Capítulo 6: Guard You.


"El dolor del corazón es lo mas horrible que se pueda experimentar, solo hay que tener paciencia para alejarlo..."

Sentado en el cómodo sillón frente a la ventana iluminado por la luz tenue de la luna. Con una pierna flexionada arriba del sillón, la otra colgando; una copa de vino en la mano derecha que estaba recargada sobre la rodilla, la izquierda tocando su mentón. Reflexionaba.

Le dio un sorbo a la copa relamiéndose los labios al terminar. El silencio sepulcral reinaba en el ambiente, sin ninguna señal de ser roto.

-¿Señor?-habló Eunji. Muy pronto para hablar. Soltó un suspiro fastidiado.

-¿Qué?-contestó sin ánimos ni abandonar su posición. No la vio ni por un momento, simplemente no le interesaba verla.

-Le tengo información sobre el hechicero.-habló cabizbaja. Le dolía la cruel indiferencia con la que le hablaba. Era cruel y despiadado. Sin ninguna culpa o sentimiento.

-Dime.

-Se alió con un ángel y dos demonios. Además de los dos dioses, mi señor.

Ji Yong extendió su mano sin una pizca de amabilidad. Eunji le entregó los pergaminos. Los tomó abriendo el primero que encontró.

"Kim Junsu.
Ángel ".

-Así que, este es el ángel. Interesante.

-¿Señor?

-Mi querida Eunji-abandonó su posición caminando hacia ella. Eunji se quedó inmóvil viendo con los ojos a su amo caminando su alrededor.-Todo ángel tiene un lado oscuro que mostrar. Las causas varían, y para este tengo la razón perfecta para convertirlo.

-¿Cuál señor?-dijo con voz nerviosa por la cercanía de su amo. Ji Yong paró dándole la espalda, volteó dejando ver su perfil con una sonrisa de medio lado adornándolo con extrema maldad.

-Amor, mi querida Eunji... Amor.-soltó una risa volviendo al sillón poniendo el pergamino encima. Eunji no sabía lo que quería decir, ¿por qué amor? ¿Acaso tenía algo que ver con Yoo Jung?
Tomó otro pergamino abriéndolo al instante.

"Onew.
Demonio".

Soltó una sonora carcajada. Era el colmo. Bajó el pergamino sin dejar de reír.

-Debí haberlo esperado. Un demonio que fue sirviente de la antigua muerte. Buen plan, buen plan.

-Es un demonio antiguo mi señor, debe de tener muchas habilidades.

-Tal vez. Pero... con su cojera no podrá hacer gran cosa.

Tomó el último pergamino abriéndolo de inmediato. No necesitó mas que ver la imagen del demonio para bufar y cerrarlo de nuevo.

-Si cree que su sirviente lo ayudará está muy equivocado. Puedes irte Eunji.

Ella hizo una reverencia con la cabeza y se fue de ahí sin decir nada, solamente se llevaba el terror de que su amo hiciera algo de lo que se pueda arrepentir después. Él volvió a su posición de antes de ser interrumpido. Tomó otro sorbo de su copa sonriendo después, vio hacia la ventana poniendo su mano en su mentón.

-Solo esperen ustedes dos, pronto los destruiré por completo. ¿Verdad Yoo Jung?

--------

La oscuridad reinaba en ese preciso momento, el olor a sangre se impregnaba en el aire tornándolo caliente y sombrío. Agrio en muchas maneras. Como una niebla espesa y silenciosa en un bosque en la oscuridad de la noche.

Un crujido retumbó por las paredes como un trueno en la noche. El chico se quejó tratando de incorporarse desde los escombros del mármol destrozado por el impacto, tosió un poco de sangre limpiándola con la manga de la camisa. Con dificultad se levantó tambaleando de una pierna y un hilo de sangre escurriendo por su mandíbula.

El sonido de los pasos se escuchaba como eco en la habitación haciéndolo sonar tenebroso. Tomó al chico del cuello apoyándolo en el hueco de la pared anteriormente hecho. El chico escupió.

-¿Crees que ibas a ir con ella? ¡¿Eso creiste?!

El demonio solamente tragó saliva con dificultad por el gran agarre que su señor le daba. Una sonrisa de medio lado se le dibujó en el rostro.

-¿Miedo señor?

-No.-contraatacó con tono serio y autoritario. Apretó mas el agarre haciendo que se quejara de inmediato. Rió.

-Tiene... miedo... de lo que ella... pueda pensar de usted...

Apretó mas el agarre enterrando sus filosas uñas en su cuello haciéndolo sangrar. Sus ojos se tornaron de un rojo carmesí profundo impregnados de sangre. El dolor era tortuoso, indescriptible a cualquier precio.

-¡Seung Hun!-gritaron a sus espaldas. El recién nombrado soltó al chico volteando con una sonrisa sínica.

-¡Jaejoong! Que extraño verte aquí.

-Suelta a mi sirviente.

Obedeció. Lo soltó sin ningún tipo de delicadeza. Taemin cayó al suelo tocando su cuello mientras tosía para alejar cualquier signo de falta de aire. Se quiso parar pero su pierna se dobló, estaba totalmente débil y lastimado como para pararse. Jaejoong se quiso acercar a él para ayudarlo, Seung Hun lo detuvo.

-Déjalo. ¿Alguna novedad?-habló con cinismo, sin culpa de haber lastimado a Taemin. Jaejoong quería golpearlo, no era posible que se mostrara frío e indiferente de lo que había hecho.

-Ninguna.

-¿Y ella?

-No la he visto.

Lo agarró por el cuello levantándolo en el aire. Sus ojos se tornaron de nuevo al rojo carmesí. Apretó enterrando sus uñas implantando el humo negro en las heridas que se abrían debido al agarre tenebroso que le proporcionaba.

-No juegues conmigo Jaejoong. Sé perfectamente que la viste cuando te he prohibido hacerlo. Pero...-sonrió con maldad.- este es el mejor castigo.

-Tal... vez... pero yo... también te puedo castigar...

Con sus brazos golpeó a su amo en el vientre y codo. Él lo soltó tocándose las zonas afectadas dejando que Jaejoong fuera hacia Taemin desplegando sus alas haciendo un fuerte viento haciendo retroceder a Seung Hun cubriéndose. Tomó a su sirviente ayudándolo a parar cubriéndose con sus alas marcando su partida.

***

-¡Yoochun!-gritó Yoo Jung alarmada. Bajó las escaleras lo más rápido que pudo llegando a la sala con respiración entrecortada. Yoochun la vio alarmado y preocupado por su aspecto, estaba tan pálida como la nieve que parecía haber visto un fantasma.

-¿Estás bien? ¿Qué pasó?-dijo con alarma. Al tocar su rostro lo sintió frío como el hielo, se preocupó cada vez más. A sus adentros llamó a Hyun Joong y enseguida apareció. Rápidamente fue hacia ella.

-Es... Han herido a Taemin.

-¿Qué?-interrogaron ambos.

-Seung Hun... Fue él quién lo hizo. Y también a...-su voz se quebró al momento de recordar la horrible escena que vio.-Lastimó a Jaejoong. ¡Lo lastimó!-las lágrimas escurrieron por sus mejillas, lágrimas de dolor e impotencia de no poder hacer nada.

-Tranquila. Todo estará bien-la abrazó Yoochun. No podía dejar que ella sufriera de esta manera. Por el bien de ella misma y por el de Jaejoong de no verla derrotada debía calmarla.

Yoo Jung secaba sus lágrimas en el abrazo de Yoochun con un nudo en el corazón. Era doloroso saber que su amado había sido lastimado, y todo por ese pacto que formó hace un año. ¿Por qué?

Se escucharon ruidos provenientes del pasillo principal. Una caída... dos. Quejidos, dolor. Yoochun miró a Yoo Jung, ella asintió y lo dejó ir a ver que había pasado. Le dirigió una mirada a Hyun Joong, de inmediato salieron al pasillo viendo a Jaejoong con Taemin en el suelo quejándose.

Yoochun se dirigió hacia Taemin tomándolo del brazo ayudándolo a parar, Hyun Joong hizo lo mismo con Jaejoong. Tambalearon un poco por las heridas hechas por Seung Hun.

-Te fue mal ¿eh hermanito?-se burló con una risa. Jaejoong rió.

-Muy gracioso.

Los ayudaron a sentarse en los sillones con un pequeño malestar como respuesta.

-¿Qué pasó?-cuestionó Yoochun checando a Taemin curándolo. Hyun Joong le hacía lo mismo a Jaejoong mientras les contaban la historia. Yoo Jung escuchaba desde la escalera cubierta por la pared ahogando un sollozo con su mano.

Su corazón se quebraba en cada silaba que salían de los labios de su amado. Cada acción descrita con increíble exactitud que le erizaba la piel y un escalofrío recorría su columna vertebral. Solo Seung Hun podría ser alguien tan despiadado para causar tanto dolor al mismo tiempo. No pudo soportar ningún quejido de dolor más, subió las escaleras lo mas silencioso posible entrando a su cuarto. En el pie de la cama se sentó abrazando sus piernas llorando sin consuelo alguno.

-Listo.-anunció Hyun Joong al terminar de curar a Jaejoong. Se revisó para verificar que no tuviera nada grave. La marca del humo seguía en su cuello pero ya casi no era visible. Se paró soltando un suspiro caminado hacia las escaleras. Nadie lo detuvo, sabían perfectamente a dónde se dirigía. Subió las escaleras pausadamente, entre paso y paso se detenía para respirar un momento, dudando si verla en ese estado o no.

Frente a la puerta, soltando un último suspiro dudoso. Tomó la perilla girándola con lentitud, al abrir por completo la puerta vio a su amada hecha un ovillo llorando. Ella levantó su rostro mirándolo, entró por completo a la habitación.

-Yoo Jung...

Ella se paró del piso sin despegar la vista de él. Caminó hacia él, casi corrió. Se abalanzó a sus brazos.

-Jaejoong...-lo abrazó escondiendo su rostro en el pecho de él. Lloraba de alivio de que estuviera bien, que estuviera a salvo. Jaejoong la apartó de él tomando su rostro entre sus manos levantándolo, deleitándose con esos hermosos y tiernos ojos.

-Estoy bien. No tienes porque llorar.-con sus pulgares secaba las lágrimas que seguían cayendo por sus mejillas. Lágrimas traicioneras.

Yoo Jung acarició la herida del cuello. Se mordió el labio con tristeza.

-¿Por qué lo soportas?-dijo en un hilo de voz dolorosa.

-Por el pacto que hice.

-No lo hubieras hecho.

Jaejoong tomó su mano apartándola. Caminó de largo deteniéndose frente a la ventana dejando que los pequeños rayos de luna que apenas salían lo cubrieran cual retrato.

-Quise hacerlo. Y lo volvería a hacer, mil veces si fuera necesario.

Puso sus manos en sus bolsillos sin voltearla a ver. Cerró sus ojos aspirando el aroma a vainilla y rosas con combinación de flores de cerezo tan característica de la habitación, tan característica de ella.

-¡No! ¡No lo hubieras hecho! Habría estado bien, estoy bien. ¿Por qué tuviste que hacerlo? ¿Por qué soportar tanto?

-¡Por ti!-gritó volteándola a ver con ojos desesperados y dolidos. Yoo Jung se quedó inmóvil, llevó una mano a su pecho y otra a su boca tratando de contener las lágrimas que querían asomarse por sus tiernos ojos.-Lo hice por ti. Todo lo hago por ti.

Ella se acercó a él tomando sus manos. Las acercó a sus labios besándolas con dulzura.

-¿Soportar tanto dolor sólo por mi? ¿Por qué soportarlo?

-Para que no te cause ese dolor a ti. No soportaría verte en ese lugar sufriendo, por eso lo soporto. Prefiero mil veces sufrir yo que verte a ti con dolor.

La tomó en sus brazos envolviéndola en un abrazo sumamente tierno. Al separarse de ella tomó su rostro acercándolo a él juntando sus labios con los suyos creando un hermoso beso.

De pronto se le olvido el dolor de la herida en su cuello, el malestar en sus alas, su otro lado, se le olvidó. Besarla era su consuelo, abrazarla su cura, verla su droga. La amaba, la adoraba, cada vez se enamoraba más de ella a pesar de no verla diario. Con su recuerdo bastaba.

La acostó en la cama sin dejar de besarla. Se separaron por la falta de aire, se miraron por unos largos y hermosos segundos. Acarició de nuevo su mejilla.

-¿No tienes miedo?

-¿Miedo de ti? Jamás te tendré miedo, ya no.

-¿Ni de mi otro lado? ¿El que te mostré en el bar?

-No. Es parte de ti, eres tú y con eso me basta para saber que no eres malo. No me das miedo, ¿cómo podrías dármelo si tú eres el que me da paz?

Jaejoong sonrió. Se acercó a su oído susurrando:

-La que me da paz eres tú. La que es mi luz eres tú. A la que amo es a ti.

La volvió a ver dándole un beso en su frente acariciando su cabello después. Después de un rato ella se quedó dormida en los brazos de su amado.

Jaejoong se hizo a un lado recargando su cabeza en su mano apoyado en su codo. La contentabla mientras dormía placenteramente, mientras irradiaba esa paz y ternura que solo ella podía hacer. Ni siquiera So Yeon podía irradiarla, y eso que ya la había visto dormir.

-Quería que alejarme de ti porque era la manera de protegerte. Estar lejos, muy lejos de ti. Pero... me hacías tanta falta que quebré la regla, no me importó esa maldita regla si con eso puedo ver tu sonrisa.-acarició su cabello con delicadeza pasando a su rostro delineándolo.-Haría lo que fuera por alejar cualquier cosa que te hiciera daño, y lo hice... con este pacto lo hice... solo quiero cuidarte, porque te amo, quiero protegerte...

Se acercó a ella besando su frente con los ojos cerrados. Se apartó acostándose de nuevo, la acercó a él cubriéndola con sus brazos quedándose dormido junto a ella hasta el amanecer.

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