Otra hoja arrancada.

Frustración, eso era lo que sentía las últimas semanas.

Su empresa le exigía un nuevo disco para dentro de un mes, y su hyung, Min YoonGi, no pensaba ni en ayudarlo. TaeTae fue un niño malo.

Gruñó por enésima vez en el día e impactó sus manos contra el cuaderno donde anotaba cada frase que se le ocurría. Pero sólo se le ocurrían letras sin sentido ni interpretación.

Las once de la noche, y aún sin ningún avance. Estaba fastidiado, pero lo intentaría. Salió de su estudio a por un café, el tercero ese día, pero esta vez el puesto más cercano estaba cerrado.

—Tsk— suspiró, comenzando a caminar a otra dirección. Tal vez ir a su departamento y luego pasar un rato con sus amigos no haría daño, ¿Verdad?

Luego de caminar un rato llegó al edificio en el que vivía, no sin antes pasar desapercibido; era de los muy conocidos K-Idols.

Entró al ascensor, presionando el botón que marcaba "10".

El trayecto fue silencioso, tanto que daba miedo.

Pero de repente el ascensor se detuvo, junto que se apagaron las luces y él cayó al suelo por el repentino cambio.

— ¿Qué? Esto no suele ocurrir aqui... ¿Habrá sido un apagón?— hablaba consigo mismo.

Tomó su teléfono, llamó al conserje del edificio; pero no respondía.

Llamó a su mejor amigo, SeokJin, y este no tenía señal.

Gruñó frustrado, tenía calor, no veía ni oía nada más que sus quejidos y lo que aparentaba ser... ¿Alguien reparando el ascensor? Eso esperaba, porque escuchó pasos sobre el techo de éste.

— ¿OhSeong? ¿Eres tú?— preguntó esperando afirmación.

Pero no hubo respuesta.

Y el silencio –descontando el ruido extraño– perduraba, lo aterraba y lo cansaba.

No sabía cuándo se quedó dormido.

¶

Pero al despertar estaba en un lugar extraño. Eso no era Seúl. Menos el ascensor. Y mucho menos su departamento.

Caminó un poco y notó que estaba en Gwangju.

Pero, ahora se preguntaría, ¿Cómo volvería a Seúl?

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su sansacional autora ha regresado. disfrútenlo¡! las actualizaciones serán regulares y la historia cambiará un poquito bastante.