eso el niño sollozaba su cuerpo era muy delgado y pálido dando a entender la clara falta de comida y agua en el pequeño.

El niño observaba una computadora Laptop y de como este seguía haciendo eso el decía algo múltiples veces.

Niño: Mama, mama, mama perdóname decía entre sollozos hasta que de pronto el computador se apaga.

El chico no lo soporto mas dejo de hacer eso y de pronto cayo de espaldas en la cama sintiendo como sus fuerzas lo abandonaban quedando inconsciente derramando lagrimas.

-Punto de vista desde arriba-

En el umbral de una casa desvencijada y olvidada por el tiempo, Erza, con sus ojos color ámbar llenos de determinación, encontró a un niño pequeño. Estaba solo, desamparado, con la mirada perdida en aquella computadora como si hubiera sido abandonado por el mundo entero. Su rostro sucio estaba marcado por rastros de lágrimas y su ropa raída apenas lo protegía del frío de la noche.

Erza se arrodilló frente a él, su corazón latiendo con fuerza. Extendió su mano con suavidad, tratando de transmitirle calma y seguridad.

Erza: "¿Hola?", susurró con delicadeza, como si cada sílaba fuera una caricia para el alma del niño. El niño levantó la vista, sus ojos vidriosos encontraron los de Erza, llenos de un brillo de esperanza, como si en ese momento hubiera encontrado un rayo de luz en medio de la oscuridad.

Con un gesto gentil, Erza envolvió al niño en su abrazo cálido y protector. Lo levantó en brazos con ternura, como si fuera la cosa más frágil y valiosa del mundo.

Erza:   "No tengas miedo", murmuró suavemente, acunándolo con amor. "Estoy aquí para cuidarte, para protegerte. No estás solo."

Con pasos cuidadosos, Erza llevó al niño lejos de aquel lugar desolado, envuelto en su capa de determinación y compasión. Con cada paso, el niño encontraba un poco más de confianza en el mundo, porque ahora tenía a Erza a su lado, una luz en la oscuridad, una esperanza en la desesperación.

Erza sin que el chico lo supiera tomo la computadora que usaba para aquellos actos y la guardo sabia que esa cosa tenia informacion de lo que le pasaba al pequeño y con ello debia ayudarlo.

Y juntos, caminaron hacia un nuevo amanecer, donde el amor y la bondad de Erza iluminarían el camino hacia un futuro lleno de posibilidades y esperanza para el niño abandonado.

Erza salio de aquel lugar abandonado con el pequeño aun en sus manos abriendo la puerta de su deportivo y colocando suavemente al chico en el asiento del copiloto y cerrando la puerta suavemente para no alertarlo.

Ella luego se dirige al asiento del conductor encendiendo su vehículo y con todo eso ambos se fueron

Mientras Erza manejaba notaba como el pequeño se encontraba despertando poco a poco Erza se acercó con cuidado, extendiendo una mano amigable hacia él.

Erza: "¿Estás bien?" preguntó con voz suave, tratando de no asustarlo más. El niño levantó la mirada, sorprendido por la presencia de esta extraña chica. Sin embargo, algo en sus ojos le transmitió una sensación de seguridad que él había olvidado. Con un suspiro, asintió levemente.

Erza no perdió tiempo. Con habilidad y ternura, limpió el rostro del niño y lo envolvió en su capa para protegerlo del frío de la noche. Le ofreció algo de comer que llevaba consigo, y mientras el niño devoraba el alimento con avidez, ella le contó historias de valentía y esperanza.

Erza no perdió tiempo. Con habilidad y ternura, limpió el rostro del niño y lo envolvió en su capa para protegerlo del frío de la noche. Le ofreció algo de comer que llevaba consigo, y mientras el niño devoraba el alimento con avidez, ella le contó historias de valentía y esperanza.

Erza observó con preocupación cómo el niño devoraba el alimento con ansiedad. Era evidente que sufría de desnutrición y deshidratación, y su débil cuerpo luchaba por recuperarse. Sin dudarlo, Erza sabía lo que debía hacer.

Con delicadeza, sostuvo las manos del niño entre las suyas y cerró los ojos, concentrándose en canalizar parte de su propia energía hacia él. Una cálida luz dorada emanó de sus manos, envolviendo al niño en un aura reconfortante. El pequeño empezó a respirar con más facilidad, sus mejillas pálidas adquirieron un leve tono rosado y su pulso se estabilizó.

Sin embargo, el esfuerzo de transferir su energía fue agotador para Erza. A medida que el niño se fortalecía, ella misma comenzó a sentirse débil y mareada. La fatiga acumulada por sus muchas batallas y su constante lucha por la justicia pesaba sobre ella, pero no podía permitirse descansar hasta asegurarse de que el niño estuviera a salvo.

Finalmente, cuando estuvo seguro de que el niño estaba fuera de peligro inmediato, Erza se quedo respirando de manera agitada en el asiento del piloto El mundo a su alrededor se volvió borroso y oscuro, y sintió cómo la conciencia se desvanecía lentamente deteniendo su auto cerca de la orilla ella cayo algo desmayada.

El niño, ahora con fuerzas renovadas, se acercó a Erza con preocupación en sus ojos. Con manos temblorosas, intentó despertarla, llamándola por su nombre con voz temblorosa. Pero Erza ya se había desmayado, su rostro pálido reposando en un gesto de paz. Sin embargo, la semilla de esperanza que había plantado en el corazón del niño seguía ardiendo fuerte. Con determinación, decidió que era su turno de cuidar de Erza, prometiendo protegerla y estar a su lado como ella lo había hecho por él.

-Una media hora paso y Erza empezó a despertar notando un peso encima de sus piernas noto al niño que salvo estando dormido usando las piernas de la peli roja como su almohada

Erza abrió lentamente los ojos, sintiéndose aún débil pero reconfortada por la suave brisa que acariciaba su rostro. La visión del niño a su lado la llenó de calidez, recordándole por qué estaba allí y renovando su determinación.

Erza: "¿Estás bien?" preguntó con voz suave, mientras se sentaba con cuidado, aún sintiendo la debilidad en sus huesos.

El niño asintió tímidamente, sus ojos brillando con gratitud y admiración.

Niño: "Sí, gracias a usted, señorita", respondió con voz suave pero llena de sinceridad. Erza sonrió, apreciando la confianza que el niño depositaba en ella. "Es un nombre hermoso", comentó, sintiendo cómo la conexión entre ellos se fortalecía con cada palabra compartida. El niño, ahora con un brillo de emoción en sus ojos, se apresuró a devolver el cumplido. "Mi nombre es Yuto", confesó con timidez, como si estuviera revelando un tesoro oculto.

Erza asintió con una sonrisa cálida. 

Erza: "Yuto", repitió suavemente, saboreando el sonido del nombre. "Es un honor conocerte, Yuto."

En ese momento, una sensación de paz y serenidad envolvió a Erza. A pesar de las dificultades que enfrentaban, había encontrado un compañero en Yuto, alguien a quien proteger y a quien cuidar. Juntos, se enfrentarían a lo que fuera que el destino les deparara, unidos por el lazo de la amistad y la compasión.

Erza observó a Yuto con cariño mientras conducía por las calles iluminadas por las luces de la ciudad. Su pequeña mano estaba firmemente agarrada a la suya, y cada segundo juntos fortalecía el vínculo entre ellos. Decidida a hacer de aquel momento un recuerdo especial, Erza lo llevó a un acogedor restaurante cercano.

Una vez dentro, el cálido aroma de la comida llenó sus sentidos, y Erza sonrió al ver la emoción en los ojos de Yuto mientras miraba el menú. Juntos eligieron una variedad de platos deliciosos, y mientras esperaban que la comida llegara, compartieron historias y risas.

Erza admiraba la determinación y la valentía de Yuto, su capacidad para encontrar esperanza incluso en los momentos más difíciles. En su corazón, sabía que estaba destinada a cuidarlo y protegerlo, como si fuera su propio hijo.

Cuando la comida finalmente llegó, disfrutaron cada bocado con gratitud y alegría. Yuto parecía haber olvidado por un momento las penas del pasado, su rostro iluminado por una sonrisa radiante que llenaba el restaurante de luz y alegría.

Al terminar la comida, Erza miró a Yuto con ternura, sintiendo cómo su corazón se llenaba de amor y gratitud. 

Erza: "Yuto", comenzó con voz suave pero firme, "quiero que sepas que a partir de ahora, seré como tu madre. Estaré aquí para cuidarte, protegerte y amarte, siempre."

Los ojos de Yuto se llenaron de lágrimas de alegría y emoción. Con un suspiro tembloroso, asintió con la cabeza, sintiendo cómo el peso del mundo se levantaba de sus hombros. En los brazos de Erza, encontró el amor y la seguridad que tanto anhelaba, y supo que nunca más tendría que enfrentar la oscuridad solo.

Y así, en aquel cálido y acogedor restaurante, dos almas perdidas encontraron un hogar en los corazones del otro. Unidos por el lazo eterno del amor maternal, Erza y Yuto se embarcaron en un nuevo capítulo de sus vidas, listos para enfrentar juntos cualquier desafío que el futuro les deparara.

Erza sonrió mientras observaba a Yuto emocionado mientras se acercaban al lujoso vehículo deportivo estacionado frente al restaurante. Abrió la puerta del conductor y ayudó a Yuto a subir al asiento del pasajero, asegurándose de que estuviera cómodo antes de entrar en el auto.

Nota: El chico no vio el auto debido a que al principio quedo inconsciente y luego cuando se bajaron el hambre lo hizo ver hacia adelante concentrándose mas en la comida.

El motor rugió con potencia cuando Erza lo encendió, y el vehículo se deslizó suavemente por las calles iluminadas por la noche. Con cada curva y giro, la emoción de Yuto crecía, sus ojos brillaban con anticipación mientras se dirigían hacia las afueras de la ciudad.

El viento fresco acariciaba sus rostros mientras viajaban por la carretera, y Erza no pudo evitar sonreír al ver la felicidad en el rostro de Yuto. En su corazón, sabía que estaba llevando a Yuto a un lugar donde sería recibido con amor y calidez, un lugar que ahora consideraba su verdadero hogar.

Finalmente, llegaron a la impresionante mansión de Erza, con sus imponentes columnas y sus jardines exuberantes iluminados por la luz de la luna. Yuto observaba maravillado mientras Erza estacionaba el auto frente a la entrada principal al lado de la Moto de sus hermanos y la camioneta de Issei.

Al abrir la puerta del vehículo, Erza extendió su mano hacia Yuto, quien la tomó con gratitud. Juntos, caminaron hacia la entrada de la mansión, donde fueron recibidos por la cálida bienvenida de los tres hermanos de Erza, quienes esperaban con los brazos abiertos.

Erza presentó a Yuto a sus hermanos con una sonrisa radiante, y pronto, la mansión resonó con risas y alegría mientras compartían historias y creaban recuerdos juntos. En ese momento, Erza supo que, con Yuto a su lado y su familia a su alrededor, su hogar estaba completo.

-Segundo piso-

Erza miró a Yuto con seriedad, sintiendo la importancia de revelarle la verdad sobre su familia. Sabía que era hora de que él supiera quiénes eran realmente.

Erza: "Yuto, necesito contarte algo sobre mi familia", comenzó Erza, su tono grave pero lleno de sinceridad. "No somos personas comunes. Somos algo más."

Los ojos de Yuto se ampliaron con sorpresa mientras escuchaba atentamente las palabras de Erza, preparándose para lo que estaba por venir.

Erza: "Soy Erza, pero mi verdadero nombre es Furia", continuó Erza, su mirada firme y decidida. "Soy la Jinete de la Furia, uno de los Cuatro Jinetes del Apocalipsis."

Yuto se quedó sin palabras, procesando la revelación mientras Erza continuaba explicando. 

Erza: "Issei es mi hermano menor y él es la Jinete de la Guerra. Tatsumi, nuestro hermano mayor, es el Jinete de la Muerte. Y Basara, mi otro hermano mayor, es el Jinete de la Lucha."

El asombro de Yuto era evidente, pero Erza sabía que debía seguir adelante con la verdad. Le explicó cómo habían sido elegidos para llevar a cabo una misión crucial para mantener el equilibrio en el mundo y protegerlo de las fuerzas del caos.

Erza: "Nosotros, los Jinetes, tenemos habilidades y responsabilidades especiales", dijo Erza con seriedad. "Pero eso no cambia quiénes somos en el fondo. Seguimos siendo una familia, unidos por el amor y el vínculo que compartimos."

Yuto asintió lentamente, asimilando la información que acababa de recibir. Aunque la revelación era abrumadora, en el fondo de su corazón, sabía que confiaba en Erza y en su familia.

Yuto: "Gracias por confiar en mí lo suficiente como para contarme la verdad, Erza", dijo Yuto con voz suave pero llena de gratitud. "No importa quiénes sean realmente, siempre estaré aquí para apoyarlos."

Erza sonrió con ternura, sintiendo un gran alivio al escuchar las palabras de Yuto. Sabía que con él a su lado, podrían enfrentar cualquier desafío que el destino les deparara, unidos por el lazo indestructible del amor y la familia.

pero Erza respiró profundamente, preparándose para mostrarle a Yuto su verdadera forma. Con un gesto determinado, cerró los ojos por un momento y se concentró en su interior. Una energía poderosa la envolvió, transformándola lentamente ante los asombrados ojos de Yuto.

Cuando Erza volvió a abrir los ojos, ya no era la joven de cabello rojo que Yuto conocía. Ahora, se alzaba ante él una mujer alta, con cabello rojo/morado como el fuego que caía en ondas hasta la cintura. Sus ojos brillaban con un fulgor blanco, radiando poder y determinación. Estaba vestida con una armadura femenina, reluciente y adornada con detalles intrincados que relucían a la luz de la luna. Un látigo estaba atado a su cintura, como una extensión de su propia voluntad, listo para ser desplegado en cualquier momento.

Yuto se quedó boquiabierto, incapaz de apartar la mirada de la impresionante figura que tenía delante. Nunca antes había visto algo tan extraordinario, y la magnificencia de Erza en su verdadera forma lo dejó sin aliento.

Erza extendió una mano hacia Yuto, su voz resonando con autoridad y gentileza al mismo tiempo. 

Erza: "Esta es mi verdadera forma, Yuto", dijo con calma. "Soy la Jinete de la Furia, y estoy aquí para protegerte."

Yuto se sintió abrumado por la magnitud de lo que estaba presenciando, pero también sintió una oleada de confianza y seguridad en la presencia de Erza. Con una sonrisa temblorosa, extendió su mano para tomar la de ella, aceptando su protección con gratitud y admiración.

Erza miró a Yuto con determinación, consciente de que la revelación de su verdadera forma podía ser abrumadora. Sin embargo, también sabía que él tenía un gran potencial y quería ofrecerle una oportunidad para desarrollarlo.

Erza: "Yuto", comenzó Erza, su voz resonando con confianza, "te propongo algo. Además de ser tu nueva madre, me gustaría ser tu maestra."

Yuto parpadeó, sorprendido por la oferta. La idea de ser entrenado por alguien tan poderoso como Erza lo llenaba de emoción y anticipación.

Erza: "Quiero ayudarte a desarrollar tus habilidades, a que te vuelvas más fuerte", continuó Erza. "No solo para protegerte a ti mismo, sino para que puedas enfrentar cualquier desafío que se interponga en tu camino con valentía y determinación."

Los ojos de Yuto brillaron con determinación mientras absorbía las palabras de Erza. La idea de convertirse en un guerrero fuerte y capaz, bajo la tutela de alguien tan formidable como ella, despertaba un fuego ardiente dentro de él.

Yuto: "Acepto tu oferta, Erza", dijo Yuto con determinación, su voz llena de gratitud y entusiasmo. "Quiero aprender todo lo que puedas enseñarme. Quiero ser fuerte, no solo por mí, sino para estar a tu altura y proteger a los demás."

Erza asintió con una sonrisa, orgullosa de la determinación de Yuto. Sabía que juntos, como maestra y estudiante, podrían forjar un camino hacia la fuerza y el coraje que él deseaba alcanzar.

-Un rato después-

Mientras Erza se encontraba en el primer piso de la mansión, sumida en una conversación con sus hermanos, Yuto decidió explorar un poco más el lugar. Mientras caminaba por los pasillos, se topó con dos niños que jugaban animadamente en una habitación decorada con juguetes y colores brillantes.

Hiroki: "Hola, ¿quién eres tú?" preguntó el niño rubio, con curiosidad en sus ojos mientras se acercaba a Yuto.

Yuto: "Soy Yuto", respondió él con una sonrisa tímida. "Acabo de llegar aquí."

Hiroki: "¡Qué bien! Yo soy Hiroki", dijo el niño con entusiasmo, extendiendo la mano hacia Yuto.

Yuto estrechó la mano del pequeño con una sonrisa. 

Yuto: "Encantado de conocerte, Hiroki."

En ese momento, el otro niño, Hayato, se acercó con una sonrisa traviesa en su rostro. 

Hayato:"¡Hola! Soy Hayato, ¡y soy el mejor en correr carreras!"

Yuto rió suavemente ante la energía contagiosa de los niños. 

Yuto:"Un placer conocerte, Hayato. ¿Están ustedes dos solos aquí?"

Hiroki/Hayato: "¡Sí!" exclamaron los dos niños al unísono, intercambiando miradas cómplices.

Yuto asintió, disfrutando de la compañía de los pequeños mientras continuaban charlando y jugando. Mientras tanto, en el segundo piso, Erza y sus hermanos seguían inmersos en su conversación, ajena a la dulce interacción que ocurría abajo.

Pero Erza en su mente se repetía la misma imagen de siempre Yuto arrodillado en aquella cama masturbandose aunque le doliera.

Muchas preguntas llegaron a su mente por ese tema siendo estas:

¿Porque Yuto hacia eso a pesar de dolerle?

¿Porque fue abandonado?

¿Donde esta su madre?

¿Que tiene esa laptop?

¿Cuanto tiempo estuvo solo?

¿Por que habia ropa interior de mujer en el piso?

¿Como logro sobrevivir todo este tiempo solo?

¿Y por que repetía Mama perdoname?

Esas y mas preguntas llegaron a la mente de Erza mientras cada uno de sus hermanos se iban a dormir. Ella tenia la laptop guardada pero sin batería la cargaria mañana y por fin sabría todo pero ahora lo importante es cuidar a Yuto 

Fin del capitulo que les parecio?

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