Capítulo 7: Furia.
"Si por alguna razón la vida te pusiera a un ser que sabes que no es para ti... que le pertenece a alguien más ¿te enamorarías?"
So Yeon se estaba cambiando la venda nuevamente. Tenía mucho tiempo que no se había lastimado así, ya estaba acostumbrada así que no era raro en ella curarse a sí misma.
-Tonto Niel...-susurró entre dientes.
Se paró haciendo una mueca de dolor, abrió la primera gaveta del escritorio sacando alcohol y gasas nuevas. Suspiró. Cerró el cajón regresando a la mesa lista para el procedimiento. Mojó un algodón con alcohol, lo humedeció bastante para que asegurarse que limpiara por completo. Cerró los ojos y aplicó el algodón a su herida.
¡Cómo ardió!
Con maldiciones atoradas en su garganta, seguía limpiando la herida. El dolor era inmenso pero tenía que limpiarlo, sino eso se iba a infectar. Alejó el algodón, ahora lleno de sangre, para cambiarlo por uno nuevo; sintió el líquido frío escurrir por su brazo junto con un ardor inmenso y unas manos frías rozando su delicada piel.
-¡¿Pero qué...?!-no pudo terminar su frase cuando vio a Jaejoong limpiando la herida.
-De nuevo lastimada, niña tonta...-dijo él sin hacer contacto visual con voz un tanto amenazante y despreocupada, claro sin perder ese tono de sensualidad en ello.
-¡No me digas así!-gritó. Jaejoong presionó mas el algodón a su herida causándole un gran dolor.-¡Maldición! ¡¿Estás loco o qué idiota?!
-Esa boca...-la fulminó con la mirada. So Yeon bajó la mirada.
Terminó de limpiar dejando el algodón a un lado. Puso su mano derecha en la herida cubriendola en su totalidad.
-Será mejor que no veas. Te dolerá.
Ella no dijo nada, no pudo. Él volvió su vista a su mano, empezó a salir humo negro cubriendo toda la herida. Ardía, señal por la cual ella cerró los ojos con fuerza. El humo siguió cubriendo la herida por unos segundos más hasta que Jaejoong retiró su mano.
-Listo.-dijo seco parándose de la silla guardando cada cosa en su lugar.
So Yeon vio su brazo vendado, vio a Jaejoong con disimulo. Mordió su labio con nervios, quería agradecerle pero sabía cómo, no era común en ella hacerlo pero era necesario. Quería hacerlo.
-¿Jae... Jaejoong...?
-¿Qué?
-Em... Gr... Gra... ci... as...
-¿Perdón?-se acercó poniendo su mano en su oreja.-No te escuché.
-No me hagas repetirlo.-se alejó de ahí dándole la espalda.
-Tendrás que hacerlo, porque no te escuché.
Ella lo volteó a ver con ganas de asesinarlo. Su mirada era demasiado penetrante y hermosa, te hechizaba por completo, de la cabeza hasta los pies. Un sonrojo se le dibujó en sus mejillas, por primera vez sentía nervios de ver a un chico a los ojos; sentía miedo... si, miedo. Bajó la mirada para ocultar su sonrojo, lo vio de nuevo frunciendo los labios.
-¡Gracias! ¿De acuerdo? ¡Ya lo dije! ¡¿Contento?!-le gritó para ocultar su sonrojo y nerviosismo. Jaejoong se tapó la boca para ahogar una carcajada.
-Ahora si escuché.-dijo caminando de regreso a la sala con las ganas de reírse a flor de piel. So Yeon lo siguió casi molesta.
-¡Ya! ¡Sólo querías burlarte!
-Claro que no. Solamente quería escucharte decirlo de nuevo. No eres muy agradecida.
-¡Oye, oye, oye! ¡Para!-dijo poniéndose frente a él deteniéndolo con sus manos en su pecho. Ahí pudo sentir más el calor de su cuerpo bajo las yemas de sus dedos. Bajó sus manos inmediatamente.-Ughm... Solo soy así y ya, no tienes porque recriminarme.
-No lo hice, ¿o sí?
-Sí.
-Como digas.
La apartó y se recargó en la ventana viendo el paisaje. So Yeon lo vio con curiosidad. Se acercó a él recargándose en el otro extremo de la ventana mirándolo fijamente. Algo tenía él que la cautivaba.
-¿Qué tanto me miras?-musitó fastidiado.
-Te estudio.
-¿Qué cosa?-la miró con alarma.-¿Qué haces qué?
-Te estudio.-bajó sus brazos.-Siempre miras hacia la ventana cuando anochece y te quedas mirando a la luna con detenimiento. ¿Por qué?
-Eso no debería importante.
-También he notado que te la pasas mucho en la azotea y que casi no estas aquí. ¿Qué no se supone que la muerte debe de estar con su víctima para poder llevársela?
-No necesariamente niña. Además no tengo porque darte explicaciones.
-¿Hay algo de malo en que quiera saber más de ti?
-Sí.
A su mente vino el recuerdo de la chica del bar que estuvo con él el otro día. Fruncio el seño y lo encaró.
-¿Quién era esa chica? ¡Oh! ¡No me digas que es otra víctima tuya!
Jaejoong se molestó al oírla hablar así de Yoo Jung. Se acercó a ella tomándola por la mandíbula con fuerza mirándola con furia en sus ojos, casi queriendo asesinarla. So Yeon lo vio con miedo, vio esos temibles ojos rojos que antes no tenía.
-¡No vuelvas a hablar así de ella!-le gritó apretando más su quijada.-Si vuelves a hablar así de ella te juro que te arrepentirás el resto que queda de tu triste vida, ¿entendiste?
Ella solamente asintió temerosa. Sus respiraciones se unieron, una de temor y otra de coraje. El agarre se hizo cada vez mas fuerte, rechinaba sus dientes cada vez que sus manos apretaban su mandíbula casi desfigurándola. So Yeon hizo una mueca de dolor.
Los ojos de Jaejoong se volvieron carmesí y unas marcas negras debajo de ellos se empezaban a dibujar en poco tiempo. So Yeon lo vio con miedo, era una parte de él que nunca había visto. Su forma demoniaca.
Jaejoong se relajó y soltó su mandíbula dándole la espalda subiendo a la azotea. Poco a poco sus ojos se tornaron de su color normal y las marcas empezaban a desaparecer cuando pensaba en Yoo Jung. Sonrió al pensar en ella sintiendo el frío aire rozando su piel.
So Yeon golpeó la barra de la cocina haciendo que el vaso lleno de agua temblara. ¿Qué tenía ella de especial? ¿Quién era ella? La ponía furiosa el tan solo pensar que Jaejoong veía a una chica como hombre y no como la muerte como lo hacía con ella.
-¿Furiosa?-dijo una voz burlona en la sala. Ella salió a encararlo pensando que era Jaejoong. No lo era.
-¿Quién eres tú?
-Digamos que soy... alguien que viene a proponerte algo...
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