Capítulo 4

Dicen que de los errores se aprenden, para ser mejores personas. Bueno, yo no entendía aquello en aquel momento. Pensaba que Harry Styles era un error, pero un error el cuál tenía que seguir cometiendo. Quería molestarlo, hasta el grado de que éste se volviese iracundo y burlarme de él en mi comodidad. Desde aquel encuentro en el que pateé sus bolas nos vimos varias veces más, de hecho, todos los días. Y todos esos días le molestaba y maldecía, mi lado rebelde saliendo a la luz y él, el respondía peor, él se burlaba de mí y gracias a él, el profesor Bal-buceo, lo siento, el profesor Balbuena me odiaba más que nunca. Bien, por lo menos está en un lugar mejor, a unos diez metros bajo tierra, quizás, bien; mejor no contarlo ahora, todo a su debido tiempo.

Era lunes y me encontraba corriendo con una tardanza de diez minutos para la clase de Bal-buceo, los zapatos bajos que llevaba puestos no me facilitaban correr, debido al suelo, era resbaladizo. Mi mochila se resbalaba de mi hombro derecho, por lo que tuve que cargarla con el peso de los dos. Pasé por la entrada del Departamento, chocando con el chico que me atendió la primera vez en la entrada de la Facultad dándome mis llaves, con nombre de PJ. El pelo marrón desparramándose en su frente, sus ojos grises mirándome con una sonrisa de disculpa. -Lo siento, no te vi -una mirada pensativa pasando por sus ojos -¿Autumn, no?

Asenti -si, tú debes ser PJ. -Ya no eran diez minutos de retraso, sino veinte.

-Ah, sí. ¿cómo lo sabes?

-Eh, de veras que me encantaría seguir platicando pero llego tarde a mi clase. -Dije apresurada caminando lejos de él.

-¿A cuál vas?

-Historia del Arte, escucha, no puedo...

-Voy a la misma clase, -una mirada de incertidumbre pasó por mi rostro y PJ al parecer lo notó -me siento en los asientos arriba, siempre te veo. Bueno, podemos ir juntos -me interrumpió. Asenti y caminamos juntos, él entablando conversación y yo pues tratando de controlar mi respiración debido a la maratón que tuve que dar.

Llegados a la clase indicada, PJ tocó a la puerta. Se mostraba relajado. La puerta se abrió y una mirada recriminante y para nada bonita nos dio la bienvenida. El profesor Bal-buceo nos permitió pasar, pero al frente de la clase. Otra vez pasaría vergüenza, una peor que la del día anterior.

Verán, no sé que pasaba en aquel momento, pero siempre, siempre llegaba tarde a la clase de Bal-buceo, todavía no sé por qué.

-Han pasado cuatro semanas, señorita Heaven. Un mes, y siempre, todos los días llega tarde a mi clase - aún no puedo describir la mirada que el profesor me dio ese día, frente a toda la clase, fue una mirada que hasta todo el presente allí retuvo la respiración.

-Si, señor. -Baje la mirada controlando mi ser, que estaba a punto de explotar.

Y, gracias a PJ que me salvó el pellejo -lo siento, Balbuena...

-Respeto, señor Finnigan.

PJ se rascó la nuca -si, lo siento. Como decía, Autumn llegaba tarde por mí culpa.

Lo miré con ojos sorprendidos y algo traicionados, no tenía por que atarse la soga al cuello por mí, me miró tratando de decirme que siguiera el juego. Yo sólo bajé la mirada.

-Es que me ayudaba a ordenar algunos papeles de la Oficina, ya sabe.

El profesor achino los ojos tratando de encontrar algún indicio de que PJ estaba mintiendo pero, cuando vio que éste se mostraba impasible nos dejó ir.

-Esta bien. Pero que no se repita, va para los dos.
Asentimos y nos sentamos en nuestros respectivos asientos, el por su lado y yo por el mío, lo miré tratando de agradecerle el gesto.

Me senté y saqué mis cosas del bolso, para anotar. Fue una hora bastante asfixiante y cansada.

La clase había acabado y Bal-buceo dejó una tarea, un informe sobre Lorenzo Bernini y Picasso.

Esperé a que todo el mundo saliese para hablar con PJ. Éste bajo y me uní a él saliendo del salón. -Hey, gracias por echarme una mano con Balbuena.

Se encogió de hombros -no hay de qué. -Y continuamos con nuestra caminata directo al campus en silencio.

Había algo que me estaba comiendo por dentro -asi que... ¿cuando no estás trabajando de secretario, estudias?

-Si. Sólo lo hago por dinero, ya sabes, nunca está demás algo de billete en el bolsillo de vez en cuando, ¿no? -me miró por encima de su hombro con una sonrisa.

Caminamos al Starbucks del campus, dónde nos colocamos detrás de una chica con pelo azulado y sonrisa brillante mirando a PJ con alegría -¡PJ!

-Liliana, hola.

Y sólo recuerdo una larga conversación sobre una fiesta que en esa semana se celebraría. Sobre fraternidades y hermandades y bienvenidas para los nuevos integrantes en la universidad. PJ me presentó a Liliana, y ésta me recibió con una cálida sonrisa. Hablamos un poco pero luego dejé que esos dos continuaran con su plática. Pude notar que a Liliana le gustaba PJ, por la forma en que ésta le miraba.

Tengo esta cosa de darme cuenta de cuándo las personas están enamoradas o cuando no soportan a la persona que está a su lado, y Liliana definitivamente estaba loquita por el chico desgarbado de ojos grises y bonita sonrisa que estaba a mi lado.

La fila para Starbucks seguía larga, y me estaba agotando, mantenerme de pie no era una de mis cosas favoritas. Mientras tanto, miré alrededor, la universidad ahogando todo edificio que se alzase más allá, las personas caminando de aquí para allí, algunos leyendo un buen libro y otros con sus novios o novias besuqueandose por ahí. Unos ojos verdes me miraban, con tal intensidad que tuve que mirar a aquella dirección. Y era el jodido Styles.

Una sonrisa burlona cruzando su rostro, se recostaba de un árbol con los brazos cruzados, sus rizos ahogándose bajo un clásico sombrero negro, toda su vestimenta era del mismo color, negro, desde las zapatillas hasta, bueno, el sombrero; su piel viéndose más pálida que nunca, parecido a Edward, de Crepúsculo. Varonil, pálido, hermoso y... misterioso. Todo en Harry Styles decía misterio, cómo un tatuaje grabado en tu piel permanentemente.

Con un ''Vuelvo en un segundo'' a PJ me alejé de él acercandome al chico de negro que me miraba.

Me crucé de brazos y lo miré con reto -¿Qué haces aquí?

Éste se carcajeó -este es un espacio público, Tom. Todo mundo puede estar aquí. Además es el campus, y estoy en la universidad por si no te enteras, así que, puedo estar aquí y allá - señaló hacia uno de los edificios de la universidad -y allá, y allá - señaló cada zona de todo el campus, burlándose de mí.

Mis manos empuñadas a mis costados -sabes que no me refiero a eso.

-Oh, sí. Sí sé a que te refieres, Tom. -se acercó a mí, tomando un mechón de mi pelo y acariciándolo, cómo si estuviese saboreandolo.

El calor subió a mis mejillas y a mi nuca, al tenerlo tan cerca de mí. Provocaba que me sintiera incómoda y nerviosa. -No hagas eso.

Me miró haciéndose el desentendido -¿hacer qué?

Le di un manotazo -eso. Tratar de coquetearme. -Me alejé unos pasos y negó con su dedo índice.

-No sé de que hablas, Tom. Y... -me tomó de la cintura, pude sentir su aliento chocar con el mío - ¿y qué si estoy coqueteando?

-Haz lo que quieras, no caeré como de seguro todas lo hacen. -Lo miré desafiante y me alejé de él, no podía estar un segundo más cerca de Harry, me causaba enojo y una electricidad me recorría cuando me tomaba por la cintura, que no podía clasificar como algo bueno.

Se relamio los labios, provocando que se viesen apetecibles -como digas, Tom.

Me iba a ir, pero antes de eso lo miré una vez más -ah, no me vuelvas a decir Tom. Es desagradable. - mentí.

Una voz ronca y seductora provino de su garganta -no mientas. Sé que te gusta tu nuevo apodo.

-¿eso crees? -dije enojada debido a su actitud ególatra.

-Si, preciosa. No sólo te gustará eso, sino todo lo que venga de mí.

Y... lo peor de todo es que le creí.

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