Capítulo 87: Precuelas

Sarah's POV

Todos habíamos estado a punto de perder la cabeza en estos últimos días, aunque unos más que otros.

Desde los invitados hasta el platillo principal, Kenna y Tobías estuvieron muy entusiasmados al principio de que ellos fueran quienes los eligirían, pero dejó de ser divertido al momento de reservarlos y asegurarse de que no faltara ni uno. La determinación de Kenna fue intensa, y la mesa de postres terminó luciendo como un jardín de las hadas, en realidad, todo el lugar luce como sacado de un cuento.

El sitio de la boda, una de las más atiguas guaridas de Vookers, una amplia explanada con columnas formadas en cada costado, decoradas con la enredadera creciente del bosque. Por los vitrales multicolor entra la luz artificial llena de magia que habían creado las brujas para esta ocasión, rociando su brillo sobre las flores que decoran todo el lugar. Incluso debajo del techo de cristal polarizado, flotan pequeños racimos de flores con luces que alumbran la sala. Monique se había esmerado en que luciera perfecto, rehaciendo la decoración un total de seis veces hasta que estuvo satisfecha.

—Es la boda de nuestro líder, después de todo—había dicho ella, justificando su enorme sonrisa de satisfacción mientras admiraba su trabajo.

Y ahora lo están admirando las demás personas, los invitados, quienes no tardaron mucho en llegar ya que este es un día muy especial para todos.

Andrew y Liar ya se encuentran conversando animadamente, criaturas se reunen y toman asiento en las bancas de piedra. Yo me encuentro saludando a todos los que puedo mientras camino por el lugar, siguiendo el sentimiento de nerviosismo que pulsa en mi mente. Miro a mi alrededor antes de asomarme por el pequeño pasillo, encontrando a la persona que buscaba.

—¿Entonces todo está en orden?—dijo Alex al teléfono.

Este ya tenía sus ojos sobre mí a pesar se seguir concentrado en la llamada. Estaba recargado sobre la pared, con una mano arrugando el interior del bolsillo de su pantalón. Me dedicó una pequeña sonrisa nerviosa y yo me acerqué para acomodar de nuevo su moño.

Palmee sus hombros suavemente, sintiendo la tela suave de su traje y bajé por su brazo hasta sacar la mano de su bolsillo y entrelazar sus dedos con los míos.

Él suspiró, aguardando a que el hombre al teléfono terminara de repasar los datos de la reservación del hotel.

—Muchas gracias, llame si ocurre cualquier incoveniente, por favor—dijo él educadamente, antes de colgar.

Alex cerró los ojos y dejó caer su cabeza hacia atrás. Había estado con los nervios a mil durante toda la semana, y parece ser que se fueron acumulando para estallar este día. Él y yo nos habíamos encargado de planear la luna de miel de Elízabeth y James, y Alex estaba tan emocionado como asustado que incluso había estado insistiendo en ir él mismo al hotel a preguntar si todo estaba en orden, pues el pobre temía que algo saliera mal.

—Todo saldrá bien, Alex—suelto su mano delicadamente, solo para abrazarlo—. Nos aseguramos de que así fuera, James y Elízabeth disfrutaran el viaje.

—En serio quiero que así sea, Sarah—dice él, suspirando pesadamente—. Merecen ser muy felices, quiero ayudar a que sean felices.

Puedo comprenderlo perfectamente, pues ese ha sido uno de los motivos por los cuales todos en el clan hemos sido tan determinados en que esta boda sea perfecta. Este es el día tan esperado de James y Elízabeth, antes al parecer, el destino no creyó que fuera el momento, pero ahora lo es.

Hoy es el día de su boda.

Alex me rodea con sus brazos y apoya su barbilla sobre mi cabeza, depositando un beso sobre ella.

—¿Ya te dije que te ves hermosa?—dice él.

Estuve tan atareada ayudando a Kenna a organizar los postres que esta es la primera vez que he visto a Alex el día de hoy, así que lo abrazo con más fuerza.

—No, pero lo pensaste—digo.

—Perdoname.

Alex sube su mano hasta mis hombros, y deshace el abrazo cuidadosamente para que quede mirandolo a los ojos.

—¿Hmm?—arqueo una ceja.

—Perdoname por no haberlo dicho en voz alta también—dice—. Eres hermosa Sarah, tan hermosa.

No importa cuanto tiempo pase, la intensidad de esos ojos color zafiro siempre me parecerá increíble. Es irreal que pueda existir una mirada tan profunda y absorvente, mirar sus ojos por un segundo es quedarse atrapado en una jaula de la que no quieres escapar. Al menos en mi caso, nada me hace sentir más debil que ser el centro de atención de esos ojos.

Entreabro los labios para decir algo, pero termino apoyando mi frente en su pecho, incapaz de pensar con claridad.

—¿Por qué tienes que ser tan lindo?—murmuro contra la tela de su camisa—. Agradece que el corazón no me lata.

—Antes lo hacía—una de sus manos en mi cintura sube hasta mi espalda—. Era demasiado rápido y fuerte, como un montón de tambores, parecía un carnav...

No lo dejo terminar de hablar, mis labios ya están sobre los suyos, y sus ojos me miran sorprendidos cuando me alejo.

—Tan lindo pero sigues diciendo tonterías—digo.

—No son tonterías, es la verd...—vuelvo a besarlo, callar sus palabras es mi mejor forma de evitar correr de la verguenza—. No sé si estás regañandome o premiandome.

Puede que ambas cosas, está siendo tan lindo diciendo todas esas cosas que son demasiado para mí.

—Si quieren le digo al padre que los case a ustedes también.

Me vuelvo hacia Adelí, quien está de brazos cruzados, apoyada en la pared de la entrada del pasillo.

—Sí, por favor...—dice Alex, antes de que cubra su boca.

—¿Está todo bien?—le pregunto a Adelí.

Ella asiente un par de veces, asomandose hacia la explanada.

—Tenemos que pedirles a todos que ya tomen asiento—dice Adelí—. La novia ya viene.

Entre las múltiples pisadas y la sobrecarga de presencias en el lugar, una de ellas destaca. Una presencia que se siente apenas comienza a acercarse, como si te avisara que viene hacia ti, una vibra llena de energía aunque, justo ahora con un toque de nervios que me preocupó.

Los tres ya estabamos mirando hacia esa dirección cuando el chico vino corriendo y tuvo que sostenerse del muro para no deslizarse. El cabello castaño le llega hasta las orejas y le cae por la frente, sus hombros se mueven agtados cuando alza la cabeza y nos mira con un par de ojos iguales a los de Adelí.

—¿Mason, qué ocurre?—le pregunto.

Adelí lo mira de pies a cabeza con aprobación, lo había acompañado a elegirle el traje.

—Es que la señorita Kenna me dijo que tomara asiento pero...—suena apenado—. Quería preguntarle a la señorita Mathews donde debía sentarme.

El chico de apenas 15 años parece dominado por su verguenza, casi escucho sus pensamientos pidiendole a Dios que la tierra se abra y lo trague.

—Aww, tú como buen sobrino viniste a preguntarme—Adelí le da palmaditas en la cabeza.

—Es que... bueno... es que...

—¡Vayamos a tu asiento especial, Mason!

Ella pasa su brazo por encima de los hombros del pobre chico y lo arrastra hasta las bancas.

—¡P-Pero Adelí, ya tenemos que formarnos!

—¡En unos segundos estaré junto a ti, Sarah!—Adelí inclina un poco su cabeza hacia atrás y me dedica un guiño antes de seguir arrastrando al pobre chico.

Hago una mueca mientras suspiro resignada.

—Debemos ir a nuestros lugares tambien.

Me vuelvo para darle otro beso a Alex y después salgo disparada hacia las puertas de la entrada.

Todas las damas de honor ya están formandose en dos filas, coronadas por Pryscilla, la suave tela de su vestido color lila se adhiere a su esbelta figura y cae suelta a partir de su cadera. Ella me mira por encima de su hombro mientras palmea los hombros de Monique indicandole de nuevo su lugar.

—Sarah, ven aquí—Pryscilla extirnde su mano para tomar mi hombro tambien y posicionarme—. Espero que Adelí se apresure en venir...

Su sonrisa me hizo tragar saliva con dificultad, afortunadamente, enseguida de eso apareció la pelirroja a mi lado.

—Es verdad que disfruto arruinar eventos importantes, pero haré una excepción esta vez.

Pero la sonrisa de Pryscilla no desaparece, sus ojos están cerrados e irradia una felicidad que en realidad significan ganas de asesinarnos. Junta sus manos pero solo se tocan las yemas de sus dedos mientras ladea la cabeza.

—No se muevan de su sitio, ¿Sí?—dice con voz chillona, antes de desaparecer con una oleada de viento.

Tengo que volver a acomodarme uno que otro mechón de mi cabello mientras escucho a Pryscilla detrás de nosotras dandole indicaciones a Rihanna y a Kenna.

—¿Mason está bien?—le pregunto a Adelí.

Ella asiente con la cabeza mientras se mira en un pequeño espejo de bolsillo.

—Gracias a Kenna más que nada, y a un vampiro del clan de Drew que puede anular el sentido del olfato.

Asiento comprensiva. El chico lleva seis meses ya de haberse convertido en vampiro, pero por lo que hemos averiguado de él en estos tres días que lleva con nosotros, debido a ciertas... Circunstancias, no ha aprendido a controlar ninguna de sus habilidades de vampiro, como su sed por sangre humana ni mucho menos el don que posee.

El enorme y muy, muy peligroso, don que le fue concedido.

Aun no puedo creerlo... Las cosas que vi en la mente del chico fueron tan...

—Así que todos los mortales aquí están a salvo, al menos de Mason—se ríe Adelí—. Y sobre su don... Ya que tiene poca edad, Kenna puede anularselo por periodos de tiempo, así que hasta que aprenda a usarlo, Kenna se hará cargo de que no se salga de control.

—Bien, eso es bueno—suspiro aliviada—. Espero que no se ponga nervioso y... que disfrute la fiesta, ¿Crees que esté bien?

—Si te estoy sincera, Sarah...

Me vuelvo hacia ella al oír el cambio drástico en su tono de voz, suena más seria... más firme.

—Él no está bien ahora mismo, no importa como lo vea—dice—. Pero estará bien, me aseguraré de que pronto lo esté... Es una promesa.

Asiento un par de veces, confiada en la determinación de sus palabras.

Tomo sus manos y las aprieto ligeramente.

—Por supuesto, Adelí—le sonrío.

—¡¿Están todas listas?!—para cuando Pryscilla aplaudió una vez, Adelí seguía parpadeando mientras yo sujetaba sus manos, así que para cuando llegó el momento, la solté y en su lugar entrelacé nuestros brazos.

Estos últimos días habían sido de lo más atareados para todos, algunos se volvieron más locos que otros, pero cuando el momento llegó y todos los invitados se pusieron de pie para volverse hacia el arco de flores colocado en la ultima fila de bancas, las miradas puestas sobre nosotras, las damas de honor vestidas de color lila... En ese momento cualquier gota de estrés que quedaba se evaporó.

Mis pies comenzaron a moverse solos y con Pryscilla a la cabeza, caminé junto a Adelí, con Monique, Rihanna y Kenna detrás de nosotras, avanzamos por el pasillo central hasta colocarnos en fila ordenada junto al altar. Scord ya estaba llegando también, sosteniendo los anillos para ubicarse en el sitio a la cabeza de Alex, Zack, Drew, Andrew y Liar, los demás padrinos.

James Black está de pie frente al arco nupcial, luciendo su impecable traje negro, tan oscuro como sus ojos, los cuales miran agradecidos a su mejor amigo, hasta que las puertas del lugar se abren, y la figura de Elízabeth se abre paso entre los arreglos florales.

Parece que desde ese momento, todo desapareció para James Black. Sus manos juntas en su regazo están entrelazadas, sus nerviosos dedos fijos entre ellos mientras que su mirada está sobre la hermosa novia avanzando hacia el altar. Sus ojos negros primero soltaron solo un destello, pero ahora sus pupilas están inundandose en un ténue amarillo que destila la más pura adoración hacia lo que estan mirando. Me sorprende que no se bajara y corriera hacia ella, pero a pesar de las ansias que transmiten su vibra, James Black permanece pacientemente en su lugar mientras que Elízabeth se acerca a él.

Su largo, largo y delicado velo se desliza por el suelo y las escaleras mientras sube con la mano extendida hacia el novio. Las pequeñas flores revoloteando con cada paso, como si el viento fuera el que mueve sus pétalos. 

James y Elízabeth juntan sus manos y sus miradas no se apartan del otro desde que inicia la ceremonia. Scord hace la entrega de los anillos, y James le agradece con un asentimiento mientras Elízabeth aguarda para que le coloque el suyo.

—Yo, James Black, juro amarte y atesorarte, para toda la eternidad...

Veo como James desliza el anillo por el dedo indice de la delicada mano de Elízabeth, pronuncia los botos mientras la sostiene como si fuese lo más preciado para él... No, más bien, demostrando que en efecto ella es lo más preciado que existe. Y para Elízabeth las cosas no son diferentes, desde que toma su mano hasta que coloca el anillo en la mano de él, su agarre cariñoso pero firme, lleno de orgullo y la felicidad destellando en sus ojos.

—Ahora, puedes besar a la novia.

James y Elízabeth finalmente sellan su amor con un beso acompañado de aplausos y vitores de todo el mundo.

—¡Que vivan los novios!—grita Monique, a quien Zack ya está cargando sobre sus hombros.

Puedo ver como James y Elízabeth sonríen entre ellos al escucharla, ella pasa sus brazos alrededor de su cuello mientras que él la atrae hacia él de su cintura y juntan sus frentes.

Pryscilla es la primera en acercarse junto a Scord y los cuatro se juntan en un gran abrazo, captado por una de las cámaras de los fotografos. Le agradezco a la vampira que se ha hecho cargo de la foto y ella me hace indicaciones para que los demás nos acerquemos. Damas de honor y padrinos se colocan a los lados de la pareja de recién casados para tomar una de las primeras fotos de la noche.

—¡Elízabeth va a arrojar el ramo!—grita Alex.

Siento como Adelí toma mi mano cuando otras chicas empiezan a chocar conmigo para reunirse. Formamos un grupo en el que quedo al centro junto a Adelí.

Elízabeth sube las escaleras tomando la mano de James hasta quedar a la altura indicada para luego darse la vuelta.

—¿Ya están listos?—pregunta, mirando divertidamente por encima de su hombro.

—¡Quiero atraparlo, quiero atraparlo!—repite Monique sin parar.

—¿Qué pasa si no lo atrapo? ¿Moriré?—me pregunta Kenna preocupada.

—N-No pasará nada, Kenna—le digo para tranquilizarla—. Se supone que quien lo atrape será la próxima persona en casarse.

—Puras tonterías—dice Adelí malhumorada, mirando feo a quienes la empujan.

—Ohh, ¿O sea que es como una maldición?—pregunta Kenna inocentemente.

—Exactamente—afirma Adelí sonriente.

—¡No!—le niego—. Es una tradición, algo que se suele hacer en las bodas.

Kenna asiente repetidas veces, murmurando mientras asimila lo que acabo de contarle.

—¡Bien, lo lanzaré a la una...!—empieza a decir Elízabeth—. ¡A las dos!—agita el ramo emocionada, y sin mirar atrás, se prepara para arrojarlo—. ¡Y a las tres!

Montones de manos se alzan para tratar de atrapar el ramo en el aire, pero este gira y gira mientras cae, y la dirección hacia la que va es una bastante cercana a la mía, en realidad, si mis calculos no fallan, se dirige hacia...

Oh, no, no, no—murmura Adelí, negando con la cabeza mientras observa como el ramo viene hacia ella—. ¡Pryscilla!

Adelí ni siquiera cierra los ojos cuando una mano se atraviesa y atrapa el ramo antes de que la toque, aun así, la pelirroja no había movido ni un músculo para agarrarlo por su cuenta o esquivarlo. Ella solo suspira aliviada mientras la mano que sujeta el ramo se alza en victoria.

—¡Lo tengo!—celebra una emocionada Pryscilla.

—Wow, ¿Ya viste eso Scord?—bromea Alex empujando a Scord, quien observa a su novia con una sonrisa tranquila.

Sí, ese hombre de ahí no le teme a nada en el mundo.

Tobías solo aplaude mientras sopla un silbato de fiesta, no se ve nada emocionado por fuera pero estoy segura de que debe estarlo por dentro.

—Te dije que Pryscilla lo atraparía—dice un orgulloso James, bajando junto a Elízabeth.

Ambas amigas se abrazan emocionadas, mientras que Pryscilla no deja de agitar el ramo triunfante.

—Oye Alex, tengo hambre—habla Tobías, bajando su silbato.

—Ah, estaba a punto de comenzar con la recepción, ven a sentarte—dijo él, dejando que el Vooker lo siguiera—. Te espero en la mesa, amor—grita en mi dirección.

—¡Está bien!—le digo en respuesta.

Me quedo un rato más charlando con los invitados junto a los recién casados, desde criaturas aliadas que por primera vez hablaban cara a cara con el líder de los vampiros, hasta viejos amigos y líderes de otros clanes.

James presenta a Scord Black como su hermano y socio, ambos inversionistas de la Constructora MatPearson, Pryscilla se limita a saludar y a hablar de los atuendos increíbles que trae cada persona que se le acerca. Kenna permanece a un lado también, presentándose como Kenna Black, prima de James y Scord.

Sí, la adopción legal de Mason Mathews no fue el único papeleo que se hizo con anterioridad. Ahora no solo somos conocidos como una familia ante las criaturas sino que la prueba para el mundo también existe impresa en papel y tinta.

—¡Señorita Mathews!

Me vuelvo para ver a los recientes tía y sobrino, la pelirroja sostiene una botella a medio tomar de vino en su mano mientras que con su otro brazo rodea al preocupado chico.

—Ya te dije que me llames tía—lo reprende seriamente, para luego volver a carcajearse—. ¡No tienes idea de cuanto he esperado para embriagarme, así que lo voy a hacer!

—Tenga cuidado, por favor...—insiste el chico.

—Solo tienes que cuidarme, Mason.

—¿Ahh?—veo al chico tragar con dificultad—. No estoy seguro de que pueda hacer eso...

Mason pega un brinco cuando una mano se posa sobre su hombro, se vuelve lentamente para ver al chico de piercings detrás de él.

—No te preocupes, ¿Qué te parece si la cuidamos entre los dos?—Drew le muestra una sonrisa sincera y alegre.

Aun así, el chico parece tan asustado como para hacer algo mas que solo asentir con la cabeza.

—Es bueno que se lleven bien—digo para mis adentros, sonriendo mientras me dirijo hacia nuestra mesa.

Ahí están sentados Alex junto a Tobías y su hermano menor. El pequeño Daniel se encuentra muy concentrado mirando y devorando su postre de limón cuando llego y me saluda con una sonrisa amigable.

—¡Amor, tienes que probar estas bebidas que Liar y su hermana prepararon!—exclama Alex, extendiendome su vaso de cristal.

Asiento un par de veces con la cabeza y pruebo el maravilloso sabor al que se refiere, sintiendo también el alcohol preparado para las criaturas.

—Hace tiempo que no bebo—digo—. Sabe muy bien.

—¡¿Verdad?!—Alex se acerca para besar mi mejilla—. Quédate con ese si quieres, Ry fue por más hace un momento, le pediré que me traiga una también.

—¿Liar se puso a prepararle bebidas a todo el mundo?

—Más bien a presumir que puede hacerlo—dice Tobías poniendo los ojos en blanco—. Primero quiso convencerme de beber junto a él por un tonto capricho de líder y protegido, pero me negué ya que debo conducir para llevar a Daniel a casa después de la fiesta.

—Así que yo me tomé lo que preparó—le sigue Alex—. Cuando vio lo mucho que me gustó, se olvidó de Tobías y se emocionó tanto que gritó que le prepararía bebidas a todos, así que ha estado en la barra por más de media hora.

—Vaya, Liar es un gran líder—digo—. Recuerdo la vez en el bosque que lo conocimos.

—Creí que era un patán—bufa Alex.

—Eso fue lo que pensé la primera vez que lo vi—dice Tobías—. Y sigo pensandolo hoy en día, pero admito que es un buen tipo y se puede confiar en él, siempre que tengo problemas sé que puede ayudarme si lo necesito.

—Estoy de acuerdo.

—¿Liar es ese sujeto de cabello amarillo?—pregunta el pequeño Daniel, señalando al sujeto haciendo malabares con las botellas sobre la barra de bebidas—. ¿Es tu jefe del trabajo?

—Ahh, no exactamente—responde Tobías—. Mi jefa en el trabajo es Ry.

—¡¿Tu novia es tu jefa?!—el pequeño Daniel abre los ojos como platos—. Qué miedo.

—Lo sé, verás, tu hermano mayor es bastante estúpido, no crezcas para ser como él—le dice Alex.

—Hablando de hermanos estúpidos—Tobías lo fulmina con la mirada.

—Escucha, pequeño Daniel, aun tienes toda una vida por delante, solo piensa en todo lo que hace tu hermano y fijalo como lo que jamás debes hacer tú, ¿Comprendes?

El chico de 14 años lo mira desconcertado, mientras se lame una mancha de postre que había quedado en su labio.

—Yo creo que Tobías es genial, a veces—responde, y continúa comiendo.

Tobías se queda mirando a su hermanito con los ojos bien abiertos, aturdido por lo que acababa de escuchar.

—Aww, ¿Crees que tu hermano es genial...?—le doy un golpe en el hombro a Alex antes de que siga—. Perdón, solo estaba molestando a Tobías.

En ese momento llega Rihanna y coloca las bebidas en la mesa, Alex se dispone a tomar uno de los vasos pero en su lugar recibe un manotazo de su hermana mayor.

—¡Oye!—se queja.

—Después sigues bebiendo, James nos ha llamado para tomarnos una foto—nos dice ella—. Tú también ven, Daniel.

Tomo la mano de Alex y los cuatro nos levantamos de la mesa. Pasamos junto a la pista de baile en donde Andrew es el centro de atención y finalmente nos encontramos frente a la mesa de la pareja de recién casados.

—¿Ya están todos?—pregunta James, verificando con la mirada—. Allá viene Adelí con...

—Vayamonos alineando—Elízabeth toma mi brazo y me coloca junto a Pryscilla.

Tomo la mano de Alex mientras veo como Rihanna, Tobías y Daniel quedan en el otro extremo, del lado de James y lejos de nosotros. Siento que alguien tira de mi vestido suavemente y me vuelvo para acercarme mas a Adelí, que se coloca de nuestro lado junto a Mason.

—¡Bien, se ven fabulosos!—exclama la vampira con la cámara, posicionandose para tomar la foto—. ¡A la cuenta de tres todos digan, "Black", ¿Entendido?!—alza su mano libre y comienza a contar—. ¡Uno, dos... Tres...!

Tomo con firmeza la mano de Alex, y siento la mano de Adelí sobre mi hombro, veo de reojo las sonrisas de ambos y es eso lo que provoca la sonrisa más radiante que he hecho jamás antes de todos juntos gritemos:

—¡Black!


* ~ * ~ *

Adelí Mathews

El cielo todavía estaba pintado de azules oscuros, y las estrellas se asomaban entre las ramas del arbol cuando se escuchó un traqueteo. Miré solo de reojo hacia la ventana, y como si fuera un espectáculo, esperé hasta que la ultima biruta de lapiz cayera en el cesto de basura para volver a voltearme.

—¿Estás segura de que lo que hacemos no es malo?

El chico cerca de mí también está mirando hacia la ventana, pero sus ojos yacen fijos en algo más que solo los cuadernos en el suelo y los lapices gastados.

—¿Qué cosa?—dije comodamente, manteniendo mi postura.

Estoy recostada sobre la rama más resistente del arbol junto a la casa de Tobías Gregory. Recargada sobre el tronco con los brazos por detrás de mi cabeza, bañada en la iluminación sombría de la noche. Pero no estoy sola, mi adorable y muy legal nuevo sobrino me acompaña.

—Espiar—continúa Mason—. Espiar es malo... ¿N-No?

Por un instante, pareció que en serio se lo estaba preguntando a él mismo, el chico de verdad trata de averiguar si espiar es algo malo en realidad. Apenas tres días conmigo y ya se está planteando todo lo que sabe del mundo.

—Hmmm, no estamos espiando, solo... Hacemos una... revisión—digo tranquilamente.

—¿Y por qué en la casa del señor Gregory?

Los padres de Tobías ya estaban dormidos, y él se había regresado a seguir en festejando en la boda hace media hora, antes de que Mason y yo vinieramos.

—Llamalo Tobías, en realidad no merece tanto respeto—agito mi mano hacia él—. Pero comprendo que te tomará tiempo adaptarte, aun así no vinimos a espiarlo a él.

—Dijiste que era una revisión...—Mason agita la cabeza—. Como sea, ¿Entonces a quien espiamos?

Esbozo una sonrisa de lado y señalo con mi dedo índice al chico en la habitación.

—A él—digo, viendo como los ojos de Mason viajan de mis dedos hasta la espalda del chico—. Es Daniel, el hermano menor de Tobias, estuvo en la boda tambien.

Comencé a creer que Daniel Gregory era un chico interesante en cuanto llegamos aquí y siendo las cuatro y media de la mañana, en vez de estar durmiendo, el chico parecía estar sumido en la más intensa sesión creativa de dibujo. La ventana de su habitación que da con el arbol sobre el que estamos está cerrada,  pero la cortina está corrida y nos deja ver su amplia habitación.

Las paredes están cubiertas de papel y cartones, todos ellos repletos de tinta o grafito, dibujos que aunque no logro entender me parecen imposibles de ignorar debido al notable esfuerzo que se ve en ellos. No es solo eso, los dibujos estan llenos de sentimientos del chico, lo sé por la forma desesperada en que se mueve el lapiz en su mano, el silencio que guarda su voz pero que los trazos del grafito y el movimiento del papel cubren con sus sonidos.

El suelo esta repleto de lapices de diferentes tamaños, trozos gastados de gomas de borrar y blocs de dibujo abiertos. Hay dibujos en todas partes, no hay ni un sitio de su habitación que no esté cubierto por papel y lapiz.

—Daniel Gregory—murmura Mason en voz baja, mirando al chico.

—Hay una razón por la que te traje aquí, Mason.

El chico traga saliva con dificultad.

—¿Y qué es?

Me pongo derecha y me inclino un poco hacia la ventana.

—Hay un favor que quiero pedirte, Mason—le digo, llamando de nuevo su atención—. No, mejor dicho... Creo que es algo que necesito que hagas.

Mason frunce el ceño.

—Verás, el hermano de Tobías... Está en graves problemas.

—¿Problemas?

—Muy graves, y peligrosos—continúo—. Para ser breve, ese chico de ahí está completamente jodido... Y lo peor de todo, es que no tiene ni la menor idea de ello.

Continuará...

__ __ __ __ __ __ __

Esten atentos al próximo Sábado 1ro de Abril para el Epilogo y Final de Dark Souls.

Así como también el primer capítulo del Spin-Off con Daniel Gregory como protagonista.

Recuerdan... ¿Cuál es la Criatura más poderosa de todas?

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