Capítulo 57: ¡Los sacrificios se rebelan!
Pregunta de Girl_Etsy 💙Para James ¿Le darías una oportunidad a Dalia? Aah y James te amo💙
James responde: Dalia es una buena chica, aunque no lo demuestre, en su interior guarda un corazón valiente que lucha firmemente y sin mirar al pasado. Es por eso que la estimo y la respeto. Sin embargo, mi relación con ella es unicamente de familia, formamos parte del mismo clan y he decidido protegerla.
Y es que...lo cierto es, que dudo que algún día mi corazón pueda aceptar a alguien más, después de amar a una persona por más de mil años.
Monique *Aparece desde el rincon tratando de ocultar sus lágrimas*: No sé qué es lo que me duele más, si la historia entre Elízabeth y James o que Dalia haya pasado de la Aprendiz Zone a la Clan Zone...
Nota de la autora: Las preguntas hechas para mí serán respondidas hasta el final:), a excepción de las que podrían contener algún tipo de spoiler, esas no las responderé para no spoilearlos:( pero no se preocupen, aún pueden seguir comentando sus preguntas para sus personajes favoritos. Dicho esto ¡Disfruten la lectura!
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Capítulo 57:
¡Los sacrificios se rebelan!
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Alexander Pearson
Siempre he pensado que el mayor temor para el mundo no debería ser la muerte sino el tiempo.
Si bien la muerte es algo que a todos nos llega, y que puede ser en cualquier circunstancia inesperada, es algo que se puede evitar. Pero el tiempo, es algo que el ser humano no puede controlar, no se recupera, no se "evade"... Y no tiene piedad con nadie.
El tiempo no discrimina. Jamás se detiene, aunque la vida se acabe y el mundo se extinga, el tiempo siempre existirá.
Se supone que los vampiros tenemos toda la eternidad, que vivimos para siempre y que el tiempo no es importante para nosotros. ¿Pero como puede ser verdad cuando justo ahora el tiempo...se me está agotando?
—¡DEJENME SALIR DE AQUÍ! ¡DEJENME SALIR!
Miro de reojo hacia mi derecha, como entre dos condenados arrastran a un hechicero por el suelo, mientras este trata con todas sus fuerzas de zafarse de ellos. El hombre de mediana edad tiene quemaduras graves por todo el cuerpo y uno de sus ojos está amoratado y sangrando.
—¡Sólo mátenme, mátenme de una vez se los suplico!—grita el hombre.
Yo siento una punzada de dolor en la cien al escuchar su voz tan raspada, como si su garganta ya estuviera rasgada de tanto gritar.
—¡Ya no lo soporto, sólo mátenme!
—¡Idioooota!—le escupe uno de lo condenados, soltándolo y dejando que su cara se estrelle contra el suelo—. ¿Es que acaso tantos golpes te dejaron tontoooo?—suelta risitas rasposas—. ¡No puedes morirte hasta que te sacrifiques por tu querido amigooo!
—Él ya no...—tose con dificultad—. Ya no es mi amigo.
Incluso desde la distancia, pude ver la tristeza con la que salían esas palabras, sus ojos cristalinos y con lágrimas acumuladas. Lágrimas llenas de emociones, pero vacías de esperanzas.
Me pregunté entonces, por cuánto tiempo había estado llorando en una celda, soportando las constantes torturas físicas y psicológicas a las que te sometían para que Corazón funcionara contigo. Comprendí entonces, que yo era muy afortunado de haber llegado apenas hace 5 días.
—No puedo...no puedo dejar que lo revivan—hace un puño con su mano, manteniéndolo en el suelo.
—¿Después de haberlo asesinado...sigues teniéndole miedooo?—el otro condenado se inclina sobre él, con una sonrisa malvada.
—Desde que se convirtió en un vampiro y Tsalia Morengei le arrebató la humanidad...Él dejó de ser lo que era antes—murmura—. Asesinó mucha gente, lastimó a inocentes...Él jamás habría hecho algo así.
—Bueeeno—se ríe el condenado anterior, el que alarga las palabras—. Con un empujooon de la bruja máaaas poderosa del mundo, cualquiera puede hacer lo que sea...Incluso ser alguien más.
—¡O en el caso de los vampiros, dejar de serlo!
Ambos condenados estallan en carcajadas, sostienen su estómago y retroceden.
—Ustedes no lo entienden—dice entre dientes el hechicero—. ¡Si regresa a la vida más fuerte que antes, causará más caos!...¡No puedo dejar que eso ocurra!
—¿Y eso por qué?—arquea una ceja—. ¿Acaso lo has visto quejarse?
—No pude protegerlo de Tsalia Morengei...Pero al menos puedo protegerlo de sí mismo...Es por eso ¡Que no me sacrificaré por él, así que no me importa lo que ha...!
Uno de los condenados, patea con fuerza su rostro, haciéndolo caer de espaldas en el suelo. Y mientras el condenado agresor lo mira desde la altura sin ninguna pizca de sentimiento, el hechicero se remueve sin fuerzas en el suelo, respirando con dificultad.
—Las criaturas vivas que habitan la Tierra en esta era...No son más que desechables sacrificios—le dice el vampiro—. Nosotros, fuimos los que antes controlamos el mundo desde las sombras, nosotros somos las verdaderas criaturas.
Recuerdo bien que el último aroma que respiré fue la sangre de Tobías Gregory, así que mi cuerpo ni siquiera podía hacer ese simple movimiento otra vez. Después de varios minutos de sólo mirar la escena, mis pestañas cayeron lentamente sobre mis ojos, como tratando de encontrar alguna reacción para lo que acababa de presenciar.
Pero yo...no pude sentir nada.
En mi interior, había una voz cuyas palabras eran imposibles de entender, como si fuese una bocina con una almohada encima. Dentro de mí corría algo caliente que me hacia sentir todos los músculos, diciéndome que debía hacer algo...Que debía pensar, decir o...sentir.
Miré entonces al condenado a mi lado, que era quien me había sacado de mi celda hace poco, pero no era para darme de comer...Si no más bien lo contrario. Este condenado, de cabello oscuro y barba increíble, era mi verdugo, que me estaba conduciendo hacia mi propia muerte.
¿Debería comenzar a ensayar de qué forma debo decir el nombre de Sarah antes de morir?
No tenía sentido, porque Sarah sí que seguía viva...Así que no sería por ella por quien me sacrificaría, tal vez, lo que Emmily planea hacer es matarme y hacer que Sarah o Rihanna se sacrifiquen por mí.
¿Y qué es lo que pienso hacer al respecto?
En el pasillo sólo puede oírse el escándalo de los condenados tratando de contener a los sacrificios que intentan escapar. Generalmente este lugar está en silencio debido a que las celdas están insonorizadas. Sin embargo, este día es diferente.
Porque hoy, al igual que cada seis días sin excepción, se abre el portal a la Tierra de los Condenados, un mundo creado por Emmily en donde arroja las almas de las criaturas a las que decide convertir en condenados. Jamás he estado ahí, pero lo he visto en la mente de Sarah, las pesadillas que Emmily le provocaba.
Todo ahí es tan oscuro y frío. Vacío pero lleno de miedo.
¿Entonces...ahí es a donde iré ahora?
Frunzo el ceño, cada vez más cerca de las enormes puertas.
¿Qué es esto...Por qué estoy dejando que me lleven al lugar en el que moriré?
¿Por qué no estoy haciendo nada?
Estoy seguro de que no he recibido ninguna dosis de corazón, ¿Entonces...qué es?
¿Por qué me siento como si...me estuviera rindiendo?
Las puertas se abren ante mí, y la luz entra al pasillo, por lo que parpadeo un poco para asimilarla antes de levantar la mirada, encontrándome a la mente maestra de todo esto.
—Alexander Margaret Pearson—habla, su voz haciendo eco por cada pared de la habitación octagonal.
Emmily Cooper, la salvadora, está sentada en su gigantesco trono de mármol al final de la habitación, con su mejilla apoyada en su puño, cuyo brazo está bien acomodado en el posa brazos.
Y en el centro de la habitación, está la chica que se hará cargo de mi muerte: Adelí Mathews, la hija del exalcalde de Mellow Ville.
Es curioso, que siempre imaginé a Adelí matándome, pero ahora está a punto de hacerse realidad.
—No perdamos más tiempo, procedamos con el sacrificio—dice Emmily, calmada—. Ya que seas un condenado, te convertiré en uno de mis soldados y si quieres...Puedo dejar que vayas a ver como la bomba de Tsalia acaba con toda la ciudad.
Los dedos de mis manos se mueven.
¿Una...bomba?
—Ah, cierto...Tú no lo sabías—suelta un largo suspiro—. ¿Recuerdas la bomba que puso Tsalia el día en que la eligieron como alcaldesa? —dice—. Bueno, en una hora estallará una bomba igual, sólo que...Esta no la podrán detener—se ríe—. Tu preciado capitán desconoce esta información, así que no hay manera de evitarlo, y ni siquiera el don de tu hermana mayor puede evitar que estalle...¡Así que todos los habitantes en Mellow Ville que viven en la ignorancia están a punto de morir!
¿En qué momento mi vida pasó de ser complicada a algo como esto? Cinco años atrás, yo estaría arrodillado frente a mi hermana tratando de hacer que deje de llorar por el golpe que nuestro padre le había dado antes de largarse a un bar, en vez de estar arrodillado frente a Emmily Cooper, quien no sólo va a sacrificarnos a todos hoy sino que además, va acabar con toda la población de Mellow Ville.
Y nosotros...no podremos hacer nada al respecto...
—De acuerdo, ahora hubo un cambio de planes, ya que mi estúpida hermana se niega a sentir afecto por mí tendremos que posponer su sacrificio—aclara la garganta—. Así que en vez de sacrificarte por ella el nombre que dirás antes de morir será...
—Zack Pearson...
Mi voz se esfuma al instante, y mis labios tiemblan soltando silenciosos y pequeños jadeos. Mis ojos demasiado abiertos, viendo el suelo balancearse y duplicarse, un repentino mareo atacándome y haciéndome sentir extrañamente débil.
¿Así que esto es lo que siente una criatura cuando está a punto de ser sacrificada?
Tu cuerpo y tu mente no reaccionan, no es lo que te controla sino tus más reprimidos impulsos. Las emociones y tus peores dolores guardados en tu corazón, emergiendo ahora que creen que recuperar lo que perdiste parece posible.
—Me agrada que lo entiendas, así lo hace más fácil.
Yo sigo respirando entrecortadamente, con la mirada fija en el piso, obligado por el condenado a mis espaldas que tiene su mano sobre mi nuca para que esté arrodillado ante Emmily.
—Entreguenle la dosis de corazón.
Una puerta oculta tras las sombras de los pilares en una de las paredes de la habitación, se abre y de ella sale un condenado sosteniendo una caja de metal con aspecto increíblemente elegante y peligroso.
Adelí permanece de pie frente a mí, inmóvil, con sus ojos verdes esmeralda fijos en mí, pero sin transmitirme sentimiento alguno. Aun así no me hubiese gustado ver lo que sentía, con sólo saber que por dentro debía estar luchando contra lo que estaban obligándola a hacer...me ocasiona un doloroso nudo en mi garganta.
No estés triste, Adelí...Nada de esto es culpa tuya...No es culpa tuya...
Elevo la mirada entonces, encontrándome la fría y malvada mirada de Emmily Cooper, cuya sonrisa se extiende de oreja a oreja con satisfacción.
—Alexander Pearson, hoy serás sacrificado.
Trago saliva con dificultad, mientras veo como Adelí se acerca a mí lentamente, sosteniendo la aguja entre sus manos.
—Hazlo...—Emmily se recarga más en su trono—. Adelí.
Adelí prepara la jeringa y la levanta un poco, pero cuando está a punto de dirigirla hacia mí, noto que da un apenas visible respingo en su lugar, y se queda paralizada con los ojos abiertos de par en par.
—Adelí...—dice Emmily entre dientes—. ¿Qué crees que haces?, acabo de darte una orden.
Adelí parpadea tres veces, y es la primera vez que la veo parpadear desde que entré a este lugar. Luego de eso, noto que la mano con la que sostiene la jeringa tiembla ligeramente, pero enseguida la sostiene con firmeza, y sus hombros se elevan cuando inhala.
—Sí...mi salvadora.
Adelí entonces dirige la jeringa hacia mi hombro, pero fue porque no pude quitarle los ojos de encima, que noté la sonrisa que apareció en sus labios antes de encajar la aguja en mi piel.
Gruño por el dolor, pues la había clavado con más fuerza de la que debía, como si hubiese sido a posta. Y pude darme cuenta de que así era, cuando no sentí ningún líquido adentrándose a mi cuerpo.
Sin embargo, esa punzada en mi hombro, fue lo que activó una luz en mi mente que había estado apagada, y rompió las cadenas de una puerta que me había obligado a permanecer cerrada. Y entonces...
Lo recordé todo. Absolutamente todo.
Ocurrió después de haber entrado a la mente de Adelí, mi único objetivo era conocer el plan que ella y Pryscilla habían ideado para salir de la prisión, pero apenas salí pudimos darnos cuenta de que Adelí estaba comenzando a recuperar los recuerdos que le hacían despreciar a su padre, aquellos que se habían enterrado en lo más recondito de su corazón.
Adelí me lo había contado todo, cada paso a seguir, cada palabra que decir...Todo lo que yo tenía que hacer para que fuera posible.
Flashback...
—Y bien, ya sabes que todos confiamos en ti...¿Qué es lo que vas a hacer, cuál es el plan?
—Bueno, en pocas palabras...Nos voy a joder un poco la mente a todo.
Mientras Drew y Rihanna parpadeaban incrédulos, y Tobías suspiraba como si estuviese arrepentido de aceptar, después de unos largos segundos de silencio todos gritaron al mismo tiempo:
—¡¿Qué?!
—¿Cómo que jodernos la mente, ahora qué mierda estás diciendo? —se inclina Rihanna, severamente exaltada.
—Está hablando en "Idioma Selecto", no lo vamos a entender—le dice Tobías, aburrido.
—Entiendo a qué te refieres—me dice Sarah con seguridad.
—Te lo dije—murmura Tobías, recargándose en la pared.
—Dejenme explicárselos mejor—les digo a todos—. Lo primero que debo hacer, es entrar a la mente de todos nosotros para borrar la ubicación de la cueva del vamperus, pero la cosa es...que tampoco puedo dejar que recuerde el momento en que se las borré, así que no sabrán que desconocen donde está la entrada hasta que Emmily les pregunte...De esta forma, aunque nos inyecten Corazón, será imposible que digamos algo que no sabemos.
—Así que este es Alex usando su cerebro—dice Tobías, sonriendo con altanería—. Qué miedo.
-—Escuchen, lo más difícil no es poder salir de la prisión, sino del hechizo que está puesto en ella y que la camuflajea—dice Adelí—. La prisión está oculta en alguna parte del bosque, y es imposible que sea notada o de acceda a ella sin ser parte del ejercito de Emmily, pero cada seis días que se abre el portal, la energía que libera hace que el hechizo de camuflaje se debilite, y haya zonas en las que el domo de camuflaje que cubre toda la prisión se quiebren. Tendremos que encontrar una de esas "fallas" y salir por ahí.
—¿Y qué es lo que harás después de habernos borrado la ubicación? —dice Drew—. Puede que la ubicación de la entrada sea problema resuelto, pero si nos dices el plan y Emmily nos inyecta corazón, se lo diremos.
—Ya te lo dije, no pueden decirle algo que no saben.
—¿O sea que no nos dirás el plan?
—Sí lo haré, le diré detalladamente a cada uno qué es lo que debe hacer para destruir la prisión y escapar de aquí, aprovechando los disturbios del día en que se abre el portal a la Tierra de los Condenados.
—Mierda...ya entendí lo que quieres hacer—susurra Tobías—. Estás completamente loco.
—¿Qué es lo que harás? —inquiere Drew—. ¿Cómo es que sabremos el plan pero al mismo tiempo no lo sabremos?
—Simple—sonrío—. A partir de ahora y hasta el momento en que vayan a sacrificar a alguno de nosotros...Todos estaremos hipnotizados por mí, incluyéndome.
—¿Cómo...dices?
—Después de decirles el plan, nos borraré los recuerdos a todos—suspiro—. Sarah no está lista para sacrificarse por Emmily así que al primero que sacrificarán es a mí, claramente por Zack.
—Espera un momento...Esto es una apuesta, no puedes estar seguro de lo que va a pasar—dice Drew.
—Lo estamos—habla Adelí—. He estado en esta prisión durante 7 meses—mira a Sarah—. Puede que tú conozcas a la Emmily del pasado, pero te puedo asegurar que yo sé perfectamente cómo actúa la Emmily de ahora.
Adelí esboza una sonrisa siniestra.
—Es su turno de que ella sea el peón de mi tablero.
—¿Y cómo es que vamos a recordar el plan? —inquiere Rihanna—. Nos tendrán en celdas separadas, no hay forma de que puedas hipnotizarnos de nuevo para recordar.
—No será necesario, porque la hipnosis empezará desde este momento—le digo—. Los hipnotizaré para que olviden el plan y la ubicación de la cueva...y lo recuerden en el momento en que Adelí me inyecte la jeringa del vamperus—la miro—. Ella puede evaporar la sustancia e impedir que entre a nuestro sistema, así que cuando esté dispuesta a inyectármelo, será la primera en recordar todo el plan, y sabrá qué hacer después—sonrío—. Apenas sienta el pinchazo de la aguja, todos ustedes recordarán el plan y comenzaremos...¡Con la destrucción de esta maldita cárcel!
Fin del Flashback...
Jamás en mi vida me había esmerado tanto en hacer que otra persona entendiera una cosa. Adelí y yo le explicamos a cada uno su papel en este plan, hasta el más minúsculo detalle, y después de eso, la hipnosis quedó activada.
Hasta este preciso momento.
Fue idea de Adelí borrar la ubicación de la entrada a la cueva, pues cuando entré a su mente pude descubrir que unos días después de caer en manos de Emmily, cuando ésta la envió a por uno de sus sacrificios que resultó ser otro vampiro selecto con poca experiencia; Adelí le pidió que le borrara aquella información, y que posteriormente él se olvidara del favor que le había hecho. El vampiro no se negó, sabiendo que todo era para evitar que Emmily cumpliera su objetivo, y comprendiendo también que Adelí no tenía más opción que capturarlo.
Y el nombre de aquel pequeño vampiro, era Jack, uno de los ganadores más grandes en el Coliseo de Voodo. El chico al que Drew había asesinado. Resultó que Jack en un principio había luchado por superar la dolorosa muerte de su hermano menor, pero entonces Emmily tuvo que aparecer y atormentarlo con sus mayores pecados, haciendolo caer en la locura y la desesperación de querer ser uno de sus sacrificios.
No era un selecto muy bueno, lamentablemente su habilidad no se comparaba con la mía, y lo que lo ayudó a lograr borrar la ubicación y el recuerdo en su mente y en la de Adelí, fue su propia voluntad. La voluntad que Emmily Cooper hizo pedazos. Pues para cuando Drew se enfrentó a Jack en el Coliseo, su habilidad de selecto había quedado completamente inutil, tanto que ni siquiera era consciente de ser un vampiro selecto.
Jack nunca volvió a recordarlo, pero él fue el héroe de Adelí Mathews, y también el nuestro.
—Muy bien...ahora procedamos con el sacrificio—dijo Emmily, todavía sentada muy cómodamente en su trono—. Alexander, di el nombre.
Siento la boca seca...tengo mucha sed.
—Zack Pearson.
Pero no importa, porque aun así...ya todo está hecho.
Adelí sacó la daga de su chaqueta con suma lentitud, pero mientras yo la miraba, mi mente estaba viajando por los pasillos de la prisión, buscando la mente de la otra persona a la que había hipnotizado antes.
Te encontré. Murmuro, dando la orden a su mente y sintiendo como sus impulsos tratan de detenerla, como lucha por desobedecer. Pero al final, termina cediendo a mi control y continúa haciendo lo que ha estado elaborando por horas.
Sí, lo que le ordené a Voodo que hiciera desde que tomé el control de su mente después de que casi nos mata a mí y a Tobías en el Coliseo.
Pude ver a través de los ojos de Voodo, que estaba en el Coliseo ahora mismo anunciando una victoria de Pryscilla. Senti como su cuerpo se quedó inmóvil cuando cedió a mis ordenes, y tomó el enorme saco de tela que había estado llevando consigo. Se subió a su podio y bajó de un salto hasta la arena, sorprendiendo a Pryscilla, que no hizo mas que prestar atención a lo que hacía.
Voodo entonces levanto el saco de tela y dejó caer sobre la arena todo su contenido: cientos de muñecos de diferentes personas, todos hechos con sus hilos. Voodo alzó las manos y lanzó agujas que se conectaron con cada muñeco, para luego empezar a controlarlos a todos a la vez.
Emmily no tenía idea, de que una de las piezas más valiosas de su ejército había estado trabajando para mí por todo un día en contra de su voluntad.
—¡Alex!—grita Adelí.
—Lo sé—murmuro al echarme al suelo, y dejar que Adelí salte por encima de mí para enterrar la daga en el pecho del hombre a mis espaldas.
—¡¿Qué haces?! —Emmily se levanta de su trono enfurecida, pero ni Adelí ni yo le hacemos caso, y nos levantamos tranquilamente para girarnos en su dirección—. ¿Qué creen que hacen ahora?
No respondo con palabras, sino con las acciones que he estado preparando por horas. Y un segundo después, las ocho puertas de la habitación se abren de par en par, y un sin fin de condenados entran, llevando consigo todo tipo de armas y rodeándonos. Pero sus ojos no están mirando otra cosa que no sea a Emmily.
—¿Qué es todo esto? —dijo Emmily, girándose—. No están hipnotizados.
No, estos tipos no están bajo mi hipnosis. La que sí lo está es Voodo, a quien le ordené que hiciera muñecos de todos en la prisión y que enviara a atacar a su preciada "Salvadora".
—Bueno, nosotros nos vamos—digo retrocediendo.
—¿De verdad creen que esto me va a detener?—suelta un bufido.
—Sabemos que no por mucho, pero sí lo suficiente como para largarnos de aquí—dice Adelí—. Nos veremos luego, Emmily Cooper.
Dicho esto, Adelí y yo nos echamos a correr hacia la puerta, ella dejando un camino de fuego e incendiando todo el lugar.
—Tenemos que correr, Alex, le tomará minutos deshacerse de 500 condenados.
—De acuerdo, sigamos con el plan y vayamos al coliseo a encontrarnos con Voodo y Pryscilla.
En el camino, obligo a un condenado a guiarnos hasta el Coliseo, en donde todos los presentes se encuentran corriendo directo hacia su salvadora, sacando sus dagas y afinando sus mejores hechizos.
—¡Pryscilla! —grito al ver a la rubia de pie en la arena junto a Voodo, fascinada por verla tan concentrada en manejar a todos los muñecos.
La arena entera está repleta de muñecos saltando y moviéndose por los hilos en las manos y brazos de Voodo, mientras que esta yace con mirada clavada en el suelo.
—Así hasta me parece buena persona—murmura Pryscilla.
—Hoy será el único día en que lo parezca—dice Adelí, pasando a su lado y agachándose para quitarle a Voodo su identificación que lleva colgada dentro de su mini chaleco—. Con esto tendré acceso a todas las puertas, la magia en la prisión no es obra de Emmily sino de las brujas que están de su lado, y ahora mismo Voodo las controla así que no hay forma de que las tarjetas no funcionen—me dice—. Haré mi parte del plan y abriré todas las celdas, entonces te veré afuera de la prisión junto a Tobías, Rihanna y Drew.
—Estaré siempre dentro de tu mente por si encuentras la falla del hechizo de camuflaje, y si yo la encuentro antes, te avisaré por donde ir.
—Bien—Adelí toma la tarjeta con fuerza y sale corriendo por una de las salidas del Coliseo.
—Me gusta como trabajan ustedes dos—dice Pryscilla—. Es aterrador.
—Es la única manera de hacer que funcione—le digo—. Confiar en las dos personas más locas que conozco.
—Sí...—frunce el ceño—. ¿Hablas de Adelí y James, cierto?
No respondo a su pregunta, ni le digo que hablaba de ella. Sólo me quedo mirando a Voodo.
—¿Y bien...qué es lo que sigue en tu plan?—se me acerca.
—Ahora estamos esperando...—miro hacia el frente, el oscuro túnel por el que entra un contrincante al coliseo—. Esperando a que mi adorada novia llegue.
Sarah Cooper
Puedo oír una voz.
Recuerdo perfectamente lo que ocurrió después de que me separaran de Adelí. Un condenado me inyectó Corazón y me ordenó que durmiera hasta la hora de mi sacrificio.
Pero yo no estaba para nada dormida.
Aunque por alguna razón que desconozco no pueda abrir los ojos ni mover un solo músculo, estoy conciente de cada segundo que ha pasado desde que los cerré. Mis pensamientos están claros y me absorben, esto no se siente para nada como un sueño, mucho menos como si estuviera sólo dormida.
De alguna forma, sólo estoy con los ojos cerrados e inmóvil. Incluso puedo sentir el áspero suelo de roca debajo de mí. Me colocaron encima de una especie de plataforma, como una mesa de operaciones sólo que hecha de piedra.
Pero lo más extraño es...que no estoy para nada nerviosa. Todas mis emociones están en perfecta calma, mi cuerpo se siente como si estuviera flotando, estoy tan tranquila que creo que podría quedarme dormida de verdad. Pero extrañamente, tampoco puedo hacerlo.
Sarah...
Ahí está esa voz de nuevo, llevo escuchándola desde que finjo estar inconsciente, me llama exactamente cada dos minutos con treinta y seis segundos, como si fuera algún tipo de compás marcando el ritmo.
Y así fuer por horas, hasta que ese compás...retumbó.
Ocurrió como si hubiese respirado un chorro de agua y me estuviera ahogando en todos mis recuerdos. La imágenes regresan a mi cabeza con tal fuerza que sentí ganas de gritar, las diferentes voces mezclándose en mi cabeza hasta que por fin encontraron un orden en mi línea de tiempo.
Esto es...lo que pasó después de que Alex pudiera salir de la mente de Adelí.
Ahora lo recuerdo, el plan, todo lo que ocurrió y que Alex había borrado de nuestras mentes. Recuerdo mi papel en este plan.
Recuerdo entonces haber accedido, a que yo seguiría hipnotizada hasta que me encontrara con Alex. Y todo por una razón.
—Sarah...
Aquella fue nuevamente la voz de Alex, solamente que esta vez, yo estaba flotando en un mar de oscuridad, viendo una superficie brillante pero inalcanzable.
—Sarah...¿Recuerdas lo que te pedí que hicieras antes de borrar tus recuerdos?...
Asenti lentamente, sintiendo la garganta repentinamente seca.
—Todo va a estar bien, Sarah...—puedo sentir sus labios en la piel de mi oreja, tibios—. Sólo tienes que confiar en mí y hacer lo que yo te diga.
Yo estuve de acuerdo en que Alex me hipnotizara, porque era la única forma de utilizar mis poderes sin perder el control. Si hacía uso de mi poder estando hipnotizada, entonces sólo limitaría la cantidad de poder hasta donde me permitiera la hipnosis. Sería como simular que yo ya controlaba mi poder.
—Destruyela...Sarah—susurró Alex, abrazándome por la espalda—. Destruye este lugar que tanto daño les ha hecho a las personas que más amas, destruye la prisión y no sigas ordenes de nadie más.
Parpadeo, asintiendo con la cabeza para asimilar sus palabras.
—Destruyelo todo.
Y con ese último pensamiento en mi cabeza, abrí los ojos de golpe, al mismo tiempo que el hielo se expandió debajo de mí, cubriendo toda la celda en la que me encuentro. Me siento sobre la plataforma para levantarme y camino hasta la puerta que está cubriéndose de mi hielo, después, la pateo con fuerza para derribarla, y comienzo a avanzar, cubriendo todo de hielo.
Avanzo por los pasillos, y estos van congelandose detrás de mí, los pilares y las paredes convertidas en hielo, las pantallas, cámaras y monitores quedando inutilizados para siempre, las celdas reducidas a congeladores.
No dejo de avanzar, hasta que llego a la puerta que conecta con el Coliseo. Le doy una ultima mirada al palacio de hielo que he creado y me adentro al oscuro túnel que lleva con a la arena, en el que a través de la luz, puedo ver la siluelta de cierto chico que me recibe con una sonrisa en su rostro.
—Gracias a Dios, las cosas salieron bien.
No logro hacer nada cuando estoy entre sus brazos y el entierra su cabeza en mi hombro, sujetándome con fuerza.
—Lo siento—se aleja un poco—. Voy a liberarte de la hipnosis.
No soy capaz de responder, sólo doy un respingo cuando siento un fuerte tirón invisible. Siento soy desprendida de algo, pero que al mismo tiempo me ha sido devuelta otra cosa. Respiro con dificultad, sintiendo mis piernas temblorosas, y sino fuera por que Alex me sostiene, yo ya estaría en el suelo.
—Alex...yo...—parpadeo, tratando de controlar el mareo—. Es horrible ser controlada por alguien ti...quiero vomitar pero no puedo—me encorvo un poco, aún siendo sostenida por él—. Dios mío es horrible, de seguro Adelí estuvo como si nada, no vayas a decirle que yo me puse así.
Alex suelta pequeñas risitas preocupadas, mientras me ayuda a sentarme y me acomoda los mechones de cabello detrás de mis orejas.
—Pero...de verdad estoy feliz de que estés bien—murmuro, inclinándome un poco para abrazarlo—. ¿Adelí se fue por los demás?
—Se fue hace unos minutos—responde—. Escuchen, tenemos un grave problema.
Con esas palabras, Pryscilla que estaba inclinada mirando a Voodo con burla, se levanta para acercarse a nosotros, mientras yo me separo del abrazo de Alex.
—Tsalia colocó otra bomba en Mellow Ville, planea repetir lo que intentó hacer el día de las elecciones—explica—. Si no salimos de aquí y hallamos esa bomba, todos los humanos en Mellow Ville morirán.
—Entonces no perdamos tiempo, salgamos y busquemos a Kenna, ella podrá encontrar esa bomba.
Antes de que pueda asentir, siento como como algo dentro de mi pecho retumba y una punzada de dolor en la cabeza me hace mirar por detrás.
Voodo había dejado de mover sus manos, y ahora estaba sólo inmóvil como una estatua, pero mis ojos viajaron a la lanza atravesandole el pecho. Apenas un segundo después, Voodo sólo se desplomó en el suelo, dejandonos ver a la condenada detrás de ella.
Ni siquiera quise preguntarle cómo es que podía moverse por su cuenta, cuando vi que sostenía una muñeca con su aspecto en la mano derecha.
—Atria—digo entre dientes.
—Yo...le robé la muñeca anoche sin que se diera cuenta—dice ella, mirando un punto fijo en el suelo—. Creí que sólo quería torturarme, así que se la robé, pero...—eleva la mirada hasta mí—. Veo que no se trataba de eso.
Continuará...
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Hola Criaturas!
¿Qué tal están el día de hoy?Una razón más para detestar a Emmily...Jack no era malo:( Sinceramente después de escribir este capítulo le agarré cariño:( Jack sólo fue otra victima de Emmily y el clan Black ahora lo sabe.
Debería haber un top de los villanos más odiados de la trilogía🤔 así como también un top de personajes más fuertes🤔 seguramente lo haga después de terminar con ¡Preguntale a un personaje!
Sé que hoy no es miércoles, perdonen por ilusionarlos😔, mejor les digo que las actualizaciones serán entre los días Miercoles y Viernes (Ya que luego termino publicando entre esos días) así ya saben que ya sea Miercoles, Jueves o Viernes habrá capítulo nuevo.
Por lo pronto aquí tienen su capítulo de la semana, espero que les haya gustado💙 Si ha sido así dejen su estrellita y sus comentarios que tanto adoro leer y que me sacan una sonrisa😄💙
Próximo
Capítulo 58: Hilos contra Hielo
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