Capítulo 2: Volver.


"¿Qué es lo correcto? ¿Verte o hacer mi trabajo?..."



En un callejón obscuro una pandilla estaba corriendo tratando de dejar atrás a esos chicos que los perseguían. La pandilla se confirmaba por 6 chicos y 1 chica. Corrían lo más rápido que podían, lo que sus piernas les daban. Llegaron a una barda, se voltearon a ver entre sí y empezaron a subir, al momento que la chica iba a subir un hombre la tomó por el cabello.

-¡Ah!-se quejó.

-Ven para acá chiquilla.-dijo el hombre con una sonrisa maliciosa.

-¡So Yeon!-dijo un chico bajándose de la barda.

-¡Niel! Vuelve.-dijo otro chico al ahora conocido Niel, el líder.

-No la dejare sola, ustedes vuelvan al fuerte. Ya sabes que hacer Chunji.-dijo Niel con seriedad, una seriedad aterradora. Chunji asintió y se fue llevándose a los otros 4 chicos.

-¡Suéltame!-dijo So Yeon forcejeando con el hombre.

-¿Por qué debería hacerlo?

-Porque te arrepentirás si no lo haces.-So Yeon esbozó una sonrisa. Le dio una patada al hombre haciendo que la soltara y cayera al piso adolorido.-Te lo advertí.

-Maldita...-dijo otro hombre acercándose a ella, Niel lo detuvo golpeándolo.

-Niel...

-Vámonos ahora.-la tomó de la mano llevándosela.

-¡No irán a ninguna parte!-ahora eran más, los rodeaban.

Todo pasó muy rápido. En poco tiempo ya habían como 5 o 6 hombres golpeando a Niel en una esquina del callejón mientras que So Yeon la tenían acorralada.

-Ven aquí.-dijo uno de ellos.

-No lo creo cariño.-a uno lo golpeó y a otro le escupió para poder salir corriendo. Tanta era la ira del hombre que sacó una pistola de su chaqueta disparándole en la espalda a So Yeon, ella cayó.
El dolor era inmenso, como podía se arrastraba tocándose la herida. Volteó a ver donde estaba Niel, estaba inconsciente, lo habían golpeado mucho. Escuchó las risas de esos hombres, era su fin, iba a morir ahí ¿a quién le iba a importar? A nadie en absoluto, ella solamente era una chica huérfana, sin futuro, estaba sola así que a nadie le iba a afectar que ella muriera ahí mismo a manos de esos hombres.

Las risas cesaron, solamente escuchó pasos acercándose a ella. Ella volteó hacia arriba para poder ver mejor a esa persona, una silueta de un hombre totalmente vestido de negro la miraba fijamente. El hombre se hincó, ella pudo ver los ojos de ese hombre, cafés, de un café profundo que hipnotizaba. El chico puso una mano en la barbilla de ella viéndola mejor, soltó un suspiro y se paró yendo hacia esos hombres que tenían una expresión de terror al verlo, solamente se podía percibir el aura de muerte en ese lugar. So Yeon no pudo ver nada cuando cayó inconsciente.

So Yeon se levantó adolorida, se tocó el cabello parpadeando muchas veces para acostumbrarse.

-Ah...-se quejó. Llevó una mano a su hombro donde estaba una venda como evidencia del disparo. Vio a su alrededor, estaba en su casa ¿a qué hora había llegado ahí? Y lo más importante ¿cómo?

-Eres muy problemática.-dijo una voz. So Yeon buscó de donde provenía.-Aquí estoy.-de la oscuridad apareció un hombre, el mismo hombre que estaba en el callejón. So Yeon lo pudo ver mejor, cabello castaño rojizo con un flequillo que podía cubrirle el ojo derecho; ojos cafés hermosos; piel blanca como la porcelana, podía pasar como escultura; rasgos finos que delataban su buena apariencia; vestimenta negra e increíblemente apuesto.

-¿Quién se supone que eres tú?-dijo So Yeon mirándolo con actitud creída pero a la defensiva.

-Soy Kim Jaejoong.-hizo una reverencia.-Soy la muerte.

So Yeon rió.

-Si claro, la muerte. Buena broma.

-No estoy bromeando.-estaba serio, no bromeaba.

-No te creo nada.-se paró y salió pasando de largo sin voltear a verlo. Bajó las escaleras rumbo a la cocina sirviéndose un poco de agua, era lo que necesitaba ahorita, nada de alcohol.

-Debes creerme.-dijo Jaejoong recargándose en la pared cruzándose de brazos.

-No lo haré. La muerte no es una persona.

-¿Ah no? Entonces ¿cómo se esto?-abandonó su posición empezando a caminar alrededor de la cocina.-Tu nombre es Park So Yeon, 21 años, nacida y criada en Seúl, actualmente trabajas como bartender, estás sola no tienes familia.

-Eso cualquier acosador lo sabe, no eres especial.-rió. Esa información la conocían todas las personas que la investigaban, personas que trabajaban para otras pandillas.-¿Para quién trabajas? Ya dime, porque tu jefe no creo que me pueda hacer nada.

-Ya te dije que no soy de esos, no trabajo para una pandilla o mafia si eso piensas.-la miró, la actitud de ella era como de una adolescente, desinteresada y caprichosa.

-Ajá si.

-De acuerdo.-soltó un suspiro.-Tus padres fallecieron a manos de unos cobradores debido a sus deudas.-So Yeon abrió los ojos como plato, ¿qué había dicho?-Los torturaron, los hicieron sufrir para que les pagaran hasta el último centavo que les debían. Lo tuviste que pagar tú, bien hecho por cierto te dejaron en paz. Cuando pagaste todo ellos simplemente los mataron y te quedaste sola.

-¿Cómo sabes eso? ¡Responde!

-¿No te dije antes? Soy la muerte, yo fui quién se llevó las almas de tus padres y después de esos hombres.-la miró serio.-Eso pasó hace unos...-puso un dedo en su barbilla.-Seis años, ¿o me equivoco?

So Yeon no respondió. Nadie conocía esa historia salvo su pandilla, ellos eran sus amigos y les tenía la suficiente confianza para habérselos contado. Solamente ellos lo sabían, nadie mas, ninguna persona lo sabía. Ese era un secreto solamente de ella.

-¿Ahora me crees?-dijo Jaejoong cruzándose de brazos.

-Supongamos que te creo, ¿para qué viniste?

-Vine por ti, por tu alma.

-¿Enserio? ¡Ja!

-¿Ahora qué?-esa actitud no le agradaba para nada.

-Nunca me imaginé que la muerte tuviera compasión, si fueras la muerte no me hubieras salvado.

-Todavía no era tu hora.-la actitud de Jaejoong era fría, era como antes.

-De acuerdo, eres la muerte.-dejó el vaso en la barra y se acercó poniéndose frente a él.-¿Por qué me lo dices?

-Es mejor así, no te agarrará de sorpresa cuando llegue tu hora.

-De acuerdo.-se cruzó de brazos.

-A propósito, conviviré contigo.

So Yeon abandonó su posición esbozando una sonrisa coqueta, se acercó a él quedando cerca de su rostro.

-¿Enserio?-dijo cerca de sus labios.

-Sí.-se alejó de ella.-Es parte de mi trabajo, no te hagas ilusiones.

-Mejor dicho, tú no te hagas ilusiones.-se alejó de él yendo hacia la sala.

-No lo haré, no contigo.-dijo sin voltearla a ver. Eso sorprendió a So Yeon, había sonado como si estuviera triste, como si hubiera recordado algo.

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En una casa sombría y tenebrosa se encontraba un chico riendo un poco mientras veía un pozo. Un chico alto como de 1.80 de estatura; cabello rojizo, piel blanca, ojos obscuros casi negros que profesaban maldad. Estaba vestido completamente de negro, de pies a cabeza. ¿El nombre de ese chico? Kwon Ji Yong, un híbrido, una persona mitad demonio mitad ángel. Considerado también un ser divino al igual que Hyun Joong y Jaejoong.

-Así que ella es su punto débil, excelente.-decía riendo mientras veía por el pozo a una chica limpiando unas mesas en una cafetería.

-Señor.-dijo un chico entrando a la habitación.

-¿Qué quieres Dongwoon?-dijo Ji Yong fastidiado.

-Le vine a informar que ha vuelto al mundo de los mortales, Jaejoong volvió a ese mundo.-dijo con respeto y un poco de temor.

-Perfecto.-sonrió.

-Señor.-dijo una chica.

-Eunji ¿tienes la información?

-Sí mi señor.

-Habla.

-Esa chica tiene 19 años, vive sola y está bajo la supervisión de un hechicero.

Ji Yong se sorprendió.

-¿Un hechicero?

-Sí mi señor. Al parecer ella tiene una habilidad.

-¿Cuál?

-Es vidente.

Ji Yong y Dongwoon se sorprendieron, más Ji Yong. No se imaginó nunca que ella tuviera esa habilidad.

-¿Quién es el hechicero?-empezó a caminar lejos del pozo.

-Su nombre es Park Yoochun.

Ji Yong rió, Dongwoon y Eunji no entendieron porque se reía.

-Ese hechicero cuidándola.-llevó una mano a su frente sin parar de reír.-¿Quién mas la cuida?

-Oh, ahm...-dijo Eunji saliendo del pequeño shock que tenía al verlo reír, se veía malvado cuando lo hacía.

-Estoy esperando Eunji.

Eunji se exaltó.

-Eh... La cuida también una sacerdotisa, un médico, un demonio y un dios.-dijo ella intimidada.

Ji Yong rió.

-¿Quiere saber los nombres?

-Ya los sé.-caminó devuelta al pozo.-El demonio es Onew y el dios es Hyun Joong.

-¿Cómo lo supo mi señor?-preguntó Dongwoon sorprendido.

-Era de esperarse.-Ji Yong sonreía, se le hacía divertido que calleran en los encantos de una simple humana.-Ha llegado la hora.

-Sí señor.-dijeron Eunji y Dongwoon al mismo tiempo.

-La usaré.-vio el reflejo de Yoo Jung por el pozo esbozando una sonrisa maliciosa.-Voy por mi próxima víctima.

Eunji y Dongwoon hicieron una reverencia a manera de respeto dejando que Ji Yong saliera a encontrar a su nueva víctima, o más bien, la víctima de Jaejoong.

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-¡Señor!-llegaba So Hyun gritando.

-¿Qué tienes So Hyun?-preguntó Yoochun preocupado por el rostro de alarma de ella.

-Hay una nueva víctima, alguien va a morir hoy.

-¿Jaejoong?-preguntó refiriéndose a si era él el que se iba a llevar el alma.

-No señor.-estaba preocupada, más que eso estaba alarmada, nadie había hecho el trabajo de Jaejoong tan diferente. Los predecesores de Jaejoong no habían sido tan crueles como este.
Yoochun y Onew se exaltaron, Jaejoong todavía era la muerte así que nadie podía matar, nadie podía suplantarlo.

-¿Puedes ver a la víctima?-preguntó Onew preocupado.

-No, algo lo bloquea.-Yoochun no sabía que hacer, era la primera vez que le pasaba eso.

-Tampoco yo. No puedo verla por mas que quiera.-So Hyun bajó la mirada triste, no podía ayudarles. Antes que pudieran decir otra cosa escucharon pasos en dirección a ellos.

-Hyun Joong...-dijo Yoochun asombrado por la cara que tenía Hyun Joong, una cara de frustración.

-Ese tipo de nuevo.-fue lo único que dijo.-Lo ha dormido.

-¿También tiene tu habilidad?-Yoochun sonaba asombrado.

-Sí. Lo ha dormido varias veces, lo hizo sin que yo me enterara hasta ahora.

En el rostro de Hyun Joong se notaba su frustración, algo bastante raro en él. Nunca le había pasado eso, ni siquiera con Taemin o Key, siempre se daba cuenta cuando ellos dormían a alguien o le hacían algo, pero con esta persona no ¿por qué?
Hyun Joong se dirigió a la salida a zancadas, estaba realmente enojado y no era para menos.

-Hyun Joong espera.-lo trató de detener Yoochun.

-No, iré a ver a ese tipo. Siento su presencia.

-¿Tú solo? No, iremos contigo.

-No solo estaremos nosotros.-habló con seguridad, los demás no sabían a qué se refería.-En donde esté ese tipo también irá Jaejoong.

Sin decir nada mas salieron de ahí.

En un parque a las afueras de la ciudad estaba Ji Yong tomando por el cuello a un chico con una sonrisa sínica

-Suel... te... me...-apenas si podía hablar el chico debido al agarre.

-Cállate.-dijo fastidiado Ji Yong.-No puedo esperar a que llegue tu hora, si ya eres una víctima ¿para qué esperar?

Sonrió. Siempre decía eso, ese era su pensamiento. Los demás llegaron sorprendiéndose por lo que encontraron.

-Tanta diversión que estaba teniendo.-dijo soltando un suspiro.-Lo lamento quería tener mas diversión. Adiós.-con su mano formó un puñal enterrándolo en su pecho sacando el alma.

-¡Basta!-gritaron los 4. Ji Yong los vio de reojo desplegando sus alas, la derecha era blanca y la izquierda negra, típico de un híbrido. Sonrió maliciosamente. Ellos solamente pudieron ver su malvada sonrisa cuando se fue llevándose el alma consigo.

Hyun Joong se acercó al cadáver del chico. La vista era horrible, el pecho apuñalado y con un rostro de terror que daba miedo. Hyun Joong le cerró los ojos para que no se viera tan aterrador. So Hyun se alejó, le dio miedo, Yoochun fue con ella apartándola de la escena.

-Tranquila, mejor apartate un poco así no te dará miedo.-acariciaba su cabello para tranquilizarla, jamás había visto algo así cuando Jaejoong iba por sus víctimas, ni siquiera con Yeon Woo.
Hyun Joong trataba de leer su mente, tal vez mediante sus sueños ese hombre le aviso algo. Se escucharon pasos, todos levantaron la vista para ver quien era encontrando a Jaejoong con una mirada enojada.

-Jaejoong...-dijeron todos excepto Hyun Joong, él ya sabía que iba a estar ahí.

-¿Quién lo hizo?-dijo hincándose para ver a la víctima.

-No lo vi bien. Es igual a nosotros.-dijo Hyun Joong sin despegar su vista del cadáver.

-¿Igual?

-Sí.-lo volteó a ver.-Tiene el poder del sueño y el tuyo.
Jaejoong tensó la mandíbula, otro rival.

-¿No sabías?

-Me lo suponía.-se paró soltando un suspiro dándole la espalda.

-¿Qué haces aquí Jaejoong?-se acercó Yoochun.-¿Seung Hun te dejó venir?

-No.-volteó a verlos.-Tengo una nueva víctima.

Todos se exaltaron ¿otra?

-La tienes que...-hasta su hermano estaba extrañado.

-Sí. Tengo que convivir con ella.-hizo una pausa bajando la mirada.-¿Cómo está Yoo Jung?

-Está mejor. Me imagino que Hyun Joong te contó.-dijo Yoochun acercándose a él.

-Sí, me dijo.

-Le diremos que viniste, la pondrá feliz.-le sonrió. Yoochun le tenía aprecio por haber hecho que Yoo Jung fuera feliz.

-No.-lo volteó a ver.-Quiero hacerlo yo mismo, quiero ir a verla.

Todos sonrieron.

-De acuerdo. Ella está sola en su casa, quiso quedarse allá mientras nosotros la protegíamos desde la nuestra.

-Lo sé.-sonrió.-Iré a verla.

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Yoo Jung terminaba de hacer sus quehaceres y estaba lista para ir a dormir, había sido un día duro en el trabajo y lo único que quería era dormir un poco. Solo esperaba que esta vez no soñara con Jaejoong lastimado. Soltó un suspiro, sacó un vaso y lo llenó de agua. El agua era refrescante con solo tocar sus labios y eso le gustaba.

Escuchó pasos que provenían de su habitación, dejó el vaso en la barra dispuesta a subir. Con pasos delicados subía las escaleras tratando de no hacer mucho ruido. Al llegar a su habitación paró por un momento tranquilizando su corazón, estaba nerviosa, tenía miedo.

-Tal vez solo sea Onew.-dijo para sus adentros. Onew siempre la visitaba en su habitación por eso pensó eso.Entró a su habitación quedando sorprendida. Jaejoong tocaba la rosa que le dio hace 1 año cuando la volteó a ver al sentir su presencia.

-Yoo Jung.-dijo esbozando una sonrisa. Yoo Jung no dijo nada, fue corriendo a abrazarlo soltando unas cuantas lágrimas. Jaejoong correspondió al abrazo, olió el perfume de su cabello que era como una droga para él.

Se separaron conectando sus miradas, no se dijeron nada solamente se besaron. Un beso lleno de amor y necesidad, lleno de todos esos sentimientos mientras habían estado separados. Yoo Jung dejaba caer unas lágrimas, lo abrazaba por el cuello y él la apegaba más a él. La falta de aire se hizo presente, se separaron respirando agitados.

-Te amo.-dijo Jaejoong acariciando la mejilla de ella, una sonrisa se dibujó en su rostro al igual que en el de ella.-No sabes cuánto te extrañé.

-Yo también, te extrañé demasiado.-no podía despegar sus ojos de él, era como un sueño que él estuviera ahí. Su sonrisa se borró al pensar en Seung Hun.-Pero... ¿Y Seung Hun? Si se entera que estas aquí te puede...

-No me hará nada.-acarició su rostro con delicadeza.-Sabes que siempre puedo engañarlo.

Yoo Jung sonrió ante esa respuesta. Ahora no importaba eso, lo que importaba en ese momento era que él estaba ahí, había vuelto y eso era lo que a ella la había puesto más feliz. Jaejoong no podía apartar su vista de ella, seguía tan hermosa como la recordaba, tan dulce, delicada, pura, tal y como había quedado en su memoria.

-Me dijo Hyun Joong que has tenido unos sueños que te asustan ¿cuáles son?-la tomó de la mano entrelazandola con la de ella sentándose en la cama.

-Son...-bajó la mirada triste.

-Dime.-puso su mano en la barbilla de ella para que lo viera.

-Tú... Seung Hun te lastima y yo... Yo solo puedo ver como lo hace...

-Tranquila, ahora no me podrá hacer nada.

-¿Por qué?

-Porque ahora estoy en este mundo de nuevo. Yo...-hizo una pausa, ¿debería decírselo?

-¿Estás bien?

-Sí. Yoo Jung yo...-ella lo miraba fijamente. Tenía que saberlo, tarde o temprano lo iba a saber.-Yo tengo otra víctima, tengo que... tengo que convivir con ella, por eso vine.

Yoo Jung se sorprendió, no se imaginaba eso. Se notaba en los ojos de él que no le gustaba mucho esa idea, no después de lo que pasó hace 1 año.

-La... la historia se volverá a repetir...-se paró de la cama dándole la espalda a él. No le gustaba pensar que la historia se volviera a repetir, que él la abandonara y se enamorara de su nueva víctima. No quería eso, no lo quería para nada.

-No se repetirá.-se acercó a ella abrazándola por la espalda.-Tal vez parezca igual pero existe una diferencia enorme.-la volteó para que lo viera.-Yo te amo a ti, solo a ti. Eso nada ni nadie, ni siquiera todas las víctimas que tenga lo podrán cambiar.-Te amo Yoo Jung eso tenlo por seguro.

Se acercó a ella besándola de nuevo. La amaba y eso no iba a cambiar por nada del mundo. Se separaron, Yoo Jung tenía los ojos cerrados recuperando el aire, Jaejoong bajó la vista notando el collar en su cuello.

-Todavía lo tienes.-tocó el collar.

-Sí, me recuerda a ti.

-Prometo venir a verte.

-Te esperaré.

-Prometeme algo.

-Lo que sea.

-Cuídate, y haz todo lo que Yoochun te diga con respecto a tu habilidad.

Yoo Jung rió un poco.-Eso te lo aseguro.

-Extrañaba esa sonrisa.

Se volvieron a abrazar. A pesar de todo se seguían amando como la primera vez.

-Me debo ir.-dijo Jaejoong una vez separados.-Vendré a verte, lo prometo.

-Aquí estaré.

Jaejoong tomó sus manos dándoles un beso y se fue por la ventana. Yoo Jung fue hacia ahí recargándose en el marco mirando al cielo sonriente, aún recordaba la vez que ellos miraron el cielo sentados en la azotea, cuando todavía no sabía que era hija de la muerte, cuando no sabía que él era el ángel de la muerte.

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De nuevo la rutina. Servir mesas, limpiar, tomar órdenes, todos los días eran iguales.

-Yoo Jung lleva este café a esa mesa volveré en un momento.-le dijo una compañera suya. No le dio tiempo a ella de contestar cuando se fue.
Soltó un suspiro, tomó la charola en sus manos en dirección a la mesa. No se percató que un chico se interpuso en su camino haciendo que tirara el café en su camisa.

-¡Lo siento!-dijo alarmada. Dejó la charola a un lado e hizo una reverencia.-Cuanto lo siento, discúlpeme.

-No te preocupes, está bien.-dijo el chico tranquilo.-¿Ves? No pasó nada.

-No, enserio disculpe yo...

-Yoo Jung.-habló su jefe a su espalda. Yoo Jung volteó asustada y apenada.

-Señor yo...

-No importa.-su jefe la trataba diferente, sabía perfectamente que necesitaba el dinero por eso no la despedía. Además también tenía en cuenta que ella un poco despistada, en todo este tiempo que ella ha trabajado con él no le había fallado, por esta vez iba a dejar pasar este incidente.-Llévalo a la parte de atrás para que se pueda limpiar y dale una de las camisas de reserva para los chicos, anda.

Yoo Jung asintió apenada.

-Venga conmigo por favor.-el chico asintió y la siguió a la parte de atrás.

Yoo Jung sacó de un casillero una camisa que tenían de repuesto para los meseros que a veces se llegaran a manchar, incluso al jefe le pasaba por eso tenían de repuesto. Claro que también para las chicas habían de repuesto, la única que las usaba era Yoo Jung.

-Tome, por favor use esto.-dijo Yoo Jung entregándole la camisa apenada.

-Gracias.-dijo el chico tomando la camisa sonriéndole.

-Puede darme su camisa. Tal vez no le quite la mancha por completo pero se la podré limpiar.-le sonrió. Volteó al lavamanos mojando un trapo para poder limpiar la mancha, era lo único que podía hacer después de estropearle la suya.

-Toma.-le entregó su camisa.-Gracias.

Ella solo sonrió y empezó a lavar la camisa.

-De nuevo me disculpo por mi torpeza.

-No, el que debe disculparse soy yo. Lo hice a propósito.

-¿Enserio?-lo volteó a ver.

-Sí.-se acercó a ella recargándose en la pared.-¿Cómo te llamas?

-Yoo Jung, Kim Yoo Jung.-le sonrió.-¿Y usted?

-Ji Yong, Kwon Ji Yong.-depositó un beso en la mano de ella con una sonrisa que ocultaba sus verdaderas intensiones.

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