Recuerdos del pasado


Era como revivir los sucesos de aquel día. Todo se sentía igual. El padre de Mirio los había recogido de la escuela, como hacía buen día, los llevó al parque para jugar.

Mizuki se había divertido mucho con su amigo. Y cuando llegó el momento de volver a casa, se sintió atrapada en su cuerpo de niña. Sabía lo que iba a pasar, lo sabía muy bien.

Pero no podía hacer nada.

Todo pasó demasiado rápido, y entonces Mirio estaba debajo del puente, en el agua.

El sentimiento de impotencia la sucumbió, ¿qué podía hacer?¿cómo podía salvarlo?

Pero no había nada que ella pudiera hacer, solo ver como el chico luchaba por su vida.

Entonces, un héroe se lanzó al agua. Nadó hasta Mirio y lo sacó del río. El rubio había dejado de llorar, mirando en cambio la sonrisa del héroe, que estaba tranquilizándolo, sin notar ni siquiera como su padre se acercaba a él preocupado.

Eso era.

Mizuki ya sabía que hacer.

Tenía que ser una heroína.

X

Mizuki se despertó en cuanto sonó el despertador.

Un recuerdo, solo había sido un recuerdo.

Se estiró mientras caminaba por el pasillo. Entró en el baño, se ducho, dejando que el agua fría se llevara los restos del sueño. Con una toalla envuelta sobre su cuerpo, regresó a su habitación para ponerse el uniforme de la Yūei.

Tras hacer la cama, subió las persianas y abrió las ventanas. Justo en frente había otra casa muy parecida a la suya, era la casa de los Togata. El dormitorio de Mizuki daba a la ventana del dormitorio de Mirio.

Cogió su botella de agua y usando su peculiaridad, hizo levitar una gota de agua del tamaño de una piedra. Esta se endureció cuando se convirtió en hielo.

La pequeña gota levitó hasta la ventana del otro y tocó varias veces. Poco tiempo después, la persiana se levantó y se abrió las ventanas mostrando a un Mirio adormilado con el cabello revuelto.

Ahí estaba, su sol personal.

Hacia años, debido a que Mizuki se levantaba antes que Mirio, habían decidido que esta lo levantaría con su poder. Así ella practicaria todos los días y el chico se levantaría.

-Buenos días sunshine-se río Mizuki con una sonrisa en sus labios, haciendo que la gota de agua regresara a ella.

Mirio no dejó que bromeara con él.

-Oye, tampoco tienes que burlarte de mí, ¿eh, Mizu?

-Te veo dentro de media hora-dijo esta antes de acabar con su control sobre el agua, que cayó sobre el jardín. Mirio negó con la cabeza antes de ponerse en marcha.

Mizuki bajó por las escaleras para ir a la cocina, desayunó y después salió fuera. Caminó quedándose frente a la casa de los Togata. No espero mucho, ya que la puerta principal se abrió y Mirio se acercó a ella con su típica ilusión.

Ambos caminaron juntos hacia la Yūei, charlando tranquilamente.

-Así que...¿al final aceptaste ir a esa agencia?-cuestionó Mizuki.

-Sí. Ayer avisé que iba a trabajar con ellos.

-¿Cuál es la agencia?

-La de Sir Nigtheye. Aún no sé como es que me hicieron la propuesta-relató Mirio.-¿Qué hay de ti?¿Ya has ido a presentarte?

-No, posiblemente lo haga hoy. Pero en cuanto a ti...-susurró señalandolo.-¡Vas a trabajar con el antiguo compañero de All Might! Vas a aprender mucho de él-dijo con alegría.

X

La agencia de Nigtheye pasaba desapercibida a ojos de cualquiera, pero ahí estaba. Mirio fue recibido por una chica de piel azul que se presentó como Bubble girl. Esta le dijo que sería un placer trabajar con él, a lo que el rubio respondió de igual forma.

Acto seguido, fue llevado a la oficina del héroe, donde él pidió a Bubble girl que los dejaran solos. All Might no estaba allí.

-Trabajaras conmigo-respondió a su pregunta no formulada.-Aparte de trabajo de héroe, te formaré para que tengas un control férreo de tu don. Utiliza la experiencia que consigas aquí para formar tus previsiones cuando estés en batalla. Tal como dijimos All Might y yo, se te cederá su poder. Pero primero vamos a priorizar el control de tu don, después se te entregará su poder.

Mirio asintió, tomándose muy enserio lo que decía.

Se convertiría en un gran héroe.

X

Mizuki había tenido que coger el tren para ir a la agencia. Estaba algo nerviosa, no lo iba a negar. Pero sabía que iba a estar bien.

Cuando se plantó frente al edificio, tomó una profunda respiración y entró.

La secretaria fue muy amable con ella y la llevó hasta otra sala donde estaba el héroe BMI Fatgum.

-Oh, ¡es un placer conocerte Fukui!-dijo este saludandola con una gran sonrisa.-Mientras estés en mi pasantía, me encargaré de que tu y tu amigo aprendáis todo lo que podáis sobre ser un héroe. ¿Y quién sabe? Igual en el futuro trabajáis aquí.

-El placer es mío-habló la peligris con alegría, haciendo una pequeña reverencia.-Por cierto, has dicho que vendrá también otro amigo mío. ¿De quién se trata?

Como si fuera cronometrado, la secretaria volvió a abrir la puerta dejando ver a un Tamaki muy nervioso y asustado.

-¡Tamaki!-llamó Mizuki.-No me esperaba que hiciéramos la pasantía juntos. ¡Va a ser genial!

-Es un placer conocerte a ti también Amajiki-declaró Fatgum intentando que el joven se sintiera más cómodo.

El otro estudiante lo miró un rato antes de teletransportarse a la pared de la sala.

-No merezco un saludo así...

El héroe lo miró claramente extrañado.

-No te preocupes, suele ser así-tranquilizó Mizuki al hombre.-Con el tiempo te acostumbras.

-No debería haber venido-susurró el chico.

Fatgum miró a ambos estudiantes antes de soltar una poderosa risa.

-Sin duda alguna, esto será muy divertido.

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