Capítulo 2

Estas eran y son las cosas que identifican a Neve, o eso espero.

1. No era emo, pero amaba vestir como uno.

2. Le gustan las ardillas como mascotas, una vez, me contó, tuvo una y al día siguiente amaneció muerta debido a que su perro, otra mascota que tenía, había ''jugado'' con ella como si fuera un juguete de hule tomándola por el cuello y masticandola. Ella supo por que su hermanito menor, Ryan, lo había presenciado con horror y se lo había dicho un día después del incidente.

3. Era y es hipster, aunque yo no entendía, por que ella era todo lo contrario a uno.

4. Tenía una colección completa de la banda ochentera The Smiths.

5. Adora leer.

6. Y no era para nada la chica que yo esperaba como compañera. Era todo lo contrario a nerda, antisocial y sin vida propia.

- ...Y por eso ya no somos novios- suspiró y terminó de pegar un póster de The Beatles en el lado de su cama. Me miró desde mi lugar y yo no sabía que hacer o qué decir, nunca me había pasado algo como esto, es decir, sentirme incómoda con alguien.

- Hey, apenas hablas. ¿Te cortaron la lengua o algo así? - se puso de pie y se cruzó de brazos mirándome de soslayo.

- Eh... no, para nada, sólo...

Miró al techo y se exasperó - oye, no te pongas odiosa, si quieres que nos llevemos bien debes ser un poco más amigable.

- ¡Que no estoy siendo odiosa! Sólo me siento extraña- alegué en mi defensa. -Sólo estoy cansada. - dije para luego acostarme en mi nueva cama, para nada cómoda como la de casa, pero la resignación era lo único que me quedaba.

Escuché palabras no muy bonitas por su parte en voz baja, pero la ignoré y cerré mis ojos cayendo en la oscuridad, en un profundo dormir sin sueño.

∞∞∞

Un sonido chirriante fue lo primero que escuché. Abrí los ojos y vi como un halo de luz se filtraba desde la ventana a la habitación. Volteé la vista hacia la derecha y vi a Neve envuelta en sábanas profundamente dormida. El despertador empezó a chirriar de nuevo y me senté desperezandome.

- Apaga la maldita cosa- gruñó Neve.

Me acerqué a la mesilla que dividía nuestras camas y apagué el sonido molesto. Me puse de pie y me acerqué a mi celular viendo la hora. 8:30 am. ¡8:30 am! Estaba tardísimo. Debía buscar mi horario de clases en la oficina principal para ir a mi clase. Miré hacia Neve, quién roncaba como si estuviera tragándose un hueso y ahogándose con él. Ahogué una carcajada. ¿Debía acaso avisarle que estaba tarde y que podría quizás llegar tarde si no despertaba? no. Seguro estaba en otra clase a las nueve.

Me duché y cambié lo más rápido posible. Mi hermana Charlie hubiera dicho que había volado por lo rápido que hice todo en tan solo diez minutos. Hice mi cama, me duché y cambié y tomé mi nueva mochila a cuadros negros y azules marca jeansport.

Salí a paso cuidadoso para no despertar a la pelinegra que era mi nueva compañera, con tan sólo haber hecho plática con ella el día de ayer y ver cómo me amenazó no quiero descubrir su lado oscuro. Salí al pasillo y fui al lugar donde este chico, PJ me había dado las llaves, pero me extrañó, no lo vi a él, sino a una mujer madura un poco regordeta tecleando en el computador.

Le pedí la ubicación de la oficina principal. Luego de darle las gracias fui a por mi horario. Caminé por los pasillos y me encontré con dibujos decorando las paredes de los anchos pasillos del lugar. Era hermoso, cómo los colores contrastaban y los dibujos hechos a mano con trabajo y dedicación. Les tomé una fotografía para luego enviársela a mamá y Charlie.

Luego de encontrar la puerta correcta entre y le pedí a la secretaria que me diera mi horario. Esta con una sonrisa me la tendió y le agradecí. Caminé lo más rápido a mi siguiente clase, Historia del Arte y al abrir la puerta del salón correcto me encontré con una mirada inquisitiva por parte del profesor y las atentas miradas de todos los estudiantes sentados allí. Miré desde los asientos de arriba hasta abajo, cada estudiante mirándome. Sentí como el calor inundaba mis mejillas.

El profesor mi indicó que pasara y caminé con la cabeza gacha. Me preguntó mi nombre.- Autumn Heaven. Estudiante de primer año. Llega tarde.

Escuché risitas burlonas por parte de los demás presenciando la escena. El enojo surgió de imprevisto, sólo que me di cuenta de lo que había dicho muy tarde- lo siento, señor, pero no era necesario decirme nada. Se como me llamo y que llego tarde. A menos que lo único interesante que haya dicho en toda su vida haya sido eso.

- ¿Qué dijo?- sus ojos denotaban furia contenida. Era como un tigre que quería saltar hacia mí y desgarrarme.

-Escuchó bastante bien, así que no es necesario volverlo a repetir -Callate, Autumn. Todo el mundo observaba con asombro. Primer día y ya estaba perdida.

Alzó el brazo hacia la puerta indicándome que saliera- Detención.

Con la frente en alto, y muriéndome por dentro por la estupidez que había cometido caminé hacia la salida y escuché como la puerta se cerraba detrás de mí y el profesor me miraba pésimo. Me llevó a la oficina general del Departamento y me obligó a sentarme y esperar a la persona que dictaría mi sentencia.

Diez minutos después el profesor entró y luego una mujer enfundada en una falda entubada y una chaqueta a juego color negro me miraba con una cálida sonrisa, su pelo rubio sucio caía en sus hombros y sus ojos chocolates me miraban atentos. Se sentó frente al escritorio y frente a mí y luego miró al profesor que en ese momento desconocía su nombre.

- Puede sentarse, profesor Balbuena. - Su voz dulce como el azúcar. El profesor Balbuena negó con frenetismo y ella volvió a mirarme- bien, entonces, ¿qué ocurre?

Y así fue como el profesor Bal lo que sea le contó todo. Ella me miraba de vez en cuando y yo lo único que podía hacer era mirar mis blancas manos y pensé en lo pálidas que estaban y en desde cuando mi piel no tomaba sol de manera adecuada. Luego de los balbuceos del profesor, la oficina se quedó en un silencio completo, en espera a la sentencia de mi vida. Ella me acusará por agresión verbal a un profesor de alto rango en la universidad y mamá me miraría con decepción para luego echarme de la casa y vivir como pordiosera en un basurero, lamentandome el haber sido rebelde con el profesor de Historia del Arte y no haber podido siquiera durar una semana en la universidad.

Por fin, ella habló -bueno, Autumn. Lo justo sería enviarte a detención luego de las clases por unas horas.- su voz dulce me reconfortó, no fracasaría después de todo. Sólo era detención, sólo por ese día. Asenti y ella me dijo que podía salir dejándola con el profesor Bal-buceo hecho una furia por poner mano floja en una estudiante escasa de capacidades mentales e irrespetuosa.

Caminé en el corredor con una sonrisa estampada en el rostro y yendo a mi próxima clase donde, no cometería el mismo error de hace unos momentos.

∞∞∞

- No puedo creer que ya estés castigada el primer día- exclamó Neve con sorpresa. Yo en cambio me encogí de hombros.

Tampoco es que vaya a ser tan malo, ¿O sí? No lo supe en ese momento.

- Lo siento, Neve. Pero debo irme, solo vine a avisarte yo misma de la tontería que hice.- Tomé una manzana del escritorio donde ella estaba sentada con la laptop frente a ella, la pantalla brillando con una imagen de fondo de ella con su hermano menor con una muesca arrugando su redondo rostro, sus ojos azules brillantes en la imagen.

Puso los ojos en blanco -¿estás loca, no? eso fue genial- gritó emocionada- me agradas, chica. - Sonrió y yo alcé los pulgares en respuesta y luego salí de la habitación.

Según me había dicho Neve, el salón utilizado para las personas traviesas y rebeldes, mejor llamado detención, se encontraba cruzando el campus, en la facultad de Arquitectura.

Estando ya ahí caminé por los pasillos vacíos, el edificio bastante elegante en su textura y construcción. Subí las escaleras y caminé hasta encontrar la puerta no. 220. Toqué dos veces y luego giré del pomo y deslice la puerta.

-¿Puedo?-pregunté mirando a la mujer que se encontraba sentada leyendo una revista de moda en el escritorio, sus ojos fijos sin mirarme.

-¿Nombre?- arrastró las palabras y luego reparó en mí.

- Autumn Heaven.

- Ah, la chica con escasa capacidad mental, pasa.

Asenti avergonzada y entré al salón, las personas que estaban allí se rieron de mí pero traté de ignorarlos. Me senté en uno de los asientos que se encontraban adelante cerca de la ventana. Luego, observé como unos masticaban chicles concentrados, algunas chicas susurrando sobre quién es el chico más sexy de la habitación y por sus ojos que miraban al fondo de la habitación me di cuenta de quién era el elegido para ellas. Volteé a ver y me encontré con una mirada verde esmeralda mirando hacia mi dirección, a mí. Alejé la mirada un poco avergonzada, no me gustaba y aún no me gusta que me miren. Volteé de nuevo enfrentándolo con una ceja alzada y este por su parte mostró una sonrisa con suficiencia y eso me enojó. Lo reté con la mirada y él en cambio trataba de no soltar la carcajada que estaba reprimiendo desde hace unos segundos. Me crucé de brazos y no despegue la mirada aún retándolo.

- Styles, deje a la chica en paz- dijo la señora encargada de todos los condenados a detención quitando la vista de la preciada revista que reposaba en sus manos. El chico, Styles, sonrió donde unos hoyuelos se dibujaron en sus mejillas y rompió el juego de miradas alzando las manos en señal de rendición. Sonreí en mi mente y bailé el baile de la victoria.

Los demás miraron la escena sedientos de pelea, enfrentamiento... no lo sabía.

El resto de la tarde la pasé aburrida, mirando hacia la ventana, cómo los árboles danzaban al ritmo del aire, las hojas luchando por no ser arrancadas de sus ramas y universitarios caminando de aquí para allá a algún lugar específico. El tiempo de castigo había acabado y el chico con mirada esmeralda no volvió a mirarme, al contrario comenzó a teclear en su celular.

La mujer encargada de nosotros nos dijo que podíamos irnos. Tomé mi mochila y arrastré las correas a mis hombros y caminé hacia la salida chocando con el chico de ojos verdes y hoyuelos en las mejillas.

Lo miré y él a mí, hizo una reverencia con burla y me dejó pasar a su lado. Murmuré idiota por lo bajo enojada con el estúpido chico. Comenzó a correr para alcanzarme y luego caminar a mi lado.

- Así que Autumn Heaven- me miró de pies a cabeza escrutandome. Paré de caminar y me crucé de brazos mirándolo exasperada.- Extraño nombre.

- ¿Ah, sí? no diría lo mismo si me llamara Styles.- Al escuchar lo último soltó una estruendosa carcajada que me sacó de mis casillas- ¿Qué?- dije entre dientes.

Respiró hondo y se limpió una lágrima que sobresalía de su ojo derecho aún con esa estúpida sonrisa burlona- ¿estás bromeando, no? - me miró fijo y me mostré impasible, alzó las cejas- ese no es mi nombre, es mi apellido.- y luego, otra carcajada. Enojada di media vuelta y empecé a caminar con rapidez para escapar de la vergüenza y del ridículo que había hecho. Tonta, Autumn. Eres una tonta.

- Por cierto, soy Harry, Harry Styles - fue lo último que escuché de aquel chico.

Pero no lo último que vi, por que sus ojos me invadieron en sueños, y su sonrisa inundando mis oídos, sus hoyuelos dibujándose en su rostro varonil y apuesto.

Creí que no lo volvería a ver, pero apenas era el principio de la entrada de Harry Styles en mi vida.

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