Capítulo 5: Problemas a la orden
Sarah Cooper
-¡Al fin llegan!
Me encuentro sacando las bolsas de la cajuela cuando escucho a Monique acercarse. Apenas el auto entró por la reja, la oímos saltar fuera de su cama soltando un grito de fiesta, no sé si reírme o enfadarme por el hecho de que aun con un suicidio reciente, sus ganas de festejar y hacer desmadre sigan intactas.
-¿Por qué tardaron tanto? ¡La fiesta es en cuatro horas!
-Entonces deberás apresurarte si quieres tener todo listo para entonces -le dice Alex pasándole una de las bolsas-. Nosotros fuimos por las cosas, les toca a ustedes arreglar la casa.
Monique está a punto de objetar, pero la interrumpo.
-¿Hace cuanto llegó James?-le pregunto, los sentimos a él y a Kenna en la casa poco antes de entrar.
-Hace diez o quince minutos. Si me lo preguntas, James no se ve para nada emocionado con esta idea de la fiesta de bienvenida.
-Dudo que haya alguien más emocionado a parte de ti-le digo, cierro el maletero y los tres entramos con las cosas-. Ya lo conoces, Monique, no lo presiones.
-Pero es el líder de los vampiros y el líder de nuestro clan...Por cierto, ¿Sabías que somos el clan más respetado de todos ahora?
-Me pregunto por qué será-digo irónicamente.
-James los tiene a todos comiendo de la mano, como siempre. Kenna y Andrew aún batallan con algunos conflictos entre brujas y hechiceros, nada preocupante y Liar...él no me dio ninguna novedad en realidad.
Nos acercamos a la cocina, y Rihanna nos abre la puerta desde adentro para que podamos entrar. Yo murmuro un "Gracias" y saludo a Kenna con un movimiento de dedos.
-¿Liar vino?-le pregunto y dejo las cosas encima de la isla.
-Él siempre viene-dice Kenna, inclinándose contra la isla para esculcar entra las bolsas-. Es un gran amigo de James.
-Ajá-digo, pensativa y me le quedo mirando a Kenna en espera de que ella lo capte y pueda darle alguna señal de que necesito hablar con ella urgentemente-. ¿Y cómo les fue en la reunión?
-Buen intento-habla Monique-. Ella no te dirá nada, son "secretas".
-No son secretas-Kenna saca de la bolsa uno de los baguels que le compramos y se sienta encima del taburete-. Son aburridas- murmura antes de darle un mordisco.
-Como sea, alcancé a decirle lo de la fiesta, todos los Vookers que quieran venir están invitados. Así que será mejor que me de prisa.
Ella empieza a sacar las botellas de cerveza y el alcohol. Miro a Alex que permanece detrás de mí, mirando a Kenna con la cabeza inclinada, quien no nos ha mirado ni una vez desde que llegamos. Al parecer no habrá forma de llamar su atención, así que me decido por el plan B.
«Tenemos que hablar con James y contigo. Urgente» le digo a su mente.
Kenna se sobresalta y por poco lo que le queda de su baguel cae al suelo, pero gracias a un par de maniobras logra atraparlo. Nos mira a Alex y a mí exaltada y sólo asiente con la cabeza silenciosamente para después seguir con su aperitivo.
Suspiro, y trato de eliminar un poco de tensión y ayudarle a Monique recogiendo las bolsas vacías.
-Oye Monique, adivina a quien nos encontramos hoy en la universidad-digo.
-¿A quién?
-A Daniel.
-¿El pequeño Daniel?-sonríe-. ¿Qué no va en la secundaria aún?
-Sí, fue a recoger las cosas de Tobías, resulta que abandonó la escuela-bajo un poco el volumen de voz.
No puedo evitar sentirme mal cada vez que recuerdo la expresión de tristeza en el rostro de Daniel cuando le pregunté acerca de su hermano. Tobías ya ni siquiera la dirige la palabra a su familia y eso en parte es culpa mía. Sé que trató de hacerme daño en el pasado, pero todos merecen una segunda oportunidad, y yo estaba tan cegada por el enojo y el dolor que ni siquiera pensé en dársela. Y ahora ya es muy tarde, todos le mentimos acerca de que era un vampiro, diciéndole que estaba muerta. Tal vez no me odiaba tanto después de todo, tal vez si lo afectó un poco.
Y sus ojos. El miedo que sus ojos reflejaban cuando me vio aquella noche en el club como una oscura.
-¿Que Tobías abandonó la universidad?-Monique está incrédula-. ¿Qué le sucede ahora?
-No lo sé, pero sé que tiene que ver con todo lo que pasó entre nosotros, ninguno hizo las pases con él-le digo-. Y ahora está distante con Daniel y sus padres, lo hubieras visto Monique, es obvio que le preocupa su hermano-suspiro-. Estaba pensando en que podrías invitarlo a él también a la fiesta de hoy, para que veamos qué tan alejado está del mundo.
-Esa es una muy buena idea-asiente Monique-. El único problema es que tendría que ir a su casa a invitarlo personalmente, y si es verdad que se ha vuelto un lobo solitario dudo que quiera verme.
Monique tiene razón, ir a su casa no es una buena opción, y no sabemos cuál es el numero que usa Tobías actualmente.
-Rihanna tiene su número-habla Kenna, como si me hubiera leído la mente-. Ella puede llamarlo.
Los tres miramos a la rubia desconcertados.
-Oh, bueno, eso sería genial-frunzo el ceño-. No sabía que tú y Tobías eran amigos...Creí que...-creí que se odiaban, estuve a punto de decir.
-No somos amigos-me corrige, con sus ojos grises clavados en la bruja ahora-. Sólo hemos coincidido algunas veces.
Siento que Alex se acerca por detrás de mí.
-¿Coincidido?-dice él, recargándose encima de la isla.
-No empieces Alex, te aseguro que ni en un millón de años este asunto tendría algo que ver con lo que sé que estás pensando-le dice con fastidio.
-¿Entonces por qué tienes su número?-replica-. ¿Él te lo dio o tú se lo pediste?
-¿Eso importa? Lo tengo y ya está-roda los ojos con frustración.
Oh no, esto no terminará nada bien.
-Importa...¿Para qué, tienes, su maldito, número?-gruñe, haciendo pausa en cada palabra.
-Bueno ustedes tres estaban en Inglaterra, Kenna y James estaban ocupados en establecer la paz entre las criaturas o entrenando a Dalia, y Pryscilla y Scord están enrollándose todo el tiempo-dice con los ojos muy abiertos-. Estaba sola y no tengo más amigos, eso hace que una persona se aburra con facilidad.
Oh, no. Sola y aburrida, mala combinación de palabras.
-¿Eso qué significa?-Alex estrecha los ojos y puedo sentir como aumenta su enfado.
-¡Entonces está hecho, Rihanna gracias por invitar a Tobías!-intervengo-. De acuerdo Alex, nosotros tenemos que irnos ahora-tomo su brazo y tiro de él delicadamente para sacarlo de la cocina y evitar el caos.
Le hago un ademán con la cabeza a Kenna para que venga, se apresura a tomar otro Baguel y sale de la cocina por delante de nosotros.
-¿Cómo que ha estado viéndose con Tobías Gregory? ¿Lleva todos estos meses viéndolo? ¿Cuantas veces?-expresa Alex con molestia mientras avanzamos por el pasillo.
-Ya tranquilizate, Rihanna te aseguró que nada pasa entre ellos, sólo estás siendo dramático-entorno los ojos-. Así que deja de comportarte como un hermano celoso.
-No estoy siendo celoso-se cruza de brazos-. Es sólo que Tobías no me agrada.
-Si un cactus se acercara a tu hermana tampoco te "agradaría"-hago comillas con mis dedos.
-Obviamente no, los cactus tienen espinas y a nadie le agradan las plantas verdes y flacuchas que tienen espinas con las que pueden apuñalarte sin que te des cuenta-dice entre dientes.
-¿Seguimos hablando de cactus?
-James está esperandolos en la biblioteca-nos interrumpe Kenna, sacandonos de nuestra extraña discusión.
-Qué extraño-murmuro.
La bruja abre las puertas de par en par con un movimiento de sus manos y da un paso largo dentro de la biblioteca. Miro a mi alrededor el lugar repleto de libros y conocimiento, James se había asegurado de no modificar nada de esta área y había ocupado lo que antes era la sala de lectura para establecer su habitación.
Al llegar ahí, Kenna toca una vez la puerta y la abre, mostrandonos una impecable habitación con colores negros y cafés, y a un James detrás de una mesa con fotografías.
-Ya llegaron-le avisa Kenna a la vez que se echa al sillón para después darle otro mordizco a su baguel.
-Los escuché-murmura el original, todavía sin mirarnos.
-Hicimos lo que nos pediste-le digo.
James no dice nada por tres largos segundos, pasa los dedos por algunas de las fotos y después rodea la mesa para recargarse en ella y quedar cara a cara con nosotros.
-¿Y bien?-chasquea la lengua-. Los escucho.
Alex hace ademán de comenzar a hablar, pero yo lo detengo poniendo mi mano frente a él.
-Antes de contarte todo lo que pasó, tendrás que prometer que nos vas a decir toda la verdad-demando.
-Prometo decirles todo lo que sé-asegura-. Ahora hablen de una vez.
Alex y yo intercambiamos miradas una última vez, y cuando él me brinda un asentimiento con la cabeza yo tomo un pequeña bocanada de aire y empiezo a hablar. Le digo todo lo que sucedió en el funeral, que Siena Mactson resultó ser una bruja y su extraño y borde comportamiento cuando nos acercamos a darle el pésamen, también le hablamos sobre las personas que nos siguieron en el supermercado, lo que sentimos al verlas, que no logramos identificar qué clase de criatura eran e incluso, le digo sobre la chica sospechosa que vi de pie en la banqueta.
-Nunca había oído el nombre de Siena Mactson, debió haber estado del lado de Tsalia-dice Kenna cuando hemos terminado de hablar. Se vuelve hacia James, que se mantiene pensativo, y aclara ruidosamente la garganta para llamar su atención-. Ahora tienes que decirles-nos señala con la cabeza.
-Sí...claro-parpadea.
-¿Qué está pasando James?-me cruzo de brazos-. Esto obviamente está conectado con lo que nos dijo Tsalia.
-No estamos completamente seguros, todavía estamos investigando-dice, su mirada fija al frente, como si estuviera viendo sus propios pensamientos-. Las personas que los siguieron...¿A quien de ustedes exactamente se dirigían?-pide saber con urgencia.
-Supieron las identidades de ambos, aunque Alex no alcanzó a ver a la mujer, las amenazas de los otros fueron en plural.
La mejor forma de describir esto no era un interrogatorio, me sentía más bien como parte de una pareja de agentes bajo el mando de James, reportandole lo crucial de nuestra última misión.
Porque comenzaba a creer, que eso había sido.
-Lo sabía-James esboza una sonrisa y mira a Kenna-. Te lo dije.
-James Black siempre tiene la razón -hace un mohín
-¿En qué tuviste razón...ahora?-digo un poco perdida.
James mueve la cabeza de un lado a otro, como pensando en lo que dirá a continuación.
-Esas personas que dices que los siguieron...-junta los dientes antes de seguir-. Sospecho que son las mismas que nos siguieron antes a nosotros.
-¿Dices que ya los habías visto?-doy un paso hacia él-. ¿Y no dijiste nada?
-Es un tema del que sólo los lideres tenemos conocimiento...y ustedes ahora.
-¿Y qué es lo que son?-le pregunto-. Se sentían...Su vibra era...diferente.
-O en otras palabras: Horrible-culmina Alex.
-No sabemos lo que son-nos detiene-. Pero mis suposiciones fueron ciertas, sea lo que sean, ellos están aquí por uno de ustedes, o ambos.
-¿Qué?
-Las veces pasadas que esos sujetos nos siguieron a James y a mí, ninguno de ellos nos habló, y cuando me acercaba desaparecían de la nada como si fueran fantasmas-nos explica Kenna-. Así que como a ti siempre te siguen este tipo de cosas, James creyó que si te veían te seguirían y entonces por fin, hablarían con uno de nosotros.
-Un momento-sacudo la cabeza para ordenar mis ideas-. ¿Dices que nos usaste de carnada?
-Estuve cerca de ustedes todo el tiempo-me asegura-. Sólo quería probar mi teoría y como ya te diste cuenta, tuve razón, la persona que los envió está aquí por uno de ustedes dos.
Si James tiene razón, eso significa que todos estamos metidos en un problema, no sabemos su magnitud ni de qué mierda se trata, pero una vez más tendremos que estar alertas a todo lo que pase a nuestro alrededor.
James le pide a Alex una vez más que le explique lo que sintió de esa criatura desconocida, ya que ellos no habían podido tenerlos de cerca. Y fue cuando Alex comenzó a hablarles de esa miedo sin razón, el escalofrio en todo el cuerpo y la sensación de que todo a tu alrededor estuviese temblando. Y al escuchar sus palabras en voz alta, mi mente cayó en un recuerdo de hace seis meses, cuando mi cuerpo tuvo la misma sensación.
La imagen de la chica de hoy, y las palabras que calaron en mis oídos aquel día.
«Lo siento».
-La chica en el hospital-James y Alex guardan silencio cuando yo hablo-. Recuerdo haber tenido la misma sensación de hoy cuando una chica chocó conmigo, ella se disculpó y...por Dios...su voz estaba en todas partes...
-Yo también me acuerdo-dice Alex-. Te pusiste muy mal ese día, creí que había sido uno de los oscuros de Tsalia.
-La chica que vi hoy...-niego con la cabeza ante las palabras de Alex-. ¿Y si era ella?.
-Eso significa que lleva aquí más tiempo del que pensabamos-dice James.
-Tenemos que seguir investigan...
Dejo de hablar cuando escucho las puertas de la biblioteca abrirse. Pasos se escuchan fuera de la habitación y luego la cabeza de Monique se asoma por la puerta.
-Oigan, los invitados llegarán en cualquier momento y no veo que estén vestidos para una fiesta-nos mira a cada uno de pies a cabeza.
-Yo estoy bien así-le contesta James recargándose de nuevo en la mesa.
-Como gustes-gruñe-. Kenna, quería saber si tenías tiempo para hechizar las bebidas para que también tuvieran efecto en los vampiros.
-Está bien, pero te advierto que de todas formas el efecto no dura mucho, su sistema trabaja muy rapido y no es sencillo engañarlo.
-Eres la mejor bruja de todas-exclama animada-. Y esta será la mejor fiesta de la historia.
-Alex y yo iremos a cambiarnos ahora-le digo-. Estaba pensando en que fuéramos combinados-lo miro.
-Azul, definitivamente-toma mi mano y esquivamos a Monique para salir.
***
Para cuando Alex y yo terminamos de vestirnos, los primeros Vookers habían llegado junto a un preparado Liar. He escuchado más de veinte latas de cerveza siendo abiertas y cuatro corchos de botella golpeando contra la pared y el suelo.
-¿Te vas a comportar hoy?-le digo a Alex, terminando de abotonar su camisa.
Al final sí nos habíamos decidido a ir combinados, él con una camisa azul rey y yo con un vestido liso del mismo color.
-Eso depende, ¿Me puedo portal mal contigo?-dice con picardía.
-¿Sabías que tienes un club de admiradoras brujas?-arqueo una ceja.
-Deben sentirse culpables de haber apoyado a Tsalia y tratar de quitarme la humanidad-se encoje de hombros-. O se sienten agradecidas de que las salvé del reinado del mal.
-Bueno pues si piden algún autógrafo o un tiempo con su héroe, espero que sepan que tengo prioridad -paso mis brazos alrededor de su cuello.
-No lo sé, tendrás que convencerme de alguna forma.
-Eres un pervertido.
-Y tú una mal pensada, yo estaba hablando de cartas de amor, o que tal vez me dedicaras una canción-dice-. Pero admito que tu idea me gusta mucho más, así que...
-Eres increíble, Alex Pearson-me acerco a él hasta que se rozan nuestras narices-. Y te amo por eso-le doy un largo y lento beso mientras él me atrae hacía él rodeandome la cintura.
Cuando nos separamos, me dirijo a la cama para recoger mis medias.
-¿Quieres que te ayude con eso?-ladea la cabeza.
-Creo que es mejor que te adelantes y vayas a asegurarte de que Liar no haya roto nada aún.
-Esta bien, tú ganas, pero no evitarás que te ayude a quitarlas más tarde-advierte con malicia antes de salir de la habitación.
Deslizo las medias por mis piernas y con eso doy finalizado mi atuendo. Cierro la puerta de mi habitación con llave para asegurarme que nadie entre a fabricar bebes en mi cama. Camino por el pasillo verificando que las habitaciones principales también estén cerradas, cuando veo que la de Rihanna aún está abierta.
-Escucha, ya te dije que los gatos no van a fiestas, así que tendrás que quedarte aquí hasta que vuelva ¿De acuerdo?
Me asomo para verla sosteniendo a Grey a la altura de su cabeza, este le maulla y ella suelta un gruñido.
-Ya hablamos sobre esto, no quiero que mis amigos te coman-le dice, para luego dejarlo en el suelo.
Tomo una respiración pequeña y obligo a mi mano a tocar la puerta un par de veces.
-¿Se puede?-le pregunto, sin poder evitar sonar insegura.
-Pasa-dice, antes de agacharse para acariciar a su gato.
Quisiera decir que en estos seis meses, las cosas que sucedieron entre Rihanna y yo quedaron en el pasado, que se olvidó de querer tomarse un tiempo alejada de mí en lugar de haberlo alargado y literalmente estar lejos de mí mientras yo estaba en Inglaterra y ella aquí en Mellow Ville. Quería que me dijera que había reflexionado durante este tiempo y que finalmente estaba lista para hablarme otra vez, para ser mi amiga y que las cosas entre nosotras volvieran a ser como antes.
Pero no lo sabía, y tampoco podía romper mi promesa y meterme a su mente para averiguarlo, así que la única forma de saberlo sería esperar a que ella misma me lo dijera.
-Yo sólo, estaba revisando que las habitaciones estuvieran con seguro, ya sabes como son los Vookers-le digo-. Ningún nivel conoce el término de privacidad.
-Lo sé, además no quiero confundir a Grey con una de esas criaturas desordenadas-se acerca a él y toma su pequeña cabecita entre sus manos para acariciarle el pelaje-. Prometió que se portaría bien, ¿Verdad, mi niño?-dice con voz aguda.
Yo sólo presencio la escena, un tanto asustada. Nunca imaginé que Rihanna Pearson, con su carácter tan fuerte y su campo de fuerza contra sentimientos, pudiera tenerle tanto cariño a una mascota. Ni siquiera una que, básicamente, enloquece a su hermano.
Sin embargo, por una parte todo esto me brinda un poco de tranquilidad. Con el gato aquí ella se sentía un poco menos sola, y la ayudaba a pensar un poco, superar todo esto más rápido. Me alegraba que al menos si yo no podía, alguien más la apoyara, aunque fuera un gato extraño.
-¿Lo dejarás encerrado?-le pregunto.
-Por supuesto, Pryscilla sigue amenazandome con que se lo comerá si vuelve a verlo desordenando sus zapatos, y no sé por qué a Grey le gusta tanto hacerla enojar-lo mira con ojos entrecerrados.
-Así que Alex no está tan loco después de todo, a Grey sí le gusta cabrear a algunos de los vampiros de aquí-sonrío.
-Grey suele ser muy...desobediente y rencoroso, a pesar de que aquí le enseñemos a ser un buen gato, ¿Verdad?-lo acaricia una vez más y se levanta para acomodar su vestido.
Lleva uno entallado color gris con pequeños diamantes esparcidos por toda la tela que se le amolda a su figura. Rihanna Pearson provocaba muchas miradas de parte de muchos chicos cada vez que salía con sus shorts de mezclilla y lucía sus espectaculares piernas. Eran menos delgadas que las mías, bien tonificadas y dignas de una portada de revista.
Rihanna se acerca a su tocador y saca su delineador.
-De acuerdo yo...-carraspeo-. Te veré abajo supongo.
-Espera ya casi termino, bajemos juntas-me detiene-. Sólo una pequeña línea...¡Listo!-tapa el delineador y lo guarda en su cosmetiquera-. Podemos irnos.
Sonrío como puedo y salgo de la habitación. Espero a que cierre con seguro y ambas caminamos por el pasillo rumbo a las escaleras.
Bueno, no sé si se trate de Grey o que tal vez alguna diminuta parte de Rihanna sí me extrañó mientras estuve en Inglaterra, pero de verdad agradezco que ella esté siendo agradable conmigo.
-Tobías me dijo que vendría-me dice Rihanna-. Debe haber llegado ya.
-Genial gracias, creo que lo buscaré en un rato.
Al ver las luces de colores sobre nosotras, danzando en el suelo y en las paredes, caí en cuenta de que no nos estábamos dirigiendo sólo a una fiesta, había un maldito club nocturno en casa de los Pearson. La sala y los muebles habían desaparecido, con ayuda de James quise suponer, ahora había personas bailando en su lugar, saltando y elevando los brazos con vasos rojos en sus manos e incluso algunos portando pulseras fluorescentes.
Rihanna se dirige hacía el puesto de música, en donde Liar y Kenna charlan animadamente con el DJ mientras se empeña en romper los tímpanos y aumentar cada vez más el volúmen de la música. Al menos los míos se regeneran y no sé cuantos exactamente pero estoy segura de que hay humanos aquí. De hecho, a la mitad de las personas aquí las había visto solamente en los pasillos de la universidad, a Monique debió pasársele la mano con las invitaciones, eso o alguien twitteo que habría fiesta en casa de los Pearson.
Camino por el salón entre las personas danzando y celebrando animadamente hasta que diviso a Alex inclinado sobre la barra de bebidas con un vaso rojo en su mano.
Me acerco por detrás y lo rodeo con mis brazos, pegando mi mejilla a su espalda y respirando su colonia.
-Adivina quien soy-murmuro.
-Hmmm, ¿Una de mis admiradoras?-lo escucho preguntar.
Lo suelto entre risas y él se gira para verme directamente a la cara.
-Lo siento señorita, tengo novia y es muy celosa.
-Y apuesto a que a ti te encanta que sea así.
Alex recarga los codos en la barra y yo apoyo las manos a sus costados, haciendo que se recargue en ella.
-Todo de ella me encanta, como por ejemplo, el vestido tan bonito que lleva puesto-me hace un rápido análisis-. No tiene idea de las ganas que tengo de...
-¿Decirle lo bien que se ve?-le corto.
-Sí, de eso también-esboza una sonrisa ladeada.
A veces es necesario darse por vencido, y con ese "A veces", me refiero a tratar de ignorar o evitar que los comentarios de Alex tengan más de un significado.
Aunque pensandolo bien, las cosas que dice, piensa y hace, tienen solo una razón para él, lo que lo hace divertido es ver como alguien más se descoloca pensando de otra forma.
Con este pensamiento en mi cabeza, ladeo la cabeza, mirando al chico que no cambiaría por nada en el mundo, así como no cambiaría aquella actitud arrogante que...logró enamorarme. Pero si hay algo de lo que no me arrepiento, es de haber caído en sus brazos.
Miro el vaso en su mano, y lo agarro para olerlo.
-¿Qué es?-le pregunto.
-Es muy dulce, y sabes que me gusta lo dulce-se muerde el labio.
Pongo los ojos en blanco ante su nuevo comentario brillante y le doy un sorbo a su bebida. Sonrío al sentir el dulce sabor en mi paladar, y una sonrisa victoriosa destella en su rostro.
-Quédate esa, ahora pido otra-me ofrece, pero antes de volverse hacia el bar tender, deja caer la cabeza a un lado-. Se acabó el Vodka, iré por más, ahora vuelvo amor-se inclina para darme un beso en la frente y me hago a un lado para dejarlo salir.
Me recargo sobre el taburete, mientras admiro al guapísimo chico que tengo como novio. Sin duda, toda una criatura fantástica y de cuento de hadas.
Sobrenatural.
Sonriendo embelesada, me termino el contenido del vaso de un sorbo y lo dejo en la barra haciendo una mueca. No tiendo a beber mucho, en realidad creo que casi nunca bebí durante mi vida humana, y por una parte fue porque no tuve la oportunidad de beber debido a que tuve cosas más importantes que hacer durante esa etapa de mi adolescencia como...vencer a un poderoso hechicero que quería matarme a mí y a mis amigos.
Me sobresalto al sentir una mano puesta en mi cintura y me giro rapidamente para encarar al sujeto a mis espaldas, que ahora me mira sonriente.
-Lo siento muñeca, no quería asustarte-me dice un chico con voz rasposa, entrecierro los ojos oliendo su aliento repleto de cerveza-. ¿Cómo te llamas?
-Eso no te importa-me alejo un paso de él, apretando los dientes con fuerza.
Debe ser el efecto del alcohol o la gran cantidad de personas que hay en la casa que no puedo saber si el sujeto frente mí es una criatura o simplemente un humano al que se le pasaron los tragos.
Lo analizo brevemente, sin parecer que lo hago con otras intenciones, no quiero que crea que estoy entrando a su flirteo.
No hay cabello de colores, sólo oscuro al igual que su discreta barba, su piel aperlada y con un tatuaje asomándose por su chaqueta de mezclilla negra. A simple vista, parece un idiota normal.
Pero ya he aprendido que las apariencias engañan.
-Pues a mí sí-el tipo pasea descaradamente sus ojos por todo mi cuerpo, a lo que yo carraspeo, pero ni siquiera este gesto lo hace reaccionar-. Me llamo Rooner-dice acercándose otra vez-. Eres muy bonita para estar sola, ¿Quieres venir a bailar?
Estoy a punto de pedirle que se vaya al diablo cuando una voz por detrás de mí interviene en nuestra incomoda conversación.
-Ella no está sola.
Él sujeto, de tal vez veinticinco años inclina la cabeza para mirar por encima de mi hombro al dueño de la voz masculina que acaba de interrumpirlo.
-Y no baila con imbéciles-vuelven a decir detrás de mí, y esta vez me giro lentamente para mirarlo.
Tobías Gregory, lleva un caballito a su boca y se lo bebe de un trago. Mi antiguo amigo de la infancia, había decidido aceptar nuestra invitación y salir de su cueva esta noche, y ahora está sentado en un taburete, con dos tragos frente a él. Una capucha negra cubre su cabeza, dejándome ver unos cuantos mechones cafés de su cabello y su perfil.
-¿Disculpa?-le gruñe el sujeto-. No te estaba hablando a ti.
-Me di cuenta, por eso tuve que intervenir, idiota-habla Tobías de mala gana, lo mira de reojo antes de tomarse otro trago.
-Pues será mejor que cierres la boca si no quieres que te la cierre yo mismo-lo amenaza.
Tobías no dice nada y sigue con su pose de renegado. El tipo llamado Rooner, que comienza a ser terriblemente irritante, se vuelve de nuevo hacia a mí y esboza una sonrisa "cautivadora" (Nótese el sarcasmo).
-Ibas a decirme quién eres-dice arrastrando las palabras.
-Yo no...
-Es una chica con novio-vuelve a intervenir Tobías-. Y hablo de uno de esos que pueden arrancarte las bolas cuando se enfadan, literalmente. Así que te sugiero que te vayas antes de que empieces a extrañarlas.
Miro a Tobías, decidida de que es hora de deshacerme de este sujeto Ronner de una vez.
-¿Y si es tan increíble ese novio, en dónde está?-dice entre risas.
-En todas partes.
Me hubiera gustado tomarle una fotografía a la cara de incrédulo que puso el hombre al escuchar a Alex detrás de él.
-Estoy en todas partes, imbécil-Alex lo rodea para colocarse a mi lado, y depositar un beso en mi cabello-. Ahora si nos disculpas, mi novia está a punto de hacer las pases con el soquete de su amigo, así que hazme un favor y vete a la mierda ¿Quieres?-le dice mientras coloca la botella de Vodka sobre la barra. El bar tender la recibe con un asentimiento de cabeza, y por el color naranja fluorescente de su cabello y los lentes oscuros, sé que es un Vooker.
El hombre devora con la mirada a Tobías y a Alex antes de darse la vuelta y marcharse enfadado. Alex baja la mano hacia la barra para atrapar un vaso que le desliza el Vooker y lo lleva a sus labios. Después me mira.
-¿Estás bien?
-Lo tenía controlado, Alex-me cruzo de brazos-. Estaba a punto de deshacerme de ese idiota-le aseguro, luego miro a Tobías detrás de mí-. Pero también fue gracias a ustedes dos, de verdad espero que hayan logrado asustarlo.
-Si, bueno ehh...Gracias Tobías, supongo-finge mirar en otra dirección mientras toma de su bebida-. Pero no creas que hemos olvidado lo que pasó esa noche.
Nadie lo olvida. A pesar de que no era yo en ese momento, no olvido la cara de angustia de Alex en el club, pidiéndome a gritos mentales que hiciera algo para salvar a nuestro amigo.
No lo hice. No lo salvé.
-Ya déjalo-le digo a Alex-. Recuerda que yo también soy culpable de eso. Y para mí también es difícil tenerlo cerca sin querer golpearlo, pero es necesario que arreglemos las cosas entre nosotros.
-¿Saben que estoy justo al lado de ustedes, verdad?-frunce el ceño.
Alex pone los ojos en blanco y me hace un señal con la cabeza hacia Tobías. Suelto un profundo suspiro y me vuelvo hacia él.
-Hola Tobías-le digo, ligeramente tímida.
-Hola Sarah-deja el caballito vacío sobre la mesa, y me mira por primera vez.
Trato de controlar los viejos recuerdos que me vienen a la mente, la manera en que esos ojos me miran ahora es totalmente diferente a como lo hacían antes. Con temor, decepción, odio...a punto de matarme. Así que trato de fijarme en otra cosa, y mis ojos caen en su cabello.
-Está más oscuro, ¿Te lo teñiste?
-Sólo un par tonos más abajo o según eso vi en el empaque, la verdad sólo me fijé en la foto del sujeto-dice tocando uno de sus mechones, viendome ahora de frente.
Y su cabello no es lo único que cambió. Todo en él está cambiado, este Tobías Gregory se ve diferente, más apuesto y seguro, más estable...algo irónico tomando en cuenta su situación. Sus ojos seguían siendo esos cafés miel que recordaba, su piel rosada, aunque sus rasgos más marcados y su rostro un poco más delgado.
Si aún fuera mi mejor amigo, definitivamente me pondría celosa de las chicas que se le acercaran.
-Te ves bien-sonrío-. Es genial que hayas venido.
-Adivino, el bocazas de mi hermano te dijo que me había vuelto Emo y que ya no le hallaba sentido al mundo exterior-dice irritado.
-¿Te volviste Emo?-lo miro de pies a cabeza. Lleva unas nike blancas, jeans de mezclilla y la sudadera negra con la capucha.
-No, pero mis padres juran que me uní a una secta satánica.
No puedo contener la risa, y mi corazón da un vuelco cuando lo veo sonreír.
-Gracias por pensar en mí, Rihanna me dijo que fue tu idea invitarme-me dice.
Estoy a punto responder a eso cuando Alex interviene.
-¡Ahora lo recuerdo! Yo también quiero hablar con Tobías-exclama, rodeandome de la cintura con su brazo.
-No estoy saliendo con tu hermana-se adelanta a decirle Tobías.
-¿Ella te dijo que me lo dijeras?-lo mira con ojos entrecerrados-. Curioso porque a mí también me dijo algo...
-Y tú trataste de darle un significado más allá de la verdad, ¿O me equivoco?-le dice Tobías, para luego mirarme de reojo. Yo suelto un bufido.
-Me dijo que han "Coincidido" ¿Quieres explicarme lo que eso significa?-se inclina hacia él.
-Alex, no me he acostado con tu hermana...-espeta, le da la espalda a la barra y siento que Alex se relaja a mi lado. Pero entonces Tobías vuelve a hablar-. Aún.
Oh, mierda.
-¿Qué fue lo que dijiste?
-¡Oh, por Dios, los desechables se acabaron!-exclamo, colocándome entre ambos-. Iré a la cocina por más, Tobías ven conmigo por si el idiota aparece de nuevo.
Con la intención de evitar que estalle una bomba nuclear, me llevo a Tobías del brazo a pesar de que a este le toma por sorpresa y casi objeta en un principio.
-Tú de verdad quieres conseguír que te maten-alzo la voz para que Tobías pueda escucharme por encima de la música.
-Ya no-dice, mientras abre la puerta de la cocina, dejándome pasar primero.
-¿Eso qué quiere decir?
Camino hacia el gabinete en donde Monique guardó los desechables que compramos Alex y yo más temprano.
-¿De verdad conocen a tanta gente?-oigo que pregunta Tobías.
En la cocina sólo estamos él y yo, por lo que no tuve que gritar al hablarle.
-Creo que mas bien Monique pegó carteles por toda la ciudad para que hubiera tanta gente-le digo-. Y este tipo de cosas son buenas para fortalecer los lazos entre criaturas.
-Oh, cierto, Rihanna me contó acerca de la alianza-dice-. Buscan erradicar el odio entre las razas.
-Ese es el objetivo-coloco tres paquetes de desechables sobre la encimera-. Y hablando de Rihanna, recuerdo perfectamente que ustedes no se llevaban para nada bien, ¿Ahora son amigos?
Espero a que responda, pero después de unos segundos en los que el silencio comienza a tornarse incomodo, alzo la mirada, pero me sorprendo al descubrir que Tobías ya no está.
-¿Tobías?-digo a la nada, de nuevo sin recibir respuesta.
Recargo las manos sobre la encimera, y presto atención a mi alrededor, dandome cuenta de la falta de música electrónica, de hecho, no había ni un sólo ruido que se escuchara.
Paseo la mirada por la cocina, entrecerrando los ojos con suspicacia ante la repentina calma en el ambiente. Camino hacia la puerta para salir, pero me encuentro con que está trabada.
-¿Pero qué...?-murmuro para mis adentros, y vuelvo a empujar, pero esta no cede-. ¿No crees que es muy pronto para bromas, Tobías?
Empujo de nuevo, pero es como si hubiera una pared del otro lado de la puerta. Retrocedo, esperando a que Tobías aparezca, al igual que la música.
De repente un ruido vuelve a escucharse a mis espaldas, el recipiente de los cuchillos se había caído y algunos de ellos se arrastraron hasta donde estaba.
No puedo hacer nada más cuando escucho otro sonido, pero esta vez se trata de rasguños. Chirriantes y estremecedores rasguños.
Siento todo mi cuerpo helándose ante el ruido escalofriante, y es entonces que toda la marea de acontecimientos que he vivido en los últimos años me cae encima, al igual que el hecho de que algo más está sucediendo justo ahora, y que tal vez en cuanto me gire, no sólo encararé al causante de aquel ruido sino a un nuevo problema.
Busco toda la fuerza que puedo en este momento y doy media vuelta escuchando todavía los rasguños. Sólo así puedo ver, las palabras tallándose en la madera de la alacena por sí solas.
No había nadie ahí, sólo una aterradora y aturdidora frase , como si fuera una mano invisible la que sostiene el cuchillo, que al terminar de escribir, cae al suelo.
Comienzo a respirar debido a la sensación de nerviosismo que comienza a aparecer en mi interior, y leo las palabras escritas en la madera.
Ya no hay a donde correr,
ya no existe un lugar
en el que ella no te encuentre.
Esperamos
que nos hayas extrañado.
Retrocedo rapidamente, pero cuando me doy la vuelta para tratar de salir, choco contra algo y la melodía de la música regresa de golpe.
-¿Sarah, qué ocurre?
Levanto la mirada para encontrarme a Tobías, sujetándome de los brazos con fuerza y los ojos abiertos como platos.
-¿Viste eso?-le pregunto, volviéndome hacia la alacena, sin embargo, la madera está intacta-. Desapareció.
-¿De qué estás hablando, Sarah?
Me quedo mirando la madera, viendo en mi mente el cuchillo moviéndose sólo, escribiendo aquella amenaza.
Porque eso fue, una amenaza. Y ninguna poción que permita a mi cuerpo intoxicarme por el alcohol, es capaz de hacerme imaginar algo como eso. Por lo tanto, lo que acaba de pasar sólo puede significar una cosa:
-Ellos están aquí.
Continuará...
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Nuevo Capítulo!
Espero que hayan disfrutado de este capitulo :)
¿Cómo está eso de que ahora Rihanna y Tobías son amigos? ¿Y qué pasará en la fiesta?
Nos leemos el próximo sábado con más de esta historia.
Los quieroo❤
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