Capitulo 3

  Simplemente no lo entendía.

Era un libro común y corriente.

— ¿Qué tiene ese libro de especial? —Cuestioné, curiosa.

—Es hora de volver a la fiesta. —La chica se levantó de la cama pero la tomé del brazo, ella me miró.

—Oh no, no vas a dejarme aquí sin responderme otra pregunta, además no quiero volver abajo si Audrey está allí. —Sentencié entonces.

Esa perra había arruinado uno de mis cumpleaños así que ¿qué podría salir mal si me quedaba aquí, encerrada en mi cuarto, en lugar de pasarlo con mis seres queridos como lo había hecho durante años?

—Alex, estas hablando de mi novia y no voy a permitir que le faltes el respeto así que las dos vamos a volver a esa fiesta para que pasemos la mejor noche de tu vida. —Dijo la pelirroja, supuse que iba a seguir hablando sobre lo mucho que amaba a la castaña y por qué debía dejar de culparla por sus errores y no lo soportaría.

—Soñé con mamá. —Cambié de tema rápidamente.

—En serio, no es el momento para que hablemos de esto. —Prosiguió ella y me miró, esperando a que me levantara pero no lo hice. —Te prometo que después charlaremos sobre todo lo que tú quieras pero ahora tenemos que volver abajo.

—Necesito decírselo a alguien que esté dispuesta a escucharme, a alguien que me crea…—Murmuré. —No la vi, solo pude escuchar su voz. Era ella… diciéndome que me salvaría.

—Eso es lo que las princesas están destinadas a hacer pero ahora esta princesa va a regresar a su fiesta y no ocasionará más discusiones o la prensa la acosará. —Comentó la novia de mi prima, cruzándose de brazos.

— ¿Me prometes que después lo hablaremos? —Inquirí, levantándome de la cama.

—Te lo prometo. —Aseguró ella antes de acomodar mi tiara. —Larga vida a la princesa. —Dicho esto, besó mi frente y ambas salimos de mi habitación no sin antes apagar la luz, bajamos las escaleras para volver al gran salón.

— ¿Ahora se van solas a hablar por ahí? ¿Tengo que ponerme celosa? —Me sobresalté al escuchar la voz de la castaña apenas bajamos las escaleras. — ¿De qué hablaban, si se puede saber?

¿Ella se habrá puesto tan celosa de mamá y por eso quiso secuestrarla? ¿Los celos la hacen ser una persona peligrosa? pensé.

—De que Dizzy me co…—Empecé.

—De que empezaré a pasar más tiempo con la princesa porque me extraña muchísimo, cariño. —Me interrumpió la pelirroja para acto seguido abrazarme, cuyo gesto inmediatamente correspondí. —Ahora, mi amor, Alex quiere decirte algo, ¿verdad?

— ¿Que yo qué? —Cuestioné al escuchar aquello, recibiendo una mirada seria por parte de Dizzy, entonces suspiré hondo al comprender lo que ella deseaba que hiciera. —Oh, sí, yo… Quería disculparme contigo por humillarte delante de todo el reino, no volveré a hacerlo.

—No te preocupes, estoy acostumbrada a que todos reaccionen mal cada vez que hago algo pero aún así no les guardo rencor, somos familia después de todo. —Audrey me sonrió.

— ¡Su atención, por favor! —Alzó la voz el rey de Auradon, entonces me volteé para verlos, estaba junto a mi madre así que me acerqué a ellos. —Como todos saben, es una hermosa tradición familiar darle a mis hijos una hermosa sorpresa en cada cumpleaños y este año no es la excepción así que he preparado esto con mucho cariño para toda mi familia…—Prosiguió, miré a mi hermano que vino corriendo hacia donde estábamos y lo abracé justo cuando Lumiere destapó el enorme vitral en el que se encontraban los reyes junto con Jace y yo, inmediatamente todos los presentes empezaron a aplaudir.

—Es muy hermoso, gracias. —Murmuré sonriendo antes de abrazarlo, sentí los flashes de las cámaras sobre nosotros y suspiré, definitivamente jamás me acostumbraría a recibir tanta atención. — ¡Y ahora, que siga la fiesta!

  Cuando Kiss the girl empezó a sonar, inmediatamente todos buscaron a sus parejas para luego dirigirse hacia la pista de baile.

— ¿Me concedes esta pieza? —Mi mejor amiga me ofreció su mano, reí y la tomé antes de seguirla hacia la pista de baile junto con mis demás amigos.

  Sí, era la fiesta más extraña y divertida que había tenido en mi vida.

Audrey.

Unas horas más tarde, cuando aquella celebración había terminado y todos se habían marchado, yo seguía nerviosa, dando vueltas por la cocina del castillo.

— ¿¡Cómo puede ser que esa princesita sepa sobre lo que ocurrió!? ¡Nadie volvió a hablar de eso nunca! —Mascullé mientras caminaba de un lado a otro, bebí un sorbo de mi té para luego dejarlo en la mesa.

—Yo tampoco lo entiendo, pero alterándote no vas a lograr nada así que cálmate porque me estás haciendo perder la paciencia. —Susurró la reina de Auradon, que estaba sentada en la mesa mientras yo estaba al borde de que me diera un colapso.

— ¿¡Y qué va a pasar si hace más preguntas!? ¿¡Qué sucederá si sigue indagando en el pasado!? —Proseguí, ignorándola completamente.

—Si siente tanta curiosidad, entonces le mentiremos como lo hemos hecho siempre. No va a saber nada más sobre lo que ocurrió así que tranquilízate. —Insistió mi tía antes de beber un sorbo de su té.

— ¿¡Y si descubre la verdad!? —La miré y negué con la cabeza. — ¿¡Cómo puedes estar tranquila en un momento así!? ¡Aún no tengo nada de lo que quiero pero la perra de mi prima va a querer quitármelo, o peor aún, no va a dejar que consiga esa corona que me corresponde, que debe ser mía, no de ella!

—Bueno, yo intenté razonar contigo pero veo que no se puede así que voy a hacer algo que debería haber hecho hace mucho tiempo…—Mal se levantó, se acercó a mí y me arrojó su té, arruinando completamente mi ropa.

— ¡Oye! ¡Mi atuendo! ¡Me las vas a pagar por esto! —Me quejé. — ¿¡Y eso de qué sirve!?

—Lo hice para que te tranquilizaras y también porque escuchar tus quejas con tu vocecita insoportable a las cuatro de la mañana me fastidia bastante, pero como eso no funcionó… voy a tener que recurrir a mi siguiente plan. —Me sonrió falsamente antes de tomar mi mano. —Sígueme, tengo algo que mostrarte. —Dicho esto, me arrastró por todo el castillo tantas veces que perdí la cuenta hasta que finalmente llegamos a una puerta extraña que nunca había visto antes.

— ¿Qué estamos haciendo aquí? —Cuestioné confundida. — ¿Aquí guardas la corona que merezco tener? ¿Finalmente me la darás después de todo este tiempo?

— ¡Silencio! No tolero que seas tan egoísta, hay un límite para todo y tú lo cruzas siempre, agh. —Gruñó la chica de cabello morado. —Este es mi mundo ahora, no el tuyo.

— ¿De qué demonios estás hablando? —Dudé viendo como ella sacaba una llave y abría la puerta de la habitación misteriosa, me hizo una señal con la cabeza y entonces ingresé a aquel lugar, Mal me siguió para finalmente cerrar la puerta.

—Este es mi lugar seguro, nadie sabe que existe excepto nosotras pero solo yo tengo la llave. Verás, cuando me harto de todos los protocolos y de mi insoportable familia, vengo aquí para sentirme como si estuviera en casa. —Explicó la reina de Auradon, pero seguía sin entender de qué mierda estaba hablando. —Bienvenida a mi mundo, querida. —Sonrió y entonces observé como aparecían un montón de cosas vudú a nuestro alrededor, como unos muñecos, cartas, libros extraños y demás objetos.

—Wow, este lugar es muy oscuro, misterioso y extraño, me asusta un poco pero es genial, aunque hay algo que no entiendo… ¿cómo es que estar aquí va a lograr que me tranquilice? —Inquirí, cruzándome de brazos.

—Deja de fingir que eres estúpida y concéntrate de una vez, deja de ser tan princesita primorosa…—Masculló ella. — ¿Sabes por qué esperé dos años para casarme con Ben?

—Porque eres tan irresistible que querías hacerte la difícil…—Sugerí, encogiéndome de hombros.

—Sí… Digo, ¡no! —Negó con la cabeza inmediatamente. —Fue porque sabía que había alguien que no descansaría hasta poder arruinar esa boda.

—Oh… Creo que ya entiendo esto, ¿estas hablando de ella? —Sonreí con malicia, mirándola.

—Sí, así que para que te calmes te he traído aquí porque tengo algo que te mostrará cómo está ahora. —Mencionó mientras empezaba a buscar algo entre todas las cosas extrañas que había en la habitación. —Pero primero voy a sacarme esto porque ya no soporto seguir fingiendo ser una de ellos. —Añadió antes de chasquear los dedos, inmediatamente ese estúpido disfraz desapareció, revelando su verdadera identidad.

— ¡Es tan agradable volver a verte de nuevo! —Me apresuré a abrazar a la castaña mientras ella seguía buscando lo que necesitaba hasta que finalmente lo encontró, se miró en el reflejo del espejo mágico. — ¿Puedes explicarme de nuevo cómo lo conseguiste?

—Fue fácil, cuando me hice pasar por Mal por primera vez, lo rompí para que la estúpida de la hija de Grimhilde no sospechara y lo reemplacé con uno que no se puede reparar, en cambio éste si funciona con un poco de magia negra. —Respondió Ariana mientras se miraba en el espejo. —Será mejor que vengas a ver esto, no querrás perdértelo.

  Me acerqué a aquella Perdida para ver mejor lo que me estaba mostrando y no pude evitar sonreír al observar a través del objeto cómo mi odiosa familiar se encontraba completamente sola en aquel lugar tan raro, noté que estaba asustada y completamente desorientada.

—Se ve tan destrozada y aterrada, casi me da pena, ¿puedo matarla? ¿Ella puede escucharnos desde… donde sea que esté? —Cuestioné. —Sí que está completamente perdida… eso es lo que le pasa por meterse contigo.

—Lo está, ya se ha quedado sin fuerzas para buscar una manera de salir del Upside Down, ha perdido toda esperanza. —La Perdida sonrió con malicia. —No y no, tuve que esperar dos años porque sabía que esa perra no se rendiría y haría cualquier cosa para volver pero no encontró la manera de hacerlo, además la desmotiva saber que nadie la extraña aquí.

—Wow, eso es impresionante, ¿cómo lo sabe? —Cuestioné, asombrada.

—Mis amigos del más allá se han encargado de hacérselo saber así que se ha rendido, nuestro momento ha llegado. —Comentó la hijastra de Gothel.

—Eso es realmente oscuro y retorcido, me encanta, te felicito por haberla ocultado durante años…—Murmuré antes de acomodar mi cabello. —Ahora que nuestro momento ha llegado, ¿eso significa que tendré mi corona de una vez por todas? He esperado quince malditos años...

—Gracias, muchas gracias. —Fingió hacer una reverencia ante mí para luego guardarse el espejo. —Sí, eso es lo que significa. Pero… ¿hasta dónde estás dispuesta a llegar para conseguirla?

—No puedo acceder a esa corona si Mal y Alex no desaparecen de una vez por todas, ¿entiendes lo que quiero decir? —La miré, cruzándome de brazos.

—Lo comprendo pero creo que te estas olvidando de alguien…—Musitó Ariana, haciendo una mueca.

— ¡Ah sí! —Dije unos minutos después, al recordar a esos dos. —Yo me encargaré de deshacerme de Ben y Jace.

—Estas hablando de mi esposo y de mi hijo. —Me observó con seriedad, pero no permití que aquella mirada me intimidara. —Así que por eso, yo me voy a ocupar de ambos.

— ¿Tus amigos del más allá pueden llevarse a mi prima o voy a tener que ensuciarme las manos de nuevo? —Inquirí mientras jugaba con mi cabello.

  La castaña se me acercó lentamente para ahora acariciar mi mejilla.

— ¿Tú crees que sería tan estúpida que accedería a volver a abrir ese portal para darle a Mal la maldita oportunidad de salir? —Susurró, abrí la boca para contestar pero ella fue más rápida—. Claro que no.

—Pero tal vez ella esté tan débil y tan exhausta que simplemente se rinda y no quiera volver a salir de ese agujero. —Sugerí.

—Para ser su sobrina, no conoces a Mal… no como yo lo hago. Apenas le demos una oportunidad a esa desgraciada, ella la tomará y lo perderemos todo. —Dijo para luego negar con la cabeza. —No me voy a arriesgar a perderlo todo solo por un capricho tuyo. Estamos a punto de llegar, el mundo será nuestro en unos días… así que las cosas se harán a mi manera, ¿entendiste?

  Si algo había aprendido era que era mejor no hacerla enojar, así que me limité a asentir con la cabeza.

—Sí, lo hice. Tú ganas, me desharé de mi prima a mi manera. —Accedí entonces—. Pero ¿cómo te encargarás de asesinar al rey y a ese principito?

—Les haré creer que Mal murió, entonces todo será más fácil. Además, uno de ellos todavía me sirve… —Aseguró Ariana mientras volvía a tomar el espejo mágico, que funcionaba gracias a la magia oscura a pesar de que parecía estar roto.

— ¿Y cómo vas a hacer eso? —Inquirí nuevamente, sabiendo que este plan tenía que ser perfecto, no podíamos equivocarnos.

— ¿Por qué tengo que explicarte hasta las cosas más simples? Agh, por todos los demonios del más allá…—Protestó la villana, observándome de reojo. — ¿Ya olvidaste que tengo influencia en el más allá?

—Tengo una última pregunta…—Susurré, alejándome un poco de ella para evitar que me arrojara algo por ser tan curiosa. — ¿Quién caerá primero, entonces?

—Ven aquí, no voy a hacerte daño…—Dijo entonces, la obedecí y observamos el interior del espejo, en donde mi tía lloraba mientras cantaba una canción extraña. Intercambiamos miradas antes de sonreír con malicia —: La reina cae primero.

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