Capítulo 63: Reencuentro soñado
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Capítulo 63:
"Reencuentro Soñado"
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Sarah Cooper
Aquel día estaba soleado, y la escasa luz que lograba entrar por el ventanal, estaba sobre él.
-¿Que quieres que te hable sobre Elízabeth?
Aún recuerdo su rostro cuando le pedí aquello, James estaba perplejo, y en ese momento no me pudo parecer más tierno. Parpadeaba repetidas veces y apretaba los labios, como si estuviera avergonzado, y yo por otra parte no podía creermelo, pues era la primera vez que veía al poderoso James Black como si estuviese desesperado por buscar escapatoria.
-Si es dificil para ti, entonces no...-le digo, sonriéndole para tranquilizarlo un poco-. Es sólo que todo lo que he oído de ella son historias de Alex, y no pude evitar sentir curiosidad.
-¿Sarah Cooper sintiendo curiosidad?-pregunta, escupiendo sarcasmo en cada palabra.
-Me hubiera gustado pasar más tiempo con ella-admito, decidiendo dejar de dar rodeos e ir directo al grano-. Es lo que quiero decir.
-Ya veo-James ladea la cabeza y sentado sobre la mesa apoyando sus manos por detrás de su espalda, se inclina hacia atrás mirando el candelabro del salón-. Elízabeth al principio era...
Elevo la mirada enseguida, siendo atrapada por sus palabras.
-Bastante molesta-hace una mueca.
Frunzo el ceño.
Bueno, eso no era lo que esperaba oír...
-Es decir, ya te dije que descubrió que la observaba cuando ella aún era una humana-cierra los ojos y se cruza de brazos, enfadado.
-La acosabas-arqueo una ceja.
-¿Acosar?-me mira de reojo-. Yo más bien lo llamaría: "Pasar tiempo juntos, pero sin que la otra persona lo sepa".
-Eso...
-Como sea, ella me descubrió y yo quedé como un idiota, pero bueno tú ya sabes esa historia-se encoge de hombros-. Pero la verdad es que a pesar de haber tenido más de mil años de edad en ese entonces... Cuando la conocí yo senti como si mi vida apenas estuviera comenzando-sonríe.
-¿Cómo era ella?-le pregunto, recargando mis brazos sobre la mesa y apoyando mi barbilla en ellos para mirarlo.
-Algo controladora, no por nada era una selecta-suspira-. Asustaba a todos los hombres que se le acercaban sólo por su bella apariencia, buscaba siempre ayudar al prójimo aunque ella saliera perjudicada, su corazón era noble aunque todo el mundo estuviera en su contra-explica-. Y sobre todo...
-¿Qué?
James sonríe.
-Tenía las ideas más alocadas, y la más extraña de las maneras de hacer las cosas...
(Fin del Flashback)
Era algo curioso, que viendo a esa persona frente a mí, su cabello negro y puntas de color azul que reflejaban su estado de ánimo, en mi cabeza solo estuviera la sonrisa de James Black. De pronto sentí, como si a través de mis ojos él estuviera mirándola también, y entonces una abrumadora calidez envolvió mi pecho y se extendió por mis brazos.
-Elízabeth-mis labios se movieron por sí solos y la palabra danzó con el viento, quedándose estática al igual que los autos y el estallido de la bomba que acabaría con todo Mellow Ville.
A mi lado, Adelí suspiraba y Tsalia Morengei gruñía palabras incomprensibles. Las tres mirabamos a la chica en medio del caos, con los brazos levantados a los costados, usando su inmenso poder con todas sus fuerzas para evitar que la bomba colisionara.
Elízabeth, cuya expresión denotaba todo su esfuerzo, comenzó a gruñir y a tirar de sus manos, y con ello los autos y los escombros fueron acomodándose, la calle volvió a ser plana, aunque las fisuras no pudieron repararse con su poder, pronto las personas que habían caído por el puente estuvieron a salvo y en su lugar. El agua del río que comenzaba a desbordarse volvió a estar estable. Como si fuera una pelicula en reversa, las ondas de la bomba y el estallido fueron haciendose cada vez más pequeños.
-¡No!-oí gritar a Tsalia a mi lado-. ¡No!
La mujer se levantó de golpe, pero en vez de abalanzarse contra su enemigo como se esperaba que hiciera, lo que ella hizo fue dar media vuelta y correr en dirección contraria a Elízabeth.
Ni Adelí ni yo la detuvimos, ambas nos giramos un poco para ver como Tsalia Morengei trataba de huir de la mujer a la que una vez asesinó hace mas de mil años.
Oímos un estallido y de nuevo miramos por detrás de nosotras en dirección a Elízabeth, quien alzó el mentón y enfocó su mirada al frente, específicamente en Tsalia Morengei. El semblante de la vampira se oscureció de pronto, y comenzó a saltar por encima de los autos que todavía estaban regresando a su lugar hasta quedarse de pie sobre uno de ellos. Elízabeth giró sus brazos envolviendo todo la explosión y poder de la caja musical y por medio de un rayo de luz que salió disparado de sus manos, dirigió todo el estallido de la bomba hacia Tsalia Morengei.
La bruja gritó cuando recibió todo el impacto, sólo su cuerpo acumulando todos los efectos de la bomba que tenía la capacidad de destruir una ciudad entera. La mujer se convulsionó y su cuerpo comenzó a desprender una luz cegadora mientras gritaba con fuerza el nombre de la mujer que su hijo amaba para luego desaparecer con un estallido.
Después de eso, todo a nuestro alrededor volvió a su lugar, incluso la pequeña que antes envolvía en mis brazos, ahora vuelve a mirar a su madre con amor.
Mis piernas están temblorosas, mientras trato de asumir que la bomba ha desaparecido.
¿Todo está bien ahora?
Las personas están sanas y salvas dentro de sus autos o caminando tranquilamente, la brisa del aire se siente fresca y el cielo nublado es el mismo de siempre.
Quiero acostarme en el suelo y gritar con todas mis fuerzas, respirar toda la calma que había perdido en segundos. Quiero llorar aunque no pueda, reír por toda la desesperación que sentía hace apenas unos instantes.
Pero no sólo eso...
-¡Mierda!-a mi lado, Adelí se deja caer de sentón en el suelo-. Eso estuvo muy cerca-dice con la respiración entre cortada.
Así es, las cosas estaban tan mal que incluso la mismisima Adelí Mathews estuvo nerviosa.
-Demasiado cerca.
Todo mi cuerpo se queda estático al escuchar esa otra voz.
La miro de reojo, ella acaba de caer sobre el asfalto elegantemente, y está encorvada con las manos apoyadas en sus rodillas mientras respira agitadamente.
-En verdad me asusté un poco, cuando las vi con Tsalia y faltaba poco para que la bomba estallara...-sigue hablando, su voz... No ha cambiado nada-. Creí que no llegaría a tiempo.
-¿Elízabeth?-murmuro-. En serio... ¿En serio eres tú?
Tal vez fue una pregunta estúpida. Tal vez.
Pero lo que tengo ante mis ojos es algo que no sólo yo había anhelado desde hace mucho tiempo. Y después de todas las cosas que han pasado, temo que no sea real.
Caminé lentamente hacia ella, mis dedos temblorosos y mis manos dudosas se levantaron por sí solas, dirigiendose hacia su rostro. Trago saliva con dificultad mientras me preparo para lo que vayan a sentir las yemas de mis dedos, y cuando siento la suave piel de sus mejillas, no puedo evitar inhalar bruscamente.
-Eres... tú.
Una preciosa sonrisa apareció en sus labios, y en mi pecho me abrasó una calidad emoción.
-Lamento haber tardado en llegar-habló de nuevo, tomando mi mano entre las suyas.
-¿Pero qué estas diciendo?-aprieto los labios-. Eso no importa yo... ¡Estoy muy feliz de que estés aquí!
La rodeo con mis brazos, y ella me recibe en un cariñoso abrazo, dandome palmaditas en la cabeza y riendo suavemente. Segundos despues cuando abro los ojos, Adelí frente a mí, sonriendo mientras nos mira con una ceja levantada.
Sé que ella no va a decirlo, pero no la había visto tan tranquila desde hace mucho tiempo. Ver a Elízabeth, de verdad la hace sentir bien.
De repente las manos de Elízabeth están sobre mis hombros, y con ellas me empuja ligeramente.
-Eres... diferente-me dice, ladeando la cabeza-. Demasiado diferente.
Sus ojos se enfocan en Adelí.
-No me digas que tú la mataste-le pone mala cara.
-¡¿De qué diablos estás hablando?!-exclama ofendida-. Se supone que deberías darme las gracias.
-¿Las gracias?-inquiero.
-De una forma u otra iba a salir de la prisión-dice Elízabeth, a la vez que sacude la mano, como si le restara importancia.
-¡Pero yo te di la tarjeta para que escaparas antes de que Emmily lo descubriera!-replica-. Vuelves a la vida y lo primero que me dices es si yo maté a Sarah.
-¿Entonces no la mataste?
-¡Adelí no me mató!
-¡Yo no la maté!
-En realidad fue su padre-hago una mueca.
-¿Ese maldito monstruo?-frunce el ceño-. Y creí que odiabas a los vampiros, a pesar de que estabas enamorada de uno... eso siempre me pareció muy contradictorio, ¿Sabes?
-Bueno, transformarme tampoco fue mi decisión-me río nerviosamente.
-Eso también tendrás que contarmelo-dice-. Además...
En medio segundo tengo su rostro a centimetros del mío, y yo estoy tan sorprendida que doy un paso hacia atrás, pero ella se inclina más cerca, mirandome fijamente a los ojos.
-Eres como yo-dice-. Eres una selecta-Elízabeth retrocede, cruzandose de brazos y sonriendo con orgullo-. Siempre lo supe, esto es increíble, ahora tengo dos estupendos aprendices...
Elízabeth está ahora mismo frente a mí. Ella en verdad está aquí.
La examino detenidamente, la ropa que trae puesta es una camiseta roja con una chaqueta negra y pantalones, no parece pertenecerle a ella. Me quedo mirando su muñeca, el tatuaje de la "C" envuelta en espinas grabado en su piel.
Elízabeth se da cuenta de que la estoy mirando fijamente, ya que levanta su mano y la acaricia.
-Oh, esto... es detestable-gruñe-. No me acostumbro, a pesar de que ha pasado bastante tiempo desde que lo tengo-suspira-. Tengo mucho que contarles.
Dejo de mirar sus manos para mirar las puntas de su cabello, que ahora cambian poco a poco a un tono gris, pero lo que me hace fruncir el ceño, es el hecho de que estas llegan apenas por debajo de su hombro.
Recuerdo haber catalogado el cabello de Elízabeth como el más largo que había visto.
-Tu cabello-murmuro, pensativa-. Está corto ahora.
-Ah, sí...-lo toma entre sus manos-. Ella dijo que le molestaba, y lo cortó.
Ella.
Se refiere a Emmily. Por supuesto que Elízabeth conoce a Emmily si es una condenada ahora.
-Yo...-murmura Elízabeth-. ¿Soy diferente a como me recordabas?
-No-le digo, seria-. En realidad estaba pensando, en lo bien que te queda-sonrío-. Eres hermosa, Elízabeth.
Ella agarra su cabello con fuerza y sus hombros se elevan mientras me muestra una sonrisa nostálgica.
Adelí se coloca junto a ella y pasa descaradamente el brazo por encima de sus hombros.
-¡Bienvenida de vuelta!-decimos al unísono.
Elízabeth nos mira a cada una y luego su sonrisa se ensancha.
-Yo... de verdad quería verlos... a todos-hace una pausa-. Pero...
Elízabeth eleva la mirada, y su expresión de pronto se torna seria y... preocupada.
-Tengo que hablar con ustedes...-dice-. Tenemos que reunirnos con todos lo más pronto posible.
El sonido lejano de una explosión nos hizo a las tres mirar hacia el bosque, las copas de los árboles moviéndose descontroladas por un estallido. Algo está pasando en ese lugar.
-Deben ser los demás-digo, alarmada-. La otra bomba era falsa, debieron emboscarlos en cuanto llegaron.
Las tres corremos hasta el punto en el que atraviesa el río y saltamos por encima del barandal para aterrizar en la orilla y echarnos a correr en lo profundo del bosque.
-Rihanna usó su poder para detener el tiempo, aun si quinientos condenados los estaban esperando, James los hubiera desintegrado-dice Adelí.
-James-la voz de Elízabeth se escuchó apagada al pronunciar ese nombre con suavidad, y sus ojos emitieron un brillo que me hizo contener el aliento.
De pronto, Adelí y yo tuvimos que acelerar para mantener el mismo ritmo que Elízabeth.
-Es cierto, se hubiera deshecho de todos ellos-dice Elízabeth-. O sea que algo más debe estar pasando.
¿Será que Emmily fue a por James directamente?
Con esa idea estremeciendome, corro a toda velocidad a través del bosque hacia donde vimos la explosión, y cuando sentimos estar cerca, vislumbro una extraña muralla formada por gigantéscos árboles alineados.
-¿Pero qué...?-me detengo frente a uno de los troncos.
Adelí retrocede y toma impulso para saltar, pero en cuanto llega a la copa de los árboles para atravesar, choca contra una pared invisible y regresa de nuevo a nuestro lado.
-¿Adelí, te encuentras bien?-me acerco a ella, temiendo que se haya lastimado.
-¡Es una barrera de mierda!-grita.
Bueno, creo que ella está bien.
-Parece que rodea toda esta parte del bosque-dice Elízabeth, inclinándose un poco hacia atrás y mirando hacia la derecha-. Creo que hay una apertura por allá.
-¿Una entrada?
Espero a que Adelí se levante y corremos detrás de Elízabeth. Al final tiene razón, frente a nosotras ahora hay una apertura entre la barrera de árboles gigantes, sin embargo, esto no me calma ni siquiera un poco.
-¿Qué es esto?-murmuro, mientras miro más paredes del otro lado de la entrada, barreras atravesadas entre sí y múltiples caminos a seguir-. Parece un laberinto.
-Definitivamente es un laberinto, debe ser obra de brujas-dice Elízabeth-. James ya lo hubiera desintegrado tambien, así que debieron separarlos y encerrarlo a él en una parte en la que todavía hay antihumanos.
-Eso explica todo-termino-. ¿Entonces tendremos que atravesar el laberinto y encontrar a los demás?
-Separarnos sería más sencillo, pero a la vez no es una buena idea-dice Adelí-. Es más seguro permanecer juntas e ir encontrando a los demás poco a poco.
-Aún así ¿Cómo saldremos después?-pregunto-. Claro, encontremos a James seguiremos atravesando el laberinto hasta que pueda usar su poder y desintegrarlo todo.
-Suena un plan arriesgado, me gusta-concluye Adelí.
-De acuerdo, entremos ya.
A la orden de Elízabeth, las tres nos adentramos al laberinto de árboles gigantes. Probamos caminos que terminamos decidiendo entre las tres, caminando o corriendo dependiendo del terreno, los minutos pasan y no escuchamos ningún ruido o vemos una señal de estar cerca de alguno de los otros.
-Espero que los demás estén bien-digo.
Seguimos recorriendo el laberinto atentas a cualquier peligro, hasta que nos topamos con un sólo camino, bastante ancho y largo.
-¿Será la salida?-pregunto.
-A mí más bien me parece algo bastante sospechoso-me contradice Adelí.
-Sólo lo averiguaremos entrando-concluye Elízabeth, caminando por delante de los árboles-. Este es un laberinto mágico, no puedo tratar de derribar los árboles con mi poder así que no tenemos más opción que seguir.
-De acuerdo-decimos Adelí y yo al unísono, aunque yo obedientemente y ella de mala gana.
Las tres cruzamos el camino hasta llegar a la orilla, que lleva hasta un amplio círculo todavia rodeado de árboles, con un camino al norte, uno para el oeste y otro para este.
-Seguimos en el laberinto, ¿Es esta una especie de checkpoint?-se queja Adelí.
Soy la primera que da un paso hacia el círculo, pero en cuanto lo hago, detrás de mí aparece de la nada una cortina de niebla brillante.
-¡Sarah!-Adelí trata de avanzar pero sus pasos se ven obstruídos por la barrera.
Elízabeth coloca sus manos sobre la barrera, y a los pocos segundos, la niebla se ve reemplazada por otro muro de árboles gigantescos.
-¡Chicas!-grito-. ¿Están bien?
-¡Sarah!-me grita Elízabeth-. ¡Seguimos aquí!
-¡No te muevas de ahí, tendremos que encontrar otro camino para llegar hasta donde estás!
-¡Hasta entonces, no se te ocurra salir de ahí!-me dice Elízabeth.
-¡De acuerdo!-les digo.
Enseguida siento que sus presencias van alejándose poco a poco hasta que se desvanecen por completo. Miro a mi alrededor entonces, la pequeña parte del bosque en la que me encuentro, pastizal y flores pequeñas en el suelo.
Pero... hay algo más.
Frunzo el ceño al sentir nuevas presencias, sin embargo, no son las de Adelí ni Elízabeth...estas son diferentes, y muchas, muchas más.
Son cincuenta... cien... Mierda, ¿Cuántos de ellos son?
Retrocedo, colocándome en posición de ataque, lista para enfrentar a quien sea que se encuentre primero ante mí.
Pero entonces, siento una nueva presencia ya a mis espaldas, demasiado cerca de mí, pero esta no es una presencia a la que alguna vez yo deba atacar, sin embargo, antes de que pueda voltearme, una mano me cubre la boca y de un tirón mi espalda choca contra alguien más.
Su otro brazo me sostiene de la cintura con fuerza, y yo estoy tan confundida que en un principio no me muevo.
-Quie...Ta-dice, haciendo pausa entre las sílabas, sus labios pegados a mi oreja.
Automáticamente mi sentido del peligro me hace reaccionar. Me deshago de su agarre y lo empujo para encararlo.
Alex retrocede un paso tambaleante por mi ataque, pero sus manos se mantienen como garras a sus costados.
-¿Eres Rooner?-pregunto, arpetando los dientes.
Este hijo de perra, de nuevo trata de engañarme con su maldito poder y se ve igual a Alex, su presencia, su voz, todo se ve como Alex.
-¿Rooner?-murmura, con la cabeza gacha.
-¿En dónde está Alex?-grito-. ¿En dónde están los demás?
-Estaba...buscandolos-vuelve a murmurar, aún sin mirarme a los ojos.
-¡¿En dónde están, Rooner?!
-Tú... ¿De verdad eres Sarah?-vuelve a decir-. Sarah...
Sólo entonces levanta la cabeza y me mira, pero sus ojos no son azules como deberían, sino que brillan de un naranja intenso. El color que adquieren cuando Alex utiliza su poder de selecto.
-¿Cómo hiciste...?-ahora la que está murmurando soy yo, anonadada.
Pero Rooner fácilmente podría imitar ese color de ojos, ¿Cierto?
Mientras pienso eso, trato de adentrarme a la mente de Alex, aunque todavia no pierdo por completo los efectos de corazon, despues de varios intentos en los que veo como Alex trata de caminar hacia mí mientras mis pies vacilan al retroceder, acabo adentrandome apenas a la superficie de su mente, atrapando solo algunos de los pensamientos que están cruzando por su mente en este instante.
"¿Sarah, de verdad es mi Sarah?"
Esta mente... Esta mente definitivamente es la de Alex.
-Sarah...
No puedo seguir retrocediendo, Alex me atrapa y caigo de espaldas con él encima de mí.
Quedo atrapada entre el suelo y su cuerpo, Alex está ahora a horcajadas sobre mí, con su cabeza en mi pecho.
-Sarah, Sarah, Sarah...-murmuran sus labios sin parar mientras me abraza y se aferra a mí dulcemente.
-Alex, ¿Qué está sucediendo?-trago con dificultad-. ¿En dónde están los demás?
¿Por qué tus ojos están de ese color? ¿Cuando usaste de nuevo tu poder de selecto?
Los ojos se ponen naranjas solo cuando un selecto está usando su habilidad a gran escala, los de Alex no pueden cambiar así como así, lo que significa que está usando su poder ahora mismo pero... ¿Con quien?
-Yo estaba buscandolos y de pronto nos separamos, me quedé solo y todos esos condenados vinieron a atacarme-murmura con voz rasposa, suena agotado-. Tengo tanta sed, gracias a Dios que Tobías no se quedó conmigo.
Siento una punzada en el pecho, y trato de no imaginar lo que acaba de decir mientras aferro mis manos al cesped.
-¿Te atacaron?
-Eran demasiados, no sabía que hacer... Yo... Creo que perdí el control, un poco...
Alex se mueve un poco, colocando su barbilla sobre mi hombro.
-No puedo creer que te haya encontrado-murmura.
Lentamente, estiro mis manos.
-No te muevas.
Como si fuera una orden, mis manos responden y se quedan quietas sobre el suelo, y yo incapaz de moverlas de nuevo, miro fijamente el cabello de Alex mientras este sigue con su cabeza sobre mi hombro.
-Por favor quedemonos así un poco más-dice, suspirando-. ¿Esta bien?-alza su cabeza, fijando sus ojos naranja en mí.
Alex acaba de controlarme mentalmente sin siquiera darse cuenta.
-Ellos vendrán en cualquier momento-dice Alex, tensando la mandibula-. Tendré que ordenarles que mueran... Otra vez.
-¿Ordenarles?
-Son 267-dice-. Revivieron ya cuatro veces cada uno...
-¿267?-trago saliva con dificultad-. ¿Te refieres a 267 condenados?
Alex asiente un par de veces con la cabeza.
-Me siguieron todos a mí, es un alivio que no fueran por los demás-dice, mirando ahora hacia su derecha.
-Alex tú...-comienzo a decir, asustada de lo que acabo de comprender-. ¿Dices que en este momento estás dandole órdenes a 267 mentes?
Me mira de reojo.
-No tengo idea de como pasó-dice, inexpresivo-. No te enfades conmigo, Sarah-vuelve a abrazarme.
Y conmigo justo ahora... Son 268.
Siento a Alex tensarse de pronto. Sus manos dejan de rodearme y las coloca sobre el suelo mientras se pone derecho, todavía a horcajadas sobre mí.
-Ellos ya vienen.
Miro a la dirección que él mira y pronto veo acercarase a multiples criaturas condenadas. Vampiros, brujas, hechiceros y Vookers, todos ellos caminando hasta rodearnos.
-Yo... ya no sé como hacerlos morir ahora-habla, con una mezcla entre tristeza y cansancio-. ¿Tienes alguna idea?
Parpadeo, sin poder responderle.
-Tal vez puedo hacer que luchen entre ellos-dice.
-Alex, es peligroso que hagas esto.
Alex parece fuera de sí, no actúa como él mismo. Esto debe parar.
-Si no los detengo, ellos te lastimarán-dice-. Yo no quiero que nada malo te pase, además... Le prometí a Tobías que te protegería.
Alex comienza a ponerse de pie.
-En seis días, yo ya te he asustado dos veces-habla, dandome la espalda-. En verdad lo siento mucho, yo...-me mira por encima de su hombro-. Me temo que sólo puedo volver a controlarme cuando estoy contigo... Pero tengo miedo de que termine lastimandote en el proceso.
-Alex, tú jamás querrías lastimarme-le digo-. Es por eso que sí algún día lo haces, sabré que no fue tu culpa y te ayudaré.
Alex aprieta los labios, sus ojos naranja brillando cada vez más.
-Alex nunca te dejaré sólo, sin importar las decisiones que tomes, los errores que cometas y los exitos que tengas... Yo siempre estaré de tu lado-digo con fuerza-. Es que te amo demasiado.
No estoy segura de si escucharlo, pueda servir para ayudarlo a alcanzar el control que quiere, pero de todas formas, no se lo dije para eso, sino porque era algo que que él debía escuchar, algo que siento con todo mi ser.
Alex esboza una sonrisa demasiado débil, pero que parece sentir desde su corazón.
-Me pregunto como es que un cabrón como yo se pudo enamorar tanto-dice-. Te amo con todo lo que tengo, Sarah. Yo quiero estar siempre contigo.
El numero de condenados que nos rodean llega a 267, y Alex se vuelve entonces a mirar a todos ellos.
-Ustedes, ya estoy hartandome de matarlos una y otra vez...-ladea la cabeza-. Alejense de aquí hasta que salgan del laberinto, sumerjanse en el lago y quédense ahí hasta que anochezca.
Al escuchar esto, las pupilas dilatadas de todos ellos se desvian hacia donde sus pies comienzan a seguir su camino, y poco a poco, todos los condenados se alejan hasta que nos quedamos solos.
-Eso nos dará tiempo encontrar a los demás...
Alex deja de hablar de repente, jadeando y llevando su mano hasta su cabeza mientras cae de rodillas al suelo.
-¿Alex, qué sucede?
-Sarah, hay demasiadas cosas en mi cabeza...-comienza a respirar agitadamente-. Todos ellos han hecho cosas horribles y yo... no quiero verlas, Sarah.
-Alex, tienes que dejar de controlarlos-digo, preocupada-. Ya les has dado la orden, no es necesario que sigas en sus mentes.
-Yo...-jadea-. No sé como hacerlo.
Me quedo de piedra y todo pierde su forma a mi alrededor. Mis ojos solo enfocan la figura de Alex temblando en el suelo.
-Sarah... Los recuerdos de todos ellos, están empezando a entrar en mi cabeza ¿Por qué hicieron cosas tan horribles?-apoya sus manos sobre el suelo-. ¡Son demasiadas!
-¡Alex, ordename que me mueva!
-Son muchos, Sarah...
-¡Alex, no!-desesperada, trato de moverme, pero mi cuerpo todavía sigue su orden-. Trata de tranquilizarte, debes tratar de dejar las mentes una a una.
-No sé cómo hacerlo.
-¡Alex!
Yo ya estoy completamente envuelta en la desesperación cuando una familiar presencia se acerca a donde estamos. Mis palabras quedan en el aire y un segundo después, Elízabeth está ante Alex, con la manos apoyadas en la cintura.
-El niño todavía necesita rueditas de apoyo para aprender a andar en bici, ¿Eh?-dice ella.
Ante esto, Alex da un respingo y deja de temblar. Poco a poco, va levantando su cabeza hasta mirar a la vampira.
-¿Elízabeth?-murmura incrédulo.
Ella sonríe y se inclina sobre él, mirando sus ojos como lo hizo conmigo hace un rato.
-Ese es un color tan bello y peligroso, pero todavía necesita aprender a usarse-dice-. No te preocupes, ya estoy aquí, te enseñaré todo lo que necesitas para controlarte.
Elízabeth levanta su mano y con su dedo índice, toca la frente de Alex. Un segundo despues, él cae de espaldas al suelo, inconsciente.
-Dormirá sólo unos minutos en lo que se recupera, pero las ordenes que dio siguen en pie-explica Elízabeth, para luego mirarme-. Puedes moverte, Sarah-me sonríe.
Ante eso mis brazos responden y me incorporo para ir hacia Alex y recostar su cabeza sobre mi regazo.
-Bueno, gracias a él los condenados no nos molestarán hoy-dice.
-¡Elízabeth!
Miro hacia uno de los caminos, de donde Adelí viene directo hacia nosotras.
-Tenías razón, este debe ser el centro de todo el laberinto-dice Adelí.
-Ya veo-responde-. Entonces es mejor quedarnos aquí y esperar a que los demás vengan.
-Sí...sobre eso-murmura Adelí, girándose hacia el camino del lado este-. Creo que no falta mucho.
Un escalofrío me recorre la espalda y enseguida reconozco las presencias de Rihanna, Tobías y Kenna acercándose a nosotros.
-¡Es despreciable!-oigo que grita Rihanna-. ¡Todo el olor de la maldita de Voodo está impregnado sobre ti!
-¡Ya te dije que Alex y yo peleamos con ella!-replica este.
-¡¿Qué clase de pelea fue, y entonces por qué Alex no tenía tanto de su olor?!
-¡Porque ella se subió encima de mí!
-¡¿Por qué lo hizo?!
-¡Pues por qué...!-hace una pausa-. Bueno... porque...
-¡¿Qué fue lo que hizo estando encima de ti?!
-¡Nada de lo que tu mente pervertida está pensando!
-¡Ustedes dos, ya basta!-interviene Kenna-. ¡Si siguen peleando tomaré otro camino!
Los tres se detienen en seco cuando cruzan el camino y han llegado al centro del laberinto.
-Adelí-murmura Rihanna.
-Sarah-dice Tobías.
-Y...-dice Kenna.
Entonces los ojos de los tres se posan sobre Elízabeth.
-¿Quién es ella?-Kenna arquea una ceja, desconcertada mientras mira a Elízabeth.
Elízabeth se inclina un poco hacia Adelí y yo.
-¿Por qué Tobías es un Vooker y está respirando el mismo aire que Rihanna y quién es la bruja que los regaña como si fuera su madre?-inquiere.
-¡Elízabeth!-gritan Rihanna y Tobías, estupefactos.
-¡¿Elízabeth?!-exclama Kenna después-. ¿La novia de James?
-¡No puede ser!-Rihanna no puede responder a la pregunta de Kenna cuando corre directo hacia Elízabeth y la envuelve entre sus brazos-. ¡Eres Elízabeth!
-Sí, es la novia de James-dice Tobías, todavía estupefacto.
-Es una condenada ahora-habla Kenna-. Es...increíble.
Rihanna sigue abrazando a Elízabeth mientras esta le responde algo nerviosa, al no estar acostumbrada a los abrazos, cuando más presencias se acercan a donde estamos.
-¡Es por aquí!-esa es la voz de Zack, que un segundo después se adentra al círculo, ya mirando a Elízabeth-. ¡Sabía que eras tú!-da un paso hacia el frente, tambaleante-. Yo... recordé todo.
-¿Zack?-murmuro.
-Ya veo-sonríe Elízabeth, mientras Rihanna se aleja un poco-. Sabíamos que me olvidarías despues de escapar de la Tierra de los Condenados, pero que recuperarías tus recuerdos en cuanto yo saliera también.
-¡Así es!-replica-. ¡Lo recuerdo todo!
-Eso es bastante bueno-dice Elízabeth.
-¡Zack, ¿Qué sucede?!-la voz de Monique se acerca también-. Saliste corriendo sin decir nada...
Monique deja de hablar cuando mira a Elízabeth a mi lado. Sus labios comienzan a temblar, y su mano que iba a tocar a Zack se queda suspendida en el aire.
-Nunca creí que existiera gente tan cruel como Rooner imitando la apariencia de...-traga con dificultad-. Tú...-sus ojos se llenan de lágrimas, que lucha por contener-. ¿Eres de verdad? Porque...-solloza-. Si me dices que no yo... No lo soportaré.
Elízabeth suelta una risita tranquila, y extiende los brazos.
-Puedes comprobarlo tú misma.
No espera ni un segundo y abraza a Elízabeth, mientras ésta igual de nerviosa, la recibe entre sus brazos.
Poco después, Monique se aleja de Elízabeth, no porque haya sido suficiente sino por las dos presencias que se acercaron después.
En el camino que guía hacia el centro, Pryscilla y Scord se quedan estáticos.
-Chicos-murmura Elízabeth, apretando los labiós.
Scord y Pryscilla la miran, sus rostros en blanco. Los ojos de Pryscilla emitiendo un intenso brillo al igual que los de Scord.
-Yo...-solloza Pryscilla, las lágrimas caen por sus mejillas mientras las nubes en el cielo comienzan a mezclarse-. ¡Yo sabía que regresarías!-dice entre llanto, corriendo hacia Elízabeth para abrazarla.
Scord camina lentamente hacia ellas pero con las lágrimas tambien cayendo de sus ojos, y las envuelve a ambas en un abrazo en el que los tres terminan cayendo al suelo.
Nadie se atreve a interrumpirlos, ni siquiera cuando un rayo cae cerca de nosotros y el bosque comienza a incendiarse.
-Yo me encargo-dice Adelí, retrocediendo mientras oímos los el llanto de Pryscilla.
Pasan los minutos en los que poco a poco todos volvemos a recobrar la calma, aunque nadie deja de sonreír ni de mirar a Elízabeth, quien sujetando las manos de Scord y Pryscilla se pone de pie.
-James-murmura Pryscilla, sus ojos ampliándose para luego sujetar a Elízabeth de los hombros y darle una sacudida-. ¡Tienes que ir con él ahora mismo!
-Yo...-veo a Elízabeth tragar con dificultad, pero un instante después, aprieta sus labios temblorosos-. En verdad quiero verlo.
En todo este tiempo, Elízabeth había estado soportando con todas sus fuerzas el decir aquello, todo para recibirnos a todos nosotros calidamente y dejarnos asimilar su llegada.
Pero el más importante de todos, y quien más se merce verla, es James.
-¿En dónde está él?-pregunto.
-Él debe estar con Dalia ahora mismo-responde Pryscilla-. Todos nos separamos y... ellos son los únicos que faltan por lo que veo, así que deben estar juntos.
-Ya veo...-mi voz se va apagando conforme lo digo.
Todo esto, es maravilloso para todos nosotros. Pero no puedo evitar preguntarme como será para Dalia.
-Iré contigo a buscarlos-le digo a Elízabeth-. Los demás, permanezcan aquí juntos.
Con delicadeza, coloco la cabeza de Alex sobre el pasto y acomodo los mechones rebeldes de su cabello que caen sobre su frente.
-Rihanna por favor cuida de hasta que despierte Alex y cuentale lo que sucede.
-Lo haré-dice ella, secándose las lágrimas.
Mientras me dirijo a Elízabeth, veo a Tobías acercarse a Alex para agacharse junto a él.
-¿De casualidad alguien tiene un plumón?-pregunta-. Quiero dibujarle en la cara un pen...
-¡Ni siquiera lo pienses!-lo interrumpe Rihanna dandole una patada en el hombro.
-Creo que estarán bien-me vuelvo hacia Elízabeth, que mira fijamente uno de los caminos.
-Yo...-Kenna se acerca a mi lado-. En realidad las encontré a ti y a Adelí por un hechizo de localización, así que puedo hacer uno para buscar a Dalia y a James.
-Está bien, gracias Kenna-le digo.
-Tú...-habla Elízabeth, mirando a Kenna con ojos entrecerrados-. Eres una bruja muy amable... Eres extrañaaa-se estremece.
-¿Eso qué significa...?
-De acuerdo Kenna, mejor haz el hechizo-intervengo, sujetando a Kenna cariñosamente de los hombros.
-Muy bien-dice, y se posiciona frente a la entrada.
-Elízabeth-me vuelvo hacia ella-. Vamos a ver a James.
Sus hombros se elevan lentamente cuando se aleja cuidadosamente de Pryscilla y camina hacia mí. Luego de mirar por unos segundos la entrada, con un semblante lleno de seguridad y determinacion, sus ojos dan con los míos.
-Vayamos con James-dice.
Continuará...
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H
ola Criaturas!
¡Elízabeth está de vuelta y se ha reunido con casi todos, ya falta muy, muy poco para ver a todo el bello Clan Black reunido al fin!
¿Qué les pareció el capítulo?
La verdad esta parte de la historia es muy importante para mí, el regreso de Elízabeth es algo que planee desde hace mucho mucho tiempo y me alegra mucho al fin mostrarselos🥲 *Llora de felicidad*
El próximo capítulo estará hermoso y espero que les haya gustado este.
Aprovecho para comentarles acerca de una historia que aunque llevo un tiempo trabajando en ella, apenas empezaré a publicarla aproximadamente la próxima semana😄 Será de romance juvenil así que le he estado poniendo mucho esfuerzo en hacer algo genial.
Les estaré avisando por aquí cuando esté publicada por si gustan leerla, les agradecería mucho y me haría muy feliz que le dieran la oportunidad😆💙.
Los quierooo y hasta la siguiente semana con el Capítulo 64:
"La Tierra de los Condenados"
Narrado por Elízabeth❤
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