Capitulo 30

Dizzy.

  Cuando la dama del mar se marchó de la habitación, volví a entrar a la misma y me crucé de brazos.

— ¿En serio la vas a dejar irse? ¡Eso solo empeorará todo! Los chicos creerán que es una cobarde. —Le recriminé a su esposo, mirándolo seriamente. — ¿¡Y qué pasará si ya no queda nada de Auradon cuando regresen!?

—Me importa una mierda lo que piensen los demás, quiero su bienestar y ahora mismo está muy estresada, no sabes cuánto odio verla así; nos iremos por unos días y volveremos muy pronto. —Contestó Dylan, sin perder la calma.

—Esto no lo estás haciendo por ella, lo haces porque eres un cobarde, si tu madre se enterara de que quieres huir estaría muy decepcionada de ti; idiota. —Dicho esto, tomé una almohada de la cama y lo golpeé con la misma. — ¿¡Acaso piensas que yo no tuve miedo cuando Uma involucró a Ariana en esto hace años!? Claro que sí, de hecho quise renunciar y hacer las cosas bien pero eso no funcionó porque terminé en la isla con esa maldita perra. Pude haberme negado a ayudar a Mal cuando ella fue a rescatar a Alex a nuestro antiguo hogar pero no lo hice porque me necesitaba, yo no huí en la primera oportunidad que tuve, yo me quedé y luché; lo di todo por la familia real y por este reino. ¿¡Qué clase de gobernante eres!? Yo te lo diré: uno terrible, cobarde, así que adelante; vete pero si alguna vez regresas y descubres que ya nada es lo mismo o si te vas y te das cuenta de que es en vano porque a vayas a donde vayas, Ariana los encontrará y no solo se llevará a tu hija sino que te matará a ti y a Uma; recuerda que es tu culpa por ser un estúpido. —Lo golpeé nuevamente con la almohada para luego arrojarla al suelo, me acomodé el cabello para luego salir por la ventana, cerré la misma y empecé a caminar; alejándome del castillo.

Alex.

 Salí del Páramo y empecé a caminar hacia el castillo de mis abuelos, seguía enojada con Uma, ¿quién se creía que era para echarme?

  Tampoco entendía a mamá, es decir, sabía que había pasado por un infierno pero esa no es razón para negarse a defender lo que es suyo.

 Si ella no hace nada, yo lo haré, pensé.

  No voy a quedarme de brazos cruzados, esperando a que me permitan luchar en una guerra en la que jamás quise estar.

 Si puedo hacer algo por los demás, entonces despertaré a mi abuelo de una vez por todas, odiaba saber que estaba sufriendo por "la muerte de su hija"; que ni siquiera era suya.

  Golpeé la puerta del palacio cuando llegué a mi destino y sonreí cuando la rubia me abrió.

— ¡Hola! ¿Qué haces aquí, princesa? —Cuestionó algo confundida ya que no sabía que iba a venir a visitarla hoy.

—Hola tía...—Le sonreí antes de besar su mejilla. — ¿Ya es raro que visite a mi familia? —Me excusé.

—Alex, no me mientas. —Aurora me miró con seriedad y suspiré hondo.

—Ok, ok, vine a contarle la verdad al abuelo. —Admití finalmente, cruzándome de brazos.

— ¿Qué tú viniste a hacer qué cosa? Dime, ¿acaso los demás están de acuerdo con esto? ¿Has visto a tu madre? ¿Cómo está ella? —Dudó entonces.

—No sé, no me interesa si lo están pero no soporto más que él siga creyendo que su hija está muerta, sí la vi y está... Recuperándose de un maldito infierno, ¿se terminó el interrogatorio o tienes más preguntas que hacerme? —La miré alzando una ceja.

—De hecho tengo miles de preguntas. —Exclamó la rubia, la fulminé con la mirada, no tenía tiempo para esto.

—Hace frío aquí. —Murmuré entonces, mi familiar me inspeccionó y entonces se dio cuenta de que aún seguía fuera del castillo así que se hizo a un lado para dejarme pasar.

—Oh, lo siento princesa, entra; vamos, rápido. —Se disculpó apenada, entonces la obedecí y ella cerró la puerta cuando ingresé. —Tienes suerte de que Audrey ya no venga seguido, papá está en su oficina así que ve...

—Por fin, gracias tía. —Dicho esto, me apresuré a subir las escaleras y caminé por el pasillo del segundo piso hasta que llegué a la oficina. Golpeé la puerta, escuché aquel "pase" y entonces abrí para ahora entrar a la habitación.

— ¡Alex! —El hombre sonrió al levantar la mirada de unos papeles que estaba leyendo en su escritorio y percatarse de mi presencia, se incorporó y se acercó a mí rápidamente, sabía que adoraba que viniera. —Que agradable sorpresa, no sabía que ibas a venir...

—Yo tampoco, lo decidí hace cinco minutos. —Confesé antes de reír levemente, cerré la puerta y lo abracé con fuerza.

— ¿A qué viniste, cariño? —Preguntó mi abuelo cuando nos separamos.

—Eh... Eso es un poquito complicado de explicar. —Hice una mueca, empezando a jugar con mi cabello ya que estaba nerviosa.

— ¿De qué hablas? —Él me miró extrañado ante mi actitud.

—Mejor sentémonos porque sé que tienes tendencia a desmayarte... —Hablé rápidamente y ambos nos dirigimos hacia su escritorio, me senté frente a él.

—Ay tesoro, eso solo pasa cuando alguien se compromete... —Replicó mi abuelo con una sonrisa, que rápidamente se borró. — ¿¡Te vas a casar!? —Sugirió, sorprendido.

—No, no, no; claro que no, no necesito una relación para ser feliz... Además si tienes pareja eso tarde o temprano te traerá problemas pero ese no es el punto. —Negué con la cabeza rápidamente y suspiré hondo. —Quiero hablarte sobre mi mamá. —Afirmé, entonces él suspiró hondo, era más que obvio que la extrañaba.

— ¿Discutiste con ella antes de que se enfermara y no pudiste disculparte antes de que... De que... Se fuera? —Murmuró mientras sus ojos se llenaban de lágrimas, se me partió el corazón al verlo así.

—No... Es solo que... Agh, no sé cómo decirlo de forma delicada porque todo esto es tan extraño. —Hice una mueca, esto era muy difícil.

—Puedes contarme lo que sea... —Dijo, tomando mi mano. —Si pude comprender a tu madre cuando quiso matar a tu prima, puedo entender todo. —Afirmó, logrando tranquilizarme.

—Bueno pero ella se lo merecía...—Exclamé entonces.

—No empieces a criticar a Audrey por favor y cuéntame lo que tengas que decir. —Pidió el hombre.

—Es que se lo merecía, mamá tuvo buenas razones para tratar de asesinarla dos veces pero lamentablemente no lo logró y... —Hablé rápidamente, respiré hondo. —Ok, ok, mamá está viva. —Confesé entonces, nerviosa. Él se quedó shockeado durante unos segundos.

—Princesa, tienes que aceptar que Mal se ha ido para siempre, sé que esto es duro pero lo superaremos...—Murmuró Stefan.

—No, jamás estuvo enferma, fuimos engañados. —Dije entonces. —Abuelo tienes que creerme, por favor...—Supliqué, mirándolo a los ojos, esto no tenía que ser tan complicado ya que Aurora se había encargado de darle el dije que Dizzy había diseñado para él; así que no estaba tan influenciado por el hechizo de esa maldita.

—Pero es que no entiendo nada ¿cómo que no está muerta? ¿Cómo que nunca estuvo enferma? ¿Dónde está? —Cuestionó, entonces empecé a explicarle todo lo que había pasado, sus ojos brillaron al igual que el dije y se quedó callado durante unos largos minutos. — ¿Me estás diciendo que perdí a mi hija de nuevo?

—Mamá ha estado lejos por doce largos años...—Dije. —Pero no te preocupes, ella ya esta afuera de ese horrible lugar.

—Si es así, ¿por qué no ha vuelto entonces? —Preguntó mi abuelo, que aún trataba de procesar todo lo que acababa de confesarle.

—No ha regresado porque necesitamos que se recupere por completo por si Ariana viene a buscar venganza. —Expliqué simplemente. —No te imaginas todas las cosas horribles que le hizo vivir esa desgraciada en ese lugar.

—Si es peor que Audrey, no quiero ni saber que le han hecho a mi niña... —Él negó con la cabeza y entonces me miró. — ¿Tu padre sabe que Mal está viva?

—No podemos decírselo porque no sabemos como se lo tomaría y eso puede ser muy peligroso, el hechizo que Ariana lanzó lo afectó más a él que a todos los demás así que hacerlo reaccionar será mucho más difícil. —Musité, encogiéndome de hombros.

—Probablemente él haría una idiotez. —Sugirió el hombre, sabía que tenía toda la razón. —Los conjuros fuertes se rompen con una buena patada en el trasero... O un beso de amor verdadero. Aún así, no me imagino lo difícil que debe ser esto para él y para Jace... Espera, tu hermano... A Mal no le va a gustar esto. —Apretó los puños al darse cuenta de que el pequeño príncipe no era hijo biológico de la verdadera reina de Auradon.

—En eso tienes razón, se lo dije sin darme cuenta de la situación y ella no se lo tomó para nada bien, se enojó con papá aunque creo que es normal. —Comenté, recordando el momento exacto en el que mamá se enteró de la verdad.

—La próxima vez que vea a Ben, le voy a dar su merecido, ¿¡cómo se atreve a engañar a mi niña con una copia barata de ella!? —Gruñó, furioso. Respiró hondo para calmarse y me miró. —Cuando Lea se enteró que tu madre era mi hija, le hizo la vida imposible y bueno, Mal heredó el carácter de tu abuela materna así que ella jamás se quedó callada ante las acusaciones que le hacía mi esposa; discutían todo el tiempo que tu madre venía a visitarnos. Pero ahora Mal ha madurado y sé que aceptará a Jace como si fuera su verdadero hijo.

—Espero que así sea, mi hermano no tiene la culpa de nada, aunque de papá no puedo decir lo mismo; no me sorprendería que mamá le de una paliza cuando regrese a casa, él se lo merece. Tal vez ni siquiera necesite que un beso rompa el hechizo, tal vez con un buen golpe, lo despierte. —Sugerí entonces. —Pero si de algo estoy segura es de que mamá va a recuperar su corona.

—Eso será difícil, sabes cómo es Audrey, se pone un tanto... Histérica con respecto al trono. —El hombre hizo una mueca.

—Lo sé, pero no te preocupes por mi prima, la pondremos en su lugar. —Afirmé con seguridad. —Y cuando eso pase, sé que será el comienzo del fin. —Suspiré, no estaba segura de si estaba lista para que ese momento llegara.

— ¿Qué quieres decir con eso, cariño? —Preguntó él.

—Abuelo, yo nunca quise estar en una guerra, te lo juro...—Susurré, observándolo atentamente. —Pero voy a pelear para defender al reino, no voy a dejar que Audrey y Ariana se salgan con la suya.

Evie.

—Entonces si Uma se irá como la cobarde que es, alguien más tendrá que cuidar de Mal además de Jane y tú...—Habló De Vil, sentándose en el sofá de mi sala de estar, luego de que la pelirroja nos contara que la hija de Úrsula quería marcharse –de ninguna manera íbamos a tratar de hacer que ella cambiara de opinión porque eso no serviría de nada–, suspiré hondo.

—Yo soy el más fuerte. —Jay se apresuró a levantar la mano rápidamente.

—Sí pero yo soy su mejor amiga y me necesita más que a ti, ¡no soporto verla morir en sueños! —Repliqué entonces.

—Yo la ayudaré a no aburrirse en ese bosque de mierda. —Sugirió el menor del grupo, los tres empezamos a hablar al mismo tiempo pero nos callamos al escuchar que el celular de Dizzy sonaba, ella puso la llamada en altavoz.

—Tienes que venir ahora, sucedió algo terrible cuando Mal estaba sola, se suponía que Uma iba a quedarse con ella pero al parecer pelearon y se fue; resulta que... —Se oyó la voz preocupada de Jane. —Agh, estas cosas no se pueden decir por teléfono, M.

— ¿De qué demonios estás hablando? —Preguntó la hija de Drizella, extrañada ante el comportamiento de la chica de ojos azules.

— ¿¡Mal está bien!? —Cuestioné, preocupada.

— ¿¡Se tropezó con la máquina que nos olvidamos de desarmar!? —Dudó el chico de cabello blanco y negro.

— ¿¡Se muere de ganas de verme!? —Sugirió el ex ladrón.

—No, nada de eso, Ariana sabe que la escondemos aquí; vino a amenazarla, no podemos dejar que Alex la vea, no en el estado en el que está su madre. —Explicó la descendiente del hada madrina.

— ¿¡Qué le pasó a Mal!? —Gritamos a coro Jay, Carlos y yo.

—Cálmense, esa perra no la ha tocado, solo la ha amenazado desde afuera; no ha podido entrar pero la chica de cabello morado está en shock y... —Explicó la esposa del menor del grupo.

— ¿Están pensando lo mismo que yo? —La interrumpí, mirando a mis amigos.

— ¿Que va a explotar en cualquier momento? —Sugirió el dueño de Dude.

—Sí, lo hará, tenemos que ir a cuidarla. —Habló el chico de cabello largo.

— ¿¡Me pueden dejar terminar de hablar!? —Jane alzó la voz, por su tono sabía que estaba nerviosa y algo impaciente. —Ellas dos no eran las únicas que estaban en el Páramo, Danielle también estaba allí.

—Sí pero la desmayé antes de que lograra que la reina de Auradon saliera de su escondite, luego de eso fui a buscar a Uma para que me ayudara a encargarme de ella y...—Explicó la nieta de lady Tremaine, pero no pudo terminar de hablar.

—Eh, sí, sobre eso...Ehm... Ariana ya se encargó de ella. —La interrumpió la chica de ojos azules. Intercambié miradas con los demás al comprender las palabras de Jane.

—Pues ya era hora, espera, ¿qué? —Dizzy frunció su ceño al oír aquello.

—Ok, esto ya se puso feo...—Murmuró Carlos.

—Explícame qué mierda hizo esa desgraciada con mi hermana. —Exigió la pelirroja, apretando los puños.

— ¿En serio le estás pidiendo que sea más específica? —Jay la miró, incrédulo, le di un codazo para que se callara. — ¡Auch, E! Me dolió, ¿¡por qué hiciste eso!?

—Para que cierres la boca de una vez por todas. —Contesté simplemente, me acerqué a la sobrina de Anastasia y la abracé.

—Jane... Habla de una vez. —Sentenció la prima de Anthony.

—No sé cómo decirte esto...—Susurró la hija del hada madrina. —Ariana mató a Danielle.

 Miré a mi hermanita menor y noté que sus ojos estaban llenos de lágrimas, los cerró rápidamente y al volver a abrirlos, lo supe.

  Algo se rompió dentro de Dizzy.

—No, no puede ser...—Murmuró, la abracé con fuerza pero ella ni siquiera me correspondió, sino que salió por la ventana y la oí gritar a medida que se alejaba del castillo—: Ahora esa perra va a ver por qué nadie se mete con una Tremaine.

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