Capitulo 47
Una semana más tarde, estaba en la cena de ensayo junto con Alex, Jace; mi prometido, mis mejores amigos, sus parejas; sus hijos, mi padre y mi hermana. No podía creer que mañana finalmente sería la boda.
Luego del incendio, nada peor había sucedido, aunque había muchísima tensión entre el príncipe y la princesa de Auradon ya que no se hablaban.
Cuando todos terminamos de comer, dejé los cubiertos en la mesa y suspiré hondo.
—Será mejor que ustedes se vayan a acostar ya porque mañana se van a levantar temprano, pequeños. —Sugerí, sonriéndole a los pequeños. —Subiremos en un minuto para darles las buenas noches.
—De hecho, yo lo haré ahora. —Habló Lonnie, incorporándose, al igual que el enanito; entonces todos subieron hacia el segundo piso de la casa.
—Uf, por fin tenemos un poco de paz. —Mencioné rápidamente. —Estoy tranquila pero nerviosa por mi casamiento. —Admití, jugando con mi cabello, mientras los sirvientes se llevaban los platos para lavarlos.
Carlos.
Observé de reojo la ventana y fruncí mi ceño al ver una luz brillante en el cielo, me levanté de mi asiento para ahora acercarme a la misma.
Fue entonces cuando vi aquella maldita niebla oscura.
—Ehm... Chicos... —Los llamé, pero los demás estaban muy ocupados hablando entre ellos como para prestarme atención. Inmediatamente saqué mi celular para enviarle un mensaje a la descendiente de Mulán: "Lo, hay peligro. Enciérrate en algún cuarto con todos y no dejes que nadie salga a menos que recibas otro mensaje mío o de los demás. No te preocupes, vamos a solucionar esto." — ¡Chicos! —Grité, logrando captar su atención.
— ¿Qué te pasa? —Dudó la chica de cabello azul, frunciendo su ceño.
—Tienen que ver esto... —Murmuré, entonces todos se acercaron para ver por la ventana. El cielo estaba completamente nublado y la niebla avanzaba rápidamente por las calles, no tardó en rodear el castillo.
—No entren en pánico, debe ser una tormenta que durará poco tiempo. —Sugirió mi mejor amigo.
—Pero si el pronóstico decía que iba a estar soleado durante toda la semana. —Repliqué, recibí un codazo por parte de Aurora y maldije entre dientes.
— ¿Qué demonios significa esto? —Inquirió el padre de Mal, confundido.
—Esa niebla significa que algo muy malo está por pasar...—Habló mi hadita, nos miró atentamente. —Así que prepárense para lo peor. —Advirtió antes de sacar su varita mágica de su bota, la agitó e hizo aparecer dos espadas para acto seguido entregarme una y darle la otra a Jay.
—Esto no es bueno. —La chica de cabello morado nos observó. —Eso significa que la batalla final está a punto de comenzar.
—Creían que me había ido... —De repente oímos aquella voz detrás de nosotros, seguida de una carcajada malvada, entonces todos nos volteamos lentamente.
Frente a nosotros estaba Ariana.
Mal.
— ¿Qué están esperando? ¿No van a correr para tratar salvar sus miserables vidas? Les sugeriría que lo hicieran porque es tan divertido verlos desesperados... Aunque no les quedan muchos minutos de vida. —Habló esa maldita castaña, apreté los puños.
—Ay por favor, como si tú me dieras miedo, ¿escucharon eso; chicos? —Me burlé para luego reírme en su cara. —Que estupidez.
—Necesitas más que quemar mi casa para lograr asustarme, además de que me debes miles de dólares. —Comentó mi mejor amiga, cruzándose de brazos.
—Oh lo lamento princesita, ¿quieres una recompensa? —Sugirió esa Perdida, alzando una ceja. —La tendrás, te dejaré elegir cómo te mataré: ¿prefieres que te queme viva o que te trague un portal? —Cuestionó, sonriéndole falsamente.
—Prefiero dinero, en efectivo, sin estafas... —Replicó la dueña de Evie's 4 Hearts, mirándola de arriba hacia abajo para luego hacer una mueca de asco. —Y ése no es un buen look para dominar el mundo, ¿en serio estás usando una capa? Eso es tan antiguo, obviamente no tienes un buen sentido de la moda. —Añadió al ver que la villana estaba usando una chaqueta de cuero negra con detalles en rojo, un pantalón oscuro junto con unas botas altas negras y rojas; además de una capa y unos guantes sin dedos negros con detalles rojos.
— ¡Evie! —La llamé. —Concéntrate, ¿quieres?
—Sí, lo siento...—Susurró ella, bajando la mirada. —Págame lo que me debes, perra psicópata. —Exigió observando a la chica que tenía influencia en el más allá, la última quiso atacarla con un hechizo pero fui más rápida y la arrojé contra la pared con un encantamiento, sonreí victoriosa.
—No la provoques, de eso me encargo yo. —Murmuré mirando a la descendiente de Grimhilde, colocándola detrás de mí para protegerla.
—Bueno, creo que es mi momento de brillar. —Habló el chico de cabello largo, alzando su espada.
— ¿Qué vas a hacer? —Pregunté, seria.
—Lo que he querido hacer desde que me enteré de la verdad. —Respondió el ex ladrón antes de correr hacia donde estaba la hijastra de Gothel, quien inmediatamente se levantó y chasqueó sus dedos, logrando desarmarlo con su magia. Observé cómo la espada empezó a perseguir a mi amigo.
— ¡Carlos, ayúdame! ¡No te quedes ahí parado, haz algo, idiota! —Gritó Jay, mientras corría por su vida. El chico de cabello blanco y negro corrió a socorrerlo.
—No debería reírme pero la situación es bastante divertida. —Admití entre risas, mirando aquella persecución, poniendo toda mi atención en esos dos.
—M, cuidado. —Alzó la voz la chica de cabello azul antes de empujarme y sacar su espejito mágico. — ¡Espejito mágico, muéstrame tu luz! —Ordenó para luego apuntar a Ariana con el objeto, logrando dejarla ciega por unos instantes. Rápidamente noté que la última tenía una daga en su mano y suspiré aliviada, otra vez la hija de la reina malvada me había salvado.
La chica que tenía influencia en el más allá se apresuró a levantarse cuando se recuperó para acto seguido arrojarle la mesa a Jane con magia, pero antes de que la misma la aplastara fue el descendiente de Cruella quien la rescató.
—Ben, tienes que irte, ponte a salvo. —Supliqué observando al rey de Auradon, preocupada.
—No, quiero quedarme contigo. —Se negó él.
—Estoy intentando salvarte. —Insistí, vi que la castaña estaba a punto de lastimar a mi familia. —Haz lo que tú quieras. —Mencioné antes de correr hacia donde estaban mi padre y mi hermana para colocarme frente a ellos.
— ¿En serio sigues intentando rescatar a todos? Como se nota que quieres volver a quedarte encerrada en el Upside Down. —Se burló Ariana.
—De ninguna manera voy a perderla de nuevo. —Murmuró Stefan, volteé a verlo.
—Y yo jamás dejaría que nada te pasara. —Aseguré.
— ¡Mal, corre! —Gritó la rubia, señalando a la villana que inmediatamente me arrojó un hechizo. Cerré los ojos con fuerza, esperando a que el dolor recorriera cada centímetro de mi cuerpo pero eso nunca pasó así que los abrí y vi que Ben se había colocado delante de mí para protegerme, ella se apresuró a arrojarlo lejos de nosotros.
— ¿Ya vas a rendirte o voy a tener que secuestrar a la princesa otra vez y asesinarla frente a ti para que entiendas que jamás vas a poder derrotarme? —Cuestionó la Perdida, sonriendo con malicia.
— ¡No te metas con mi familia! —Alcé la voz furiosa mientras mis ojos empezaban a brillar, le arrojé un encantamiento para distraerla, entonces los tres corrimos hacia donde estaban mis amigos.
No podía acercarme para ayudar al padre de mi primogénita porque Ariana estaba demasiado cerca de él.
—Chicos, necesitamos un plan. —Dijo Jane.
—Los demás corren peligro al estar aquí. —Comentó la esposa del enanito.
—Sí pero no podemos sacarlos sin que ella nos vea. —Replicó el descendiente de Jafar.
—Y no se detendrá hasta matarnos... —Añadí, haciendo una mueca.
—Podemos sacarlos si la distraemos... —Propuso Carlos. —Pero no tenemos con qué hacerlo.
—Desearía tener bombas de humo ahora mismo. —Mi mejor amiga suspiró.
—Y yo desearía tener la varita de mi madre. —Susurró la descendiente del hada madrina, entonces todos la observamos. — ¿Qué? ¿Por qué me miran?
—Porque eso es lo que tenemos que conseguir. —Respondí, pensando en cómo demonios lograríamos hacerlo.
— ¡M, agáchate! —Gritó el menor del grupo, lo miré confundida y me volteé solo para ver como la castaña acababa de arrojarme una daga cuando una nube de humo turquesa nos rodeó y cuando el mismo se disipó, la vimos.
— ¡Sorpresa!, ¿no fue una entrada fantástica? Vine a la cena de ensayo, espero no haber llegado tan tarde, sé que me extrañaron. —Anunció la chica de cabello turquesa con una gran sonrisa, observó a su alrededor y tomó la daga rápidamente antes de que siquiera la rozara. —Ok, yo no esperaba ser recibida de esta manera... Así que me iré y regresaré cuando solucionen sus problemas. —Añadió algo incómoda, chasqueó sus dedos e inmediatamente desapareció.
Uma había regresado.
Y lo había hecho para salvarme.
Intercambié miradas con Evie, Jay, Carlos; Jane, papá y Aurora y simplemente me encogí de hombros, eso había sido extraño.
—Que cobarde. —Se burló Ariana antes de reírse, unos segundos después la ex pirata volvió a aparecer detrás de ella.
— ¿¡A quién carajo le dijiste cobarde!?—La recién llegada le gritó en el oído, logrando que se sobresaltara, chasqueó sus dedos y desapareció para finalmente colocarse de nuestro lado. Nos miró. — ¿Qué? ¿Pensaron que en serio los volvería a dejar? No, yo sé que me necesitan aunque no lo quieran admitir en voz alta. —Alardeó antes de guiñarnos el ojo.
—Vaya, vaya, vaya; miren lo que trajo el mar... Una traidora. —Masculló la Perdida, cruzándose de brazos mientras la observaba con desprecio y resentimiento. —Pues no eres la única que ha traído invitados especiales. —Exclamó sonriendo con malicia, vimos como mi sobrina bajaba las escaleras y se colocaba a su lado.
—Ah bueno, al parecer estamos todos, es tan lindo que estén aquí para recibirme aunque las odio. —La hija de Úrsula les sonrió falsamente. —Pero falta una loca, ¿dónde está Danielle?
—A tres metros bajo tierra, o en el fondo del mar, en realidad no tengo ni idea de dónde la tiraron exactamente. —Respondió Audrey.
— ¿¡En serio me lo perdí!? Demonios. —Maldijo la dama del mar.
— ¡Uma!—La llamó Carlos, ella volteó a verlo. —Ahora no es el momento indicado para hablar de eso, ¿ok?
— ¿Vas a seguir lamentándote por no haber podido liquidarla o ya puedo darte tu regalo de bienvenida? —Dudó la chica que tenía influencia en el más allá, jugando con su cabello. —De hecho, también tengo un regalo de bodas para Mal.
— ¿Y ahora qué? Te estás haciendo la buenita y esto no me gusta nada. —Exclamé, seria.
—Este es un regalo muy especial, te aseguro que llorarás y...—Empezó Ariana.
— ¿Vas a darles la maldita sorpresa o no? —La interrumpió la descendiente de Aurora, se la notaba bastante impaciente. —No tengo todo el día.
— ¡Oye! Déjame dar mi maldito monólogo malvado, lo he practicado por años. —Se quejó Ariana, bufó. —Agh, arruinaste mi momento, estúpida. Como sea, estaba diciendo que terminaría contigo y luego él me ayudaría a dominar el mundo. —Añadió mirándome, la observé confundida.
¿De quién carajo habla? Pensé, y entonces lo vi levantarse del suelo para ahora acercarse a ambas.
— ¿Qué demonios haces con ellas? —Pregunté, sentí que algo se rompió en mi interior al ver como el chico besaba a la hijastra de Gothel con pasión. Se separaron y él me miró, sonriéndome con cinismo.
—Elegí el lado correcto. —Respondió Ben.
—No puedo creer que arriesgamos tantas veces nuestras vidas por ti. —Gruñó el chico de cabello blanco y negro. Evie tomó mi mano y la apretó con fuerza, mientras yo no podía dejar de pensar en lo que acababa de ver.
—Esto es demasiado raro. —Susurró la descendiente de la reina malvada.
—Debe ser un hechizo de amor. —Masculló la mejor amiga de Lonnie, aunque sabía que ésa era su manera de consolarme.
—No, no lo es. —Replicó Uma, segura. —Mal, ese beso no significa nada. Ambas lo sabemos, no caigas en ese truco. Él te ama. —Susurró en mi oído.
—Hay algo muy sucio aquí, y no soy yo porque me duché antes de venir. —Añadió el ex ladrón, serio.
—A ustedes les encanta arruinar el día previo a mi casamiento. —Murmuré con los ojos llenos de lágrimas. Los cerré rápidamente, porque una reina jamás permite que nadie la vea débil –y mucho menos dejaría que mis enemigas disfrutaran de mi sufrimiento– y la chica de cabello azul –supe que era ella debido a su inconfundible perfume– me abrazó por detrás. —Yo no merezco esto, amor, no permitas que estas brujas arruinen lo que tenemos. Vamos a casarnos mañana, Ben, ¿recuerdas?
— ¿Qué no mereces esto? Claro que sí, ¡abandonaste a Alex por doce malditos años! Después de todo, eres peor madre de lo que Maléfica fue para ti. —Gruñó él, apretando los puños. — Yo jamás me casaría contigo. —Añadió, mis ojos empezaron a brillar y le di una bofetada, ¿quién se creía que era para atreverse a jugar conmigo? Fue Uma quien me alejó de él antes de que se le ocurriera hacerme algo.
— Díganme que no soy el único que tiene ganas de ahorcarlo ahora mismo. —Murmuró el descendiente de Jafar, apretando los puños.
—Eres un cobarde. —Lo provocó el rey de Auradon.
—Oh, sí, claro... —Habló Jay, parecía bastante relajado y eso jamás era bueno. Él se adelantó para acto seguido sonreírle con cinismo. —Dime, ¿tú crees que un cobarde haría esto? —Preguntó antes de empujarlo y empezar a golpearlo, el –ahora para nada bondadoso– amor de mi vida se apresuró a defenderse. Era obvio que ambos se estaban comportando como animales que querían deshacerse del otro.
— ¿¡Quién te crees que eres para faltarle el respeto a la mujer que solía ser la más importante para ti, idiota!? —Le recriminó el ex ladrón, furioso, mientras seguía golpeándolo con violencia. — ¿¡Tu madre no te enseñó a que jamás se le debe hablar así a una dama, idiota!? ¿¡Qué sucedió con tus buenos modales!? —Gruñó.
—Soy el rey de Auradon así que suéltame o te meto a la cárcel. —Le advirtió el castaño, tratando de esquivar los golpes de mi mejor amigo sin mucho éxito a decir verdad. — ¿Y qué hay de la tuya? ¿Ella no te enseñó que robar y golpear a la realeza solo logra que te metas en grandes problemas? Oh espera, claro que no lo hizo, porque tu madre jamás te quiso y por eso te debe haber abandonado.
— Te asesinaré antes de que intentes encerrarme. —Gruñó el mejor amigo de Carlos, harto de oír sus palabras. — ¡Nadie habla de esa mujer, nunca en tu desgraciada vida vuelvas a mencionarla! —Exclamó, realmente estaba perdiendo los estribos.
—Genial, me encanta ver una buena pelea. —Habló Uma, sonriendo divertida. —Un momento, Jay jamás hablaría de su madre con nadie. Algo muy extraño está sucediendo aquí. —Susurró.
— ¡Ya basta los dos! ¡Parecen animales! —Intervino la chica de ojos azules, antes de separar a los chicos con magia.
Uma.
Luego de que Jane terminara con aquella pelea, observé atentamente a ambos involucrados: la nariz de Ben sangraba y estaba realmente golpeado, mientras que el hijo de Jafar tenía apenas un ojo morado y unos cuantos moretones.
Pero había algo en el rey de Auradon que llamó mi atención: él ya no estaba usando el dije que Dizzy le había hecho.
— ¡Escúchame bien, imbécil bueno para nada! —Empecé, tomándolo del cuello de la camisa. —No eres nadie para tratar así a Mal, si vuelves a hacerlo te juro que enviaré a esa Perdida, a tu ex y a ti a dormir con los peces. —Amenacé antes de empujarlo con todas mis fuerzas, pero no sentí los latidos de su corazón en su pecho.
Fue entonces cuando me di cuenta de lo que sucedía.
Ben no tenía su corazón.
Y solo conocía una persona en esta habitación que era capaz de aprovecharse de eso.
En ese momento supe que Ariana lo estaba controlando.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top