Capítulo 60: El don de Rooner
Pregunta de smilexxlr 💙¿Adelí, tendrías algo con Drew?💙
Adelí responde: ¿Quién rayos es Drew?
Monique: ¿Lo dices en serio Adelí?
Drew: *Se va al rincón*
Adelí: Es una broma, es una broma, sé de quién está hablando... Aunque no entiendo tu pregunta, con "Tener algo" ¿Te refieres a una pelea?
Monique: Estás jugando, es obvio que entiendes a lo que se refiere.
Adelí: No lo sé, Drew no se ve tan fuerte que digamos, apuesto que lo vencería fácilmente.
Monique: ¡Adelí deja de bromear, tú tambien estás escuchando que Drew está a punto de llorar!
Adelí: No tengo idea de lo que hablas *Hace un guiño* Ahora ya no hagas esperar más a nuestros lectores y deja que continuen con la historia...
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Capítulo 60
"El don de Rooner"
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Adelí Mathews
—¡¿Kenna?!
Admito que una pequeña parte de mí, en verdad anhelaba que pasara algo como lo que mis ojos ven ahora, pero mi mente se obligó a negarlo. Porque cada segundo que pasas dentro de la prisión de Emmily, te abruma una fuerza oscura e invisible que quema cada gota de esperanza que pueda surgirte... Te consume hasta que te pierdes a ti mismo y dejas de pensar en tu pasado, ignorando el dolor del presente hasta que sólo puedes creer en el destino que Emmily ha impuesto sobre ti.
No quieres conocerlo, no lo juzgas, sólo lo aceptas. Aceptas que estás muerto, y que formas parte de un pago para traer otra vida de regreso a cambio de que tú recorras el infierno. Aceptas que estás perdido, que Emmily ganó.
Este jodido lugar saca lo peor de uno mismo. Lo vi con mis propios ojos, lo viví y escuché de las bocas de mis amigos, el sufrimiento por el que pasaron... Como se convirtieron en unos monstruos por culpa de las manipulaciones de este lugar y quienes lo habitan.
Así es, yo siempre fui una prisionera de este infierno, aunque no todo el tiempo estuve en una celda, fui prisionera del control de Emmily Cooper. Es por eso que en este instante la silueta de espaldas a mí aún sigue luciendo algo borrosa. Aquella celda oscura y la tortura constante habían hecho a mis ojos perder la capacidad de ver cualquier luz, y ahora mismo, ante mí hay algo demasiado brillante, algo que mis ojos luchan por creer.
—¿Cómo...llegaste?—escucho que murmura Drew a mis espaldas, tan sorprendido como Rihanna, Tobías y yo.
Lentamente, Kenna mira en nuestra dirección, por encima de su hombro, examinándonos a cada uno hasta que finalmente sus ojos se detienen en mí.
—¿Cómo...?—Rooner habla con voz grutural, sus ojos temblorosos fijos en la bruja—. ¡¿Cómo es posible que estés aquí?!—le grita—. ¡Debo matarte ahora mismo, no permitiré que obstruyas los planes de mi salva...!
—¡Señorita Mathews!
Rooner se queda helado cuando Kenna lo ignora por completo para abalanzarse sobre mí y estrujarme entre sus brazos. Yo me quedo de piedra, incapaz de responder a su muestra de afecto, y miro de vez en cuando la cara de estupefacción de la mano derecha de Emmily.
—¡Oh por Dios, de verdad eres tú!—chilla Kenna, abrazándome con más fuerza—. ¡Estaba tan preocupada!
—Ke-Kenna—tartamudeo, nerviosa.
—De verdad estás aquí—murmura Tobías, respirando agitadamente.
Es cuando levanto mis manos con cuidado en un intento de corresponderle, que noto lo temblorosas que están.
Así es, yo estaba tan asustada y ahora... Ahora ella está aquí.
—Yo sólo quería verte de nuevo... lo deseaba tanto—sigue hablando, mientras todos los condenados la miran—. ¡Estoy tan feliz!
"Kenna tampoco te odia" Esas habían sido las palabras de Sarah aquella vez.
Me resultó increíble cómo es que enseguida comprendí los sentimientos de Kenna, ignorando a las personas a nuestro alrededor. De pronto me importó una mierda que Rooner y sus lacayos estuvieran a punto de atacarnos, dispuestos a acabar con nosotros y llevarnos ante su salvadora. No me importó, en ese momento sólo quería decirle a Kenna lo feliz que estaba yo también de verla.
—Kenna, yo también estoy...
—¡Oye!—una voz masculina me interrumpe, uno de los condenados, un rubio hechicero que se acerca hasta quedar junto a Rooner—. ¡Contestale a Rooner, ¿Cómo es que llegaste aquí?!
—¡Oye!—le grita Kenna en respuesta, apuntandolo con su dedo índice—. No vuelvas a interrumpir a Adelí jamás.
No pasa ni un segundo antes de que el chico salga disparado hasta chocar contra un árbol, y mientras este se remueve adolorido, las ramas del árbol se estiran y crecen en su dirección para rodear sus extremidades.
—¡Tú sí que eres un idiota, Adelí estuvo a punto de decir algo que demostraría que tiene sentimientos y tú sólo lo jodiste todo!—encima de la rama más alta del gigantesco árbol, Monique Cooper yace sentada mirando al condenado con fastidio—. Ahora tendremos que esperar unos mil años... O a que todos los planetas se alineen para que algo así vuelva a ocurrir.
—Maldita...—gruñe otro de los condenados, fulminándola con la mirada—. ¡Ahora verás!
El chico corre en dirección a Monique, pero a tan solo unos pasos de ella una mano se posa suavemente sobre su hombro, y el condenado sufre una descarga eléctrica.
—Yo no lo creo—dice Zack, soltando al chico luego de unos segundos, viendo hacia abajo como este cae en el suelo convulsionándose.
—Imbéciles, es evidente que no van a responder eso... ¡Son escorias del clan Black, siempre meten las narices en donde no los llaman!—brama Rooner, mirando a los condenados a su alrededor.
—¿Meter nuestras narices?—ríe Kenna—. Dudo que rescatar a los miembros de nuestro clan que ustedes secuestraron sea meter las narices... ¡Han sido ustedes los que metieron las narices donde no debían!
—¡Todo aquel que sea un potencial sacrificio le pertenece a la salvadora!—grita Rooner—. ¡Así es como las cosas deben ser!
—¿Pero qué mierda estás diciendo?—Monique baja del árbol de un salto, sólo para acercarse a nosotras mientras mira a Rooner completamente incrédula—. Definitivamente estás mal de la cabeza, ¿A este le lavaron también el cerebro?
—Por supuesto que no, sólo es el lamebotas de Emmily—le digo.
—No necesita obligarlo a nada, todo lo que hace lo disfruta, con tal de complacer a Emmily sería capaz de cualquier cosa—le dice Rihanna.
—Así que es el simp de Emmily, comprendo—concluye Monique.
—Tú misma lo has dicho—digo, sonriendo.
—¿Cómo lograron cruzar la barrera?—noto como se mueve su manzana de adán—. ¿Quién más vino con ustedes?
—¿Te refieres a que si James vino también?—Monique esboza una sonrisa maliciosa—. Bueno, ¿Quien sabe?
—¡Desgraciados!... ¡Es todo, apunten!—grita Rooner, ajustandose el cuello de su chaqueta.
Rihanna, Tobías, Drew y yo, nos ponemos en posición de defensa, dispuestos a responder a cualquiera de sus ataques. Pero entonces, Zack y Monique caminan por delante de mí, al igual que Kenna, y los tres se colocan frente a nosotros, formando una barrera protectora.
—James les manda un mensaje, chicos... Dice que todos ustedes hicieron un muy buen trabajo—dice Kenna, sonriendonos—. Pero ya ha sido suficiente, dejennos ayudarlos a salir de aquí.
—En otras palabras...—Monique junta sus puños—. De estos idiotas condenados nos encargamos nosotros.
Elevo la mirada, antes de dejarme caer en el suelo y apoyar mi codo sobre las rodillas.
—Bien, como ustedes quieran—suspiro, resignada—. Tobías, deberías descansar un poco ya que no has comido nada en días.
El chico asiente una vez con la cabeza, antes de ajustarse la capucha de su sudadera azul y dejarse caer en el suelo, suspirando.
Es una bruja la primera en atacar, moviendo sus manos y con ello, haciendo temblar la tierra por debajo de nosotros, pero Kenna apenas y la mira para alzar su mano y reflejar el mismo hechizo, por lo que es la otra bruja la que sale disparada por los aires cuando un pedazo de tierra se eleva con ella. Los demás condenados toman esto como señal de ataque y vienen corriendo de todas direcciones, pero Monique sólo da un paso y gruesas raices emergen del suelo para enredarse en los brazos y pies de los condenados, inmovilizandolos. Ante esto, otra horda de 15 vampiros saltan por encima de las ramas, alzando sus manos como garras listas para despedazarnos, pero en ese mismo instante veo como 15 rayos caen del cielo sobre ellos, electrocutandolos hasta que caen al suelo como si fueran trozos de madera quemada.
Kenna levanta sus manos y todos los condenados que acababan de ser vencidos salen disparados por el aire, alejandose hasta caer a más de veinte metros lejos de nosotros para ser absorvidos por fuertes enredaderas que Monique hace crecer.
—¡Incompetentes!—grita Rooner enfurecido—. ¡¿Y se hacen llamar parte del ejército de la salvadora?!
Varias brujas que aún quedan en pie, se miran entre sí, dubitativas.
—Vamos—sonríe Kenna, haciendoles un ademán con su mano para que se acerquen—. ¿Qué otra cosa tienen?
Esto parece ser suficiente para volver a motivarlas, ya que enseguida, 20 brujas nos apuntan con ballestas que contienen dosis de corazón.
—Si a alguien le llega a dar una de esas, esa persona estará un poco jodida—le informo a Kenna.
—¿Qué es lo que se siente?—nos dice, mirándonos de reojo, o más bien, a Tobías.
—Dejas de tener el control sobre tus pensamientos, acciones, emociones y recuerdos... es como si dejaras de ser tú para convertirte en una marioneta sin vida que sólo obedece todo lo que le dicen—le explica el Vooker—. Podrían obligarte a hacer cualquier cosa... Creeme... Cosas que jamás harías—Tobías fija sus ojos en Rihanna—. No quiero que algo así vuelva a pasar.
—En lugar de explicarlo—interviene Rooner—. Dejaré que lo experimenten ustedes mismos.
Rooner truena los dedos y con eso decenas de dardos son disparados desde todas direcciones. Pero Kenna no se mueve de su lugar, ni siquiera para hacer un hechizo, en lugar de eso sólo murmura:
—Tu turno, Dalia.
Monique tampoco se mueve y Zack mucho menos, los tres se mantienen inmoviles... Así como lo hacen los dardos cuando están a un metro de nosotros.
Todos los dardos permanecen en el aire, flotando, y yo solo tengo que mirar hacia arriba para averiguar la razón.
El don telequinético de Dalia Wesley.
La selecta se encuentra levitando por encima de nosotros, con sus manos levantadas a la altura de los hombros, haciendo flotar a los dardos con Corazón. Y con un simple movimiento de manos, los dardos se voltean y se dirigen a las brujas, inyectando a todos los condenados restantes con una dosis de Corazón, incluido Rooner, quien cae al suelo maldiciéndonos.
—Dejame ver... Así que siguen cualquier orden...—murmura Kenna, pensativa—. Bien, entonces "Duerman".
Ante esto, uno a uno los condenados caen dormidos, Rooner al último tratando de oponerse a los efectos, pero al final solo retrasa lo inevitable y cae en un sueño profundo.
—Yo en verdad quiero matar a ese hijo de perra—murmuro mientras lo veo suspirar.
—Es mejor así por ahora—me dice Kenna—. Matarlos los hará revivir más rápido y no tenemos tiempo para lidiar con ellos, tenemos que salir de aquí cuanto antes.
—Kenna, espera un momento—me levanto del suelo—. ¿Como lograron llegar?
—¿Creiste que nos quedaríamos sentados a esperar a que lograran escapar?—arquea una ceja—. Zack nos dijo todo lo que sabía de la prision, incluídos los nombres y rostros de los mayores mandos. Comandantes, capitanes y por supuesto la lider Emmily—explica Kenna—. También nos habló acerca de la apertura del portal, y James enseguida predijo que tu plan sería aprovechar el caos que se forma, entonces estos días nos dedicamos a encontrar la falla de la barrera mágica.
—¿Y en donde están James y Scord?—pregunta Rihanna.
—Bueno nos dividimos para buscar la falla—dice, examinandome de pies a cabeza—. Y veo que a ustedes se les ocurrió la misma idea, ¿En dónde están Sarah, Alex y Pryscilla?
—Se supone que ellos se encargarían del Coliseo... Verás, Alex logró controlar mentalmente a una de las capitanas, y Pryscilla insistió en llevarnosla para interrogarla.
—Que Pryscilla quiere llevarse a una de las capitanas... Déjame adivinar, ¿De casualidad se llama Voodo?
—Sí... ¿Por qué?
Kenna frunce el ceño.
—No sé por qué pero... James parecía tener cierto interés en encontrarse con esa condenada en específico.
—¿Ah sí?—al principio, el hecho de que James tenga interés en alguien que no sea uno de nosotros me toma por sorpresa, pero sólo me basta un segundo para que una idea brille en mi mente.
Sin poder evitarlo, esbozo una sonrisa burlona.
—Creo que ya sé por qué—me río para mí misma.
—Ahora todo tiene sentido—oigo que dice Tobías—. Es por eso que Voodo odia tanto al clan Black.
—Entonces es a James a quien odia—dice Rihanna, pensativa.
—¿Qué ocurre?—pregunta Monique.
—Supongo que Zack les dijo lo peligrosa que es, pero ya hablaremos de eso cuando salgamos de aquí—les digo—. La cosa es que creemos que la razón por la que Voodo odia a James es que fue él quien la asesinó en su vida pasada.
—Cada cosa que oigo acerca de James Black me hace admirar aún más a ese sujeto—murmura Drew.
—Ya veo...eso lo explica...—dice Kenna, que de pronto parece muy pensativa.
—¿Explicar qué?—le pregunto.
—Hoy James ha estado...
Kenna deja de hablar de golpe y abre sus ojos que al instante brillan de un morado intenso.
—¿Kenna qué sucede?—le pregunta Monique.
—¡No se muevan!—grita Kenna.
Su ceño se frunce y comienza a mirar en todas direcciones, como si estuviera buscando algo.
—¿Kenna?—inquiero, colocándome institivamente en posición de ataque.
—Sigue aquí, y está despierto—murmura—. ¿Cómo lo hizo?
En ese mismo instante, Kenna suelta un jadeo y sin previo aviso, desaparece de nuestras vistas.
—¡¿Kenna?!—grito mientras me acerco a donde estaba, mirando en todas direcciones a la vez que trato de sentir algún rastro de su presencia.
—¿Qué diablos acaba de pasar?—inquiere Monique, mirando a su alrededor—. ¿En donde...?—a media pregunta, Monique pega un brinco y mira sobre su hombro bruscamente, para luego desaparecer también.
—¡Monique!—grita Zack, y mientras alza su brazo, sus ojos se clavan en su muñeca y luego este también se desvanece.
—¡Chicos!—grita Rihanna.
—¡Alto, no te muevas!—la detengo—. ¡Nadie se mueva!
Busco desesperadamente algun rastro de las presencias de Kenna, Monique y Zack, lo que es dificil considerando a los mas de cincuenta condenados que se encuentran dormidos, así que por el momento las hago a un lado y me concentro unicamente en las de los miembros del Clan Black. Pero hacen falta las de Zack, Kenna y Monique.
¡¿Qué rayos está pasando?! Kenna dijo que alguien seguía despierto, ¿Acaso es un hechicero? ¿Está transportandolos a algún lugar?
Giro sobre mi propio eje y me detengo cuando veo el cuerpo durmiente de Rooner.
Podría ser que él...
Rápidamente busco su vibra entre los condenados, dandome cuenta de que la vibra que proviene del chico que duerme en el suelo es la de un vampiro diferente.
—Maldito—gruño para mis adentros—. ¡Rooner, sal de ahí cobarde!—grito a la nada.
El vampiro que está en el suelo definitivamente no es Rooner, sólo luce exactamente como él. Pero estoy segura de que antes de que se durmieran todos, yo aún podía sentir la vibra de Rooner entre nosotros, lo que significa que Rooner usó su don para hacer que el vampiro tuviera su aspecto, y se hizo invisible para ocultar su presencia.
—¡Aparece de una buena vez!—vuelvo a gritar.
El crujido de unas ramas demasiado cerca de mí me hace girarme bruscamente.
—¡Adelí cuidado!—oigo que grita Drew a la vez que recibo un empujón de su parte, y sólo veo como este se desvanece tambien.
Rihanna suelta un grito después, y esta da un paso al frente antes de desaparecer. Despues de eso solo enfoco mi vista en Tobías, que desafortunadamente estaba junto a Rihanna antes de que esta desapareciera.
Este no hace ningun movimiento, solo mira al frente con el ceño fruncido, y un segundo después, su cuerpo se sobresalta, pero no se asusta ni grita, en vez de eso sólo dice:
—Hijo de perra—y con eso el Vooker se desvanece también.
Conozco el poder de Rooner, el cual le permite camuflarse con el paisaje y con ello, copiar el aspecto de quienes le rodean, imitando tambien su aroma, voz, e incluso la vibra que emanan. Pero con todo esto acabo de descubrir, que Rooner no sólo puede camuflarse a él mismo... Sino también hace que otros se camuflajeen.
Por la reacción de cada uno, parecía que alguien los tocaba antes de que se hicieran invisibles, lo que significa que en cualquier momento sentiré la asquerosa mano de Rooner... Y aprovecharé ese momento para rompersela de una buena vez.
Retrocedo, esperando a que algo suceda. Y es mientras entonces que siento una mano sobre mi hombro.
—¡Ahí estás!—la tomo entre mis manos de un movimiento veloz, torciendola con fuerza para luego hacerle una llave.
Rooner grita por el dolor, encorvandose.
—¡Espera, no hagas eso!—gruñe adolorido—. ¿Qué estás haciendo?
—¡Cierra la boca, infeliz!
Le doy una patada que lo hace caer al suelo, y me coloco a horcajadas sobre él, incendiando ambas muñecas para que las deje en el suelo.
—¡¿A dónde te los llevaste?!—le grito, totalmente fuera de control.
—¡¿De qué estás hablando?!—los ojos de Rooner me miran atemorizados—. ¡No entiendo lo que dices, Adelí!
—¡Dime en donde están, Rooner!
—¡¿Rooner?!—sus ojos se abren como platos, mirando fijamente los míos—. ¡¿Qué mierda?!
—¡Bien, si no me lo dices entonces te mataré cien veces hasta que hables!—demando levantando una bola de fuego en mi mano, dispuesta a atravesarle su corazón.
—¡Espera, detente!—me grita—. ¡Soy Drew!
Me detengo a pocos centímetros de su pecho, deshaciendo la bola de fuego al instante.
—¿Drew?—pregunto incrédula, con la respiración agitada—. Estas mintiendo—vuelvo a aparecer el fuego en mi mano.
—¡No miento!—me grita desesperado—. ¡Te juro que no soy Rooner!
Pero parece Rooner a quien tengo atrapado, su voz... Todo me dice que es Rooner, incluso su vibra... Un momento.
Lentamente, levanto la mirada y la paseo a mi alrededor, sintiendo mas presencias. Siete para ser exacta... Y todas ellas de la misma persona.
—Esto tiene que ser una maldita broma—digo para mi misma, viendo ante mis ojos nada más y nada menos que a siete réplicas exactas de Rooner, todos ellos mirándose las manos o la ropa, incrédulos.
El maldito usó su poder para que todos tuvieran su aspecto.
—¿Adelí qué es lo que sucede?—me pregunta uno de ellos.
Me levanto lentamente, formando un círculo de fuego alrededor del Rooner que había jurado ser Drew.
—¡¿Adelí?!—inquiere este mismo.
—Al parecer, uno de ustedes es el verdadero Rooner—les explico, mirandolos uno a uno.
—¡Yo no soy Rooner!—grita otro de ellos—. ¡Adelí!
—¡Que no se mueva ningún Rooner!—grita otro—. Todos tenemos la presencia de Rooner, así que cualquiera puede ser.
—¡Tú también puedes serlo!—grita otro.
—¡Me refería a ustedes, yo no soy Rooner!
—Entonces dime quien eres—digo alzando una mano y apuntandolo con una bola de fuego.
—¡Yo soy Zack!—exclama.
—¡Eso no es cierto!—grita otro a su lado, indignado—. ¡Yo soy Zack!
—Entonces uno de ustedes es el verdadero Rooner—dice otro.
—A menos que eso sea lo que el verdadero Rooner quiera que creamos—digo—. Nada me asegura que mientras los hacía invisibles no les inyectó Corazón, todos podrían estar mintiendo—hago otra bola de fuego en mi otra mano—. De hecho... Puede que ninguno de ustedes sea Drew o Zack, o alguno de los demás... En ese caso debería de matarlos a todos.
—¡Adelí, ¿Qué demonios estás diciendo?!—grita uno de los Rooners.
—Pero eso podría ser lo que busca Rooner—continúo hablando, y me vuelvo hacia el que dice ser Drew—. Entonces sólo hay una manera de averiguarlo, si eres Drew entonces usa tu poder y haz que todos vemos lo que estoy imaginando.
El Rooner en el suelo parpadea incrédulo, pero enseguida asiente repetidas veces con la cabeza y yo libero sus muñecas. Este las masajea y me mira fijamente, pero después de unos segundos de esperar a que algo pase, el Rooner/Drew solo se paraliza.
—¿Q-Qué?—tartamudea—. ¡No puedo usar mi poder!
—¿En serio?—arqueo una ceja.
—Yo tampoco puedo usarlo—dice otro Rooner—. Las nubes siguen moviendose, no puedo detener el tiempo.
—Mi electricidad no funciona—dice el otro.
Entonces cuando Rooner cambia el aspecto de alguien más anula tambien sus poderes.
Mierda, esto solo complica las cosas.
—Bien, de acuerdo entonces...—cierro los ojos, tratando de ordenar mis ideas.
—Adelí—me llama otro de los Rooner, uno que alza las manos y con eso, luces de colores flotan encima de ellas—. Yo no soy un vampiro así que... Puedo usar mis poderes de bruja.
—Kenna...—niego con la cabeza—. Espera aun así puede que sea un engaño.
—No lo es—habla otro de los Rooner, el único que había permanecido en silencio hasta ahora.
Ese mismo Rooner, se dispone a caminar tranquilamente hacia mí, pero al mismo tiempo, su cuerpo se transforma en un gato de pelaje gris.
—¡Grey!—exclama uno de los Rooner, el que está junto al que asegura ser Kenna.
Al llegar a mis pies, el gato se transforma de nuevo en humano pero esta vez ya no luciendo como Rooner sino como el mismísimo Tobías Gregory, que solo se sacude el cabello tranquilamente mientras se coloca a mi lado.
—¿Grey?—inquiero—. ¿Es tu nombre de mascota?
El chico asiente mientras se coloca la capucha de su sudadera, dejando algunos mechones azules desordenados.
—Y se supone que quien lo ha dicho es Rihanna, pero no podemos asegurarnos de que sea la verdadera—dice—. Lo siento, Ry.
—¡Tobías maldito, ¿Cómo te atreves a dudar de mí?!—le grita ese Rooner en respuesta—. ¡Apenas regresemos a casa me las pagarás!
—Bueno... Tal vez sí sea la verdadera—murmura Tobías.
—De acuerdo, Kenna—señalo al Rooner que está utilizando poderes de bruja—. Ven aquí.
Esta asiente y se coloca a mi lado.
—Los demás, no se muevan de su lugar—digo antes de inclinarme hacia la bruja—. ¿Alguna idea de como salir de esta situación?
—Se trata del poder de un vampiro, podría usar antihumanos pero... Algo me dice que lo que quieren es inutilizar el don de James.
—Entonces tendremos que recurrir a la antigua—le digo—. Les preguntaré cosas que Rooner no sabe... Aunque...—me detengo enseguida, recordando que esa tampoco es una buena idea.
—Estuvimos bajo los efectos de corazón, Rooner podría saberlo todo de nosotros, o haber obligado a alguien a que no lo sepa—dice Tobías, llegando a la misma conclusión que yo.
—Lo sé—rechino los dientes—. Maldita sea, esto sólo nos hace perder el tiempo... Justo lo que Rooner quiere.
—Estaremos así hasta que lleguen los refuerzos de Rooner y nos lleven de vuelta a la prisión.
Mierda, mierda, mierda. ¿Qué demonios se supone que haga?
¿Cómo puedo diferenciar a 5 personas que lucen exactamente igual, huelen igual y tienen la misma presencia?
Fisicamente son idénticos.
—Físicamente—murmuro para mis adentros.
Un momento... Eso es... Este poder solo los hace físicamente iguales, mientras que en su interior siguen siendo ellos.
Por lo tanto...
Cuando volví a mirar a los Rooner, me di cuenta de que a uno de ellos ya se le había ocurrido la misma idea que a mí, y enseguida supe que se trataba justo de la persona a la que pensaba transmitirle por medio de mis pensamientos el pequeño plan que acababa de crear.
Pero no hubo necesidad de que ella leyera mi mente, ya que parecía haberlo pensado antes que yo.
—Dalia—dije, mirando al Rooner cuyos ojos estaban fijos al frente, serios.
—Ya lo sé—dijo, levantando sus manos—. ¡El verdadero Rooner está ahí!—grita señalando al Rooner que yace rodeado por mi circulo de fuego.
—¡¿Qué?!—grita este—. ¡No, Adelí no dejes que te engañe, yo soy Drew !
—Tal vez puedas imitar la apariencia de otros y hacer que otros imiten otras apariencias, pero sólamente puedes cambiar el físico—el Rooner/Dalia que lo acusa señala ahora su cabeza—. No puedes cambiar la mente de las personas.
El Rooner retrocede lentamente, sumido en el pánico.
—Tenías razón Adelí, Rooner inyectó Corazón a Drew para que dijera que es Zack—explica Dalia.
—¡No le creas!—refuta—. ¡Él es verdadero Rooner, está tratando de engañarte!
El Rooner que asegura ser Dalia da un paso al frente, tomando al mismo tiempo a uno de los Rooners y tirando de la tela de su chaqueta.
—Este es el mismo Rooner que aseguró ser Zack—dice Dalia, sacudiendolo un poco.
Pero a pesar de la manera tan ruda en la que Dalia está tratandolo, el Rooner ante ella no hace ni un solo movimiento, yace con los brazos caídos y la vista todavia fija en mí.
—Bueno, a mi parecer se ve bastante drogado—digo alzando una ceja.
—¡Ella miente! —insiste el otro Rooner—. ¿Cómo sabemos que Rooner no te inyectó corazón a ti para que dijeras todo esto!
—Vamos Rooner, no por nada eres el capitán del ejército de Emmily—camino hacia él—. Sabes perfectamente por qué no puedes inyectarle Corazón a Dalia—miro en dirección a los Rooners falsos—. Si Dalia estuviera bajo los efectos de corazón, luciría como una zombie, y eso es porque la primera vez que te inyectan Corazon te pierdes a ti mismo por completo y te vuelves incapaz de hacer o decir algo sin que te lo ordenen. Te vuelves un titere sin vida que espera a que aparezca alguien que le mueva los hilos—me agacho, recargando mi barbilla en mi mano para dedicarle una falsa sonrisa—. Sabías que no te convenía darle Corazón a quien nunca la había recibido, por eso se la diste a Drew.
—¡Sólo estás suponiendo cosas!—me grita—. ¡Rooner te está engañando!
—Lo siento, pero tu poder es inútil contra un selecto—demanda Dalia—. Te metiste con el clan equivocado.
—No puedes...—murmura—. ¡No puedes estar segura de lo que dices!
—Sólo tengo que matarte y los efectos de tu poder se desharán—le digo—. No tienes de qué preocuparte, despertarás más tarde... Encadenado a la sala de los Pearson—sonrío ampliamente.
—¡No, Adelí!—solloza—. ¿En serio estás dispuesta a arriesgarte sabiendo que podrías estar a punto de matar a uno de tus compañeros?
—Es por eso que tengo que ser yo quien lo haga—le digo—. Seré yo quien cargue con la responsabilidad, seré yo quien se equivoque—formo una esfera de fuego en mi mano—. Ya es suficiente con que uno de nosotros se vaya al infierno, ¿No creen?
—Adelí—murmura otro de los Rooner.
—Me matarás...—dice el Rooner frente a mí—. ¡A mí, al lider del Clan de los Corredores, aquel que sacrificó todo por ustedes!
—Si ese es el caso, Drew lo comprenderá—interviene Tobías—. Sabrá que Adelí cometió un error y la perdonará, porque sabrá que todo lo que hizo fue para protegernos... Y también porque James es su ídolo.
—El gato tiene un punto—me río, alzando la mano.
Rooner rechina sus dientes, fulminandome con la mirada.
—¡Eres una maldita perra!—estalla en gritos—. ¡Todos ustedes son una maldita escoria que debe ser destruída!
En definitiva, este de aquí es el Rooner real.
—Dulces sueños, Rooner—le digo atravesando su pecho y convirtiendo su corazón en cenizas.
Este se convulsiona ligeramente para luego caer de espaldas en el suelo. Segundos después, uno a uno los demás recuperan su apariencia, y entre ellos, un tambaleante Drew que sacude la cabeza de vez en cuando.
Me acerco para sujetarlo, pero este apenas me ve abre los ojos como platos.
—Estás agotado, y la dosis de Vamperus esta empeorando tu condición—le digo—. Deja que te ayudemos, ¿De acuerdo?
Drew parpadea, trastornado.
—De cerca eres todavía más bonita—murmura, apoyando su cabeza en mi hombro—. A...de...lí.
—¿Qué acabas de decir?
—Dije que de cerca eres todavía más...
—De acuerdo Drew, deja que sea yo quien te lleve antes de que Adelí te golpee—interviene Tobías acercándose.
No puedo evitar mirarlos a ambos desconcertada mientras Tobías pasa el brazo de Drew por encima de sus hombros.
—Muy bien, nos reuniremos con James ahora mismo—habla Kenna—. Hemos perdido demasiado tiempo.
Todos asentimos y guiados por Kenna, cruzamos el bosque mientras los demás vigilamos que ningún condenado nos siga.
—Sólo espero que no cometa una locura—dice ella conforme avanzamos.
—¿Hablas de James? Antes parecías preocupada.
—Es sólo que...—le oigo decir—. Antes de separarnos, raptamos a un condenado y obtuvimos información de él.
—James lo interrogó, no fue bonito—agrega Monique haciendo una mueca.
—Nos enteramos de todo lo que les hicieron aquí, las torturas, las peleas en el coliseo...—aprieta los labios—. James lo sabe todo.
—Bueno, dime algo que James no sepa.
—Ese no es el problema—continúa Kenna—. Antes de separarnos, James parecía diferente... Y dijo que se le había ocurrido una idea, algo que mejoraría nuestro plan para huir de aquí.
—¿Y qué era?
Kenna niega un par de veces con la cabeza.
—No nos lo dijo, sólo se fue con Scord—traga saliva con dificultad—. Pero James, él... Se veía muy, muy enojado.
*~*~*
Sarah Cooper
El hielo debajo de mis pies se siente algo resbaladizo, a pesar de ser tan duro como para poder cubrir todo a su paso. Me he esforzado en estar tranquila y mantener el control, pero aun así no puedo evitar querer mirar a mis espaldas de vez en cuando para ver que Pryscilla y Alex estén bien. O en otras palabras, que no se hayan convertido en paletas de hielo.
Este último parpadea, sujetándose todavía la cabeza. No hace mucho salió de una alucinación provocada por el poder de Atria, de la cual, despertó gritando como si alguien le estuviera arrancando un brazo. Alex estaba aterrado, tanto que Pryscilla tuvo que tomarlo de los hombros y repetir su nombre varias veces hasta que él fue consciente de que estaba despierto. Él fue insistente en que podía seguir solo, pero es obvio que aún le cuesta moverse.
—Ya casi llegamos al bosque—les digo—. A partir de aquí buscaremos la falla...
Me giro bruscamente cuando dos condenados saltan en mi dirección. Me preparo para atacar, pero no hace falta debido a que es Pryscilla quien los ataca con su poder, aturdiéndolos hasta que se quedan en el suelo sujetándose los oídos y removiéndose del insoportable dolor.
—¡No tenemos tiempo para lidiar con ustedes, idiotas! —les grita Pryscilla—. ¡¿Qué no se dan cuenta de que no he visto a Scord en días?!—se agacha y toma a uno de los condenados del cabello para mirarlo más de cerca—. Si no lo veo pronto yo en verdad voy a enloquecer, ¿Y ustedes no quieren eso, o sí?
El condenado la mira aterrado, con los ojos abiertos como platos, y gritando a todo pulmón.
—Pryscilla...—murmuro con delicadeza, acercándome a ella lentamente—. Debemos seguir.
—¿Debemos? —ladea la cabeza, mirando al condenado todavía. Este solloza y cierra los ojos cuando Pryscilla lo sacude descuidadamente—. ¿Y por qué no acabar antes con este par de pestes... Y después ir a por el resto de los condenados?
Mierda, Pryscilla está a punto de salirse de control, debo hacer algo.
—Eso sólo nos haría perder tiempo—le digo, tratando de no sonar demasiado brusca—. No sabemos en donde están Adelí y los demás, tampoco sabemos cuanto tiempo más dure la falla en el portal.
—¿Hmmm?—Pryscilla me mira de reojo—. Adelí es bastante fuerte, puede cuidarlos.
—Tenemos que salir de aquí rápido y reunirnos con los demás—trago saliva con dificultad—. Hay que ver pronto a James y a Scord.
—Scord...—sus ojos desprenden un brillo diferente ahora, y sin previo aviso suelta el cabello del condenado—. ¿A qué esperamos entonces? No tenemos tiempo para lidiar con estos, debemos irnos mientras son solo pocos los que nos atacan, en cualquier momento nos emboscará el ejército de Emmily—esboza una radiante sonrisa.
Asiento ante sus palabras y espero a que Alex se adelante con Voodo en brazos mientras que yo vigilo a Pryscilla mientras pasa por encima de los dos condenados y avanza dando saltitos.
—¿Alex, seguro que estás bien?—le pregunto, preocupada.
—No te preocupes por mí, amor—me dice—. Aunque esté muerta esta mujer sigue siendo peligrosa, no quiero que tú o Pryscilla se acerquen a ella.
—Entonces no te encuentras bien.
—Eso no importa—me dedica una debil sonrisa—. Yo sólo quiero que salgamos de aquí... Ya no puedo soportarlo más.
Seguimos recorriendo el bosque con cuidado por unos minutos más, vigilando a nuestros alrededores, hasta que me quedo a medio paso cuando siento una vibra a mis espaldas.
Son más de una...cuatro...ocho.
—Son...
La cara de Monique estando de cabeza aparece justo frente a mí. Parpadeo, estupefacta, pero evito hacer algún sonido que alerte a los condenados de nuestra posición.
—Monique...—murmuro, anonadada—. En serio eres tú.
—¡Sarah!—exclama en voz baja, cayendo del árbol para rodearme con sus brazos.
Por detrás de ella, veo que Kenna corre para abrazarme también, y enseguida, Zack se acerca después para abrazarme, pero antes tira del brazo de su hermana y nos levanta entre sus brazos.
—Chicos... ¿Cómo es que llegaron aquí? —niego con la cabeza—. Esperen, supongo que no tendrán tiempo para explicarnos.
—Estás en lo cierto, Sarah—habla Kenna retrocediendo, pero la preocupación en su rostro hizo que los vellos se me pusieran de punta—. Aunque yo creí que James ya los había encontrado.
—¿James también está aquí? —inquiero—. No nos hemos topado con él.
—Aguarda un minuto Kenna, no pensarás que atraparon a James y a Scord, ¿O sí?—dice Monique.
—Por supuesto que no...—la bruja se fija entonces en la vampira inconsciente que lleva Alex en brazos—. ¿Ella es Voodo, la que organizaba las peleas en el Coliseo?
—Así es—le responde Alex con cansancio, retrocediendo para recargarse en el tronco del árbol a sus espaldas.
Sus hombros se elevan lentamente, mientras suelta pequeños soplos de aire y mira fijamente la tierra bajo nuestros pies. Sigue mareado por las alucinaciones, pero parece que ese no es el único efecto que te causa el poder de Atria Carusso, ya que desde que Alex despertó de su pesadilla, parece estar el triple de lo agotado que estaba antes. Sus pasos son lentos, le cuesta hablar, está desorientado y no se concentra ni siquiera cuando yo le hablo.
Debemos salir de aquí cuanto antes y recuperarnos.
—¿Qué le pasa a Alex? —pregunta Tobías, mirándolo de pies a cabeza—. Parece más muerto de lo que ya está.
—Lo mordieron cinco arañas de Atria y hace muy poco que despertó de las alucinaciones, pero parece que lo afectaron físicamente también—le explico—. Se supone que los vampiros no nos cansamos, pero Alex está completamente agotado, además de que tampoco ha bebido sangre desde hace seis días.
En ese instante, las pupilas de Tobías de dilatan y retrocede un paso, tocándose la nuca sobre la tela de la capucha de su sudadera azul.
—Así que nada de sangre, ¿Eh?—murmura, con la mirada fija en Alex—. Es cierto, Alex no ha probado ni una gota de sangre en días—mira en otra dirección—. Es una lástima, con lo débil que está podría tirarlo de un solo golpe—murmura—. Hubiera sido divertido...
Lo miro con el ceño fruncido, desconcertada por la repentina preocupación que parece tener hacia Alex. ¿Acaso pasó algo entre ellos dos?
—Y supongo que...—Monique señala con su dedo la estaca de hielo clavada en el pecho de Voodo y se vuelve hacia mí—. ¿Tú hiciste eso?
—Sí—respondo de golpe, sin dudar.
—¡La pequeña Sarah ya es toda una guerrera!—Pryscilla me rodea con su brazo para estrecharme—. Voodo estaba tan asustada, y Sarah la venció por su cuenta, fue increíble, vamos dile lo increíble que eres.
—Yo...soy increíble—respondo, de nuevo sin pensar.
¿Eh? ¿Por qué de pronto hablar se siente tan extraño?
—Así que le dejaste la estaca de hielo para retrasar su regreso a la vida—dice Monique.
—Estoy segura de que en algún momento intentará quitarla de alguna forma, pero por ahora podemos aprovechar este tiempo para salir de aquí—respondo.
—De acuerdo, ve tu primero, Sarah.
—Bien.
Doy media vuelta para seguir caminando, pero aunque en un principio quiero detenerme, termino obedeciendo a Monique.
—¡Eh, ¿Sarah?!—oigo que grita Monique, pero yo sigo caminando.
—¡Sarah alto!—y como si esa fuera una orden suprema, me detengo enseguida.
¿Pero qué...? Miro mis pies que están quietos sobre el suelo, pienso en girarme hacia Monique, pero por alguna extraña razón no lo hago, no me muevo ni un solo centímetro, en vez de eso, la imagen de mis botines comienza a tornarse borrosa y a tambalearse de un lado a otro.
¿Eh...qué es esta sensación tan extraña?
Parpadeo repetidas veces, sintiendo de pronto el cuerpo pesado y las ideas revueltas. De pronto ya no sé por qué había comenzado a caminar en primer lugar, mis parpados me pesan y a pesar de que el cielo está nublado, tengo que tallar mis ojos para acostumbrarme a la escasa luz del día.
No me doy cuenta de que estaba tambaleándome hasta que siento unos brazos en mi espalda, Zack me sostiene a poca distancia del suelo, y yo no me muevo ni hago nada cuando lo oigo hablarme.
—¿Sarah? —escucho su voz, que extrañamente suena demasiado fuerte en mi cabeza, hace eco y rebota una y otra vez, y yo sólo siento una rara necesidad de escuchar lo que va a decirme después—. Chicos algo le está pasando a Sarah.
Me siento tan extraña. Quiero cerrar los ojos y dejarme caer sobre el suelo, no siento fuerzas, pero tampoco quiero hacerlo. Creo que sólo quiero quedarme sentada y esperar.
Me siento tan extraña, y ni siquiera quiero saber el por qué.
—¿A ella también la mordieron las arañas de Atria? —oigo decir a la voz de Monique, suena preocupada, pero por alguna razón desconocida no quiero preguntarle sobre eso.
—No, las arañas se congelaron en su piel—le informa Pryscilla.
—¿Sarah, qué es lo que te pasa? —me pregunta Zack.
Apenas termina de decir esa pregunta, es como si algo en mi cabeza hiciera un "Click", y de pronto no quiero hacer nada más que responderle.
—No lo sé—le digo, tranquila—. Yo solo...—frunzo el ceño—. Sólo hice lo que me pediste.
Así es...yo...sólo estoy haciendo lo que me pidieron que hiciera, contestando sus preguntas... Sólo puedo hacer lo que me han ordenado... Incluyendo...
Mientras las personas que más anhelo en proteger se acercaban a mí con expresiones de angustia y preocupación, yo me senti ausente. En ese instante la única persona que tenía un gesto diferente a uno preocupado era Adelí Mathews, que me miraba desde la altura con ojos suspicaces, llenos de una sospecha que me provocó un terrible nudo en la garganta. De repente me sentí como si hubiese hecho algo malo, ¿Pero qué otra cosa podía provocarte una mirada de ella?
Pero mis oídos estaban distraídos, hasta que pudieron captar algo que antes no sabía que necesitaba oír, una voz muy diferente a la de quienes me rodean. Una aguda y perturbadora, aquel sonido que sólo atraía a las pesadillas.
Fui consciente de que todos pudieron oirla tambien, pero lo que dijo esa voz fue unicamente dirigido hacia mí:
—¡Atrapalos!
Al mismo tiempo, los ojos de Adelí brillaron.
—Sarah...—la escuché llamarme, pero yo solo pude prestar atención a mi mano levantándose en su dirección—. ¡Mierda!
Sólo alcanzo a ver a Adelí correr hacia mí antes de que un estallido de hielo se desprenda por debajo de mis pies, extendiendo toda una gruesa capa de hielo por el suelo, congelando las piernas de quienes me rodean, a excepción de Kenna a quien congelo completamente.
—Ke-Kenna—tartamudeo, mirandola con horror. Su cuerpo entero está dentro del hielo, pero sus ojos no han perdido su brillo, sigue con vida aunque atrapada como una estatua—. Yo no...
—¡Ya era hora!
Un escalofrío me recorre la espalda cuando escucho la voz de Voodo. Me vuelvo bruscamente hacia ella, que yace todavía en brazos de Alex, sin que este pueda moverlos por el hielo.
—Esperaba que fuera a James a quien te encontraras, pero supongo que me conformaré con ellos—dice Voodo, levantando en su mano la muñeca que hizo con mi aspecto, que ahora trae una jeringa clavada en el pequeño brazo—. Antes de que esa maldita estaca me atravesara en el coliseo, le inyecté vamperus a tu muñeca—se ríe.
—Mierda—murmura Adelí—. Si tan sólo me hubiera dado cuenta antes.
—Muy bien, ahora debo pensar en ser prevenida, así que esperaremos aquí a que algunos condenados nos encuentren y luego los llevaré a todos con Emmily—junta ambas manos—. Aunque quisiera ver en persona a James Black, estoy tan emocionada imaginando la cara que pondrá cuando se entere que capturé a todo su preciado clan. ¡Ah, esto es fantástico, sencillamente fantástico!
Nunca imaginé que el día en que yo viera a una persona tan desalmada como Voodo riendose ante la idea de acabar con aquellos a los que amo... Yo estaría de pie sin hacer nada al respecto.
Las intenciones ni siquiera existen dentro de mi cabeza, como si no hubiera una razón para detenerla, como si no necesitara hacerlo. Lo único que sé es que si ella me pidiera ayuda para lastimarlos... Yo acataría sus ordenes sin dudarlo.
No. Yo no puedo hacerles eso. Tengo que protegerlos.
—Sarah...
Las ideas se desvanecen de mi cabeza con sólo escuchar su voz. Elevo la mirada hacia ella, al mismo tiempo que siento punzadas de dolor en la palma de mis manos, y solo así me doy cuenta de que había estado enterrando mis uñas en ellas sin piedad.
—Ni siquiera te atrevas a intentar liberarlos—me ordena Voodo—.
—Yo te lo adverti, Sarah—me dice, con expresión de seriedad—. Te dije que te convertiría en mi titere para toda la eternidad.
Aprieto los dientes con fuerza, incapaz de moverme o hablar.
—Bueno, esa triste eternidad empieza a partir de ahora—levanta una mano hacia Kenna—. Te ordeno que la mates.
Continuará...
*~*~*~*~*~*
Hola Criaturas! ¿Cómo están?
Aquí les traigo otro capitulo más de Dark Souls y uno en que posiblemente se añaden mas razones para odiar a Voodo y a Rooner.
Tal vez algunos se pregunten ¿En donde están Scord y James? ¿Acaso tendrán algún plan?
Espero que hayan disfrutado este capítulo y que les haya gustado, no olviden dejar sus comentarios que adoro leerlos:)
Los quiero muchooo, entre Miercoles y Viernes de esta semana publicaré el próximo capítulo:
Capítulo 61:
"James, el vampiro más peligroso"
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