Capitulo 26
Los días pasaban. Eran... fríos. Como si el calor se hubiese ido para siempre, dentro de mí.
Me sentía como una gota de lluvia; en un momento estoy en mi nube y en un parpadeo, estoy cayendo, rápido y colisiono fuertemente en la superficie, volviéndome nada.
Cuando volví a la universidad, la pasaba en la habitación, llorando. No sabía por qué, o solo... no quería admitirlo. Lo había arruinado todo, con Harry, con Charlie... y me sentía pésima. Neve siempre se quedaba conmigo, consolándome. Y, lo apreciaba, pero ella sabía que necesitaba estar sola. Necesitaba pudrirme sola, no quería, solo no arrastrarla conmigo.
Pero luego, ella viene. Una noche, no recuerdo el día, Neve entró a la habitación y se tiro encima de mí, en la cama. La miré de soslayo, enojada y ella solo me miró allí, impasible.
—Necesito que sepas... no puedo verte así, A—, se arrodilló y se posó frente a mí y me tomó de los hombros—, me duele, ¿sabes? Me mata verte así de jodida por Harry. Te dije que si te hacía daño lo mataría y...
La detuve con un ademan de mano—, déjalo estar, Neevy. Él no tuvo la culpa, fui yo—me recosté y cubrí mi rostro con mis manos, a punto de llorar. No lo soportaba, nada de ello— siempre he sido yo la del problema, él... él no quería preguntas de su pasado y, y yo insistí tanto, y luego dudé de él...
—Basta, A. ¡basta!
Me destapé el rostro lentamente y la miré con los ojos abiertos. Ella estaba enojada— ¡debes dejar de culparte de todo!—, se puso de pie y arrancó las sabanas lejos de mi y abrió las ventanas, provocando que entrara la luz de la luna, brillante—. Ahora, vas a parar tu gran culo fuera de aquí y buscaras a ese estúpido chico y hablaras con él, ¿Qué has entendido?
Mis ojos estaban muy abiertos, sonreí. Sin saber por qué. Solo... lo hice. Y si, hice caso a sus palabras, debía hablar con Harry y arreglar todo. Así que, fue así como me dispuse a salir corriendo fuera de allí y fuera de la habitación, corriendo por el campus. No sabía dónde ir, no sabía dónde estaba el departamento donde Harry se supone que estudiaba y dormía. Estaba perdida en lugar que ya conocía perfectamente. ¿Confuso, no?
Caminé una media hora fuera, buscando en cada departamento de la universidad. No había rastros de él. Increíble.
Como si la tierra se lo hubiese tragado.
Me senté en uno de los bancos que estaban cerca del departamento de Artes. Ya era tarde, y no lo iba a encontrar a esas horas. Me rendí, no podía hacer nada más.
Él había dicho que, cuando supiera quién era H lo buscase, pero... ¿Cómo buscar a alguien que no quiere ser encontrado?
Quería llorar, pero eso se estaba volviendo una rutina. Y estaba harta, de llorar y llorar y llorar. La misma mierda. El mismo desastre. Estaba cansada de todo. Quería gritar, patalear y desaparecer.
Se suponía que era una chica lista, pero lo lista se esfumó de mi cabeza cuando se trató de buscarlo.
Sentí una mano cálida tocar mi hombro y levante la cara alarmada, los vellos de mi nuca erizándose. Mi corazón dejó de palpitar con rapidez al ver a Zayn frente a mí, con una sonrisa mirándome allí parado. En una noche oscura.
— ¿Zayn? ¿Qué... que haces aquí?
Su rostro ya no era cálido, su sonrisa ya no estaba. Estaba realmente serio y me estaba preocupando. Me puse de pie frente a él y su mirada era preocupante, triste, infeliz. Algo le estaba pasando y quería saber. Sabía que lo nuestro no pudo funcionar, pero sentía cierta simpatía hacia él aún. Por mi culpa todo fracasó, por Harry, por él mismo también. Pero ya nada puede ser cambiado. El pasado no lo pude ni podré cambiar.
—Debo... debo decirte algo, Autumn—. Su voz era un susurro apenas audible. No me miraba a los ojos, como si estuviese avergonzado. Las sombras daban de lleno en su rostro, oscureciéndolo.
— ¿Qué ocurre Zayn? ¿Pasó algo malo contigo? Solo dime por favor—, tomé su mano y sentí como se tensaba. Me lanzó una mirada rápida y luego a nuestras manos, entrelazándose.
Levantó su rostro, y sus ojos estaban llenos de lágrimas y en ese momento, quería abrazarlo con tantas ganas que me dolía el pecho. El era tan hermoso, tan doloroso de alcanzar, y tan infeliz para hacerle olvidar todo su dolor y agonía.
—Prométeme que... que pase lo que pase, me vas a perdonar algún día. No tiene que ser hoy o mañana, solo... algún día. Promételo.
Asentí. Pero el negó—, no. Promételo.
—Lo prometo, Zayn. Te lo prometo.
Suspiró con pesadez y una lágrima resbaló en su mejilla blanca y fantasmal, y supe que nada bueno vendría de las palabras que saldrían de su boca.
—Soy H.
Y todo fue un completo desastre.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top